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| Un encuentro inesperado [Piero x Jill] »SUBIDO CAPITULO 08« (SIGO VIVAAAAAA!!! QwQ) | |
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Autor | Mensaje |
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Pandora Michaelis Sirviente
Cantidad de envíos : 406 Edad : 28 Localización : Tienda de Undertaker xD Fecha de inscripción : 15/07/2012
| Tema: Re: Un encuentro inesperado [Piero x Jill] »SUBIDO CAPITULO 08« (SIGO VIVAAAAAA!!! QwQ) Vie Jul 26, 2013 1:09 pm | |
| ¡Buenas a todos! Como siempre… lamento la ÉPICA demora, pero tuve uno de esos "ataques" en que la inspiración se va, también las ganas de escribir. Y como no me gusta escribir sintiéndome así, ya que siento que el capi podría salir muy "fufufu", preferí tratar de inspirarme antes. También pasaba que JUSTO cuando me entraban ganas de escribir, resulta que surgía un compromiso sobre mi graduación (que aún NO se lleva a cabo TwT) y bueno, no había podido traer el capi hasta ahora U_U Lo único que debo avisar de éste capítulo, es que podría haber violencia, gore, sangre… ya saben, puro drama x'D y quizás ligero OOC… ¡No me maten por el final, onegai! ;w; Disfruten el capítulo~ o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
Cap. 06: Re-encuentros inesperados (Parte 02)
[1 día antes…] Al día siguiente, una vez se levantó nuevamente con cara de pocos amigos, despidiendo un aura demoníaca tan (o incluso más) atemorizante, similar a la de un Sebastián-yandere-celoso como cuando vio a Pluto lamer y estar encima de una Maylene tirada en el suelo*(1)… un Ciel bastante molesto y (como dirían en mi país~) bien arrecho con las gaviotas… las cuales parecían reírse de su suplicio con sus graznidos (a causa del mesimiento del barco)… caminaba dando zancadas por los pasillos ya en el interior del barco, dirigiéndose al nivel de primera clase… más específicamente a la habitación que sus sirvientes se vieron obligados a compartir… e ignorando que estos dos habían hecho “cositas de adultos” cuando él no necesitó de sus atenciones.
El pequeño demonio era rodeado por una aterradora aura negra y de furia, (de la cual salían hasta rayos y truenos, pero la cual no podían ver los demás pasajeros-mortales del barco), en lo que caminaba y susurraba cosas ininteligibles con su voz juvenil, pero que ya empezaba a obtener las primeras entonaciones graves, dando paso a su voz de adolescente… entre sus susurros se incluían cosas como: «Maldito barco que se mese… maldito sol que me pega a la cara… malditas gaviotas chismosas… maldito océano tan azul… maldito y bastardo Piero… maldito parche que me hace ver como pirata medio-tuerto… ¡MALDITO TODO!». Aja… ¿No es necesario que diga que el “Perro guardián de la Reina” estaba (literalmente y que valga la redundancia) con un humor de perros~?
Una vez llegó frente a la puerta blanca, estaba tan enojado que se dispuso a abrirla sin siquiera tocar antes… pero para su mala suerte (y fortuna del par de sirvientes, ya que necesitaban "intimidad"), la puerta estaba cerrada con llave. A lo que el Phantomhive entrecerró su ojito visible y exclamó (más arrecho que antes) en su mente la siguiente frase:
—«¡MALDITA PUERTA CERRADA!»
Sebastián dio un respingo, con sus ojos abriéndose de par en par y desconcertado al escuchar ese "grito mental" de su joven señor. También por escuchar como el pomo de la puerta giraba y giraba, insistentemente, tratando inútilmente de abrirse. Se trataba del refunfuñante demonio novato, no cabía duda de ello… aunque Sebastián parecía sumamente sorprendido ante el (aparente) hecho de que su joven señor se hubiese vestido solo, al menos por esa ocasión; ya que él iba a ir a despertarlo y arreglarlo como siempre hacía. El demonio-de-mayordomo en ese momento solo traía puestos su pantalón y su (abierta) camisa, Maylene estaba profundamente dormida y con su delicado cuerpo solo cubierto por la sábana. Estaba agotada luego del acto que consumaron no solo ayer, sino también en esa mañana.
Puede que fuese un ser oscuro y lujurioso, pero el Michaelis no solo aprovechó el viaje para hacer el amor con su querida, sino también para hablar con ella y profundizar su relación… eso debido a que en la mansión no tenían mucho tiempo para ellos. Aunque ella tenía mucha curiosidad por el pasado de su superior, Maylene primero preguntaba cosas generales (como qué era un demonio, sus aficiones, disgustos, de qué se alimentaban…) y otras no tan usuales pero que sentía la necesidad de preguntar (como si tenían pasatiempos, familia, mascotas o si podían amar… aunque ésta última ella ya la había resuelto, experimentándola en carne propia~) y muchas otras más. Claro que ella había tenido que alimentarse, cosa de la que se había encargado Sebastián… al prepararle alimentos durante el viaje en aquél barco.
Pero siguiendo con el relato, el demonio a la velocidad de la luz se levantó (procurando no despertar a su bella durmiente) y arregló con el resto de sus ropas, así como peinó lo poco que necesitaba arreglar sus (ya de por sí rebeldes) cabellos azabaches. Soltó un suspiro, en lo que quitó el seguro de la puerta y él mismo la entre-abrió… encontrándose un ojito azul zafíro brillante observándolo, perteneciente a un Ciel con cara de pocos amigos. Sebastián tuvo que reprimir una risa, al notar el "estado" de las ropas y cabellos de su amo: desaliñados y desarreglados. Bueno, se había colocado bien los zapatos, camisa y pantalón, aunque estos estuvieran incorrectamente abotonados o anudados… debía darle puntos por eso y el intentar vestirse solo.
—Buenos días, Bocchan~ —saludó el mayor, con una sonrisa "amable" en su rostro… o mejor dicho, una sonrisa burlona—. ¿Cómo durmió?
—¿Cómo crees que dormí, maldito bastardo? —Preguntó retóricamente el menor, acribillando a su fiel sirviente con su unísona mirada—. Esas malditas gaviotas y el maldito movimiento del maldito barco no me dejaron conciliar el sueño… ¡Ahora sal de ese maldito cuarto y dígnate a arreglar mi maldito lazo de una maldita vez!
—Ay, Bocchan… —Sebastián fingió una cara indignada y desaprobada. Nunca en su inmortal vida había escuchado tantas maldiciones pronunciarse en una misma oración, ni el demonio más vil del infierno lo había hecho—. Un conde de alta sociedad no debería expresarse así, ni maldecir tanto… sea demonio o no.
Pero dichas esas palabras, el mayordomo salió de la recamara (cerrándola detrás de sí) y en menos de un minuto arregló no solo el lazo, sino el resto de las ropas y cabellos de su joven señor. Eso pareció calmar un poco el malhumor del Phantomhive, ya que éste hizo un movimiento de cabeza y lanzó un "gruñidito" (quizás en orgullosa señal de gracias), para luego darse la vuelta… no sin antes decirle a su fiel sirviente.
—Hoy necesito que tú y Maylene se presenten en el comedor, parece que el capitán dará un breve anuncio a los pasajeros… —informó inicialmente el pequeño conde—. Pero también debo discutir con ustedes sobre-…
—¿Las formas en que castigará a Piero-san~? —Preguntó con cinismo y una sonrisa misteriosa en su rostro el oji-rostro.
Ciel negó con su cabeza—. No, eso no… bueno, también eso… aunque pensándolo mejor solo lo discutiré contigo… —recapacitó el menor, pero acabó su oración diciendo—. Pero lo que debemos aclarar es en dónde nos hospédaremos, una vez lleguemos mañana a París y en dónde comenzar a buscar al idiota de Piero.
Sebastián se llevó una mano al pecho, haciendo una reverencia leve de cabeza—. Entendido, Bocchan… ¿Desea algo más?
—Nah, nada más por ahora… —dijo con aburrimiento el pequeño conde-demonio—. Puedes seguir con… l-lo que sea que h-hicieras con Maylene
Sebastián enarcó una ceja, al notar el tono tembloroso con el que el muchachito dijo eso último… así como notar el leve rubor en el rostro de éste. ¿Será que había adivinado por el "aroma" que él y Maylene, habían…? Bueno, si fuese así… ¡Significaba que Cielcito mejoraba sus sentidos demoníacos~! El condecito ruborizado se marchó velozmente de allí, para volver a recorrer la cubierta del barco… su nuevo pasatiempo temporal en esa embarcación. La verdad es que aunque aún comía y bebía (como cuando era humano), no lo necesitaba realmente… pero conservaba sus costumbres. Más al no tener hambre durante ese viaje, no recurrió a su mayordomo para que le preparara ni un dulce.
Con una sonrisa divertida, el mayordomo volvió a entrar a la recamara y cerró nuevamente con llave. Se sentó nuevamente, en una esquina de la cama y contempló, embelesado, el sueño de su querida Maylene. Ella casi parecía una ángel caída del cielo, cuyos alas fueron despojadas, pero que conservaba su hermosura en aquél cuerpo mortal… pero aunque ella no fuese una de esos seres místicos, Sebastián sentía algo similar y por más demonio que fuera… estaba profundamente enamorado, algo que le sorprendió al principio, pues no esperaba que los de su especie pudiesen enamorarse, al menos de algo que no fuese otro demonio.
El oji-rojo salió de sus pensamientos, al escuchar a la muchacha revolverse ligeramente entre las sábanas y haciendo un gracioso gesto facial, casi como un puchero. La miró con una ceja enarcada y preguntó suavemente—. Maylene, ¿estás despierta?
—No es justo, Sebastián-san… digo, Sebastián… o como sea… —decía ella, soñolienta y aparentemente aún en sueños—. Me dan igual las leyes que tenga el Infierno… ¡Yo quiero tener aunque sea un hijo tuyo~!
Una sonrisa misteriosa adornó el rostro del demonio, quien suavemente acarició la frágil cintura femenina, por sobre las sábanas que la cubrían del tacto directo de su palma enguantada. No tenía intenciones de volver a hacerlo, por consideración al delicado cuerpo de la chica, ya que a diferencia de una pareja de demonios… ella no podría "hacerlo" tantas veces. Pero aún acariciándola allí, el peli-negro se inclinó sobre ella y le susurró al oído, casi como un ronroneo de los gatitos que tanto adoraba: «Pues con nuestras constantes “actividades” de los últimos días… no creo que se le tarde en cumplir ese deseo, solo queda esperar… my lady~».
—Sebastián… —volvió a llamarlo dormida, con tono inocente y al parecer pensando que lo escuchó también en su sueño—. ¿Crees que unos bebés concebidos por nuestro amor… serían lindos?
El demonio no pudo evitar sonrojarse (MUY) ligeramente, ante la inocencia y añoranza con que la bella durmiente formuló esa pregunta… cierta calidez también inundó su pecho… sí, pensar en ser padre a futuro se sentía precioso. Bueno, aunque fuese demonio, también tenía deseo a sueños así… ya que los demonios solo sentían regocijo, luego de sufrir demasiado… y Sebastián ya había sufrido más que suficiente, la inmortalidad podía ser monótona si era vivida en soledad. Pero estaba seguro que ya había encontrado a su persona destinada, con la cual ya pensaba en tener una encantadora descendencia… así que su (realmente) larga vida, al final, había valido la pena~
Sonriendo ahora de forma sincera y dulce, sin un ápice de falsedad o ironía cínica, el Michaelis sujetó una de las manos de la chica entre las suyas y besándole su frente, le susurró—. Por supuesto que nuestros hijos serán preciosos… tal como la mujer a la que amo~
Apto seguido, se levantó de la cama con cuidado y salió de la recamara. ¿A dónde iba? Pues hacia la cocina del barco, a prepararle un desayuno a la muchacha… ya que si su joven señor no precisaría de sus alimentos durante lo que quedara del viaje, él se encargaría de consentir a Maylene~
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
[Piero POV] ¡Ju ju ju~! Las expresiones de los tres Shinigamis con los que me encontraba en ese momento, simplemente… ¡No tenían precio alguno~! Mi bella asistente Jill, alias Samurai-chan, era la que más gracia me hacía de todas: con sus ojos abiertos de par en par, un tic nervioso en uno de sus ojos y con sus pupilas achicadas. Los otros dos Shinigamis no se quedaban atrás, pues me miraban con caras de «¡¿WTF?!» dignas de alguien que observaba un fenómeno de circo o algo parecido, el Shinigami de cabellos rubios-negros parecía entre impresionado y curioso, ¡awwww~! ¡Me recordaba a mí de joven~! Aunque… ahora que me fijaba mejor en aquél Shinigami pelirrojo (que me miraba con expresión sus ojos casi blancos de la impresión, con sus gafas inclinadas en su nariz y su quijada caída en épicas proporciones)… me resultaba realmente familiar… ¡EX-TRA-ÑOOOOOOWWW~!
—S-s-senpai… —la voz del muchachito rubio temblaba ligeramente, aunque no parecía de miedo, sino por la impresión de ver un vampiro tan cerca de él—. ¿Éste… de verdad es un-…?
—¿Lindo y sensual vampiro~? —Acabé su oración, volviendo a sonreír y asintiendo. Rodeé el cuello de Jill con mis brazos y empecé a restregar mi cabeza contra una de sus mejillas—. ¡Claro que lo soy~! Si no me creen, pueden preguntarle a mi linda y sensual asistente, aquí presente~
—Jill-Imouto… —dijo en curioso acento japonés el pelirrojo, con voz misteriosa y sin apartar su mirada de mí, parecía reprimirse de saltar encima mío y apartarme de Jill… la forma en que apretaba sus puños me hacía pensar eso—. ¿Cómo es que lo… conoces?
—Y-ya te lo dije, Onii-chan… —le respondía ella, con algo de dificultad al querer liberarse de mi abrazo—. Él fue quien me ayudó cuando llegué a ésta ciudad…
—¿Y se puede saber quién es él? —Preguntó el muchacho negri-rubio, mirándome también entre desconfiado y curioso.
—E-ettoooo… él se llama Piero Clawn, si se preguntan el por qué está maquillado, pues… es porque es un payaso, no pregunten, tampoco sé los detalles… —luego se giró a verme, logrando soltarse de mi agarre y tomando ligera distancia de mí, hasta posicionarse al lado del pelirrojo—. Y colmilludo, él es mi compañero Ronald Tonto-Knox… —señaló primero al jovencito, como si fuera poca cosa, quien la miró de mala gana como diciéndole: «Ja ja ja, muy graciosa…». Luego se abrazó de forma cariñosa al brazo del pelirrojo de larga cabellera, diciendo con una sonrisa—. Y él es mi hermano mayor, Grell Sutcliff~
¡Momento, momento, momentito! . . .
¿Había escuchado bien su apellido?
¿Acaso Samurai-chan dijo “Sutcliff”? . . .
