Kuroshitsuji~
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 Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~]

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Natsume Knightley
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MensajeTema: Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~]   Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] Icon_minitimeDom Jun 02, 2013 4:50 pm

Bien, amm... cómo esta es la primera vez que publico algo en un foro, no tego mucho que decir. Así que... espero que les agrade y que lo acepten... ¡Disfrútenlo!

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Capítulo 1 – Una noche en la casa de los Kagamine - 1 parte
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A un instituto secundario de Japón, los jóvenes, llevaban puesto el uniforme reglamentario. El de las chicas sólo se componía de: una camiseta blanca de manga corta, ya que podían llevar la falda del color que ellas quisieran, y unos zapatos negros. Y el de los chicos: la misma camiseta blanca de manga corta, un pantalón negro, y unos zapatos blancos con agujetas, ya que también podían llevar la corbata del color que quisieran.
Y como era el primer día de clases, todos estaban entusiasmados por saber qué profesores les tocaría ese año. Pero lo que no sabían, era que ese día, se incorporaría una nueva estudiante…

-De nuevo juntos, ¿no les parece, chicos?- Les decía una joven de cabello rubio a sus amigos y hermano, mientras se dirigían a la escuela.

Rin Kagamine, de 14 años. Le encantan las naranjas. Cursa junto con su hermano el segundo año de secundaria.

-Habla por ti.- Le contestó en tono aburrido una chica con dos coletas, caminando perezosamente arrastrando los pies, mientras que en su mano derecha llevaba su portafolio, y en la otra su puerro.

Miku Hatsune, de 16 años. En todo momento y lugar posee el puerro en la mano. Cursa el tercer año de secundaria.

-Sí. Además, acuérdate que todos vamos a distintos años.- Le dijo un chico de ojos azules, mirándola mientras caminaba.

Kaito Shion, de 18 años. Le encanta el helado. Cursa junto con su hermano y un amigo, el cuarto año de secundaria.

-Eso es cierto. Pero Gakupo estará con nosotros, ¿acaso lo olvidaste?- Le decía su hermano, también mirándolo mientras caminaba.

Akaito Shion, también de 18 años. Le encantan los ajíes. También cursa junto con Kaito y su amigo el cuarto año de secundaria.

-…-

Gakupo Kamui, de 19 años. Le encantan las berenjenas, y siempre lleva su espada samurai consigo. También cursa con Kaito y Akaito el cuarto año de secundaria.

-¡Vamos, anímense! Al menos nos veremos en clase.-

Luka Megurine, de 24 años. Ocupa el cargo de profesora de música.

Rin: ¡Me parece genial! ¿A ti no? -Le decía a su hermano, abrazándolo por detrás con una sonrisa-
-Hmph…- Dijo él, sin hacer caso a su hermana mientras seguía caminando y mirando al frente.

Len Kagamine, también de 14 años. Le encantan las bananas. Se muestra como una persona fría y seria ante todos los que intentan hablar o estar cerca de él. Raras veces está con compañía. También cursa junto con Rin el segundo año de secundaria.

-“A veces me da miedo.”- Pensó una chica de cabello castaño, mirando a Len.

Meiko Sakine, de 20 años. Ocupa el cargo de profesora de Matemáticas.

-Oh, vamos. Será divertido.- Dijo una joven de ojos verdes, mirando a sus amigos.

Gumi Megpoid, de 21 años. Ocupa el cargo de profesora de literatura.

Mientras todos esos jóvenes caminaban en dirección al establecimiento, escuchan a otras chicas hablar.

-¿Todavía no te cansas de eso?- Le espetó una chica a su amiga, mirándola mientras caminaban.

Miku Zatsune, también de 16 años. Es todo lo contrario a Miku, y siempre busca superarla en todo. También cursa junto con Miku el tercer año de secundaria.

-Pues no. Nunca me canso para que lo sepas.- Le espetó su amiga, mirándola.

Akita Neru, de 15 años. Le encanta estar con su celular todo el tiempo, y está muy enamorada de Len. También cursa junto con Rin y Len el segundo año de secundaria.

-Déjala. No tiene caso que se lo digas. Como ya sabemos, es adicta.- Le dijo una muchacha peli-blanca mientras miraba al frente.

Haku Yowane, de 23 años. Ocupa el cargo de ayudante en la cafetería.

