-¡Ohh!¡Bard, eso es enorme!- exclamó Maylene mirando al regazo del cocinero incrédula.
-Jeje, sí-sonrió Bard rascándose la cabeza algo avergonzado por la atención que estaba recibiendo- ¿Quieres tocarlo?
La sirvienta asintió tímidamente y, roja como un tomate, pasó la mano a lo largo de toda la extensión. Se sentía increíble.
-Es tan ancho…-murmuraba- y tan duro y frio…Nunca había visto algo así.
-¿Qué te parece si lo probamos esta noche?- preguntó Bard con un guiño coqueto.
-No se…-respondió Maylene, sintiéndose algo intimidada de pronto-Creo que es demasiado grande para mí. Podría hacerme daño.
-Tranquila, mujer. Con un poco de cuidado y practica te acostumbrarás enseguida.-afirmó el cocinero dándole una palmada en el hombro.-
-E-Está bien-asintió Maylene-¿Esta noche en el bosque, entonces?
-Perfecto- asintió Bard con una sonrisa.
-¡Maylene! ¿Cuándo vas a traerme esa camisa?- se oyó la voz del joven amo desde las escaleras. Debía estar de mal humor.
-¡Ya voy, joven amo!- respondió mientras se dirigía apresuradamente a la puerta-. Hasta la noche-susurró a Bard antes de salir.
El cocinero volvió a sus tareas, animado ante la prometedora noche que le esperaba con Maylene. Lo que no sabía era que Sebastián había escuchado toda la conversación desde debajo de la mesa.
El mayordomo también regresó a su trabajo haciendo nota mental de seguir a esos dos al bosque en la noche. Porque, vale, solo iban a probar el nuevo modelo de rifle que Bard había recibido de América; pero si no estaba el allí vigilando podrían sobre entusiasmarse y acabar probando otro tipo de “armamento”. Y, definitivamente, el joven amo NO vería con buenos ojos un embarazo.
N.A: Encontre un fic de este tipo en fanfiction y quería probar a ver que tal se me daba ¿que opinan? ¿ha quedado como tenia que quedar o se notaba a leguas que no iban a hacer nada raro?