¡Oh, menuda sorpresa~!
¡Ya recordaba todo lo relacionado a ese apellido!
La primera vez en que Jill me dijo su nombre y apellido, solo me había resultado familiar… más no pude recordar dónde lo había escuchado.
Pero ahora… viendo nuevamente a ese pelirrojo rarito, así como escuchando su nombre… varios recuerdos ciertamente divertidos para mí, pero quizás no tanto para el cegador escarlata y de extravagante apariencia, habían llegado de golpe a mi mente. . . . —Vaya, hace mucho que no te veía de nuevo… Grell-chan~ —sonreí de forma juguetona, hasta mostrar mis colmillos, en lo que me llevaba las manos a la espalda y presenciaba las expresiones de consternación, que aparecieron en el rostro de Ronald y Jill.
—¡¿SE CONOCEN?! —Gritaron en forma de pregunta los dos Shinigamis menores, viendo incrédulos al rojito.
Grell pareció sentir un escalofrío recorrer su cuerpo, al escuchar aquél lindo y sensual "apodo" salir de mi boca, nuevamente y luego de tanto tiempo—. T-tú… —Pareció ser que la ira se adueñó no solo de sus verdes ojos, sino de su rostro, ya que abrazó a Jill más contra él y de forma algo brusca, sobresaltándola a ella y al otro chico—. ¡MALDITO HIJO DE PERRA!
—¿O-onii-chan?
—¿S-senpai?
Luego de que Jill y Ronald le llamaran cada uno, en su respectivo orden y término honorífico… yo solo solté un largo silbido de impresión. Aunque no me inmuté por la mirada asesina del ser sobrenatural—. ¡Fiuuuuuuu~! Vaya, Grell-chan, parece que sigues molesto por lo de "aquella" vez… ¿No~? —Incliné mi cabeza ligeramente a un lado, provocanado que los cascabeles de mi sombrero tintinearan levemente y sonreí infantilmente.
—¡Serás bastardo…! —Pronunció él, entre rechinidos de sus apretados dientes de tiburón (que admito honorablemente le ganaban a mis colmillitos vampíricos~), en lo que se levantó de un salto, haciendo aparecer aquella moto-sierra que podía recordar era su Death Scythe ilegalmente arreglada—. ¡¿Qué diablos le hiciste a mi hermana, maldito monstruo?! ¡Si te atreviste a herirla, te juro que ahora sí te mato!
—¿¡G-GRELL-ONII-CHAN!?
Jill abrió sus ojos de par en par, viendo como su hermano mayor se arrojaba contra a mí, dispuesto a cortarme con su linda y sensual moto-sierra. Intentó arrojarse a detenerlo, pero Ronald (al parecer igual de desconcertado por la situación) la detuvo a ella, sujetándola de los hombros.
—¡S-suéltame, Tonto-Knox! —Le reclamó ella, aunque parecía que el rubio solo la detenía para que no fuese herida por la aparente pelea a punto de iniciar. Pero la linda y sensual Shinigami se giró a vernos, gritando fuertemente—. ¡DÉTENTE! ¡No lo lastimes, Grell!
El pelirrojo rarito pareció dudar un poco, al escuchar el grito de su hermanita menor… más fue solo por medio segundo, ya que continuó con lo suyo. Sonreí de medio lado, viendo casi en cámara lenta como el enfurecido Shinigami rojo-sangre se arrojaba contra mí, dispuesto a cortarme con su Death Scythe. Entrecerré mis ojos, los cuales adquirieron su verdadera forma (de total oscuridad, salvo la vertical y azulada pupila) y miré a Jill directo a los ojos, guiñé un ojo despreocupado… para finalmente ser cubierto por una capa de humo, producto del ataque de la hoja del arma de Grell al impactar contra el suelo de grava, donde medio-segundo antes me encontraba y que seguramente me habría dejado cual trocitos picados de Sushi, de no haber esquivado su ataque a tiempo con mis reflejos ex-humanos.
—Vaya, vaya, Grell-chan… hace ya mucho que no te lanzabas sobre mí de esa forma… ¡me trae tantos recuerdos~! —Dije burlón, lo que me encontraba recostado (en pose sexy~) sobre un árbol cercano y que demostraba ser un mero adorno de la calle. Mis brazos estaban cruzados sobre mi pecho y mis ojos vampíricos seguían activados, así como sonreía al más puro estilo yandere que me caracterizaba, con mi mirada ensombrecida ligeramente mis los mechones azulados de mi peluquita—. ¿Pero sabes algo que te agradecería desde lo más profundo de mi corazoncito no-latiente, así como de mi alma~?
—¡¿Qué alma ni que carajo?! —Gritó él, aún enojado—. ¡Tú ya ni siquiera tienes alm-…!
Más no le brindé tiempo para acabar su oración, ya que con velocidad que resultaría vertiginosa hasta para un ser como él, me arrojé en su contra y le planté una profunda patada en su pecho. Él se quejó, llevándose una mano allí y tratando de golpearme con la otra (la cual aún sostenía su moto-sierra)… pero tampoco se lo permití, ya que con una mano sujeté su rostro (de modo que logré cubrir su boda) y lo golpeé bruscamente contra el suelo, acorralándolo en éste. Un gemido dolorido fue lo único que escapó de sus cubiertos labios, yo conservaba mi sonrisa sádica en mi rostro pálido.
Acerqué mi rostro al de él, hasta que sus ojos (poseyentes de mi auténtico y adorado miedo~) se cruzaron con los míos, para luego acabar con la incógnita de mi anterior interrogante, le susurré con mi voz algo gruesa y aterradoramente seria—. No te vuelvas a dirigir a mi queridísima madre de esa forma… o te juro que te sacaré el corazón, lo morderé y le succionaré hasta la última gota de sangre… ¡Todo frente a ti, querido travestí~!
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
[Jill POV] ¿Pero… qué… sucedía? Me encontraba estática, incrédula, preocupada… confundida… ¿Por qué mi Onii-chan se había lanzado a atacar a Piero? Dudo que fuese solamente por ser vampiro, parecía ser por algo personal a juzgar por las palabras que él y el colmilludo intercambiaron. Pero ahora las dudas eran muchísimas más y se agolpaban de golpe en mi mente…
¿Desde cuándo ellos dos se conocían? ¿Por qué Piero no me había dicho antes que conocía a mi hermano? ¿¡Por qué se peleaban!? Más no pude seguir con mis dudas, ya que salí de mi ensimismamiento al ver (con franco horror y angustia) la forma en que el vampiro-payaso acorraló a mi hermano en el suelo, haciendo que éste soltara su moto-sierra en el proceso.
Vi como Piero se inclinó un poco más sobre mi hermano, sujetándole ahora de sus cabellos y alzándolo con brusquedad, para luego acercar sus labios al cuello de éste… en lo que le susurró unas palabras que, a juzgar por lo que leí en sus labios, fueron: «¿Debería acabar lo que intenté en aquella ocasión… Grell-chan~?». Mi hermano abrió mucho sus ojos y aunque intentó forcejear, parecía ser que Piero no solo le ganaba algunos centímetros de altura, sino también en fuerza y le impedía liberarse.
Abrí mis ojos de par en par, al ver como Piero pasaba su lengua por el cuello de mi (al parecer traumado y estático, al ser incapaz de moverse) hermano mayor… recordaba muy bien haber visto que hizo lo mismo cuando mordió a aquél violador… y luego la forma en que lo… asesinó. Una inmensa horda de miedo y angustia cruzó mi cuerpo, en forma de un gran escalofrío, al ver como Piero fue acercándose un poco más hacia Grell, comenzando a restregar sus labios (pintados de negro) contra el cuello de mi hermano y poco a poco, fue abriendo su boca, para descubrir ese par de afilados y blancos colmillos vampíricos.
—¡NO LO HAGAS! —Grité no solo yo, sino también un preocupadísimo Ronald, quien me soltó al acto de los hombros e invocando su Death Scythe en forma de podadora de césped, se arrojó a atacar a Piero.
—¿¡Por qué no mejor muerdes esto!? —Escuché que Ronald le gritó, muy enojado y apuntando hacia la cabeza de Piero con su podadora.
Más el vampiro solamente le envió una sonrisa ladina, para luego apartarse de un veloz movimiento y provocar que quien recibiera el golpe de la Death Scythe-podadora fuese el pobre árbol, donde anteriormente él se había recostado. Piero negó con su cabeza, casi como decepcionado y, esbozando una expresión de aburrimiento, preguntó que si eso era todo lo que un par de Shinigamis de élite podían demostrarle. Pues que si así era, entonces se equivocó y no sería tan divertido el "jugar" con ellos como pensó. Parecía que no me incluyó entre ese término, ya que no me había metido a la pelea… quizás quería ayudar a mi hermano y a mi compañero, pero mis piernas no me respondían y algo dentro de mí me impedía moverme… tal vez, en el fondo, no quería dañar a Piero.
Ese comentario del Clawn pareció enojar más a Ronald, ya que éste se volvió a arrojar contra él, a mayor velocidad que antes… pero aunque no logró encestarle el primer ataque con su podadora… Piero no esperaba que el rubio-negro aprovechara que se centrara solo en su arma, para propinarle una fuerte patada en el pecho. El vampiro soltó un ligero quejido, apretando sus dientes/colmillos, pero no carraspeó ni nada similar… solo le devolvió el golpe a Ronald sobre un hombro, haciendo que éste chocara primero contra los restos del anterior árbol (cortado por Grell anteriormente), y luego acabara cayendo sobre unos botes de basura en un callejón cercano.
—Fu fu fu… no me vengan con esto, Shinigamis… ¿de verdad es todo lo que tienen? —Preguntó Piero, ya con tono de fastidio, cual niñito malcriado al que no le habían comprado su regalo específico en su cumpleaños. Solo se alzó de hombro y añadió—. Yo no tengo tiempo para estos juegos tontos, quería divertirme con algo emocionante… pero, ustedes… ¡Ñeeeeh, me aburren~! —Dijo eso último haciendo un gracioso puchero, luego se giró y se acercó hacia donde me encontraba, aún en estado de shock.
—P-Piero… t-tú… —empecé a articular, cuando me sujetó un brazo y me hizo levantar… lo hizo con mucha suavidad, delicado, una gran diferencia a comparación de sus bruscos y casi crueles ataques hacia mi hermano y Ronald. Estaba tan desconcertada que ni podía mover mis brazos, para sujetar mi katana o siquiera huir de él… pero, su sonrisa calmada y el brillo de sus ojos, me hacía sentir extraña seguridad.
—Tranquila, Samurai-chan~ —me dijo él, agitando mis cabellos con una de sus enguantadas manos y sonriéndome con sus labios maquilladamente negros—. Ni loco pensaría herirte a ti, solo quería divertirme un poco con tus amigos, pero matarlos… Ñah, si ellos no se esfuerzan, eso ya no sería divertido~
—Y-yo… debo… —mi voz seguía temblorosa, Piero me hacía sentir así. Quizás no fuera por el miedo, sino por “algo” más que me era desconocido. Pero reuní valor, respirando hondo y diciéndole, con tono firme—. Piero, te agradezco tu hospitalidad, pero ya debo irme… —sabía muy bien que Grell y Ronald habían ido hasta París solo para buscarme, por lo que era mi deber marcharme ya.
. . .
Hubo un incómodo minuto de silencio, luego de que articulara esas palabras…
Únicamente era roto por la leve brisa que sopló en ese instante, agitando las hojas de los pocos árboles de la calle, así como nuestros cabellos… también los cascabeles del gorro de Piero… . . . —… ¿Eh? —Fue todo lo que logró articular, ladeando su cabeza a un lado y con un ligero sonido de los cascabeles de su gorro. Por medio segundo, esbozó una levísima sonrisa, que claramente era forzada—. … Je je je~… ah, ya veo… bueno, tu deber como Shinigamai es primero, ¿no? Pero, entonces… ¿me dejarás solo?
Su sonrisa se esfumó al acto al pronunciar esa última palabra, al igual que la alegría en su rostro, las cuales fueron sustituidas por una expresión de melancolía, así como en sus ojos azul-eléctrico se reflejaba cierta… ¿Tristeza? ¡¿Pero qué piensas, Jill?! ¡Ni que éste colmilludo te conociera de toda la vida, solo estuvieron juntos dos días a lo mucho! ¡No tenía por qué ponerse así! Pero… ¿Por qué mi pecho pareció contraerse, ante la expresión de tristeza de Piero? ¿Por qué… yo también empezaba a sentirme triste? ¿Por qué… de repente… no quería irme? ¿Por qué… dolía tanto el pensar alejarme de él? ¿Por qué me provocaba posar mis manos sobre su rostro, decirle que no estuviera triste? ¿Por qué deseaba decirle que no quería dejarlo solo? ¿Por qué al escuchar el tono con que dijo “solo”… sentí que se me rompió el corazón?
. . .
Otro minuto de silencio incómodo después… . . . —P-Piero… y-yo… —di un leve respingo, al sentir como rozó los dedos de una de sus manos contra una de mis mejillas. Lo hizo con una delicadeza similar a si acariciara a una delicada y frágil muñequita de porcelana, provocando que un ligero rubor inundara mis mejillas. Con esa misma mano, me retiró un mechón de mi cabello azul que cubría ligeramente mis ojos. Luego… me sonrió de forma leve, forzada nuevamente y tal vez, un poco sincera.
—¿Sabes? Debo admitir que en estos últimos dos días que pase contigo, me divertí como nunca~ —aunque su voz conservaba su alegría usual, estaba ligada a un sentimiento pesado… melancólico. No podía verlo a los ojos, ya que estos eran cubiertos por unos mechones de su peluca azulada—. Aunque se esfumó durante ese tiempo, al tenerte conmigo… creo que mi eterna compañera, desde que me volví vampiro, volverá una vez te vayas…
—¿De quién hablas… Piero?
—Je je je~… —soltó una ligera risita, al parecer solo para alivianar el momento y me respondió—. Pues… se trata de la soledad… desde que mi familia fue asesinada, solo “ella” ha estado conmigo…
—P-Piero… —el pareció intentar decir algo más, pero…
Un reconocible sonido para ambos nos interrumpió, el sonido del rugido de una motosierra encendida se hizo presente… seguido del característico sonido de carne y ropas siendo desgarradas. Mis ojos se abrieron de par en par, sintiendo como una ligera gota carmesí manchó la mejilla donde anteriormente Piero me acarició… más fue seguida por un chorro de aquél líquido vital de color rojo-sangre, la cual manchó mis ropajes. Piero estuvo inmutable al inicio, más luego su boca se abrió y expulsó una gran cantidad de sangre por ella… a causa de que la hoja de la motosierra de Grell atravesó su pecho, así como su traje de payaso anteriormente azul… pero que ahora poseía un ligero tono "morado", al ligarse el azul con el rojo de su sangre. Mi hermano lo había agarrado desorientado y atacado desde atrás, aprovechando su distracción conmigo.