Al cabo de unos minutos los 11 jóvenes llegaron al lugar. Se dirigió cada uno a su casillero y guardó lo que le pertenecía bajo combinación. Fueron cada uno a sus respectivos salones. En el salón de Rin y Len, fue donde se incorporó la nueva chica, cuando los demás ya estaban sentados y esperando al que se encargaría de la clase. Todos los que estaban allí, dejaron de hacer que estaban haciendo para observarla. Se sentó en su asiento al lado de la ventana, depositó su portafolio en el suelo, y centró su mirada en la vista fuera de ella…

-¡Hola!- La saludó una voz femenina, sobresaltándola un poco.
-Oh, hola.- Le respondió ella, mirándola.
-¿Cómo te llamas?- Le preguntó, mientras seguía mirándola con una sonrisa.
-Tagaki Megumi.-
-Pues gusto en conocerte, Megumi-chan.-
Megumi: Por favor, llámame Megu…
-Ok, Megu-chan. Mi nombre es Kagamine Rin.-
-Con que tú eres la chica nueva…- Comentó otra chica de cabello rubio, acercándose también a su pupitre, mientras Rin y los demás las observaban.
Megumi: Sí, ¿y tú? ¿Quién eres? –Le preguntó la peli-naranja fríamente, mirándola-
-Akita Neru.- Dijo la chica con la coleta de lado, colocando su mano izquierda en su cintura.
Megumi: Pues mucho gusto, Neru. –Le contestó de la misma manera de antes, mientras la seguía mirando, pero esta vez, con la vista seria-
Neru: Oye, sólo para aclarar: ¿ves a ese chico rubio de allá? -Le dijo, señalando a dicho joven sentado a un pupitre de distancia, mirando al frente y recostado sobre el respaldo de la silla con los brazos cruzados-
Megumi: Sí, ¿y? –Dijo mirando hacia allí-
Neru: Su nombre es Len Kagamine… y es mío.
Megumi: ¿Y qué? ¿Te lo vas a comer?
Neru: ¿Qué dijiste?
Megumi: Haz lo que quieras con él niña, no me interesa. –Le dijo, volviendo su mirada a la ventana-
Neru: ¡¿Cómo te atreves a llamarme “niña”?! –Se indignó ésta mirándole la parte de atrás de la cabellera- Qué…
Megumi: Habla con la mano. –Le respondió, mostrándole la palma de la mano, con la mirada aún en la ventana-
Neru: ¡Eres una…! Me largo de aquí. –Dijo, dándose la vuelta para volver a su asiento, mientras los demás la seguían con la mirada-
Rin: ¿Qué hiciste? –Le preguntó, posando rápidamente sus ojos en ella, sorprendida-
Megumi: Lo siento. Sólo me comporto así cuando no me cae bien una persona. –Le dijo, dejando de ver la ventana- Si te incomoda, puedes irte.
Rin: No, al contrario. Me sorprendiste. Nunca nadie le había hablado ni tratado así a Neru desde que se integró a nuestro salón. Len también ha sido frío con ella pero… no ha dado mucho resultado que digamos. En pocas palabras parece importarle un comino.
Megumi: Entonces, ¿lo que quieres decir, es que las palabras de él son flechazos para ella? –Le preguntó, mientras seguía con sus orbes anaranjados clavados en la oji-celeste-
Rin: Podría decirse que sí. –Le dijo, sentándose en el pupitre vacío, en medio de Len y Megu-
Megumi: Mmm… ok. ¿Y qué hay de él? –Le preguntó de nuevo, señalándole a un chico de cabello blanco, vestido con las prendas reglamentarias y una corbata blanca, mientras hablaba con sus amigos-
Rin: Ah, él es Utatane Piko.
Megumi: Ya veo. Es lindo. –Dijo, observándolo bien-
Rin: Mmm… ¿te gusta, verdad? –Dijo ella en tono pícaro-
Megumi: ¡Pero qué dices, claro que no! –Se indignó ella sin ruborizarse-
Rin: ¿Entonces?
Megumi¬: Sólo fue un comentario. –Le dijo, mientras observaba los ojos del muchacho, los cuales eran de distinto color- Al mismo tiempo me parece raro porque… mira –dijo, señalándole con el dedo índice el rostro del chico, ella miró hacia allí-: uno azul y uno verde. Extraño, ¿no te parece?
Rin: A mí también me pareció raro al principio. Pero un día él me dijo que era por un problema que tenía.
Megumi: Pobre chico… -Dijo, apoyando su codo sobre el pupitre, mientras que a su vez apoyaba el mentón en su palma izquierda, aún mirándolo-

Por unos minutos, extrañamente se perdió en su mirada, como si la hipnotizara. Ni siquiera se percató de que, luego de terminar de hablar con sus amigos, él se encontraba mirándola con una sonrisa. Fue su amiga Rin quién la sacó del hipnotismo para avisarle.

Rin: Está mirándote. –Le susurró, golpeándole un codazo-
Megumi: ¿Qué? –Le contestó, fijando su mirada en su amiga-
Rin: ¡Que está mirándote, Megu-chan! –Le susurró más fuerte, mientras la otra miraba hacia allí-

Estaba en lo cierto: él estaba saludándola con la mano poseyendo esa sonrisa amigable. Ella también lo saludó con la mano y la sonrisa, pero ésa no habría sido su manera de hacerlo. A los pocos segundos fue acercándose a ellas, pero no para ir al lugar de la peli-naranja y saludarla de otra manera, sino para irse a su asiento. Había llegado el profesor…
El profesor era un joven de cabellos y ojos castaños, y llevaba puestos lentes.

