En la otra esquina del salón, yacía de pie junto a un florero de rosas rojas, un joven muchacho de frac negro como las alas de un cuervo, que portaba un antifaz con forma de alas de mariposa, color negro con detalles de cristales azules, miraba de un lado a otro y sonreía a las personas con las que llegaba a chocar mirada, no le interesaban en lo absoluto las fiestas, sin embargo creía que debía asistir a todas para no perjudicar su reputación, estaba aburrido, y solo observaba a las parejas bailar. Miraba al rededor suyo, cuando sus ojos vieron a aquella hermosa chica sentada, sola y con la mirada posada en las parejas que danzaban en la pista, le llamo mucho la tensión, así que se quedo observándola