—Pie-… ro… —articulé primero, viendo al vampiro herido de gravedad (y que cerró sus ojos lentamente) frente a mí… luego dirigí mi mirada hacia el pelirrojo que había a espaldas de éste, que respiraba con dificultad y sujetaba a duras penas su motosierra, parecía temblar por ello—. Onii-… chan, ¿por… qué?
—Fue… para protegerte… —lo escuché decir, con voz temblorosa y algo grave, aún enojado.
Grell ya no poseía ni un ápice de su voz chillona o traviesa, en su rostro (también manchado de sangre, junto a sus ropas) ya no quedaba más que frialdad y severidad, ligadas a cierta furia… dignas de todo despiadado dios de la muerte.
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*(1) Aja, ese fue un momento de SebasxMay… xPluto (¿?) que se vio SOLO en el primer Anime, cuando Plutito quería el "caramelo/droga" que tenía la mucama oculto en su vestido~ | |
| | | Jill Arya Sutcliff Demonio
Cantidad de envíos : 44338 Edad : 34 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: Un encuentro inesperado [Piero x Jill] »SUBIDO CAPITULO 08« (SIGO VIVAAAAAA!!! QwQ) Vie Jul 26, 2013 8:45 pm | |
| KAMIIIIIII DIAGNME QUE NO MORIRA!!!! DIGANMELOOOOOOO ... PIERO RESISTE... *le da de zapes a grell * MIRA PELIRROJA LOCA.. SABES QUE TE AMO CON TODA MI ALMA PERO... POR QUEEEEEE *llora desconsoladamente*
*tres horas despues*
POR QUE KAMI...... POR QUE?!!!! ToT
*otras tres horas despues*
QwQ me dejas mordienme las uñas (no tiene ya se las acabo) pero pero pero... por que de donde se conocen.. por que lo ataco? no va a morir verdad no puede QoQ... hidoiii
quiero la actualizacion la estare esperando con una enorme caja de pañuelos a un lado .... QwQ por cierto esa pelea fue epica pero... el final... EL FINAL!!!! *rompe en llanto de nuevo* | |
| | | Pandora Michaelis Sirviente
Cantidad de envíos : 406 Edad : 28 Localización : Tienda de Undertaker xD Fecha de inscripción : 15/07/2012
| Tema: Re: Un encuentro inesperado [Piero x Jill] »SUBIDO CAPITULO 08« (SIGO VIVAAAAAA!!! QwQ) Vie Jul 26, 2013 9:43 pm | |
| Awwww, ¡noooooo! ¡Hice llorar a la senpai! *Llora también* ¡No tengo perdón de Kami-sama! ;w; Y sobre Grell... solo diré que quiere proteger a su Imouto-chan del "Piero del pasado", lo que NO sabe Grell es que Sebby y Ciel lo hicieron cambiar, volverlo bueno, Grell desconoce que el "Piero del presente" (aunque siga siendo yandere) ya no representa una amenaza, SALVO para los que quieran herirlo a él o a sus seres queridos QwQ
LOLOLOL Ya somos dos que no tienen uñas x'DDDD Pueeees, todas esas incógnitas (o la mayoría, depende de cómo vaya desarrollándose la historia) podrían revelarse en el siguiente capítulo UwU
Sobre si muere o no... ya verás, Senpai... QwQ El concepto de los vampiros en mi POV (Kuroshitsuji-ciano) es algo complejo... y complicado. ¡Claro! Como al escribir ésto me sentía inspirada, adelanté una parte del siguiente capítulo, pero orita ya debo centrarme en escribir los fics/one-shots que me faltan para el concurso del foro... que descuidada soy, ¡PERO TODO ES CULPA DE MI GRADUACIÓN! QwQ
Awwwww, que pena que la épica pelea no ablandara el drama del final TTwTT | |
| | | Jill Arya Sutcliff Demonio
Cantidad de envíos : 44338 Edad : 34 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: Un encuentro inesperado [Piero x Jill] »SUBIDO CAPITULO 08« (SIGO VIVAAAAAA!!! QwQ) Vie Ago 16, 2013 4:47 am | |
| no mueras... o usare las esferas del dragon que tengo guardadas QwQ....
ademas soy bien llorona (aveces) eres digna de admirar... por que aunque lloro mucho no lo hago con cualquier cosa ... soy una insensible....
demo demo.. esfuerzate mucho ne.. se que las cosas saldran bienn | |
| | | Pandora Michaelis Sirviente
Cantidad de envíos : 406 Edad : 28 Localización : Tienda de Undertaker xD Fecha de inscripción : 15/07/2012
| Tema: Re: Un encuentro inesperado [Piero x Jill] »SUBIDO CAPITULO 08« (SIGO VIVAAAAAA!!! QwQ) Mar Nov 26, 2013 3:34 pm | |
| Y luego de siglos sin actualizar, en los que nuevamente no tengo palabras para disculparme por la demora x'D Pero sí les agradezco a todos los que leen el fic C: Y sin más que decir, disfruten del fic~.~ o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
Cap. 07: Re-encuentros inesperados (Parte 03)
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
[La mañana del mismo día…]
Ciel corría a pasos apresurados y casi desesperados por los pasillos del barco, de vez en cuando chocando con alguno que otro noble pasajero y que iba retirándose con su equipaje (procurando disculparse al acto), sin dejar su carrerita hasta que llegó a la cubierta del barco y siendo deslumbrado por los rayos mañaneros del sol, reflejándose en las aguas azulinas del océano. Por lo que hacían parecer que un "segundo sol" yacía flotando en la capa azulina y marina. Su respiración estaba agitada y sudaba frío, con su único ojo visible desmenuradamente abierto, además de tener su rostro… ¿ruborizado?
Exacto, Ciel Phantomhive estaba sonrojado y todo por escuchar (sin querer) una serie de… “ruidos perturbadores”, provenientes de la habitación que compartían los sirvientes que lo acompañaron en su viaje a París, Sebastián y Maylene. ¿Y por “ruidos perturbadores” se refería a…? Su pequeño cuerpo se estremeció al recordar las voces del hombre y la mujer allí adentro, simplemente los sonidos que emitían y sus palabras le resultaban simplemente… pues… ¡Eso mismo: perturbadoras! . . . . . . . . . .
—“A-ahhhh… ¡A-aaaah!” —Podía recordar perfectamente en su mente todos esos leves gritos y gemidos, proferidos por la voz temblorosa de Maylene, desde el interior del cuarto—. “S-Sebastián… s-san-…”
—“Shhhhhh…” —ahora quien había hablado fue Sebastián, con una extraña voz ronca y firme, como si se esforzara en algo. Aunque igual sonaba ligeramente autoritario—. “Suficiente, Maylene… es la última vez que te digo que en privado sólo me digas "Sebastián"… deberé castigarte severamente por esto”
—“¿C-castigarme…? ¿E-eso qué signifi-…?” —Más ella no había podido acabar su pregunta, ya que (para sobresalto del pequeño demonio que escuchaba todo desde afuera) soltó un potente gemido algo adolorido—. “¡A-aaaaaaaagh!”
—“Vamos, Maylene… debes relajarte…” —le decía él, aún con su voz ronca pero sonando más dulce, suave, amable… ¿¡Sebastián Michaelis podía ser todas esas cosas!? Era lo que un incrédulo Ciel se preguntaba, inevitablemente con una oreja pegada de la puerta y oyendo todo, con su rostro poniéndose rojito con lentitud—. “Si no lo haces: te dolerá más… y será más difícil para ambos”
¿D-dolerle más? ¿Ser más difícil para ambos? ¡¿Pero qué diablos estaba haciendo ese demonio-pervertido con Maylene?! Bueno, no es que ella fuese una saaaaanta, sufría desangrados nasales con facilidad y fantaseaba MUCHO… ¡Pero seguía siendo una pobre e indefensa humana! ¡Shieru debía hacer algo para defenderla! Pero… ¿Haría falta eso? Con su rostro cada vez más rojo, el demonito del parchecito estaba indeciso sobre entrar o no. Por más morboso que fuera el Michaelis, admitía que era un caballero y tenía buen auto-control, por lo que cabía la posibilidad de que si hacía "cositas de adultos" con Maylene: ésta le diera su consentimiento en ello.
—“Por favor, Sebastián… apresúrate…” —decía con voz suplicante y a ruegos la voz de la pelirroja-vino—. “D-debemos reunirnos con el Bocchan en cubierta pronto… n-no quiero que lo hagamos esperar de más, mientras… lo hacemos…”
—“No te preocupes… ya estoy a punto de terminar…” —¿¡Terminar qué cosa!? Diablos, ¿pero qué clase de sirviente-eterno tenía Ciel? ¡Sebastián era un completo pervertido! Y que no usara el hecho de que era demonio para justificarse… Ciel también era un demonito ahora y no había caído en esos pensamientos-acciones lujuriosamente dignas del "tío Asmodeus"*(1)—. “Resiste un poco más… my lady~”
Y dichas esas palabras, con un tono seductor en las dos últimas, Sebastián continuó con fuera lo que fuera que le estuviera haciendo a Maylene. La cual continuaba soltando quejidos y susurros de que le dolía, sumados a algunos fuertes gemidos, a lo que la voz del demonio le susurraba que le perdonara… pero que hasta ese punto ya debía imponer más fuerza, porque si no: todo se desbordaría y debería empezar de nuevo. Ciel ahora estaba más rojo que una manzana, estando tan traumado e incrédulo por lo que (según sus oídos e imaginación activa) sus sirvientes hacían que era incapaz de alejar su oreja de la puerta, sus piernas estaban estáticas. A la vez en que su único ojito-visible estaba brillando en su forma demoníaca (a causa del mismo shock), con una mano posada en su otra mejilla, con su boca abierta de par en par y hasta sudando frío. Resumiendo todo lo anterior: la carita del conde Phantomhive era tal que podría hacer reír hasta el mismo William, ¡se veía tan gracioso~!
Finalmente, luego de algunos segundos de silencio… el Michaelis soltó un pesado suspiro (bastante parecido a un jadeo) y dijo un satisfecho: «Listo~», el cual fue seguido por un suspiro pesado y agotado (también similar a un jadeo) de la pobre Maylene, casi aliviada de por fin todo terminara. Provocando que el demonito de ojos-azules por fin saliera de su shock-estático, al sentir que ya le respondían sus piernas no aguantó más y salió corriendo como (literalmente hablando): Alma que lleva el diablo. . . . . . . . . . .
—«¡Suficiente!» —Fue lo que Ciel gritó en su mente, tanto decidido como aún sonrojado, pero ya con dicho rubor calmándose poco a poco… Había tomado una decisión.
Como castigo por hacerle perder su inocencia a Maylene y por hacerle perder su virginidad-auditiva (al Phantomhive), éste como orden: ¡Le prohibiría al demonio-pervertido "cuchiplanchar"*(2) con la mucama desde que llegaran a París, así como en toda su estadía allí y un tiempo desde que volvieran a Londres! (Todo eso dependiendo de cuánto les tardaría atrapar a ese escurridizo payasito-vampiro)
Y al cabo de unos pocos minutos, que al condecito le parecieron horas eternas: el demonio-pervertido y la mucama-cuya-inocencia-se-perdió habían hecho acto de presencia en la cubierta del barco. Ambos impecablemente vestidos y cargando sus respectivos equipajes, Sebastián a la vez cargaba el "relativamente poco" equipaje que su joven-amo había llevado, en su otra mano. Aunque algo que desconcertó a Ciel (aún sabiendo la "causa" de eso) fue ver la actitud más tímida y distraída de lo normal en Maylene, además de notar su ligero ruborcito en sus femeninas mejillas. ¿Mientras que Sebastián…? Bah, el condenadamente atractivo demonio-mayordomo lucía sereno, seguro y algo enorgullecido… además de poseer una ligera pero suficientemente visible sonrisilla-ladina-y-pícara, la cual aparecía cada vez que veía a la mucama.
—E-ehem… —Ciel toció ligera y nerviosamente, ya fuera para hacerse notar, para sacar a "la feliz parejita" de su ensueño, o para calmar su propia vergüenza ajena. Su sonrojo afortunadamente ya no estaba, pero amenazaba con renovarse ante lo que su corrompida-mentecilla imaginaba y todo por el comportamiento de Sebastián y Maylene.
—Oh, buenos días, Bocchan.
—¡B-buenos días, B-B-Bocchan!
Fueron los saludos que el mayordomo y la mucama le enviaron al condecito. El primero todo calmado y hasta ligeramente "cantarín", mientras que la segunda todavía muy nerviosa. Ciel no más les respondió con un (intento de) seco: "B-buenos días…", maldiciéndose a sí mismo internamente por todavía tener voz temblorosa.
—¿D-descansó bien en éste viaje, Bocchan? —Preguntó con tímidez y amabilidad la pelirroja-vino, a lo cual Ciel suspiró.
—Pues… al menos pude descansar la última noche, comparado a que anteriormente las gaviotas y otros asuntos me lo complicaron un poco… —fue lo que explicó el de cabellos de color-ceniza.
—E-entiendo… —Maylene parecía apenada y preocupada por su joven-amo. Francamente, ella igual se había desvelado en ese viaje… ya fuese por las "atenciones" que Sebastián le había dado, o por escuchar los relatos sobrenaturales que éste le contaba… pero comparada al Ciel con ligeras ojeras, ella lucía renovada y bastante enérgica. Estaba feliz.
—Esperemos que pueda recuperar sus horas de sueño, tan pronto encontremos un hotel en la ciudad de París —Opinó con tranquilidad el mayordomo, aunque francamente hablando… Ciel descansaba por darse otro lujo más y por ser una costumbre suya, una vez creciera al volverse demonio-adulto, las escasas horas de sueño que requería ya no serían necesarias.
—S-sí, ojalá… —Asintió el condecito y añadió, ahora controlando su temblor-de-voz—. Oye, Sebastián, déjame llevar mis propias maletas.
Sebastián enarcó una ceja, levemente extrañado de la actitud de su joven-señor, pero como aparentaba estar muy animado esa mañana y ante la insistencia de la "orden" del condecito: decidió pasarlo por alto y cederle su propio equipaje. Ya luego se encargaría de trollear al demonito-conde en otro momento, por ahora se divertiría viendo su "desempeño" en cargar sus propias maletitas y también…
—«Le enseñaré la lección de no espiar a las personas detrás de la puerta, mientras se estén haciendo "actividades íntimas"… como ayudar a una dama a ponerse un corsé~» —fue lo que pensó el peli-negro, con una nueva sonrisa-ladina y medio burlona-malévola.