-Muy bien, vamos a comenzar la clase.- Anunció, cuando hubo reinado el silencio. –Mi nombre es Hiyama Kiyoteru, y yo seré su maestro de Historia este año. Algunos ya me conocerán de años anteriores…- Les dijo a sus alumnos, sentándose detrás del escritorio, delante de la pizarra.
Durante la clase, Rin y Megumi sentían que dos o más miradas se posaban en ésta última muy disimuladamente, lo que a la oji-naranja le preocupó un poco. No tenía intención de agradar o enamorar a ningún chico por el momento. Al cabo de dos horas de terminada la clase e iniciado el primer descanso (o recreo, como quieran), todos los jóvenes salieron de sus “prisiones educativas” para gozar del momento que se les presentaba. Las dos amigas se quedaron en el salón un momento, mientras la peli-naranja sacaba un libro de su portafolio.

Rin: ¿Un libro? –Le preguntó la joven peli-rubia mientras se encaminaban a la puerta del salón, mirándola- ¿No intentarás atraer a Kiyoteru, verdad? –Le dijo, ya saliendo del lugar-
Megumi: Pues claro que no. ¿Qué te hace pensar que yo…? –Se detuvo, ya que se había llevado por delante a alguien- Itai… -Se quejó una vez en el suelo-
Rin: ¿Te encuentras bien, Megu-chan? –Le preguntó, pero no le contestó- ¡Oye, porque no te fijas por dónde vas, tonto! -Le gritó, mientras ayudaba a su amiga a incorporarse-
-Oye Rin, ¿cómo puedes hablarle así a nuestro nuevo compañero?- Preguntó la voz de un chico.
Rin: ¿Qué? Ah, eres tú Kaito. –Le habló al peli-azul, una vez levantó la mirada para verlo- ¿Y él quién es? –Espetó de nuevo, observando al otro chico-
Kaito: Ah, él es Yuma. Entró a nuestro salón pasados unos minutos de comenzada la clase…

Las dos muchachas miraron al nuevo fijamente. De cabello rosado y ojos dorados, vistiendo el uniforme. Él solo las miraba fijamente sin inmutarse.

Kaito: Bien, nos vemos luego chicas. –Sonriéndoles mientras se alejaba- Vamos Yuma.
-Oye, ¿estás bien?- Preguntó una voz a espaldas de las amigas, una vez que los otros se fueron.
Megumi: ¿Eh? –Volteando la cabeza hacia atrás. Rin la imitó-

Su interrogante era el mismo chico de hace dos horas atrás. Cabello blanco con un mechón puesto hacia arriba en forma de “P”, mirada hipnotizante y la vestimenta obligatoria. Le sonreía amigablemente mientras se le acercaba. La joven no pudo evitar que se le escapara un pequeño sonrojo al verlo.

-Hola.- Saludó el oji-verdiazul, en lo que la peli-naranja recibió un codazo de la Kagamine una vez incorporada.
Megumi: Ho-hola… -Pronunció temerosamente, ruborizándose un poquito más-
-Mi nombre es Utatane Piko. Gusto en conocerte, Tagaki-san.-

Verlo a él, le provocó que olvidara el cómo sabía su apellido.

Megumi: E-El gusto es mío, Utatane-kun… -Habló la chica de nuevo, ya roja como un tomate-
Piko: ¿Te encuentras bien? –Preguntó el chico, mirándola sorprendido-
Megumi: S-Sí. N-No es nada. –Le respondió desviando la mirada. ¿Se había dado cuenta de su leve sonrojo?-
Piko: Bien. –Dijo con una sonrisa, luego de quedarle mirando por unos segundos que a ella le parecieron horas, pues sabía que la estaba observando- Pues nos vemos luego entonces, Tagaki-san. –Fue su última palabra, mientras pasaba por su lado izquierdo-
Rin: ¿Qué fue ese sonrojo, eh? –Le preguntó la gemela de Len Kagamine pasados varios segundos de ido el muchacho de blanco, mientras ellas continuaban en la puerta de su salón de clases-
-Sal de mi camino.- Ordenó la voz de Akita Neru, que estaba parada en el marco de la puerta, empujando a la peli-naranja bruscamente, haciéndole impactar lateralmente contra la pared dejando caer su libro.
Rin: ¡Oye, ¿estás loca o qué?! –Aproximándose y rebajándose a la altura de su amiga-
Neru: Hmph… -Dijo con una sonrisa y yéndose por el corredor-
Megumi: Itai…
Rin: ¿Estás bien, Megu-chan? –Mirándola preocupada-
Megumi: S-Sí, estoy bien. Sólo… un poco adolorida pero… no te preocupes. –Tratando de levantarse, sosteniéndose por la pared-
Rin: ¿Quieres que te lleve a la enfermería? –Ayudándola cuidadosamente a incorporarse-
Megumi: N-No. Te dije que estoy bien. –Sonriéndole gentilmente- Me-mejor vamos al recreo, ¿te parece?
Rin: Mmm… bien. Como tú quieras. –Sirviéndole de soporte de estabilidad, comenzaron a caminar por el corredor, sin darse cuenta de que habían olvidado el libro en el suelo-

Al llegar al patio de la escuela, decidieron sentarse bajo la copa de un árbol un poco alejado de los demás estudiantes…

Rin: Oye, dime ya. ¿Por qué fue el sonrojo de antes?
Megumi: ¿Q-Qué? ¿De qué me hablas?
Rin: Vamos, no finjas que no sabes. Lo sabes muy bien.
Megumi: Pues no. No sé de qué hablas. –Desviando la mirada a un costado-
-Disculpa, ¿esto te pertenece?- Habló una voz de fémina, después de unos minutos. Megu levantó la vista. Pero como el sol la cegaba un poco, decidió levantarse.

