Miss Phantomhive Demonio
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| Tema: Aquello que me diste ClaudexAlois OneShot Jue Nov 08, 2018 8:16 am | |
| Introducción.-
¿Que pasa si un humano se enamora de un demonio? Quizá no sea amor sino apego o co-dependencia, cuando no tienes nada y estás en completa soledad y llega alguien así sea el mismo lucifer estoy casi segura que no lo veras como tal, un ser malévolo; en su lugar veras una compañía, incluso un amigo en quien confiar.
Así lo empezó a ver un joven llamado Alois. Él no era más que un pobre desgraciado, abusado, sin familia, amigos y con la reciente muerte de su hermano pequeño Luka lo que le dejó traumatizado. Siendo víctima de trata de fue comprado por un hombre muy rico y pedofilo, este compraba a jovencitos de la calle que no tenían nada para así quedarselos y violarlos hasta la muerte.
Entonces; un dia despues de que uno de los chicos le hablo sobre un hechizo para invocar un hada ese lo hizo, fue enmedio del bosque con una tela de araña sobre su rostro y unas palabras "mágicas" lo hizo. Una voz le habló y le advirtió sobre su destino si este aceptaba hacer un contrato y lo convenció con un poco de mentiras y manipulación pero realmente eso no importaba porque Alois se sentía alagado y aunque Claude le hubiera dicho que solo lo usaba para obtener el alma de otra persona, habría aceptado a hacerlo porque de no ser así, hubiera ido a manipular a algun otro mas tonto.
Alois al poco tiempo murió, el fue capaz de ganar y de perder, algo que pocos humanos pueden lograr.
=Aquello que me Diste=
Alois Trancy ante los ojos de los demás nobles no era lo suficiente decente para tener un título de monarca, no tenía clase, no era refinado, era temperamental y era muy notable que no estaba completamente en sus estribos. Lo único "bueno" de él era su mayordomo Claude, un hombre pulcro, parecía perfecto, no demostraba sentimientos, facilmente podia lograr el mantener a su amo tranquilo y parecia que tenian un vinculo muy estrecho, casi sobrenatural.
En ese extraño lugar lleno de telarañas y grandes pasillos vacíos cada noche podían escucharse los gritos a media noche de Alois, aterrado; recordando todos los abusos que sufrió y todo el dolor de perder a su pequeño hermano que era lo que más amaba en el mundo. Claude siempre llegaba a tiempo y encendía cientos de velas para que este se calmara, después se sentaba en la orilla de la cama para mirarlo. Con ese brillo de sus ojos dorados su joven amo dejaba de llorar y lo abrazaba con tal fuerza que incluso al demonio le dolía un poco la espalda. Sin decir nada el niño lo jalaba invitando a dormir en su cama a su lado, por supuesto esto molestaba al demonio pero él era responsable de la estabilidad de su amo y tan rápido como un chasquido de dedos ya compartían la habitación como una pareja.
Las órdenes de Alois eran en ocasiones muy extrañas para Claude, este solía pedir besos e intimidad bastante seguido, que por supuesto él le satisfacía de manera que el chico se sentía amado, no abusado, no le temía a los brazos y cuerpo desnudo de su mayordomo, le gustaba el sabor de su boca y tocar su rostro mientras compartían ese tipo de actos pasionales. Por su parte el mayor no sabía cómo sentirse, para él no eran más que órdenes que debía cumplir al pie de la letra. Pero al paso del tiempo el chico notaba que su demonio lo evitaba mas y mas, no tuvo más opción que comportarse vil y despreciable para ver como reaccionaba, así noto que esto era favorable. Cuando Alois "maltrataba" a otros era como si Claude retomara el interés a su amo de nuevo.