Sí… así es, damas y caballeros. Sebastián no sólo había descubierto a Ciel cuando los escuchaba a Maylene y a él detrás de la puerta, sino que también había entendido la GRAN malinterpretación de éste… al escuchar como habían "forcejeado" entre ellos, tan sólo para ponerle un corsé a la sirvienta. Todo porque (sin querer) Maylene había derramado la jarra de agua sobre sus uniformes-de-mucama, a lo que Sebastián no había tenido otra alternativa que ponerle un vestido "improvisado" que ella llevaba en su equipaje, y el cual SÓLO podía verse adecuado si se llevaba un corsé debajo.
Más Ciel estaba tan concentrado en mantenerse a unos pocos pasos a rayas de sus "pervertidos sirvientes", que ni había notado el distinto vestido que su mucama usaba en ese momento y la apariencia un tanto… "nueva" de la mujer. A diferencia de su superior, que llevaba sus normales ropas-mayordómicas… Maylene llevaba puesto un vestido púrpura suave, un poco más elaborado que su usual uniforme-azul de siempre. Conservaba un delantal blanco, pero la zona inferior era adornada por unos curiosos bordados verticales y de color rojo-vinotinto (por lo que combinaban con sus cabellos), los bordes de las muñecas acababan en lindos bordados blancos. Su cabello rojo-vino intenso estaba suelto, por lo que caía grácil y elegantemente por su espalda, aunque conservaba sus redondas y ridículamente-grandes gajas.
—O-oye, Sebastián… —había dudado un poco en pronunciar el "San" al final del nombre, pero como ahora estaban prácticamente solos (al estar Ciel un poco alejado y luchando cómicamente por llevar sus maletas él solito) decidió no hacerlo—. ¿Qué le sucede al Bocchan?
—Hmmm… Quizás escuchó algo indebido, o vio algo bochornoso aquí en cubierta, Maylene —Fue todo lo que respondió sin interés (bien falso) el mayordomo. La mucama se acomodó las gafas con su mano disponible y dio un ligero respingo, al sentir como una mano enguantada de su superior sujetó un mechón de sus liberados cabellos.
—¿Q-qué sucede? ¿T-tengo algo en mi cabello?
—¿Hmm? Ah, no, no es nada… —el mayordomo respondió calmado y aún acariciando los cabellos entre su mano enguantada—. Es solo que me es agradable sentirlo, es muy suave y aún se siente con mis guantes puestos.
—E-entiendo, pero… —Maylene tragó grueso y alzando un poco su cabeza, hasta poder mirar directo al rostro de su superior (quien le devolvía la fija mirada), añadió la interrogante—. S-si te gusta sentir mi cabello… ¿P-por qué me ves tanto el rostro?
—Pues… porque… —La mucama se estremeció al sentir la voz del mayordomo impactar directamente en su oído, al inclinarse y susurrarle—. Me resultas todavía más hermosa e irrestiblemente tentadora en ésta forma… my lady~
A lo que 3… 2… 1…
Maylene se habría sonrojado (e incluso desangrado nasalmente) por esas palabras… de no ser porque el pequeño Ciel casi se caía en media "escalerita" que conectaba al barco con el puerto, y Sebastián se apresuró para evitar eso. La pelirroja-vino suspiró, pero sin saber si era de alivio o de desilusión. Aunque bueno… ya había recibido "bastante amor" de parte del mayordomo dentro del barco, así que ahora debía centrarse en ayudar a encontrar al escurridizo Piero Clawn.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o [Jill POV]
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—Pie-… ro… —articulé primero, viendo al vampiro herido de gravedad (y que cerró sus ojos lentamente) frente a mí… luego dirigí mi mirada hacia el pelirrojo que había a espaldas de éste, que respiraba con dificultad y sujetaba a duras penas su motosierra, parecía temblar por ello—. Onii-… chan, ¿por… qué?
—Fue… para protegerte… —lo escuché decir, con voz temblorosa y algo grave, aún enojado.
Grell ya no poseía ni un ápice de su voz chillona o traviesa, en su rostro (también manchado de sangre, junto a sus ropas) ya no quedaba más que frialdad y severidad, ligadas a cierta furia… dignas de todo despiadado dios de la muerte.
Incluso William (de haber estado allí) se habría sorprendido de ver ese cambio en mi hermano, más no se habría comparado a mi incredulidad. En un segundo me encontraba despidiéndome tristemente de Piero… y al siguiente… sólo veía su pecho siendo atravesado por le hoja de la Death Scythe de Grell, con sus ropas goteando de carmesí y su rostro inerte, inconsciente… muerto… sí, aún por más vampiro que hubiera sido Piero, la Death Scythe era incluso capaz de darle muerte a un demonio y hasta a un mismo Shinigami… así que no tenía duda de que el Clawn estuviese muerte.
Eso podría haberle dado fin a la horda de asesinatos misteriosos, que se habían librado últimamente en París y así por fin se me permitiría volver al mundo Shinigami. Sin embargo, aún así…
Aún con lo enredado de la previa batalla, había entendido que Grell lo hiciera para protegerme, pero… ¿Por qué sentía un nudo en mi pecho y que mis ojos ardían, a causa de estar soportando derramar lágrimas? ¿Por qué sentía impotencia, confusión, tristeza, rabia y muchas más emociones agolpándose en mi corazón? Y aún con todo eso, seguía sin saber… ¿Por qué me dolía el corazón?
—Jill… —escuché que me llamaba Grell, con su voz ya no tan profunda ni fría, de hecho… sonaba preocupado. No había entendido por qué, hasta que le escuché añadir—. Jill… no llores…
¿Que no llorara, decía? Vaya… estaba tan perdida en mis interrogantes y en ver el rostro sin vida de Piero, que no me había cerciorado de que una condenada lágrima se escapó de uno de mis ojos, resbalando por mi mejilla y abriéndose paso entre las manchas de sangre que adornaban mi rostro… de la misma sangre que Piero expulsó cuando lo atravesaron. Llevándome una de mis manos a mi rostro traté de limpiarla, pero fue inútil… más y más lágrimas conseguían escapar de mis ojos. Puede que sonara ridículo pero aunque hiciese eso, no soltaba sollozos y trataba de lucir fuerte, pero esa máscara fría se estaba desmoronando poco a poco. Mi hermano incluso esbozó una expresión de dolor, no por sus heridas sino por verme quebrarme así, por lo que dándole una última mirada al cuerpo de Piero (como asegurándose de que no se fuese a levantar de nuevo) hizo desaparecer su Death Scythe y luego de que el cuerpo de éste cayera suavemente al suelo (acabando recostado de lado en el suelo), Grell se acercó a mí.
—Jill… por favor… —lo sentí rodearme delicadamente con sus brazos, dándome un abrazo para recostar mi espalda en su pecho y posar su mentón sobre mi cabeza. El abrazo se sentía extraño, como una mezcla de querer protegerme, reconfortarme y a la vez disculparse, pero… ¿De qué?—. No llores, Imouto… lo siento mucho…
¿Qué era lo que sentía? ¿Estaba disculpándose por matar a Piero? Si era por eso… una pequeña parte de mi decía que no importaba, que si lo había hecho era por algo necesario. Sin embargo, gran parte de mi mente y corazón querían gritar de rabia, quería gritarle que por más que se disculpara eso NO traería de vuelta a Piero.
—G-Grell… —Pero al ser incapaz de hablar a causa de mi temblorosa voz, cerré fuertemente mis ojos y me llevé las manos al rostro, ya no sabía si temblaba de miedo o rabia. No quería odiar a mi Onii-chan, ya que podría tener sus razones para haber hecho eso, más otra parte estaba reacia a entender eso… era incapaz de aceptar que el Clawn se había ido—. L-lo mataste… ¡Lo mataste!
—… Lo sé, lo sé… ¡Lo siento! —Él ya había llegado a alzar la voz, pero sin llegar a gritarme, parecía querer. Quizás estaba enojado consigo mismo, por dejarse cegar por la ira, o qué sé yo… pero fuera lo que fuera, creo que no le gustó verme quebrarme en llanto así. Más sólo lo escuché repetir, en voz tan baja que pareció un susurro—. Pero… fue para protegerte…
“Fue para protegerme”… “Fue para protegerme”… ¡¿“Fue para protegerme”?! ¿Qué acaso no podía explicarse mejor? Aún si había sido para protegerme… ¡¿No pudo usar otro método para capturarlo en vez de matarlo?! Estaba empezando a enojarme, lo sentía y a la vez no quería. Estaba enojada con Grell por la muerte de Piero y a la vez no quería estarlo. ¿Esto significaba estar con el corazón dividido? Quería gritar y sacar todo lo que sentía, toda la frustración, pero opté solo por callar y alejarme del abrazo de mi hermano.
—Jill… —la voz de Grell sonaba dolida al verme apartarme.
—Onii-chan, solo… —respiré hondo y tratando de calmarme, solté en un suspiro las palabras y con un tono triste—. No me hables, por favor… . . . . . .
Hubo un incómodo minuto de silencio, el cual pareció eterno para mí…
Ni Grell decía nada, ni yo tampoco…
Y creo que ese silencio tan frío habría seguido presente, de no ser por… . . . . .
—A-ay… ouch, ouch, oooouch… —escuchar la voz del Tonto-Knox por fin hablando nuevamente, en lo que éste se acercaba con una mano en su espalda y con expresión dolorida. Ah, cierto… Piero lo había tirado contra el árbol caído (que Grell cortó) y luego chocó contra unos potes de basura… éste último explicaba la cáscara de banana sobre su cabeza y de la cual Ronald aún no se cercioraba—. Ay-ay-ay, mi espalda…
—¡A-ah! —Grell por fin reaccionó al escuchar a su kouhai quejarse, por lo que se acercó a éste y le preguntó, notablemente preocupado—. ¡Ronny querido! ¿Estás bien?
—Ay, senpai… pues, aunque no siento que me rompí nada… —Ronald trató de incorporarse adecuadamente, pues se encontraba ligeramente inclinado y con una mano en su espalda—. Me duele todo…
—Y-ya veo… —asintió Grell, pero aunque trató de quitarle la cáscara-sombrero a su kouhai, éste último se acercó a mí lo más rápido que su dolorida espalda le permitía.
—E-eh, Jill… ¿No estás herida?
—… No… —respondí suavemente y sin verlo a la cara. Pero mirándolo de reojo, le pregunté—. ¿Y tú?
—Je… pues descartando el hecho de que… me duele tanto la espalda que me siento como un anciano… —dijo eso con una sonrisa ladina y tratando de meter humor a la situación, quizás para matar la tensión pesada—. Pero… esa patada que el vampiro me metió, como dolió… ¡Ouuuuch!
—«Piero…» —pensé con tristeza, enviándole una mirada con el mismo tinte al cuerpo inerte de éste, a unos cuantos centímetros frente a mí—. Pues… ya no deberás preocuparte más de él… está muerto.
—¿¡EEEEEEH!? ¿Ya lo mataron? ¿Tan pronto? —Ronald sonaba incrédulo y no lo culpaba. Resultaba sorprendente que un oponente tan difícil, como resultó Piero, hubiese sido vencido tan pronto—. ¿Y q-quién lo hizo?
No respondí nada, ya que fue el mismo Grell quien explicó todo. Ronald asintió, aún sorprendido y ésta vez por recordar el lado sanguinario-furioso de mi hermano, tal vez. Pero no dudo en acercarse lentamente al cuerpo de Piero, soportó su dolor de espalda y se colocó de cuclillas a un lado de éste, mirándolo con curiosidad y precaución a la vez.
—Vaya… resulta un poco triste ver a un payaso en éstas condiciones, fuese alguien sobrenatural o no… —escuché que dijo en voz baja, quizás más para sí mismo y con tono algo melancólico.
Quizás pensaba que para un niño al que no le asustaran los payasos, ver a uno tan juguetón y jovial como lo fue el Clawn así… sería muy deprimente. No dudé en acercarme y agacharme al otro lado del cuerpo, pinchando suavemente una de las pálidas y frías mejillas con uno de mis dedos… Ronald me envió una mirada de pena, como si lamentara que se hubiese tenido que llegar a ese extremo… pero si su Senpai había reaccionado así, habría sido por algo importante.
—Pero… se haya hecho amigo de Jill o no… espero que con su muerte los asesinatos en masa paren… —opinó suavemente Ronald, conservando el deje de tristeza en su voz y en lo que yo cerraba mis ojos, para evitar que otra horda de lágrimas surgiera de mis ojos verdes.
—Oye… no llores, que luego tendrás más arrugas que una pasa-anciana~
—Tonto-Knox, agradezco que quieras "consolarme"… —dije con ligero sarcasmo en mi voz y en lo que entre-abría mis ojos, permitiendo que una solitaria lágrima resbalara por mi mejilla. Acabé viendo fastidiada a un Ronald con ojos totalmente abiertos (quizás porque le agradecí o qué sé yo)—. Pero no estoy de humor para tus chis-…
—… N-no fui yo, J-Jill… —fue todo lo que él respondió, entre nervioso y ansioso. . . . . . .
¿Cómo?
¿No había sido Tonto-Knox?
Pero entonces… ¿Quién había dicho esa frase trollera?
No había podido ser mi Onii-chan, él estaba detrás de mí y quizás reflexionando sobre sus acciones…
¿Así que… acaso había sido…? . . . . . .
—Oye… no me ignores~ —volví a escuchar que me decían, con un conocido tono de infantil puchero—. ¡Que mala eres… Samurai-chan~!
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o [Piero POV]
.
Muy bien, estimado público. Seguro se estarán preguntando, con caritas de estupefacción iguales a las de Samurai-chan y la del (auto-nombrado según ella~) Tonto-Knox, varias cosas como:
¿¡QUÉ!?
¿¡CÓMO!?
¿¡CUÁNDO!?
¿¡DÓNDE!?
(Y sobre todo…)
¿¡POR QUÉ!?
¡Bueno~! Iré respondiéndolas de una a una…
Primero: ¿¡QUÉ!? ¡Síp~! Resultaba que sobreviví, sigo estando vivito y coleando.
Segundo: ¿¡CÓMO!? Pues simple y llanamente porque soy inmortal… ¡Daaaaah~! ¡Osea, hello~! ¿Por quién han tomado al lindo y sensual vampiro aquí presente?
Tercero: ¿¡CUÁNDO!? Tan sólo me "desmayé" por unos segundos, pues aunque sentí el DO-LO-RO-SO contacto de la moto-sierra asesina de Grell-chan atravesar mi pecho, ni eso fue capaz de matar a un lindo y sensual vampiro como su servidor.
Cuarto: ¿¡DÓNDE!? Pues… ehem… supongo que en alguna calle baja de París… ¿Creen que lo sé todo, tan solo por ser francés? ¡Pues no, soy un pari-marciano con conocimientos oxidados~! ¿Por qué creen que compré antes un lindo y sensual diccionario~?
Quinto y quizás la más importante: ¿¡POR QUÉ!? Jejeje~ Pues diciéndolo en palabras simples: "Un ser que no tiene alma es difícil de matar, hasta por una Death Scythe"… ¡Aja, son muy listos~! Los vampiros no tenemos ni una mísera alma corrompida, que hasta los demonios tienen… tanto Pingüino-senpai como el Chibi-Bocchan tienen almas oscuras, ¡pero almas al fin~!