Frente a ella, estaba una chica de cabello negro y ojos azules (como su versión “Append”), idéntica a Rin, pero con un lazo transparente en el cabello y con las mismas prendas que las demás chicas…

Megumi: Emm… sí. Muchas gracias. –Agarrando su libro- Disculpa pero… ¿cuál es tu nombre? –Mirándola desconcertada-
-Jaja, no hay cuidado. Mi nombre es Haine Lin.- Sonriéndole amigablemente. -Y él es mi hermano, Ren.- Presentando a su hermano, quién era igual que Len, pero con el mismo cabello y mismos ojos que su gemela. -Gusto en conocerte.-
Megumi: El gusto es mío, Haine-san… -Sonriéndole también-
Lin: Por favor, no merezco que me llames así. Apenas tengo 14…
Megumi: Hm… ok. Haine-chan, ¿te parece?
Lin: Sip, así sí me gusta.
Megumi: Me alegro de que te guste.
Lin: Creo que llegaremos a ser muy buenas amigas.
Megumi: Jaja, pues eso lo veremos…
Lin: Qué, ¿no te tienes confianza? –Colocando sus manos a cada lado de su cintura-
Megumi: ¿Tú sí?
Lin: Un poco.
Megumi: Bien, creo que…

En eso, suena la campana de finalizado el recreo y Rin se levanta.

Megumi: … que es hora de volver a clases, jeje.
Lin: Espera, ambos estamos en el mismo salón. Podemos ir juntos…
Megumi: ¿Ren-kun? ¿Te sucede algo? –Le preguntó la chica de naranja, mirándolo ya que no había dicho nada desde que se saludaron-

La joven estaba por rozarle el brazo para sacarlo de su estado, cuando éste reaccionó rápidamente y un poco molesto, apartándole su mano con la suya de un manotazo dorsal. Lo único que se limitó a hacer, fue resguardarse la mano afectada bajo la otra. El ser masculino sólo colocó sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, y se dio media vuelta para encaminarse hacia el salón…

Lin: Discúlpalo. –Le decía acercándose a ella, sin apartar la vista del peli-negro- Ren es un tanto…
Megumi: ¿Antipático? –Completó la oji-anaranjada-
Lin: Siéndote sincera, sí. –Le seguía diciendo, mientras comenzaban a caminar en dirección a la entrada de la estructura educativa-
Megumi: Ah, ehh… qué mal. –Fueron sus únicas palabras. A sus amigas les sonó algo raro, pero no dijeron nada-
Lin: Lo sé. Pero créeme que he tratado de todas las maneras posibles de cambiarlo pero… ha sido en vano.
Megumi: No te preocupes. De seguro cambiará.
Lin: Mmm… no lo sé. Lo veo tan lejano, pero…
Megumi: … pero quién sabe. Tal vez conozca a alguien que lo haga ver la vida de otra manera. –Sonriéndole gentilmente-
Rin/Lin: ¿Cómo tú? –Dijeron las chicas al unísono, mirándola-
Megumi: ¡N-No digan tonterías, por supuesto que no! –Les respondió un tanto indignada y sonrojada-
Rin: Ahí está ese sonrojo de nuevo.
Lin: No será que… ¿te gusta mi hermano? –Mirándola pícaramente-
Megumi: ¡¿T-Tú también con eso, Haine-chan?! –Un poco más ruborizada que antes, mientras entraban al salón luego de varios segundos de camino-
Lin: ¿También? ¿Acaso ya te lo habían dicho?
Megumi: Sí, primero Rin con el tema de Utatane-kun, ¡y ahora tú me saltas con el tema de Ren-kun!
Lin: ¡Ahá! Así que te pasó lo mismo con Piko… -Ella no dijo nada, lo que las féminas pudieron interpretar con una contestación afirmativa-

Las dos estaban sonrientes mirándola, mientras que la otra seguía con ese sonrojo. ¿Acaso se estaría enamorando de dos chicos a la vez?

