Familia Knightley~

En ese instante un hueco y grave sonido invadieron mis oídos, un golpe, mi piel se erizó y salió mi instinto demoníaco, era mi hija Yumee, era imposible.... no, no podía entrar en su mente, su presencia y su alma la sentía distinta su mente estaba negro, inmediatamente salté por la ventana, no esperé a que Len me detuviera.

-Espera acá Len hasta que vuelva-ordené.


Iba en plena caída cuando la vi, me impulse de un árbol hacia allá, me dolía pero era soportable, al parecer mi lado demoníaco lo lograba cubrir una gran parte, llegue como si nada hubiera pasado, le miré su rostro había palidecido su piel, estaba de rodillas derramando lágrimas de sangre en sus brillantes ojos.

-Tranquila ya todo pasará solo cierra los ojos- dije intentando calmarla.

Esto no iba bien, era imposible que ella... se convirtiera lo mismo que yo ¿Cómo?, la cargué en mis brazos y de inmediato me impulsé hacia arriba, apunté la dirección de mi despacho y llegue arriba de un gran salto, entre a mi hija y después yo, la acomodé en la silla de el escritorio y la dejé descansando, cualquier cosa si mi esposa se llegara a enterar, mi hija estaba conmigo en el despacho y Len, a salvo.

-¿Qué le ha pasado Len? ¿Es posible que se haya vuelto mitad ....., igual que yo?-pregunté un tanto curioso.

me habia enojado mucho de que patch hubiera urgado en mi cabeza

-deja de meterte en mi cabeza- dije muy enojada para luego percatarme de que alguien mas invadia mis pensamientos, urgue en ese nuevo ser dandome cuenta de que era mi sobrina corri inmediatamente hacia donde se hallaba

-abre la puerta?- grite tocando desesperadamente

Quedé en estado shock cuando Len había nombrado aquellas palabras, me percaté por completo, miré a mi hija un tanto orgulloso, dejé que mis pensamientos se apoderaran de mi, pero en ese instante sentí una presencia en mi cabeza, era mi hija Yumee, ya no había nada más que decir o dudar de que ella ahora era igual que yo una semi-demonio.

-Len, abre la puerta por favor, es mi hermana- ordené a Len mientras seguía admirando a mi hija.

Su cara había empezado a madurar un poco más que antes, su piel palideció por completo, sus lágrimas con sangre todavía no paraban del todo, su temperatura había bajado y raramente sentía preocupación ¿Cuando fue la ultima vez que me sentí así? Cuando dejé de ser un humano puro, cuando mi alma se ha vuelto más oscura de la que lo era, tenía miedo de que ella cambiara su forma de ser, que fuera como una Knightley pura, una mente inteligente, soberbia y fría, un hijo del perro guardián de la reina, tendríamos que explicarle todo a mi hija Yumee, que es lo que somos, que es lo que existe y las cosas importantes.

-Hija, mantén la calma.... nada malo te pasará ha llegado tu tía, está Len, tu tía y yo, tranquila -le dije mientras le estampé un dulce beso en su frente.

-Papá... que... que ocur... ¡iphh!-recuerdos de hace algunos instantes fueron inyectados en mi cerebro sin compasión alguna y lo unico que hice fue lanzar un respiro ahogado lleno de terror.

Las voces. Los pensamientos. El rastrilleo que provocaron las ramas de los arbustos en mis delgados brazos mientras corría desesperadamente para alejarme de esos murmullos y... la sangre. LA SANGRE!!.

Precipitada acerqué mis manos hacia mi rostro y senti la sangre seca y en algunas partes que estaba mas "fresca", coagulada.

- tranquila- dijo mi padre. "Tranquila" como podia estar tranquila si estaba sangrando de mis orbes- tranquila mi niña todo va estar bien- usaba palabras tranquilizadoras mas poco efecto hacian. Me senti un monstruo al cual debian aniquilar.