(Esto es un tema largo y complicado, pero se los explicaré en otro momento…)
—Ay, por fin me ves cuando te hablo… Samurai-chan~ —le dije con una sonrisita a la Shinigami peli-azul, la cual me miraba fijamente y con sus ojitos verdes abiertos en su totalidad. Alcé y acerqué una de mis manos a su rostro, tan solo para enjugar la lagrimita que resbaló por su mejilla—. Fufufu~… con lo que te digo lo bella que te ves sonriendo, y resulta que ahora lloras frente a mí… —¿Por qué ella insistía tanto en ensuciar sus lindos y sensuales ojos, llenándolos de esas cochinas lágrimas?—. Eres MUY insolente, pero a la vez linda y sensual… ¡Jill-chan~!
—P-P-Pie… —Awwww, tan bella~ Ella estaba tan sorprendida en verme vivo, que hasta le era imposible acabar de pronunciar mi lindo y sensual nombre—. P-Pie… ro…
—Ujujui~ Ya era hora de que lo pronunciaras bien, linda y sensual tartamuda~ —Opiné con tono burlón y juguetón, en lo que me incorparaba del suelo lo suficiente para sentarme al "estilo indio". Luego giré mi mirada hacia el (científicamente nombrado por Samurai-chan) Tonto-Knox boqui-abierto, por lo que empecé a chasquear mi lengua y a mover un dedo negativamente—. Tsk, tsk, tsk… cierra tu boca, chico, hay moscas~
—¿S-s-sigues vivo? —Preguntó ahora el chico, con el tartamudeo de Jill contagiándosele.
—Fufufu~… —inflé mis mofletes, ya ligeramente fastidiado de que todos parecieran estar atrapados en el "lapsus de mi resurrección"—. ¿Es necesario preguntar lo obvio, pequeño Shinigami~?*(3) —Pero al notar que éste lucía tenso, le hice el símbolo de la paz (una "V") con una de mis manos—. Calma, calma, muchachito… ya no tengo razones para pelear contigo, ni con Grell-chan tampoco~
—Pero… ¿Cómo es que la Death Scythe no te mató? —Preguntó ahora Jill, mirándome ligeramente preocupada.
—Jejeje~ Pues digamos que los vampiros no somos fáciles de matar, ni una Death Scythe puede matarnos… aunque no hay duda en que pueden hacernos sufrir muuuucho… —Le explicaba haciendo una ligera expresión de dolor, en lo que me tocaba el pecho (justo donde me había atravesado Grell-chan), pero dándole unas palmaditas en su cabecita azul, acabé añadiendo—. Así que tranquila y no te preocupes, Samurai-chan… ¡Tu querido Pierito está vivito y coleando~!
—¡C-cállate! —Me gritó ofendida ella, sonrojándose y apartando su mirada—. ¡No estaba preocupada por ti, en lo absoluto! —Jajaja~ Sí, claro, se nota que esas lágrimas las derramaste porque te cayó algo en el ojo, pequeña Shinigami.
—Lo sabía… —Alcancé a escuchar que bufó cierto pelirrojo rarito, con tono de fastidio y estando a mis espaldas. Al girarme a verlo, le noté cruzado de brazos y al parecer aguantándose las ganas de volver a atacarme—. ¡Tú…!
—Ajaaaa~ ¡Yo…! —Entrecerré mis ojos y le envié una mirada burlesca-superior al pelirrojo, como diciéndole: «¡Lero, lero~! ¡No me mataste, rastrero~!»—. Si los vampiros pudiésemos morir si nos atraviesan o apuñalan el pecho con muuuucha-rabia, sin dudas ese ataque tuyo me habría mandado al otro mundo. Sin embargo… —En lo que continuaba hablando, sujeté a Jill y a Ronald de uno de sus respectivos hombros cada uno, apegándolos a cada lado de mi cuerpo y le sonreí ya amablemente al pelirrojo—. Eso no pasó, ni tampoco hará falta que lo intentes de nuevo, ya que te aseguro que cambié y para bien. Por lo que te quede claro que… ¡Pierito quiere ser tu amiguito, rojito~!
Lo último que ocurrió tras esas SIN-CE-RAS palabras mías fue: que a Grell le surgió una venita palpitante en una de sus mejillas, Ronald enarcó una ceja y aunque ya no me sentía como una amenaza SÍ que estaba confundido… mientras que a Jill, por su parte, le descendió una gota gorda por su nuca y se llevó una palma al rostro.
En lo que susurraba algo, que pude entender vagamente como—. Esto no terminará bien…
—Bueeeeeno~ Ya que todo el asunto está arreglado… —en lo que decía esas palabras me iba levantando del suelo, aún abrazando al par de mini-Shinigamis y levantándolos conmigo—. ¿Les parece que los invite a mi lindo y sensual hogar~?
—¿Qué planeas, colmilludo?
—¿Qué pretendes, Piero Clawn?
Escuché que me preguntaron al mismo tiempo la Sutcliff peli-azul y el pelirrojo, respectivamente, por lo que me alcé de hombros y haciéndome el inocente, respondí—. Fufufu~ ¿Qué acaso un payasito-vampiro cubierto de sangre no puede invitar Shinigamis a su morada, sin levantar sospechas? ¿Es eso? —Sin darles tiempo a responder a ninguno, alcé un brazo enérgicamente al aire y exclamé—. ¡Pues ya se ha dicho~! Síganme a mi hogar, les prepararé personalmente un lindo y sensual almuerzo~
—¡Ni se te ocurra, colmilludo! —Me gritó primero la peli-azul, a lo mejor "temiendo" volver a aprobar mis "dotes culinarios".
—Si mi Imouto va, no me queda de otra que aceptar… ¡Más te vale no agregar veneno a la comida, te estaré vigilando! —Me gritó ahora el pelirrojo, aunque parecía que decidió darme un "medio-voto de confianza" al ver que su hermana no me temía.
—Si vamos a aceptar, ni modo, me uno… ¡Oye, Piero-san~! ¿Vives en un castillo como el tal Drácula? —Fue lo que preguntó Ronald, con extraña curiosidad y siguiéndome por atrás, ya aparentemente más abierto conmigo.
—Pues no es un castillo, ni tampoco una choza. Aunque está en condiciones un poco "indecorosas", porque hace siglos que no le doy una limpiadita… —explicaba ya más calmado y en lo que re-memorizaba uno de los "vagos" atajos hacia mi hogar, tratando de evitar el ojo público.
—Entiendo, pero… ¿No has tratado de volver tu "vampireza" a Jill? —Enarqué una ceja, inicialmente extrañado de esa pregunta tan seria de parte del Knox… más éste sonrió ladinamente y añadió—. Ella nos contó que la acorralaste MUY sugestivamente en una cama, y por esa razón pregunto, Piero-san~
—¡H-HENTAI-KNOX! ¡Deja de malinterpretar mis palabras! —Y con ese grito de parte de Samurai-chan, observé como intentó darle una patada al peli-negro-rubio.
—¡EEEEEH! ¡Cálmate, Jill-zilla! ¡Sólo era una broma! —Exclamaba en su defensa éste, haciéndose a un lado y evadiendo los golpes que la peli-azul trataba de plantarle.
Jejeje~ Éste muchachito empezaba a caerme bien, por sus trolleos hacia Samurai-chan. Aunque Grell parecía seguir dudando de mí, pues estaba viéndome feo, fufufu. Pero salvo por ese detallito… ya no me cabían dudas, ni tampoco me había equivocado… ¡La llegada de estos Shinigamis sería MUY divertida~! ¡YUJU~!
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o- N/A (Notas de Autora):
*(1) Para los que no lo sepan, Asmodeus (o "Asmodeo", entre otros nombres variantes) es el demonio capital que representa el pecado de la lujuria. Osea, el que pervierte y llena de cochinadas la mente de los mortales, en mis Fics pueden imaginar que Asmodeus es algo como "el tío paterno" de Sebby LOL~.~
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*(2) "Cuchiplanchar", como quizás algunos conozcas y otros no, es una palabra "vulgar" o "no educada" de referirse a tener "serso", o dicho de forma menos fea (?), de tener "relaciones sexuales". Les explicaré de dónde proviene (posiblemente xD) éste "término" y de forma fácil con una pregunta. ¿Cuando se plancha la ropa, qué es lo que se hace? La respuesta es simple: Colocas una prenda abajo y la plancha encima, ésta lo que hace es calentarse y por lo tanto cumple con su trabajo, ya que deja sin arrugas la ropa y al cabo de un tiempo se enfría. Mientras que la otra palabra "cuchi", podría referirse a la… ehem… "vajilla" (?) de la mujer… ¡Dios! ¡Me sonrojé escribiendo sutilmente ésta explicación! LOL~.~
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*(3) Jajaja no sé por qué, pero me hace gracia imaginar que Piero se crea "el adulto responsable", a comparación de Jill y de Ronny. En éste fic: Piero aparenta unos 21 años, Jill aparenta unos 18 años y Ronald unos 17. Mientras que Grell aparentaría unos 26, Sebastián unos 25 y Maylene unos 22~.~
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| | | Jill Arya Sutcliff Demonio
Cantidad de envíos : 44338 Edad : 34 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: Un encuentro inesperado [Piero x Jill] »SUBIDO CAPITULO 08« (SIGO VIVAAAAAA!!! QwQ) Miér Nov 27, 2013 1:53 am | |
| pieroooooooo.. no moristeeeeeeeeeee!!!!! QwQ
nyaaa que bueno que actualizaste.. yo pense que ya no nos querias :´(.. demo dmeo demo.. dej un momento mi8 tarea para leer... fue hermoso.. demo demo demo... por que mi grelly odia a piero QwQ...
dios la broma de ronald... jajaj ese rubio | |
| | | Pandora Michaelis Sirviente
Cantidad de envíos : 406 Edad : 28 Localización : Tienda de Undertaker xD Fecha de inscripción : 15/07/2012
| Tema: Re: Un encuentro inesperado [Piero x Jill] »SUBIDO CAPITULO 08« (SIGO VIVAAAAAA!!! QwQ) Miér Nov 27, 2013 8:12 am | |
| Yaaaaaaay~ Piero viveeeee, viveeeeeeeeeee~!!!!! QwQ
Jajajaja síp, sorry. Pero entre una cosa y otra, además de falta de inspiración, no había podido seguir u.u pero es mejor tarde que nunca x'D
Y por qué Grell odia a Pierito, calculo que en el siguiente capítulo (o el que le sigue a ese n.nU) ya se revelará, así como el pasado de Piero antes de ser sirviente Phantom ;w;
Jajajaja seeeeh, Ronny es un loquillo, ahora Jill deberá ser fuerte… ¡La trollearán Piero y Ronny a la vez! xDDD | |
| | | MeLargodelForo:P Rey
Cantidad de envíos : 1670 Fecha de inscripción : 18/03/2013
| Tema: Re: Un encuentro inesperado [Piero x Jill] »SUBIDO CAPITULO 08« (SIGO VIVAAAAAA!!! QwQ) Lun Dic 09, 2013 6:50 pm | |
| y al fin me aparezco en el foro, exclusivamente a comentar porque se me había olvidado hacerlo -lol- pobre Ciel, a este paso terminará en el diván del psicologo! jajajajaja es que con algo así cualquiera malpiensa...
Piero está vivo!! Está vivo!! Uff que alivio! ya me ibas haciendo llorar con su muerte... fue gracioso ver que aun así ese bendito payaso no pierde el sentido del humor jajaja
Actualiza pronto, o pasaré por tu casa y te obligaré a hacerlo! (?) okno, pero por favor no nos dejes mucho tiempo con la intriga de saber por qué Grell y Piero no se la llevan bien... | |
| | | Pandora Michaelis Sirviente
Cantidad de envíos : 406 Edad : 28 Localización : Tienda de Undertaker xD Fecha de inscripción : 15/07/2012
| Tema: Re: Un encuentro inesperado [Piero x Jill] »SUBIDO CAPITULO 08« (SIGO VIVAAAAAA!!! QwQ) Vie Jul 11, 2014 12:44 pm | |
| ................... Hola, sigo viva (?)
Para no extenderme, solo diré que mi ausencia/inactividad en éste y los demás fics se debe a: reseteo de mi laptop, problemas titánicos de internet y como si la falta de inspiración no fuese suficiente: entré en depresión por la muerte de mi gatito Oliver (?), pero ya superé eso... *Se me escapa una lágrima que no noto (??)* ehem ehem...
En fin, aquí tienen la continuación. Disfrutenla x3
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o - Cap. 08: La asesina... ¿de las rimas? (LOL):
[Piero POV] Ya hace poco que había guiado al trío de Shinigamis hasta llegar a la morada de su servidor, nos habíamos instalado inicialmente en la sala… tan pronto como entré: quise ser un buen anfitrión y encargarme de curarles las heridas a los Shinigamis-varones, producto de nuestra anterior batalla. Sin embargo (y como lo supondrán~) cierto pelirrojo estaba más que reacio a dejarme acercarme a él, mucho menos a su kouhai y ni hablar de a su hermana. Estuvimos un ratito enfrascados en ello: en lo que Grell me lanzaba gritos y yo le respondía de forma calmada/burlona, para tratar de hacer que él "le bajara dos" y hacer las paces de una vez por todas.
Aunque… resultados no daba en lo absoluto.
—¡No, no y no! —Gritaba Grell, parado con todo-y-tacones sobre una de las sillas del recibidor de la sala… lo cual habría hecho enojar a cualquier ama-de-casa, pero como yo no me considero un "obsesivo compulsivo con la limpieza" (como Pingüino-senpai~), pues igual me daba ese detalle. Siempre que no fuese en la mesa como tal, no habría problema~
—¡Ay, pero no se enoooo~oje, señor Shinigami! —Le insistía yo, al más puro estilo de "el chavo del ojo" y con un inofensivo-botiquín de primeros auxilios en una mano—. ¿Por qué me grita de esa forma tan abrupta si tan sólo estamos hablando tranquilos, mi estimado travesti?
—¡Dejemos las cosas claras! Acepté venir a tu hogar por petición de mi Imouto… ¡Pero nunca accedí a que precisamente TÚ me atendieras MIS heridas! —Grell estaba como que un poquito-exaltado, ó bueno… mejor dicho, estaba como que SUMAMENTE-histérico, pero como diría todo buen campesino: "Había que quere'lo, había que quere'lo~"—. ¡Seguro es otro malévolo y retorcido plan para hacer dios-sabrá-qué cosa, vampiro depravado!
—¡Ñaaaa~ah! Pero te digo que esa forma de pensar mía la dejé atrás y fue hace mucho, Grell-chan… —Respondí, llevándome la mano del botiquín a (donde supongo estaría) mi corazoncito-no-latiente y añadiendo, tendiéndole mi otra mano—. Así que baja de esa silla y déjate atender por tu servidor… ¡Seamos inmortales civilizados, Grell-chan~!