Megumi: “O quizás tres. Con… Len-kun. ¡P-Pero qué estoy diciendo!” –Ruborizándose de sobre manera y sacudiendo de un lado a otro la cabeza para librarse de ese pensamiento- “Él… jamás se fijaría en alguien como yo…” –Pensaba nuevamente, algo deprimida-

Mientras las amigas se dirigían a sus respectivos asientos, alguien le hace una zancadilla a la joven Megumi, haciéndola caer al suelo, y ocasionando también que soltara de nuevo su libro y fuera a parar a varios centímetros lejos de ella…
Se molestó un poco al notar que fue Neru la que le había hecho tropezar. Así que se levantó y dio un par de pasos hasta quedar frente a ella. Todos la miraban. Incluidos los gemelos de sus amigas…

Megumi: Mira, trataré de ser lo más amable posible contigo porque simplemente no quiero llamados de atención el primer día. –Le decía, tratando de sonar seria-
Neru: Y me importa porque… -Le contestó la peli-rubia, mientras poseía su celular en las manos-
Megumi: ¿Qué te he hecho? Dime.
Neru: Nada.
Megumi: Entonces dime porque me haces estas cosas, porque me tratas tan bruscamente.
Neru: Por el simple hecho de odiarte.
Megumi: No puedes odiar a alguien sin motivo.
Neru: Claro que puedo, ¿acaso no lo notaste?
Megumi: ¿Disculpa?
Neru: Quiero decir que ¡tú no eres nadie para decirme qué puedo o no puedo hacer! –Levantándose de su asiento rápidamente y colocando bruscamente las manos sobre el pupitre, enfrentándola-
Megumi: Por favor… no te comportes como si fueras una- -Cruzándose de brazos, aún mirándola-
Neru: ¡Ya cállate! ¡Estoy harta de ti!
Megumi: Para tú información, no te he-
Neru: ¡¿No te he dicho que te calles maldita seas?! –Le gritó con más enojo que antes-

Pero luego de haber dicho eso, la chica de falda naranja, le dio una bofetada en su mejilla izquierda. Todos los espectadores suspiraron con asombro. Menos Len y Ren.

Neru: ¡¿Cómo te atreves a golpearme?! –Teniendo la mano sobre la mejilla lastimada-
Megumi: ¡No te voy a permitir hablarme de esa forma! Pero sabes qué, no vales la pena, sinceramente.
Neru: ¿Qué insinúas? –Sujetándole del brazo, ya que, la que se había convertido en su enemiga se hubo dado media vuelta para irse-
Megumi: Nada. Ya dije todo lo que tenía para decir. ¡Y suéltame ya! Tengo que ir a sentarme.
-¿Algún problema, señoritas?- Habló una voz femenina detrás de la oji-dorada, mirando a su nueva alumna.
Megumi: No. Ninguno profesora. –Sentándose en su lugar, y mirándola con total naturalidad-
-¿Señorita Neru?- Posando su mirada en ella.
Neru: No. –Fue su única contestación, sentándose en su pupitre y tratando de aparentar que no había ocurrido nada-
-Bien, entonces comenzaremos la clase.- Dijo, aproximándose delante del escritorio, de cara a sus alumnos. –Mi nombre es Megurine Luka, y seré su maestra de música, y tal vez también de canto, lo que quiere decir que también tendremos clases del mismo. Espero les guste.- Sonriéndoles amablemente.
-¡Hai, Luka-sensei!- Respondieron alegremente casi todos al unísono.
Luka: Perfecto. Entonces empezaremos con… clases de canto, ¿les parece?
Alumnos: ¡Wakarimashita sensei!
Luka: ¡Eso es! Y bien, el o la que pase primero será… -Observando detenidamente los rostros de todos- Rin-chan, ¿te gustaría pasar primero?
Rin: Con gusto. –Levantándose de su lugar y yendo al frente-
Luka: Toma. Éste micrófono inalámbrico te dará los efectos de voz que requieras, eléctrico, pop, enka, estilo robot, etc. También te ayudará a cantar en distintos tonos y distintas escalas…
Alumnos: Ohhhh… -Suspiraron los compañeros de la rubia-
Luka: Los que hayan cantado mejor al finalizar la hora, recibirán uno de éstos con su color característico. ¿Están listos todos?
Alumnos: ¡Hai!
Luka: Bien, Rin, ¿podrías decirnos… qué canción cantarás?
Rin: Pues… cantaré una llamada “Meltdown”. –Dijo, cosa que algunos jóvenes no entendieron. Nunca habían escuchado esa canción, ni les había interesado nada que tuviera que ver con ella ni algunos de sus amigos. Sólo la conocían de nombre-
Luka: Ok. Colocaré el sonido instrumental de la canción, para que comiences a cantar. ¿De acuerdo? –Sacando una especie de equipo musical de detrás del escritorio-
Rin: Muy bien. –Colocándose el micrófono-

Una vez que ella se hubo colocado correctamente el artefacto, comenzó a sonar la música…

Rin: ♪Machi akari hanayaka
Ether masui no tsumetasa
Nenure nai gozen niji subete ga kyuusoku ni kawaru
Oil gire no Writer yaketsuku youna ino naka subete ga sou uso nara honto ni yokatta noni ne…♪

Todos, a diferencia de los Haine, Piko, Neru, Luka, y su hermano, quedaron boquiabiertos cuando la escucharon cantar esa primera parte de la canción. Nunca pensaron que tuviera una voz tan linda, ni siquiera el año anterior…

Rin: ♪… kimi no kubi wo shimeru yume wo mita
Hikari no afureru hiru sagari
Kimi no hosoi nado ga hanareru nowo
Nakidashi souna mede miteita…♪

Al escuchar esa segunda, quedaron un poco más maravillados mientras se miraban los unos a los otros, con el mismo rostro de sorpresa.