Mire alrededor de la habitación y me di cuenta de que era el estudio de papá. Se encontraban junto a él, mi tía y Len... Len mostrando una cara de preocupación, lo entendía de mi padre y de mi tía. Pero Len vi como sus ojos se aguaron por instante... en realidad fueron menos de tres segundos... pero ahí estuvieron.

Cansada de llorar volvi a quedarme dormida.

Estabamos de una tienda de juguetes, mi hija kaito y Yatsumi, esta le enseñaba una muñeca, estaban un poco alejadas de mi, yo estaba con brazos cruzados viendo fijamente a Yatsumi, pero ella solo me esquivaba la mirada.

¿Como fue que llegamos aca?

asi, estaba con Kaito subiendo las escalreras para ir a ver que estaba haciendo mi querido esposo, cuando de repente tenia frente ami a Yatsumi y diciendome que queria comprar unas cosas...

- ¿ahorita? perdoname pero no creo que se posible, quiero ver a Patch, sin decir que no se donde esta Yumee y quiero mandar a Len a buscarla, asi que mejor vamos al rato o mañana

Lo unico que recuerdo fue que cargue a mi hija, senti un tiron y cuando vi ya estaba en el carro camino al pueblo.

suspire

vi a Yatsumi sonriendo con mi hija, pense que tal vez esto estaba bien, pero tenia un mal presentimiento, pero no, estoy segura que solo eran imaginaciones mias, ya que Patch y Yumee estaban en casa, de seguro mi esposo le estaba enseñando un libro o a lo mejor estaba viendo como Len hacia la limpiesa, si, no tenia por nada que preocuparme...

Cuando me desperté, pude darme cuenta de que me encontraba en mi habitación.

Observe a mi alrededor y todo estaba como lo habia dejado. Los libros, los cuadrrnos en donde escribía mis historias. Los lapices, todo. Todo se encontraba ahí.

Me impulse para poder sentarme en la cama y una mano delicada pero firme me ayudó.

-¿Como se encuentra, joven ama?-pregunto el ayudante. Ni siquiera tuve que mirarlo para darme cuenta que se trataba de Len nuestro adorado mayordomo.

-Bien, gracias-respondí- ¿donde esta papá?-pregunte a medida que me tallaba los ojos, ya no habia sangre. Sabía que esto no era un sueño y me anime a preguntar.- ¿Len... que es lo que me ocurre? ¿me transforme en un monstruo?- no lo deje contestar por que toda mi atencion se fue hacia mi estomago y garganta- Len, tengo hambre...

Habíamos tomado la decisión Len de dejarla descansando en su habitación, no podíamos sobre explotarla ni nada lo único que debíamos hacer era que descansara y no se alterara para que no hubiera algún cambio en su ciclo.

~Comienzo FlashBack~

Estaba pálido, tenía frío Len estaba el frente con cara de preocupación sentía varios pensamientos en mi cabeza, voces que no conocía y eran de otras personas.

-¿Qué pasa Len? ¿Qué es esto?- pregunté confundido.

Empecé a tener visiones y recuerdos, como si hubiera muerto antes de quedar inconsciente por completo vi como mi cinta cinematográfica había salido y en ese instante había muerto, pero no del todo, había perdido mi humanidad, y cierta parte de mi se había convertido en un demonio, sentí como botaba sangre para todos lados.

-P-patch!!!- exclamó Len.

De un momento a otro, sin darme cuenta había caído inconsciente ¿Era mi muerte? ¿Estaba inconsciente? ¿Si me convertía en un semi-demonio era parte de la transformación? Sentía mi cuerpo pesado como para mover alguna parte de mi, ni mis dedos podían moverse, intentaba quitarme la vista de negro, parecía imposible, escuchaba como todo el mundo se apagaba de apoco, en mis intentos pude abrir los ojos un instante y ver a Len acercarse hacia mi.

- Semi-demonio-dijo un tanto complicado.