—¡Civilizado es lo último que puedes llegar a ser, enfermo!
—¡Grell-chaaaa~an… ya me estás colmando la pacienciaaa~a! —Le advertí en un canturreo y con una venita palpitante presente en mi mejilla, junto a una sonrisa que aparentaba dulzura… aunque por ésta ocasión, ya me empezaba a sentir como Pingüino-senpai—. Deja de ser tan inmaduro. ¡Estás dándoles un mal ejemplo a tu Imouto y a tu Kouhai!
Señalé con un movimiento de cabeza al par de Shinigamis más jóvenes, quienes miraban todo en silencio y sentados en un par de sillas más del recibidor uno al lado del otro. Cada uno con sus respectivas expresiones: Ronald con una ligera sonrisilla divertida y Jill cubriendo su rostro con una mano, ambos sudando una gota gorda.
Y finalmente, acabé mi oración/regaño con la frase/puchero—. ¡Al igual que dejándome como un pervertido frente a ellos, fufufu~!
—Oye, Onii-chan… es cierto… — ¡Ah, al fin sucedía! El tan esperado momento donde Samurai-chan intervenía, para defender la justicia y ponerle fin a todo ese embrollo, sobretodo para defenderme de las acusaciones de Grell—. Ya que el colmilludo éste y por sí mismo me había dejado claro que es TODO un perverti-… ¡UJUM!
¡Fu fu fu~! Ahora tuve que intervenir yo, plantándole a la peli-azul un cojín en toda su linda y sensual carita, por lo que no pudo acabar esa oración con nada más que un suave quejido.
—Samurai-chan, querida… ¡Mejor no intervengas~! —Fue lo que le dije, con una ligera venita palpitante en una de mis mejillas y con una sonrisita ladina. Ya tenía suficiente con los insultos de un Sutcliff a la vez… ¡Gracias~!
Jill sujetó el cojín entre sus dos manos, apartándolo poco a poco de su rostro… por lo que su linda y sensual carita de: «Voy a matarte, colmilludo condenado» quedó al descubierto. A lo que yo, como el vampiro-adulto y maduro que soy… ¡Le saqué la lengua~! El pequeño Ronny-Polly (como le decía yo~) tuvo que llevarse una mano a su boca, para reprimir una segura carcajada. Más para su buena suerte, Samurai-chan no se cercioró de ello… estaba centrada en mirarme feo con ese par de lindos y sensuales ojos suyos… ¡Ah~! Esos ojos verdes y brillantes, cual esmeraldas sobrenaturales.
—¡PIERO CLAWN! — ¡Ay ay ay! Cerré fuertemente uno de mis ojos y me cubrí mi oído (cuyo tímpano por poco no explotó) con una mano, a causa del grito que Grell había soltado tan cerca de mí… en lo que procuré no esbozar demasiado mi expresión de dolor. ¿Qué acaso el pelirrojito ése no sabía que los vampiros tenemos una audición muy fina y algo sensible?
—¿D-dime… Grell-chan~?
—¿¡CÓMO TE ATREVES A HACERLE ESO A MÍ IMOUTO!? — ¡Fu fu fu! Pues al parecer no lo sabía, ya que seguía gritándome con ese timbre super-agudo-de-guacamayo-rojo-violado… y que espero no haya provocado ninguna grieta en alguna de las ventanas, porque (quisiera ó no) sería mi deber limpiarlo.
Duró un rato gritándome, hasta que se me ocurrió una idea y señalando a una ventana, grité con cara de sorpresa—. ¡Mira, Grell-chan! ¡Es mi Pingüino-sen-…! D-digo… ¡Es tu Sebas-chan~!
Como habrán supuesto, queridos lectores: esa estrategia improvisada (pero conocida debilidad de Grell-chan) funcionó. El pelirrojo se giró y empezó a buscar con la mirada al "nombrado" demonio-con-traje-de-Pingüino, lanzando otro agudísimamente ensordecedor (para mí) grito de: «¿¡SEBAS-CHAN!? ¿¡DÓOOOO~ONDE!?». A lo que sin perder tiempo, me arrojé hacia Grell de un salto y lo tiré de la silla, ambos terminamos cayendo al suelo y rodando por éste. Como igual habrán supuesto, el pelirrojito no se lo tomó muy bien y empezando a forcejear, procedió a soltar nuevamente sus potentes gritos (de guacamayo rojo a punto de ser violado) como: «¡KYAAAAA~A! ¿¡Cómo te atreves a tirarte así sobre una dama!? ¡Cuidadito con haberme roto una uña, vampiro acosador!».
A lo que yo le respondía, entre forcejeos y tratando de inmovilizarlo (no por nada raro, público pervertido y malpensado~ sino) para atender sus heridas: «¡Ñaaaa~ah, tú me obligaste! ¡Así que cálmate y déjate atender, Grell-chan~!». Claro que yo hacía todo eso, no sólo sujetando el botiquín en una de mis manos… sino que tratando de evitar que el Shinigami de extravagantes ropas me sacara un ojo, con alguna de sus largas y rojizas uñas.
Seguramente habríamos seguido así, de no ser porque Samurai-chan se levantó de su silla y ya harta de tantas tonterías, lanzó un grito para hacerse oír entre tanto forcejeo—. ¡Colmilludo, es suficiente! ¡Déjame atender las heridas de mi Onii-chan por mí misma!
Al acto ambos nos detuvimos, estando despeinados y viendo a la peli-azul con sorpresa… luego nos vimos entre nosotros, asintiendo al mismo tiempo. Debo añadir con nada de gusto (porque "del otro lado" NO soy) que me encontraba encima del pelirrojo, cualquier persona de mente BIEN cochina y hambrienta de "Fan-service" habría malpensado de nuestra posición… ¡Aja, querido público fan del yaoi, hablo de ustedes~!*(1)
El pelirrojo finalmente se había tranquilizado; al menos por ahora, ya que era obvio que me costaría ganarme poco a poco su confianza… ¡Fufufu~! Por lo que nos levantamos, sacudiendo nuestras ropas (algo desordenadas, por el forcejeo anterior) y cada uno fue a su destino: Grell se sentó en una de las sillas del comedor para ser atendido, mientras que yo le di el botiquín a Jill y les dije que (tan pronto me cambiara mis ensangrentadas ropas) iría a traerles unas toallas, ó algo para que se limpiaran. Porque bien cochino había quedado el pequeño Ronald, cuando lo arrojé hacia el cubo de basura ese… ¡Ju ju ju~!
Y hablando del Shinigami negri-rubio, éste se levantó, diciéndome—. Si quieres te ayudo a traer esas toallas para que no debas hacer doble-viaje, Piero-san.
—¡Touche~! Ven conmigo entonces, Ronny-Polly~ —Asentí grato por el ofrecimiento del menor y ambos nos fuimos caminando del salón.
Si bien el chiquillo podía ser más joven que yo y todo respetuoso… durante el trayecto a mi morada le pedí que NO se dirigiera a mí por "Usted", sino que me ''Tú-teara'' en total confianza: él aceptó encantado y tan sólo se dirigía a mí con el usual "Piero-san". Incluso se rió la primera vez que me dirigí a él por el apodo que le puse, al menos el chico aceptaba bromas y no me golpeaba por ellas… como ciertos parientes Sutcliff… ¡Fu fu fu~! Se podía decir que ambos nos agarramos confianza rápido, pues lo ocurrido antes fue un mero malentendido y revuelo innecesario por culpa de Grell-chan… así como mía, al dejarme llevar.
Solo quería que el rojito accediera a dejar nuestro "pasado pisado"… y si bien actualmente NO me encontraba nada orgulloso de éste, también me encontraba totalmente dispuesto a enmendarlo.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
[Jill POV] Uff… lo primero que hice al ver como Piero y Tonto-Knox se retiraban de la sala: fue soltar un suspiro de alivio. Ya que así no volverían a discutir él y Grell, al menos por ahora… lo cual no sólo me tenía intrigada a mí, sino igual a Ronald. Ya lo habíamos hablado antes a susurros, pero lo mejor sería no preguntar del asunto a ninguno de ellos por ahora. Por lo menos no a mi onii-chan hasta que se calmara totalmente, quizás podría preguntárselo luego a Piero… pero primero debía atender a mi hermano mayor.
—Bien, veamos… —Me senté en una silla frente a Grell, sujetando el algodón bañado en alcohol en una de mis manos y que saque del botiquín que me fue entregado—. ¿Listo, onii-chan?
—Sí, Imouto… —Respondió él, asintiendo y con un tono ya no tan molesto, pero seguía algo tenso. Quizás por pensar que estaba en la casa de su "enemigo", ó algo parecido.
—Bien. Esto puede arder un poquito… —Expliqué con dulzura, poco a poco acercando el algodón a las heridas del rostro de mi hermano.
Una vez hicieron contacto Grell cerró sus ojos para aguantar el ardor inicial y soltó un ligero quejido ahogado. No podía culparlo… las heridas en su rostro eran pequeñas pero profundas y si bien no eran mortales: tardarían un poco en desaparecer. Aunque para mi alivio, al rato él se fue acostumbrando y ya no le dolía tanto que le atendiera. Odiaba verlo sufrir… sentía que el corazón se me rompía cada vez que mi Grell-onii-chan sentía dolor y yo era incapaz de evitarlo… por más pequeña que fuese la causa. Hasta que llegamos a un punto en que sus heridas visibles y que la ropa no cubría estaban atendidas, pero… aún faltaba atender las que estaban ocultas por ésta misma.
—E-ettoooo… O-Onii-chan… —Mi voz empezó a temblar, ante la petición que tenía que hacerle y que me generaba nervios. Pero tragando grueso reuní valor y acabé diciendo—. ¿P-podrías por favor… q-quitarte la camisa?
—¿Are? —Me vio inicialmente extrañado, como si hubiese estado pensativo y saliese de tal estado. Hasta que al analizar mi frase… su cara se tiñó de un tono rojizo que nada podía envidiarle a su cabello—. ¿¡A-Aaaaaa~ah!? ¿¡P-por qué me pides eso, Imouto-ecchi!? ¡N-no se le debe pedir a una ''dama'' que se quite sus prensas, a-así como así! ¡YO NO TE ENSEÑÉ ESAS COSAS, POR AMOR DE-…!
—¡O-O-ONII-CHAN…! —Grité en lo que (por acto reflejo) solté el botiquín y éste cayó al suelo junto a mis pies. ¿¡Pero qué tan malpensado podía ser Grell!?
—¡A-pa-páp! ¡NO ME ALCE ASÍ LA VOZ, JOVENCITA! —Me silenció él, llevando de un movimiento elegante y femenino un dedo hasta mis labios, viéndome con cara indignada y desaprobatoria. ¿¡Pero por qué diablos se ponía así!? S-si yo era la que sentía más pena de pedirle eso, aunque él parecía no notarlo… estaba más ocupado en su histeria/melo-dramática y en lloriquear con su rostro cubierto por sus manos—. ¿¡Pero qué has estado aprendiendo de ese colmilludo cuando no te veía!? ¡MALDITO PAYASO! ¡Ya corrompió a mi pequeña Jill-Imouto! ¡NOOOO~O!
—¡N-no, Onii-chan! ¡N-no malpienses, ni interpretes nada que no es! —Tuve que sujetarle las muñecas y apartar sus manos para verlo a los ojos y tratar de explicarme—. T-te juro que no es por nada de e-eso, sino que… es s-sólo porque… ¡E-ettoooo! —Al estar tan nerviosa (e igual de roja que él) no podía hablar sin temblor en mi voz, así que con mi cabeza señalé el botiquín.
—¿A-Are…? ¡O-ooooo~oh! —Alargó esa última sílaba, poniéndose ahora mucho más rojo (seguro de la pena) y hasta acabó riéndose ligeramente—. ¿E-era por eso? Y-ya veo… discúlpame, querida~
—N-no te preocupes, Onii-chan… —Respondí con una sonrisita ligera y hasta uniéndome a las risillas de él, pensando con cierto agrado—. «Al menos ahora no está tan tenso ni serio, como cuando llegamos aquí… que alivio~»
Así que para darle algo de "privacidad" en lo que se quitaba la camisa, acabé volteándome y agachándome… lo último para volver a sujetar el botiquín. Pude reconocer el típico sonido de la tela cayendo al suelo, después de algunos ligeros quejiditos de Grell (seguramente porque le ardía la piel a medida que se retiró dicha prenda) y no pude evitar que mis mejillas volvieran a sonrojarse.
—E-ettooo… ¿Listo, Onii-chan?
—Listo, querida~
Procedí a prepararme psicológicamente, respiré hondo y me di la vuelta… lo cual fue inútil, ya que mi rubor en vez de calmarse: aumentó drásticamente de intensidad. ¿Razón? ¡Pues ver el torso de mi hermano sin su camisa, ni su chaleco puestos! Agradecía que Grell estuviese dándome la espalda (en lo que parecía doblar tranquilamente las prendas que se quitó) porque no vio mi expresión "embobada", ni mi rostro ya comparable a una manzana enorme.
Decidí no hablar para que el temblor de mi voz no delatara mi nerviosismo, me acerqué y volví a sentarme en el banquito detrás de él. En lo que continuaba atendiéndole, duramos un buen rato en un silencio no necesariamente incómodo, ni tenso. Sólo… en silencio y ya… hasta que…
—Ne, Imouto…
—… ¿Ajá? —Solo me salió decir eso, para indicarle que lo escuchaba y que siguiera.
—… —Pareció dudar de continuar, pero decidió lo contrario y con tono de sincera incertidumbre, preguntó—. ¿En serio… ese colmilludo no te hizo nada?
—Pues… sin contar sus bromas ó travesuras que me sacan de quicio, casi tanto como si fuera un segundo Tonto-Knox… —Sonreí con cierta ironía al decir eso y seguramente Grell me imitó (porque escuché que soltó una risita leve), más añadí con extraña seguridad—. Pero… él realmente no ha sido cruel, ni ha tenido segundas intenciones conmigo… de hecho, ha sido muy amable… irritante, pero amable.
—…
—¿Sabes? Ahora que lo recuerdo… durante la persecución que tuve con él, encima de los tejados de las casas de París… cuando me desmayé… —¡Vaya, es verdad! Me había quedado inconsciente al ya no tener fuerzas, todo por culpa del hambre que sentía en ese momento—. Piero me trajo hasta aquí, a su hogar, me alimentó… a pesar de todas los insultos y maldiciones que le grité antes…
—…
—…
—Ya veo… —Fue todo lo que dijo inicialmente, pero tras otros segundos de silencio, añadió—. Es aliviante escucharlo…
—E-etto… Onii-chan…
—¿Dime, querida?