Rin: ♪… kaku-yuugou-ro nisa
Tobi-konde mitai to omou
Massao na hikari tsutsumarete kirei
Kaku-yuugou-ro nisa
Tobi-konde mitara sositara
Subete ga yurusareru youna kiga site…♪

Y así siguió hasta terminarla. Cuando cuya realización acabó, el salón estalló en aplausos que, aunque estaba la puerta cerrada, se escuchaban en el pasillo. Los alumnos que nunca la habían escuchado cantar, se sintieron unos ignorantes por no haber sabido apreciar la fantástica voz de aquella chica de ojos azules…
Luego de que Rin volvió a sentarse, como los chicos y chicas no apartaban la vista de ella, Luka decidió volver a hablar para captar su atención:

Luka: Bien, el o la siguiente en cantar será…

Los chicos y chicas estaban expectantes y entusiasmados por saber quién sería el próximo o la próxima en enseñar su voz, aunque tampoco esperaban que fueran ellos los escogidos aún…

Luka: Mmm… Megumi-chan, ¿te gustaría participar? –Le preguntó, mirándola con una sonrisa. Los demás también voltearon a verla.-
Megumi: Es que… bueno… no lo sé, Luka-sensei. Nunca le he tenido mucha estima a mi propia voz…
Luka: Bueno, pues la única forma de saberlo, es intentándolo.

Ella dudó un poco, desviando la mirada hacia la ventana, pero luego se levantó de su asiento sin decir nada. La invadía una nerviosidad extrema, pero se mantuvo lo más seria que pudo.

Luka: Muy bien, ya has dado el primer paso. –La felicitó la docente peli-rosa-
Megumi: Muchas gracias, profesora. Pero antes de cantar…
Luka: ¿Sí?
Megumi: … podría yo… -Acercándose a su oído- ¿cerrar los ojos?
Luka: Por supuesto que sí, Megumi-chan. –Accedió ella, sonriéndole amablemente-
Megumi: Arigato, Luka-sensei. –Sonriéndole también-
Luka: Bien, ahora viene el segundo paso: ¿qué canción interpretarás para enseñarnos tu voz? –Pasándole el artefacto inalámbrico-
Megumi: Pues… Primeramente no sabía de quién era… -Colocándose el micrófono- … pero luego de escuchar su voz, me di cuenta de que esta canción la canta mi amiga Kagamine Rin. –Sonriéndole a la peli-rubia, y todos se volvieron hacia ella-
Rin: ¿Yo?
Megumi: Sí. Y es una de mis favoritas. Espero te guste la interpretación y también espero la adivines. –Ya con el artefacto puesto y cerrando los ojos-
Luka: De acuerdo, pondré la música. –Dijo. Extrañamente sabía la canción que su alumna cantaría-

Y en eso, simplemente al presionar un botón, comenzó. A los primeros segundos sonó un poco electrónico, y luego vino el canto, que comenzó robóticamente:

Megumi: ♪Kodoku na kagakusha ni tsukurareta robotto
Dekibae to iu nara “kiseki”… ♪

Todos los estudiantes se sorprendieron un poco, más que con su compañera Rin. Pero como aún no pudieron sacar sus primeras observaciones, decidieron seguir escuchando. Lo que sí, y todos (incluyendo a ya saben quiénes) eran sinceros en eso, era que la voz de robot le quedaba muy bien en cuanto a personalidad.

Megumi: ♪… dakedo mada tarinai hitotsu dake dekinai
Sore wa “kokoro” to iu puroguramu
Ikuhyaku toshi ga sugi hitori de nokosareta
Kiseki no robotto wa negau…♪

“¡Su voz es fantástica!” pensaban todos, hasta los más serios. Era un tanto suave y pacífica. Pero como aún no había cantado en tonos altos y/o bajos, no podían decir que poseía una voz con potencia, y decidieron esperar a que cantara otra de Rin con más “power” como ellos decían…

Megumi: ♪… shiritai ano hito ga
Inochi no owaru made
Watashi ni tsukutteta “kokoro”… ♪

Al escucharla cantar esa canción, Rin se conmovió tanto que estuvo a punto de llorar. Ese era el más grande homenaje que le podían haber hecho siendo ésa. Pero más le gustó cuando cantó la penúltima parte:

Megumi: ♪… ima ieru honto no kotoba
Sasageru anata ni…♪

En esa parte, a la chica de falda anaranjada comenzaron a rozarle lágrimas por las mejillas, con lo que todos la miraban:

Megumi: ♪… arigatou… kono yo ni watashi wo unde kurete
Arigatou… isshoni sugoseta hibi o
Arigatou… anata ga watashi ni kureta subete
Arigatou… eien ni utau
Lalalalala…♪