Se me hacía complicado escucharle, pero al fin del cabo me dejé caer, sentía mi cuerpo pesado, mi mente llena de voces y en unos segundos todo se apago. Desperté en mi cama con un ardor de ojos, lo primero que vi fue a Len que me dedicó una sonrisa.

-Al fin ha despertado bocchan... ha tenido un largo sueño- dijo sonriendo.

-¿Qué soy ahora? Sé directo Len- dije un tanto calmado pero agresivo al mismo tiempo.

-Véalo usted mismo- dijo mientras me tendía un espejo.

Lo tomé sin protesta alguna, cerré mis ojos y suspiré por un buen rato, puse el espejo en dirección rectamente hacia mi, y decidí abrir los ojos, quedé un poco impactado por aquella imagen reflejada en aquel espejo ¿de verdad era yo?, aquellos opacos rojizos ojos color carmesí me acompañaban, noté como el sello entre el contrato entre Len y yo brillaba, también note que Len no tenía sus guantes puestos y pude apreciar como brillaba su sello en la mano, solté un gran suspiro, noté como mi piel estaba más pálida de la que era.

-¿Ahora soy un semi-demonio o un demonio?- pregunté a Len con indiferencia.

-Bocchan... un semi-demonio-dijo mientras se acercaba a mi para cambiarme la ropa.

~Fin Flashback~

Al recordar toda aquella escena, mi piel se congeló por completo y solté una sonrisa irónica, en segundos llegué a la habitación de mi hija para ver como estaba.

-Ha despertado mi princesa-dije sonriendo con calma.

al sentirme sola sali corriendo a un desvan ke solo yo conocia y me encerre, nadie podia saber ke pienso y hago ni mi tia, padre,len, rose ni yumee, NADIE.

-no es justo Yumee tiene toda la atencion otra vez, solo x ke es la mayor, ya saben ke es una semi-demonio mientras ke de mi solo saben ke soy una humana, segun ellos. Mis poderes se desarrollan antes ke los de ella-dije y llore sangre como yumee- cuando estoy a ocuras y sola lloro sangre pero al contrario solo son agua, ke les pasa?-

Estaba llegando a la habitación de Yumee cuando me quedé petrificado al escuchar ese pensamiento, empezaron a temblar mis cejas, mis pupilas se agrandaban y se achicaban, mis ojos tornaron el color carmesí y mis habilidades se habían activado, llegué en un segundo a la habitación de Yumee para ver como Len cuidaba de Yumee tranquilamente, le lancé una mirada muy alarmante.

-Len tenemos que hablar- dije en tono soberbio.

Vi su cara de espanto al ver mis ojos color carmesí, le dirigí una sonrisa para que no se preocupara, no quería hablar nada en mis pensamientos para que ni Yumee ni Kaiko pudieran saberlo, pero mi hermana tendría que saberlo si que decidí hablar en voz, y mis pensamientos controlarlos paralelamente.

-Len, Kaiko también es un semi-demonio lo he escuchado de ella, sus pensamientos, dice que sus poderes llevan más tiempo evolucionados que los de Yumee, "ya saben que es una semi-demonio mientras que de mi solo saben que soy una humana, según ellos. Mis poderes se desarrollan antes que los de ella". ¿Mis dos hijas han salido como yo? Y si Kaiko necesita la energía que dices para que su transformación sea buena y si no la ha tenido a tiempo o cosas así ¿Qué es esto Len?-dije como orden solo para que Len oyera y culpándome al mismo tiempo.

Intenté conectar mi mente con la de Kaiko, pero estaba bloqueada.

Mientras conversaba con Len en mi habitación y le realizaba una serie de preguntas, sonó la puerta. Len se puso de pie para abrirla y antes de que el llegara se abrió. Era papá quien me visitaba, inmediatamente se me acerco y me acaricio la cabeza.

- Ha despertado mi princesa - me dijo cariñosamente, mientras yo le a modo de respuesta le obsequie una de mis mejores sonrisas. Luego se dirigió a Len - Len tenemos que hablar - ambos salieron de la habitación sin explicación alguna y al parecer se alejaron de la puerta para que yo no pudiera escuchar.