Así pasaban los días, Alois cada mañana ideaba como comportarse para que sus órdenes hicieran más efecto en su mayordomo, él ya estaba perdidamente enamorado de ese frío hombre misterioso y le llenaba de emoción hacerse la idea de que un día el contrato podría revocarse y quedarse juntos para siempre, siendo felices juntos. Una completa falacia pero es como dicen: "soñar no cuesta nada" pero a Alois le habría de costar su alma al final de esa travesía. Cada vez que amo y sirviente cerraban la puerta de la habitación empezaba el mismo ritual donde la ropa era lo primero que se perdía, las miradas de ambos se encontraban y una voz dulce y suplicante susurraba: -Quedate conmigo esta y todas mis noches de vida- y otra voz firme y masculina exclamaba: -Yes, your Higness-. Un vaivén de emociones encerraban el corazón del chico, él se convencía y se formaba la ilusión de un amor de verdad y que si Claude no lo quisiera de verdad no le haría el amor con la delicadeza con la que se lo hacía.
En una de sus tantas crisis Alois no quería ver ni tener cerca a Claude, le ordenaba que lo dejara en paz y que se fuera para siempre de su vida.Esto ocurrió por una pesadilla que el noble había tenido donde asociaba a su mayordomo con la muerte de sus padres y hermano Luka, lo cual no era cierto pero en ocasiones los sueños son tan reales que los tomamos como reales en cuanto los tenemos. El demonio penso y penso una estrategia para calmar al jovencito, nada podía idear y se quedo de pie bajo la ventana de su amo, días y noches completas, asi, sin mas. Bajo las inclemencias del clima, la lluvia lo baño y el viento lo seco, sus anteojos se empañaron y este jamás se movió solo estaba allí como si se tratara de un enamorado esperando a que su amada se asomara por la ventana para declararle amor eterno. Hannah la sirvienta de Alois le hizo saber esto a su amo, él cual se mantuvo al margen pues aun tenia ese horrible sueño persiguiendolo por las noches.
Al paso de las semanas una mañana que sorpresivamente cayó nieve, el joven amo se asomo por su ventana y miró al blanco horizonte con tranquilidad. al poco tiempo se decidió a mirar su jardín y sus ojos se sorprendieron. Allí estaba Claude, su uniforme estaba húmedo, sucio, sus anteojos estaban desarreglados, la nieve llegaba a sus rodillas y su cabello lleno se encontraba de nieve al igual que sus hombros. Su piel lucía un poco azul y sus ojos estaban rojos porque en todo ese tiempo jamás parpadeo ni se movió para absolutamente nada.
Este acto le conmovió a Alois quien sin duda corrió y salió a ver cómo estaba su mayordomo. El chico salio en camisón y descalzo y tomó la mano del mayor y lo jalo hacia adentro, le ordenó a Hannah preparar un baño caliente y se encerraron en esa habitación. En completo silencio y con un rubor en sus mejillas el joven amo cuestiono a su sirviente el porqué de su acto, en que le beneficiaba o que ganaba haciendo tal cosa. Este lo miro a los ojos y exclamó que eso era una señal de auxilio, que no sabia que podia hacer para acercarse de nuevo a su alteza, ya que le había ordenado irse para siempre él no tenía nada que hacer dentro de la mansión pero que se había quedado allí por si en algún momento pasaba algo poder protegerlo aunque eso significase jamás volver a recibir una orden. Un par de lagrimas cayeron y un fuerte abrazo se dejó ver mientras fuertes sollozos hacían eco en el cuarto de baño, los latidos del corazón de Alois eran tan acelerados que parecían que romperían su pecho y olvidando su posición de amo y sirviente le pidió disculpas al demonio por hacerlo sufrir de tal manera. El demonio se puso de rodillas y tomó el rostro de su amo limpiando sus lágrimas y por una milésima de segundo se pudo apreciar una mirada dulce de su parte, tal parecía ensayada pues fue tan hermosa que se ganó un beso por ella.
Algunas ocasiones Alois y Claude viajaron por negocios juntos, siempre dentro del carruaje se tomaban de las manos hasta llegar a su destino, El joven amo solía mirar fijamente a su demonio y le parecía más un ángel misterioso y eso lo llevaba al límite de sus fantasía. Después de aquel acto de su sirviente aunque sabía de antemano que no era por amor, él aun así lo recordaba constantemente a pesar de que no debería hacerlo pues siempre lo dejaba con la guardia baja, en esos momentos se hallaba completamente derrotado por su demonio.
