....[cerrado]

Dicen, que si dices Bloddy Marie frente al espejo tres veces, aparece Marie y te saca los ojos. También dicen, que si dices Lucifer frente al espejo, en la noche de San Juan se te aparece en persona. La verdad es que yo siempre creí que eran nada más que boberías sin sentido, y juegos de niños o supersticiones de ancianas.

Que equivocada estaba. Mi nombre es Anna y esta es mi historia.

Era nueve de febrero, un día muy especial para mí, ya que es mi cumpleaños. Mis amigas y yo planeamos lo que sería la mejor noche de nuestras vidas, nuestra primera salida nocturna. Era mi cumpleaños número dieciséis y fue el último que celebre.

Luego de salir a escondidas de nuestros padres y de haber falsificado identificaciones previamente, nos dirigimos a la discoteque de moda… “Santo Demonio”. Atractiva a la vista y divertidísima, para cuatros mocosas que ni siquiera sabíamos limpiarnos la nariz.

Agradecimos a Dios el hecho de que no nos hicieran problemas para entrar. Y comenzó la diversión.
Bebimos cervezas, fumamos… y bueno no todos fueron cigarrillos legales. Una de las chicas, Alicia, estuvo bailando con un hombre que fácilmente le llevaba unos diez a trece años, yo por las mismas. Ni siquiera recuerdo el nombre del tipo, ni menos su cara.

Ya a eso de las tres de la madrugada estábamos prácticamente borrachas y drogadas al máximo. Aunque debo decir que era la más cuerda de todas, ya que las demás chicas habían bebido el doble.

Nos dirigimos al baño las cuatro y vomite todo. Gracias a eso estuve algo “sobria” de ahí en adelante.

Yo me encontraba en uno de los cubículos del inodoro y cerré con pestillo la puerta. Mientras las chicas se quedaron a ver y arreglarse lo más que podían para seguir.

Cuando escuche el sonido de la puerta de entrada abrirse y los jadeos de angustia de mis amigas, supe que algo andaba mal. Me subí al inodoro para que mis pies no se vieran por abajo y mire por la escasa grieta que quedaba entre la puerta y la pared falsa continua. Y vi a los mismos dos hombres que estuvieron bailando conmigo y con Alicia.

Las golpearon a las tres dejando a una de mis amigas inconsciente. Las amarraron y lo peor… comenzaron a desvestirlas. Fue horrible, me sentí impotente de no poder hacer nada.

Uno de los hombres obligo a una de las chicas a masturbarlo y cuando recibió una respuesta negativa la golpeo con un puño en la cara. Cuando vi que el otro hombre volteo a Alicia y le bajo la ropa interior, no aguante más. Rece, rece como nunca lo había hecho.

Y apareció. No un ángel, ni algún ser celestial por así decirlo. Frente a mí una niña de cabello despeinado y negro, que le cubría la mayor parte del rostro. Con ropas destrozadas y manchadas con sangre seca y un aspecto horroroso. “Vidas por alma” y fue lo único que dijo.

Sin vacilar, acepte. Solo escuche los gritos desgarradores de los hombres. Salí del cubículo cuando cesaron y vi a mis amigas en estado de shock y a los hombres prácticamente descuartizados.
Lloraban tan amargamente que maldije a los malditos que les habían hecho.

Cuando por fin pudieron articular alguna palabra, me dijeron que gracias a Dios no les habían hecho nada, solo tocado. Y yo lo agradecí a quien sea que las haya salvado.

Han pasado dos años desde ese incidente y aun espero pagar mi deuda. Sé que moriré, pero no me importa. No si con eso logre salvar las vidas de mis amigas.