—… Disculpa si te choca la pregunta, pero… Tonto-Knox y yo estamos intrigados… y bueno… —Tragué grueso, teniendo que reunir las palabras más delicadas antes de articular mi pregunta—. ¿Por qué odias tanto a Piero?
Un silencio renovado inundó la habitación… pero para mi pesar, éste SÍ podía sentirse incómodo y lleno de tensión. Sin embargo, Grell suspiró con cierta resignación, parecía ya estar dispuesto a explicarme qué pasaba entre ellos dos… digo: si tanto discutían frente a Ronald y frente a mí, al menos debíamos saber la razón, ¿no?
—Pues, verás, Imouto… —Empezó a hablar, ahora él parecía tratar de reunir las palabras correctas para empezar—. El Clawn se ganó mi odio porque estando en Londres, él solía-…
«¡CRASH!»
¿¡Pero qué…!? ¿Qué había sido ese ruido? Al verse abruptamente interrumpido, mi hermano giró rápidamente su mirada hacia la zona de dónde había sonado y ambos nos cercioramos de que… ¿¡La ventana estaba rota!? Buscamos rápidamente la causa de ello alrededor de la habitación (como alguna piedra arrojada por un sin-oficio ó alguna pelota desviada) pero no había nada así, hasta que…
—¿Qué es eso de allí? —Escuché que preguntó mi hermano, señalando con una mano algo que lucía "metálico y brillante" que parecía haberse clavado en una silla cercana.
Sin dudarlo me levanté, me acerqué y al sujetarlo hasta arrancarlo de dicha silla, pude cerciorarme de que se trataba nada más ni nada menos que de…
—¿Un… hacha?
Ok, éste día se ponía cada vez más raro. Seguidamente, noté extrañada que el cuarto se había oscurecido repentinamente y al girarme, me cercioré de que la ventana rota había sido cubierta por las cortinas. Mi mal presentimiento comenzó a aumentar… ya que mi Onii-chan me vio a los ojos nerviosamente, como diciendo sin hablar que él NO las había corrido hasta tapar la luz del sol.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
[Piero POV] —¿Que por qué Grell-chan me odia tanto? —Repetí con sorpresa la misma pregunta que Rolly-Polly me acababa de hacer, en lo que yo me cambiaba ya mis ropas ensangrentadas por un conjunto limpio, que descolgué de una pared del cuarto de lavado.
—Pues sí… tanto Jill como yo nos hemos preguntado eso desde hace rato… —Afirmó él, mientras que se encontraba buscando unas toallas en el armario que le indiqué, en una esquina del lugar.
—… Uff, ni modo~ —Solté un suspiro ya resignado (una vez me puse la última prenda-nueva: es decir mi camisa), pero dispuesto a desembuchar ya todo el rollo. Digo, si Samurai-chan y Rolly-Polly se aguantarían nuestras riñas, era justo que supieran la causa—. Digamos que todo se debe a que… durante mi estadía en Londres, yo solía-…
«¡CRASH!» . . .
¡Ñah, que fastidio!
Siempre que intentaba explicarme ó siquiera terminar una oración importante… ¡Pasaba algo! Y hoy… no fue la excepción, gracias a ese sonido de cristal rompiéndose que sonó…
«¡KYAAAAAA~A!» . . .
Seguido minutos después de algunos gritos desconcertados de Grell y… ¡Mi asisten-…! Digo… ¡De Samurai-chan! Una expresión de alarma y preocupación seguramente se dibujó no sólo en el rostro del joven Shinigami junto a mí, sino también en el mío. Ronald salió corriendo del cuarto de lavado, dándole igual tirar al suelo todas las toallas que agarró y dirigiéndose a la sala de donde provenía todo ese alboroto. ¡Yo no iba a quedarme atrás!
—¡Resistan, Grell-chan y Samurai-chan! ¡VOY A SALVAR-…! —Lamentablemente, mi heroica escena se vio abruptamente arruinada porque mi adorada bufandita se había enredado en no-sé-qué cosa del baño, y no pude hacer más nada que caerme de espaldas al suelo—. … ¡Fu fu fu! ¿¡Es que se me cruzó un gato negro enfrente ó qué!?
Porque no había ninguna duda en que… ¡Hoy NO era mi mejor día!
Una vez pude liberar mi bufanda de lo que la había enredado (que resultó ser una escoba), sujeté las toallas del suelo (para evitar resbalarme con ellas y por la flojera de volver a guardarlas: me las llevé conmigo~) para luego dirigirme corriendo hasta el salón donde se escuchaban muchos más sonidos, junto a un alboroto titánico digno de una batalla entre Shinigamis… y algún ser sobrenatural que no sabía ni cuál era.
Apenas puse un pie dentro del lugar de los hechos (el cual para mí sorpresa se hallaba algo oscuro, a causa de que las cortinas cubriesen las ventanas) tuve que agacharme… para que no me cortara la cabeza un hacha-voladora que por medio segundo evité y la cual terminó clavándose en una pared a las afueras de la sala. Seguramente esa misma hacha había sido la causa de que la ventana de ese cuarto estuviera rota (según el característico sonido de los pedazos del cristal al ser pisados) y-… . . . .
¡MOMENTO!
¿¡Un hacha!? . . .
—Oh… con un demo-… —Sólo por esa vez me dio igual soltar una palabrota en mi propia casa, pues toda señal de energía en mi rostro se había ido: siendo reemplazada por un fastidio enorme (y rarísimo de ver en mí)… digno de competir con el rostro usual del Chibi-Bochan.
Mientras que en frente de mí, pude ver a Jill y a Ronald luchando (haciendo uso de sus Death Scythes) contra una sombra rara, en lo que la mantenían al margen de un Grell con su torso ya vendado, pues éste (en sus actuales condiciones) no podría darle pelea. Dicha sombra (que era bastante pequeña, a comparación de ellos) era cubierta por una gran capa de color café oscuro y cuyo rostro no podía apreciarse, debido a la capucha que lo cubría. Solté un suspiro fastidiado, al reconocer no sólo la altura… sino también algunos de los mechones roji-cerezos, que se apreciaban entre la capucha.
—¡PIERO-SAN!
—¡COLMILLUDO!
Salí de mi ensimismamiento-de-fastidio (que provocó esa pequeña figura encapuchada) ante los gritos de alarma que Ronald y Jill soltaron, seguidos de un grito de Grell—. ¡CUIDADO, PAYASO!
Para luego sentir como el mismo travesti-pelirrojo se arrojó contra mí, hasta tirarme al suelo y para evitar que esa misma "figura encapuchada" (que al parecer perdió su interés en el par de Shinigamis al cerciorarse de mi presencia) alcanzara a darme una tacleada, la cual terminó impactando contra una pared.
—¡PONTE ALERTA, IMBÉCIL! ¡Ó esa cosa va a cortarte la cabeza! . . .
Vaya… a juzgar por la expresión semi-dolorida del rostro de Grell al gritarme eso, al tener uno de sus ojos fuertemente cerrado y sus afilados-dientes apretados: el haberse arrojado para salvarme no había hecho maravillas con las heridas de su cuerpo. Ahora aparte de fastidiado, me sentía apenado y culpable de que el travesti pelirrojo se hubiese arriesgado así por mí… . . .
¡ESA HABÍA SIDO… LA GOTA QUE DERRAMÓ EL VASO! . . .
—… Bufufu… ¿Qué dices, Grell-chan? —Pregunté con una sonrisa de fastidio en mi rostro, añadiendo con tono de sarcarmo—. Ni que se tratara de la "Reina de corazones" de Wonderland… —Opté por sentarme en el suelo, haciendo que Grell hiciera lo mismo (ayudándolo para que no le doliera tanto) y sin girarme a ver a la figura, añadí—. ¿Se puede saber qué estás haciendo ahora… "Eveline Mime"?*(2)
—¿Eveline… Mime? —Repitieron interrogativamente los tres Shinigamis presentes, al parecer incrédulos y sorprendidos de que yo conociera a la nombrada recién-llegada.
La misma se había ubicado en medio del cuarto a una velocidad de vértigo (podríamos decir que se había tele-transportado), quedando entre los dos Shinigamis jóvenes y entre Grell… pero ella no parecía tener intenciones de atacar de nuevo… de hecho, ella parecía estarme mirando fijamente EXCLUSIVAMENTE a mí. ¿Qué como su servidor lo sabía? Pues… como ya se entendió que nos conocíamos de antes, digamos que ya me encontraba acostumbrado a que ella me acosara de esa forma.
—Piero… ¡Oh, querido Piero~! ¿Por qué me ves de esa forma que te hace ver tan fiero~?
Fue lo primero que dijo la figura encapuchada, haciendo uso de su (sorprendentemente para los Shinigamis) suave y dulce voz, que por si no fuera poco era dueña de un fino acento francés MUCHO más notorio que el mío… ¡Osea, hello, pero que "Lala"! Y encima… ¡Pff! ¿Eso era todo lo que soltaba ella al notar que la miraba con mi usual fastidio… cada vez que la tenía cerca de mí? Ni modo… también me encontraba acostumbrado a eso.
—Cualquiera vería de forma hostil a la persona que le acosase día y noche, cada vez que se está en París… —Fue todo lo que respondí, de una forma tan fría y aburrida que sorprendió el doble a los cegadores de almas oji-verdes… en especial a Jill—. Es más… me sorprende que hayas roto tu regla de "guardar-silencio" a pesar de haberte vuelto una "mujer-mimo"… ¡TAN SOLO PARA HABLAR CON ESOS HORRIBLES VERSOS, LOS CUALES SIEMPRE ME PEGAS!
—Bufufú… eres un grosero, querido Piero~ —Suspiró ella, al parecer decepcionada de que yo siguiera actuando de la forma usualmente-fastidiada en su presencia y llevándose una mano hacia su oculto-rostro en pose dramática—. ¿Ni siquiera les has hablado de mí a estos "dioses de la muerte" que tuvieron la suerte de conocerte?
—Primero: ya les dije tu nombre y no pienso repetirlo… ¡Si no lo escucharon bien, me importa un soberano pepino! —Respondí con fastidio en lo que me ponía de pie, aún cargando las toallas entre mis manos y aprovechando esto: ¡Le arrojé una a su cara con toda la fuerza que pude, logrando hacerla caer al suelo! Lo cual pareció desconcertar por tercera vez a los nombrados cegadores—. Segundo: No hacía falta hablarles sobre ti ni que te aparecieras así en mi casa, mucho menos que rompieras mi ventana… Tercero: ¡DEJA DE HABLAR ASÍ, QUE ME DESESPEEEEE~ERAS!
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
[Jill POV] ¡MOMENTO, MOMENTO, MOMENTO!
¡TIEMPO, TIEMPO, TIEMPO! . . .
¿¡Qué diablos pasaba ahora!?
¿¡El colmilludo conocía a esa figura encapuchada…!?
¿¡La cual según lo que él dijo y cuando ésta hablo era mujer…!?
¿¡Y que se llamaba Eveline Mime, además de que era una "mujer-mimo"!?
Pero lo que me dejó sin dudas más sorprendida de todo esto, al igual que a Tonto-Knox y a mi hermano fue…
¡Oh, por amor de…!
¿¡POR QUÉ PIERO ESTABA TAN SERIO Y CAMBIADO!? . . .
—¡OIGAAAA~AN! ¿¡Qué es lo que sucede aquí!? —Grité ya harta de tanta loquera, tras ver como el vampiro peli-negro le arrojó una toalla a la tal Eveline… con tanta fuerza que hasta la hizo caerse al suelo, ¿es que Piero la odiaba tanto como mi Onii-chan a él mismo? A lo que pregunté señalando a la chica tirada en el suelo—. ¿La conoces?
—¿Te conoce? —Preguntó ahora Ronald, señalando a Piero.
—¿¡POR QUÉ DEMONIOS QUIERE MATARNOS!? —Y la cereza sobre el pastel la puso mi Onii-chan, al gritar eso sin que ni Ronald ni yo debiéramos siquiera intentar pronunciarlo.
—Sí, sí, nos conocemos… —Afirmó el Clawn agitando una mano con fastidio, para luego añadir conservando dicho tono y cruzándose de brazos—. Aunque quisiera decir lo contrario… ¿Y yo qué sé? ¡Ella está más loca que yo, Grell-chan!
—Oh, querido Piero… eres tan cruel y duramente sincero~
—¡DEJA DE HABLAR ASÍ, LOCA! —Le gritó el Clawn, en lo que (sin darse cuenta de lo que haría) alzando amenazadoramente una toalla y acercándosele dando zancadas, añadió en un improvisado verso—. ¡Ó TE JURO QUE TE METO UNA TOALLA EN LA BOCA!
—¡Colmilludo, no te atrevas a someterla que está indefensa! —Le advertí a Piero con cierto tono de regaño, en lo que me colocaba entre él y Eveline.
Ni yo sabía por qué reaccioné así, supongo que quería evitar que otra pelea surgiera. El peli-negro pareció refunfuñar y hasta hacer un gracioso puchero, para luego cruzarse de brazos y bufar algo por lo bajo, mirando a otro lado. Eso pareció hacerme sentir un poco extraña… como rechazada… Pero a la vez me alivió: porque él ya empezaba a lucir como Piero.
—O-oye… ¿te encuentras bien? —Escuché que le preguntó Ronald a la misma-caída, en lo que se inclinó con cautela junto a ella y a la vez en que le retiró la toalla de su rostro… yo no pude evitar girarme levemente, para mirar todo sobre mi hombro.
Pude apreciar que la capucha que cubría el rostro de la chica se había caído, por lo que su larga cabellera (de un color que ni era totalmente rojo ni totalmente rosa, podríamos decir que era de un) color cereza, junto a su cara de finas facciones y cuyos ojos se hallaban cerrados quedaron al descubierto… ¿Qué? ¿Ella también tenía la piel pálida como la nieve? Y si esto no fuera suficiente sorpresa, una vez ella abrió sus ojos noté que estos tenían el globo ocular completamente negro, lo único que se distinguía era la pupila de color carmesí como la sangre, viéndose tan delgada y vertical que parecía la de un felino ó de algún reptil. Por lo que sumando todos esos detalles distintivos…
—¿¡Eres una vampiresa también!? —Exclamé en voz alta sin darme cuenta, a causa del desconcierto que me llevó eso y al parecer asustando a Ronald. No es que creyera que Piero era el único vampiro del mundo, pero tenía entendido que dichos seres eran MUY escasos y tampoco esperaba encontrarme nuevamente a otro de ellos en tan poco tiempo.
—Oui, oui… eres muy lista, mujercita de cabellera azulita~ —Fue lo que ella me respondió con un hermoso acento francés, teniendo una sonrisa de sarcasmo en su rostro paliducho y que re-confirmó mi teoría: al vislumbrarse ese par de afiladamente blancos colmillos. ¿Ya dije que seguía hablando en versos? Luego procedió a sentarse, siendo ayudada por Ronald y quien se sorprendió al cerciorarse que ella seguía viéndose bajita—. ¿Qué me ves, muchachito con "cabello de dos colores a la vez"?