Cuando acabó el canto y faltaban unos minutos para que terminase la canción, en esos minutos sonaba una melodía bastante triste y tranquila, que hicieron que más lágrimas resbalaran por las mejillas de la joven. Hasta vieron que se había puesto ambas manos en el corazón…
Al terminar la melodía, Luka apagó el aparato y el salón también estalló en aplausos. Al fin sabían que su voz también era excelente para los tonos altos. Se retiró el artefacto aún con los ojos cerrados y las lágrimas en las mejillas…

Megumi: Aquí tiene, Luka-sensei… -Entregándole el artículo y yéndose a sentar-
Luka: Bien. Déjame decirte, que estuviste fantástica. –Le comentó, una vez que ésta se sentó-
Megumi: Muchas gracias. Se lo agradezco mucho de verdad.
Luka: No fue nada. –Sonriéndole amablemente- Ahora va- -Cortando el habla, ya que había sonado el timbre de recreo- Creo que es todo por hoy. Que tengan un lindo día. –Fue su última palabra, retirándose del lugar-
Megumi: Uf… por fin se acabó. –Relajándose en su asiento, y sacando su reproductor de música de debajo del pupitre y colocándose los auriculares en los oídos. Necesitaba distraerse y no pensar en lo que acababa de pasarle-
-Genial, ¿no les parece?-
-Sí, y sólo es la nueva.-
-Mejor que Rin. Sin ofender.-
-Y yo que pensé que esta primera clase sería aburrida.-
-Fue fantástica, me gustó mucho la voz de Megumi-chan…-

A la Kagamine le gustaban muchos los comentarios que oía respecto a su amiga peli-naranja, y no le importaba que dijeran que su voz era mejor que la suya. Con que viera felices a sus amigas le bastaba. Una vez que hubieron salido casi todos al recreo, los únicos que se quedaron en el salón fueron la chica de falda anaranjada y el muchacho de corbata amarilla… Ella para terminar de copiar lo que quedaba en la pizarra de la clase anterior (ya que Luka por suerte no lo había borrado y le había faltado muy poco para terminar), y él, sólo por hacerlo. No le gustaba salir del salón. Pero ésta fue una excepción… El joven la miraba mientras que la otra no le prestaba atención, ya que estaba ocupada escribiendo.
Cuando terminó, guardó sus pertenencias bajo el pupitre, se levantó y en ese momento se percató de la mirada del rubio, a quién le dedicó una sonrisa y comenzó a emprender el recorrido hacia la puerta del salón para salir. El chico también se levantó. Dejó algo en el pupitre de su compañera sin que ésta se diera cuenta, decidiendo como acto seguido dirigirse a la puerta también. Mientras la chica deslizaba la puerta, Len toma suavemente su mano, obligándola a detenerse…

Megumi: Ah, Len-kun, ¿se te ofrece algo? –Volteándose y sonriéndole como antes, pero sin percatarse de lo que él había hecho-

Él sólo soltó su mano, y salió del lugar, cosa que a ella le extrañó, pero no dijo nada. Al salir y cerrar la puerta del salón, no notó que el peli-rubio estaba recostado por la pared, quién la sorprendió sujetándola por la cintura con ambos brazos y apegándola a su persona, ocasionando que el cuello de chica y los labios de él estuvieran extremadamente cerca…

Megumi: ¡¿Q-Qué es lo que pretendes?! ¡Suéltame! –Ruborizándose de indignación y forcejeando bruscamente para zafarse de su agarre-
Len: ¿Sabes una cosa? –Rodeando con su brazo derecho la cintura de la muchacha aprisionándola completamente, mientras que con su otra extremidad rodeaba su cuello, haciendo que la joven lo levantara, ruborizándose ligeramente- Tanto tu color como el mío, van perfecto con el rojo… -Susurrándole al oído mientras la miraba-
Megumi: ¿D-De qué rojo me hablas? –Sin percatarse de que el oji-azul había sacado una pequeña y fina navaja del bolsillo de su pantalón-
Len: Este rojo. –Haciéndole una fina cortada vertical en el lado izquierdo del cuello, del cual comenzó a fluir sangre-
Megumi: Ah… -Inclinando la cabeza hacia abajo crispando el rostro- ¿Qué me has hecho? –Le espetó, al tiempo que él comenzaba a lamer lenta y suavemente su herida-
Len: Adoro el rojo…. –Le susurró al oído nuevamente, para luego seguir pasando su lengua por el cuello de la joven, pero sin antes levantárselo hacia el techo por el mentón-
Megumi: Para ya. Por favor detente. –Logrando separarse de él- Fue suficiente. –El ser masculino sonrió maliciosamente mientras guardaba el objeto y se iba para la cafetería, dejando a su “presa” sola en el corredor. Ella sólo lo miraba irse con las manos en los bolsillos como si nada-
-¡Megu-chan!- Oyó que la llamaba una voz femenina conocida, al cabo de unos pocos minutos de ido el chico de amarillo. -Al fin te encuentro.- Ya a su lado y con una sonrisa. –Te he buscado por… ¿qué te pasó en el cuello?-
Megumi: No es nada. –Cubriéndosela rápidamente con la mano izquierda- Vámonos Rin. –Comenzando a caminar por el corredor en dirección a la cafetería-