No todo se trataba de seriedad con Claude, él a veces le recitaba hermosos poemas a su amo, lo deleitaba con comida gourmet, y cuando este se encontraba luchando con la depresión y ansiedad le tomaba en sus brazos y le daba su calor sin mas, solo esperando a que este se quedara dormido. Eran esos pequeños actos los que Alois dentro de sí agradecia con fervor; su demonio siempre aguantaba sus malos ratos y manías y podía confiar de lleno en él pues éste jamás contaría lo que hacen en su intimidad.
Alois constantemente quería hacer su alma mas "apetitosa" no tenia idea de como solo quería darle a Claude lo que se merecia despues de tantas cosas buenas que este había traído a su vida desde el primer día. Se ayudaba escribiendo todos los sentimientos que su demonio le despertaba y el que siempre se repetía en esa lista era la pasión. Quería llenar su alma de amor para que cuando Claude lo matara pudiera probar y sentir al menos un poco lo mucho que lo amaba y así complacerlo por completo. Porque de todas formas lo mataría tarde o temprano y ese día sería el mejor de todos porque se unirían para siempre y nada podria separarlos de nuevo. A el joven monarca le hacia ilusion que en ultimo momento de su existencia su amado demonio le dijera que lo quería sin necesidad de ordenarlo pero no sabía que todo eso que más deseaba no se iba a ser realidad.
Un dia llegaron Ciel Phantomhive y su mayordomo Sebastian a su vida, tuvieron batallas y enfrentamientos constantes llenos de manipulación y engaños, Ciel era astuto pero Alois...él confiaba ciegamente en su mayordomo de ojos dorados, eso significó el fin del mismo. Los planes de los mayordomos eran consumir la misma alma que por desgracia no era la suya sino la del otro noble. Aquellos días donde él era el centro de atención de su demonio se desvanecieron en el aire dejando solo los recuerdos en su memoria, cada vez había más silencio y eran más sospechosos los actos de Claude que solo llenaban de dudas a su amo; poco a poco este ataba cabos y se daba cuenta de ciertos detalles. La gota que derramó el vaso fue cuando Claude lo ignoraba mientras saboreaba la sangre de Ciel con tal alevosía y dedicación que este mirándolo se dio cuenta que no era mas que un objeto, una carga que solo había servido para ser parte de un plan donde el no tenia nada que hacer, donde efectivamente no importaba ni en ese momento ni nunca desde que empezó.
El dia que Alois dejo de existir en el plano terrenal no era ni por asomo a como él, lo había planeado, solo deseaba estar en un hermoso paraje frente a su demonio y morir entregándose a ese ser que tanto amaba en vida como después de la muerte. Lo único que recibió fue una mirada que aunque hermosa era falsa y como una horrible presión le hiciera reventar la cabeza, dejando su cuerpo en medio de la nada para que los animales salvajes lo comieran y su alma encerrada en un anillo, esto lo llenaba de dolor pues se contraba en el cuerpo de Ciel encerrado junto a su alma.
La última batalla de mayordomos se dio cita, ambos pelearon ferozmente pero el perdedor fue Claude. Alois pudo sentir como su adorado sirviente moría a manos de Sebastián, cayó en cuenta que jamás iban a poder estar juntos, pues este tenía la esperanza de que Claude lo consumiera del cuerpo de Ciel para vivir dentro de él y sintiera al comerlo todo aquello que que sentía por él. Hannah fue quien consumió el alma de Alois y convirtió a Ciel en un demonio y con esto selló el destino de un contrato interminable a esa pareja.