—A-ah, no, no es nada… —Él pareció preferir no mencionar ni preguntarle nada de su estatura, pues no se sabía si eso la ofendería y causaría otra pelea—. Es solo que me pregunto… ¿París es la capital de los vampiros, acaso~?
¿¡Eso era todo lo que él tenía que decir!? Pero… solo por esa vez, el comentario humorístico de Tonto-Knox no me pareció total ó ridículamente inoportuno… ya que yo empezaba a pensar lo mismo.
—No lo creo… aunque nuestro número sea drásticamente reducido… —Empezó a explicar Piero, en lo que se acercaba para ayudar a mi hermano a levantarse del suelo con uno de sus brazos y (tomando en cuenta que éste parecía no negarse a dejarse ayudar por él) lo dejó sentado en una sillita cercana.
—… ¡Por cada rinconcillo del mundillo hay un vampirito repartido~! —Recitó en un tonito cantarín la vampiresa de bajita estatura en lo que movía graciosamente sus pies, al parecer acabando la oración del otro vampiro y continuando hablando a versos. Había oído que se podía decir un "verso sin esfuerzo", pero ésta chica llegaba a otro nivel.
—¡CÁLLATE, VAMPIRESA PELI-CEREZA! —Gritó inicialmente enfurecido el Clawn, para luego cerciorarse de lo que había dicho y añadió, doblemente enojado con sus manos ahora posadas a cada lado de su rostro—. ¡ÑAAAAA~AH, NO PUEDE SEEEE~ER! ¿¡Ya ves!? ¡Tus horribles versos me contagiaste otra vez! . . .
Un silencio extraño e incómodo inundó el lugar, ninguno de los que nos encontrábamos ahí decía nada:
Ni el confuso Ronald, ni mi doblemente confuso hermano Grell…
Ni la tal Eveline que miraba fijamente a Piero (casi que violándoselo con la mirada, ó esa impresión me daba a mí), quien a su vez seguía soltando lamentos y graciosos reclamos hacia ella, al haberle pegado su improvisación de "versos sin esfuerzo"…
Y por mi parte… yo no sabía si hablar ó no, esa tensión y silencio presentes estaban casi sofocándome.
Hasta que…
—… J-ja… ja ja… ja ja ja… ¡Ja ja ja ja ja!
Finalmente esa extraña incomodidad-silente fue rota por el Knox, quien se llevó las manos al vientre y no paraba de reírse a carcajadas, siendo seguido por un Grell que trataba de no reírse mucho… pues parecía dolerle, pero que tampoco se detenía. Ambos fueron vistos por un extrañado y graciosamente ofendido Piero.
—¿¡Qué les causa tanta gracia para que de reírse no cesen, mequetrefes!? —Preguntó el mismo, casi gritando del "enojo-ofendido" y viéndolos con el ceño graciosamente fruncido.
—Ja ja ja ja… ¡Ay, Piero-san, no sigas hablando! —Pedía Ronald, hablando a carcajadas y casi que llorando de la risa—. ¡Tus versos son demasiado graciosos!
—¿¡CÓMO¡? ¿¡Insinúas que da tanta risa mi forma de hablar que (de no ser ustedes inmortales) matando los podría acabar!?
—¡Ja ja ja ja ja! P-Piero… me alegra que decidieras redimirte y volverte un payaso comediante…—Ahora el que hablaba entre risas era mi Onii-chan, parecía divertirse tanto que ya ni sentía el dolor que le causaba reírse así—. ¡Tienes talento, ja ja ja ja ja! ¡DEATH~!
—¡ÑAAAA~AH! ¡Dejen de reírse…! ¡QUE DEJEN DE REÍRSE, LES DIJE! —Normalmente a Piero le gustaría causar risas, pero al parecer lo odiaba cuando no tenía ninguna intención de ello… como de decir rimas/versos sin esfuerzo. Por lo que con una graciosa cara de "a punto de llorar cual niñito en un puchero", el vampiro se giró a verme y corrió hacia mí gritando—. ¡SAMURAI-CHAAAAA~AN! *Sniff* ¡Solo tú me puedes consolar!
—¿¡A-AREEEE~E!? —Tonto-Knox continuó riéndose el doble, seguramente ante mi expresión de desconcierto…
Y el inevitable sonrojo que me inundó el rostro… ¡Todo porque Piero una vez llegó junto a mí, terminó por abrazarme de la forma más apapachantemente-apapachadora posible! Incluso restregando su rostro contra mi mejilla, derramando cascadas-de-lágrimas de cocodrilo que lo hacían ver comiquísimo. Yo estaba indecisa entre sí apartarlo de mí ó no, es que hasta llegué a temer que Grell se volviera a poner tenso por sus "sobreprotectores celos fraternales".
Sin embargo… éste continuaba riéndose más bajito y viéndonos de forma hasta… ¿enternecida? Síp, la sonrisilla tiburónica que él tenía en ese momento lo confirmaba, ya que siempre las ponía cuando veía algo que le ablandara el corazón: séase un bebé, un niñito, algún momento romántico de las telenovelas que solíamos ver en el televisor de nuestra casa en el mundo Shinigami*(3), entre otros ejemplos.
Eso era buena señal, parecía que Grell ya había aceptado que Piero no era malo…
Sin saber por qué me sentí cálida ante ese pensamiento, suspiré resignada y decidí corresponder el abrazo que me daba Piero. Éste pareció sorprenderse, ya que sentí que dio un respingo una vez yo pasé a acariciarle suavemente sus cabellos oscuros con una mano… ¡Pero se notó que le gustó, al bastardo! Ya que como todo "niño-grande consentido" y como el experto trollero que era, me abrazó más fuerte hasta que me cargó de la cintura.
—¡Samurai-chan me dio un abrazo, Samurai-chan me dio un abrazo~! Soy feliz como una lombriz… ¡Wiiiiiii~! —Repetía una y otra vez totalmente eufórico, casi que empezando a dar vueltas aún cargándome… incluso me sacó otro sonrojo, ya que acercó su rostro al mío y con una sonrisa seductora, añadió—. Ahora… ¡Dame un besito de piquito, cariñito~!
—¡S-sabía que debí apartarte de mí en cuanto me rodeaste con tus brazos, colmilludo bastardo!
—Ajá, pero NO lo hiciste, Jill… así que dale un… ¡Beeee~eso, beeeeee~eso, beeeeeeee~eso! —Ok… los comentarios y el coro de "Beso" del Tonto-Knox no ayudaban… ¡No ayudaban un carrizo y solo provocó que me sonrojara más!
—¡AAAAA~ARGH! Me vengaré de ustedes dos… ¡Lo juro por mi Katana! —Ahora me maldecía por haber soltado mi nombrada Death-scythe, pues no podía defenderme de Piero más que llevando mis manos hasta sus mejillas y apartando su rostro del mío de esa forma, para evitar que me besara—. ¡ALEJA TUS COCHINOS LABIOS DE MÍ, QUE SEGURO ESTARÁN DE UN FRÍO QUE PELA!
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
[POV GENERAL] Todos estaban tan metidos en esa graciosa escena, que nadie se cercioró de la mirada que Eveline tenía… una mirada llena de sorpresa, incredulidad, desconcierto… pero sobretodo: inundada de celos y de ira. ¿Sería porque Piero actuaba muchísimo más cariñoso y distinto con esa Shinigami peli-azul que con ella? Nadie lo sabría, pues la mujer-mimo se había retirado del lugar por la misma ventana, sin hacer el menor ruido posible y volviendo a cubrir su rostro con su capucha marrón (A diferencia de Piero, ella era una vampiresa a la que la luz solar SÍ podía matarla…) en lo que una ligera lágrima resbaló por su mejilla.
Oh, bueno… casi nadie había notado su ausencia, salvo un Ronald que recordó a la vampiresa de cabello-cereza y cuando quiso hablarle de cualquier tontería: fue que se cercioró de que ya no estaba junto a él. Miró en todos lados del cuarto, pero no alcanzó a verla por ningún lado. Bajó más su mirada y apreció una de las tantas hachas que Eveline había utilizado antes, se agachó para sujetarla y… aprovechando que los otros seguían distraídos: se fue retirando lentamente de la habitación por la misma ventana.
…o…o…o…
Mientras tanto… por otro lado de París…
…o…o…o… —¡P-Piero-saaaa~an, Piero-saaaa~an! —Una hermosa mujer de larga-cabellera rojo-vino que caía grácilmente por su espalda, con grandes gafas que cubrían sus ojos y usando un vestido distinto al de mucama/usual (que le había ayudado a ponerse su mayordómico-superior, junto al corsét) gritaba ese nombre varias veces, buscando al dueño del mismo—. ¡Piero-san, por favor-…!
—¡SAL YA, CON UN DEMONIO! —La mucama se sobresaltó ante ese grito de su joven amo Ciel, quien estaba junto a ella y gritando todo eso dándole igual las normas de etiqueta, en lo que algunos parisianos los miraban extrañados. ¡El condecito-demonio estaba más arrecho que en el barco! Y desde luego, todo por ese mismo sirviente que lo hizo tener que viajar a París para encontrarlo... igual no había ningún mayordomo junto a él que le "regañara" en ese momento—. ¡Aparece de una vez antes de que le ordene a Sebastián destriparte vivo, payaso-bastardo!
—¡P-pero, Bocchan…! Sebastián-san se fue por otro camino… —Mejor dicho… el Michaelis se había ido saltando hábilmente por los tejados de la ciudad y sin que nadie lo notara, todo porque (luego de registrarse y de dejar sus pertenencias en el hotel-cercano más decente) habían acordado dividirse para buscar al Clawn por dos rumbos diferentes: él en solitario y Ciel junto a Maylene—. ¿C-cómo… cómo podrá darle órdenes si están lejos uno del otro?
De forma precavida, la mucama le había susurrado eso último al oído a su joven-señor… para evitar que cualquier habitante de París (que entendiera el inglés perfectamente)*(4) pudiese escuchar lo del contrato demoníaco entre el Phantomhive y el ausente mayordomo. Ciel apreciaba ese gesto de ella, así como aún sabiendo que ambos eran demonios siguiera tratándolos a él y a Sebastián con la misma cortesía/respeto.
—¡Bah! Eso no es impedimento alguno, Maylene… —Le respondía el peli-cenizo, igual a susurros y en lo que continuaban caminando/buscando—. Puedo ordenarle que vuelva a mi lado usando el sello del contrato, no importa la distancia que halla entre nosotros…
—Y-ya veo…
—Exacto… —Afirmó él, añadiendo tras pensarlo un rato—. Pero tienes razón en que ya nos dividimos, y será mejor seguir buscando a ese vampiro-insolente por nuestro lado.
—¡E-entendido, Bocchan! —Asintió Maylene torpe-pero-tiernamente como solo ella sabía hacer, para luego posar sus manos sobre los hombros del menor y (sacándole un tierno sonrojo) añadió—. No es por subestimar su nueva naturaleza demoníaca, pero… ¡P-por favor, no se aparte de mi lado en ningún momento, ya que aún tengo la misión de protegerlo con mi vida!
—S-sí… como digas, Maylene…
Fue todo lo que él respondió, tratando de hacerse el duro y haciendo como que miraba a otro lado, solo para que su linda sirvienta no notara su rubor… cosa que para su mala suerte: no fue así. "Ah… El Bocchan se ve tan tierno ruborizado~" fue lo que pensó la pelirroja-vino, con una sonrisita sincera y el cual el condecito pudo escuchar telepáticamente: haciendo que su rubor aumentara más.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o - N/A (Notas de Autora):
*(1) Aja, Piero se refería a que NO es gay ni que haría Yaoi con Grell… ¡Así como rompió la "Cuarta barrera" para regañarles, Fujoshis y Fundashis de mi corazón! LOL~.~
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*(2) Para aclarar, "Eveline Mime" es una OC de su servidora/escritora: Shadechu Nightray~.~
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*(3) Aunque el mundo humano de Kuroshitsuji se ubica en la antigua época victoriana, recuerden que en el mundo de los Shinigamis estos están mucho más avanzados en tecnología y por tanto: ¿Qué les impediría a estos últimos tener "Televisores" en casa y que Grell no llore viendo telenovelas? LOL~.~
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*(4) Recuerden que los personajes-principales de Kuroshitsuji son ingleses/británicos, por eso "técnicamente" hablan inglés… aunque los diálogos del fic sean hispanos LOL~.~
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| | | Jill Arya Sutcliff Demonio
Cantidad de envíos : 44338 Edad : 34 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: Un encuentro inesperado [Piero x Jill] »SUBIDO CAPITULO 08« (SIGO VIVAAAAAA!!! QwQ) Sáb Jul 12, 2014 12:30 am | |
| corre jill!!! corre o esa vampiresa te va a matar!!!!!
jaja paris la capital de los vampiros... tienen razon, tambien los de anne rice estaban en paris y desues en america... lestat era de paris :3
me encanto... ya extrañaba leer >w< gracias por la conti | |
| | | Pandora Michaelis Sirviente
Cantidad de envíos : 406 Edad : 28 Localización : Tienda de Undertaker xD Fecha de inscripción : 15/07/2012
| Tema: Re: Un encuentro inesperado [Piero x Jill] »SUBIDO CAPITULO 08« (SIGO VIVAAAAAA!!! QwQ) Sáb Jul 12, 2014 5:45 pm | |
| Seeeeh... Jill tiene una nueva rival amorosa y encima, una que es capaz de matarla si la sigue viendo con Piero (?)
Oooooh, como adoro los vampiros que Anne Rice describe en sus libros, esos no son una porquería-porno como los de crepúsculo (??) x'DDDD
JAKAKAKAKA Me alegra que te gustara, ahora a tener paciencia con la secuela, que debo ponerme al día con los otros fics n.nU | |
| | | MeLargodelForo:P Rey
Cantidad de envíos : 1670 Fecha de inscripción : 18/03/2013
| Tema: Re: Un encuentro inesperado [Piero x Jill] »SUBIDO CAPITULO 08« (SIGO VIVAAAAAA!!! QwQ) Dom Ago 24, 2014 7:40 pm | |
| cónchale se me había olvidado comentar! aunque de igual forma hace mucho que no entraba al foro u.u Me hizo reir el capi, esas rimas tan inoportunas le pusieron más humor a la cosa xD y es que de por sí ver al Piero botar la piedra ya es gracioso!! Ojalá puedas actualizar pronto, y así avanzar un poco más en la historia. Hasta entonces, yo fuera! | |
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| Tema: Re: Un encuentro inesperado [Piero x Jill] »SUBIDO CAPITULO 08« (SIGO VIVAAAAAA!!! QwQ) | |
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| | | | Un encuentro inesperado [Piero x Jill] »SUBIDO CAPITULO 08« (SIGO VIVAAAAAA!!! QwQ) | |
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