Pensamientos bombardearon mi cerebro, escuche las voces de papa, de Len y de... Kaiko. Lloraba. Lloraba amargamente y la razón de sus lagrimas era yo. Apresurada me levante de la cama, pero al apoyar mi pie descalzo en el suelo una corriente eléctrica atravesó mi cuerpo. Grite a modo de respuesta, el cuerpo me dolía a morir, como si hubiera sido azotada contra el suelo luego de caer desde un cuarto piso.

Me levante nuevamente ignorando el dolor que le producía a mis músculos y camine como pude hasta mi escritorio. en el había un enorme espejo con incrustasiones de diamantes en el borde. Mire por primera vez mi rostro luego de haber dormido por lo que me pareció fue una eternidad y lo que vi fue carmesí... carmesí puro, tan puro como la sangre que fluyo por mis ojos unas horas antes. Mis ojos ya no eran color ámbar sino que eran como la sangre.

Deje el espejo y me propuse a caminar hasta la puerta, al abrirla me preocupe que nadie me viera salir y así camine hasta... ¿donde es que se encontraba?... Ah si en el desván. Afirmándome de las paredes y al paso mas rápido que pude, fui acercándome hasta el desván.

Cuando por fin pude llegar vi a mi hermanita sentada abrazando sus rodillas y lloraba. Un llanto desgarrador.

-Kaiko neechan - la llame y cuando se volteo pude ver su rostro manchado con lagrimas de sangre - Kaiko!!, ¿que te pasa?, ¿estas herida? dime por favor.- exclame a medida que me acercaba a ella y le examinaba el rostro.

"Pueden morir" retumbaba en mi mente, no soportaría vivir con una de mis hijas muertes ahora ellas serían parte de mi vida por siempre, tendría que enseñarles bastantes cosas con Len y su Tía Yatsumi, por parte estaba feliz pero por la otra preocupado "Morir" retumbaba en mi mente una y otra vez no me dejaban tranquilo.

-Claro que ella sería capaz de donarles energía a sus sobrinas, y tu Len tienes todo el derecho y permiso... eres de mi confianza, confío en ti-dije en un tono calmado.

Pero a quien engañaba, me sentía más mal que nunca y nervioso la vida de mis hijas estaban en peligro y todo por mi culpa, no me dejaban esos pensamientos tranquilos ellas podrían haber nacido normales, con una vida normal y yo sólo sufrir su muerte pero al parecer me acompañarían el resto de mi vida. Pero una nueva pregunta invadía mi mente ¿Qué pasaría con mi esposa Rose? no soportaría verla morir, menos mis hijas ¿qué les diría? ¿su madre ha envejecido y ha muerto? Pero en este instante no era momento de pensar en aquello, tenía que salvar a mis hijas.

-¿Cuando podemos hacer todo esto? Puedo conseguir a alguien que lleve a Rose a dar un viaje a otro país para que conozca o algo así- dije en un tono de orden y amargo al mismo tiempo.

Crucé mis brazos pero algo no estaba bien, una presencia había desaparecido de mi rango.

realmente no se como entrar al rol - bajando la mirada - mejor me callo - me voy al rincón emo

yuuki Knightley escribió:

realmente no se como entrar al rol - bajando la mirada - mejor me callo - me voy al rincón emo

serás la persona que se llevará a rose:333

cuando vi a yumee entrar,y preguntarme, yo la tire de a loca(no le hice caso) y mis ojos brillaron, no carmesi, si no con el color original, morado

-ALEJATE DE MI!!!!!-le grite mientras lanzaba una especie de tornado para aventarla y cerrar la puerta sin sikiera moverme o pararme-DEJENME SOLA!!!-de repente la luz ke me iluminaba se fundio y mi cuerpo soltaba un aura morada con azul, rodeandome.