El alma de Alois vago en el interminable limbo, con su Dios repudiando no tenía paraíso que pisar ni cielo que admirar, solo un gran camino de oscura soledad donde se dedicó a solo pensar en Claude, ya nada le dolía pero ese amor se había impregnado en su alma con tal fuerza que era parte de sí misma. Pasaron los años, siglos, milenios hasta que alguien dio muerte a Hannah y esto provocó que todas las almas que ella consumió se liberaron en el viento, el alma de Luka hermano de Alois subió al cielo porque sus actos se consideraban de amor por el prójimo y pudo encontrarse en un cálido cielo. Alois por su parte había actuado de forma codiciosa y pensando en si mismo, había matado, robado y eso era imperdonable, quedó confinado a vagar por la tierra sin rumbo ni destino hasta el fin de los días; Hasta que lo vio de nuevo.
Un Claude, era el mismo solo que con ropas diferentes pero estaba seguro que no se estaba engañando pudo darse cuenta al ver sus ojos dorados. con su mano intentó tocarlo pero al solo ser un alma le era imposible. Su sorpresa no terminaba allí, se dio cuenta que este fue quien mató ala demonio que lo contenía lo cual lo había dejado perplejo. Sin palabras ese demonio que hacía cientos de años no veía solo recordaba le habló de nuevo. -Vine hasta aquí por ti- exclamó con seriedad, y le mostró la mano derecha que indicaba el contrato que jamás concluyó. El alma de Alois se lleno de emociones su sueño se había hecho realidad, Claude había sobrevivido o revivido y lo había encontrado, en un momento el joven recordó todo lo que en vida pasó junto a ese hombre, cada grito, caricia, orden, intimidad y todas esas hermosas vivencias que le había regalado alguna vez.
Tomo vuelo y se lanzó a los brazos de el traicionero demonio que lo recibieron sin dudar. -Pensé que huirías.- dijo Claude y Alois le explico que todo ese tiempo jamás había dejado de pensar en él, que su lugar era dentro de su cuerpo ya que sabia jamas podria ser amado por ese demonio pero se conformaba con estar siempre dentro de él, que esa era la muerte que estaba esperando desde hacía mucho tiempo. Algo dentro de Claude se conmovió pero este no iba a expresarlo, este tenia como objetivo comer el alma de Alois para así deshacerse de la marca del contrato ya que en todo ese tiempo jamas habia podido formar uno por la misma razón y estaba hambriento como nunca.
La luz del atardecer cayó, ahora si era un perfecto paraje para desaparecer para siempre, no tenía miedo ni nada solo estaba en paz. Claude tomó el alma de su aun amo y la consumía, lentamente esperando un sabor no muy bueno ni una categoria excelente pero se asombró al darse cuenta lo delicioso que era. No podía creerlo, acaso ¿era la misma alma que encerró en aquel anillo? efectivamente lo era, entonces ¿que había cambiado? pudo sentir toda la pasión que Alois había encerrado en sí mismo.todo el deseo, la lujuria, el odio y la rabia. Perfectamente mezclado que lo hizo alucinar.
Después de consumirlo Claude hizo lo que jamás hacía, y fue reflexionar, desentramar el porque la calidad de esa alma había cambiado. Asumió que fue por tanto sufrimiento del joven conde pero dentro de ese demonio, Alois podía saber todo acerca de Claude ya que como él soño, ahora eran uno mismo. El alma sonriente se acurruco en una esquina y dijo.-Fue gracias a todo aquello que me diste.-
Claude sintio como en su interior hacían eco esas palabras y lo paralizaron. Él desconocía por completo esa sensación, era como si de verdad Alois viviera dentro de su cuerpo y no solo hubiese sido un consumo normal. Pudo experimentar todos y cada uno de los sentimientos de su ex-amo como en una magna revelación haciéndolo caer de rodillas, un desconocido palpitar inundó su pecho y lágrimas que desconocía que tenía cayeron de sus ojos empañando su vista, perdiendo la compostura por completo.
Alois ahora podía dominarlo gracias a que Claude duro tanto con el signo del contrato que ambos se habían hecho uno por añadidura y no había nada que pudiese evitarlo, ambos se robaron el destino. a diferente hora y de forma completamente diferente pero lo hicieron y era algo que ya ni la muerte u otra vida podrían cambiar.
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