Cuando llegaron ambas a la cafetería, la cual estaba repleta de estudiantes, la peli-rubia visualizó a sus amigos y hermano en una mesa cercana. Así que las dos fueron a pedir sus bocadillos favoritos y la Kagamine fue a sentarse con sus amigos a la mesa. La oji-naranja no sabía dónde, hasta ver que su amiga le hacía seña para que fuera allí. Se negó a eso dedicándole una tímida sonrisa acompañada por el gesto de la cabeza.
Los otros jóvenes también le sonrieron, dándole a entender que no había nada que temer. Sin más rodeos, caminó dirigiéndose a ellos con total confianza. Así fue hasta que se cruzó con la persona que no le caía bien…

Neru: Vaya vaya, pero si es la abusiva. –Habló la voz arrogante de Neru, ya que se había cruzado frente a ella-
Megumi: No tengo tiempo para ti ahora. –Le contestó fríamente, en lo que todos dejaron de hacer lo que hacían para verlas. La fémina de anaranjado sólo la ignoró luego de eso, dispuesta a ir a sentarse-
Neru: “Esto es por abofetearme. Maldita perra.” (?) –Pensó can rabia mientras ponía el pie adelante, con lo que la chica volvió a caerse aún con la bandeja de comida en las manos, ensuciando a todos sus amigos de aquella mesa-

A espaldas de la chica se escucharon estridentes risas de todas las direcciones. Hasta la de Neru y sus amigas.

Rin: Oh dios, esto terminará mal. –Dijo la peli-dorada, levantándose del asiento, mientras los otros integrantes hacían lo mismo. Todos con intención de ayudar a aquella chica-
-Déjenla.- Ordenó la voz de un chico proveniente de un rincón de la mesa, mientras se sacaba los restos de la ropa.
-Pero, Len, ¿no ves que está siendo humillada en público?- Le explicó la voz compasiva de Kaito Shion, clavando su mirada zafiro en él y mientras también hacía lo mismo.
Len: Aún así, no se preocupen. Sabe defenderse sola de ella. Rin y yo lo vimos. –Dijo con total naturalidad, igual de serio que siempre cruzándose de brazos-
-¿Eso es cierto?- Preguntó un muchacho de rojo rubí, sacudiéndose las prendas y mirando a Rin.
Rin: Pues… sí, es cierto. –Volviéndose a sentar luego de haberse retirado las cosas comestibles, al tiempo que también lo hacían sus compañeros de mesa, sin otra opción que quedarse observando la escena, preocupados-

Todos vieron como la chica se volteaba boca arriba con su vestimenta, rostro y cabello sucios de comida y algún que otro líquido, ponía su pie izquierdo detrás del de Neru y lo pasaba rápidamente hacia el otro lado haciéndola caer hacia atrás también con la bandeja en las manos, salpicándose todo su ser y el de sus amigas de comida y bebida.

Megumi: Ahora estamos iguales… -Levantándose del suelo y mirándola a la peli-dorada fríamente- Y no intentes volver a ponerme en ridículo frente a todos… porque te va pesar. –Diciendo la última oración, mirándola y hablándole sombríamente.
Neru: Si como no. ¿Tú y cuántos más? –Hablaba con altanería la muchacha, levantándose del suelo, gritándole-

Megumi no le contestó. Simplemente la ignoró y caminó hasta donde estaba la puerta de la cafetería y salió como si no hubiera ocurrido nada…

-¿Crees que hable en serio, Neru?- Le preguntó Hikumi, una de sus amigas, mirándola.
Neru: Claro que no, no seas tonta. Sólo lo dice para asustarme pero no soy ninguna idiota. –Con total confianza en sí misma-
Hikumi: Bueno, pero aún si no fuera en serio, ten cuidado por favor. –Decía, preocupada por su amiga-
Neru: Ay ya cállate. Esa maldita estúpida no me hará nada.

Una vez que llegó a su destino, el tocador de las chicas e ingresó, la joven Megu empezó a sacudirse la camiseta y su falda mientras de vez en cuando se miraba al espejo.

Megumi: Maldición, y eso que sólo es el primer día. ¿Cómo se lo explicaré a mi madre? –Se quejaba, aún sacudiéndose las prendas- Y para colmo, esa bebida de fresa tuvo que extenderse en casi toda mi falda y camiseta… -Mirándose la falda, las mangas y la camiseta misma-

Mientras estaba en eso, oye a su propia voz (aunque más joven, como tres años menor) decirle:

-“Oh vamos. La única forma de desquitarte, es matándola…”-
Megumi: ¿Q-Qué? ¿Quién…? –Se preguntaba la chica con su voz actual (tres años mayor, obviamente), mirándose asustada al espejo-
-“… ¿No te parece? Haha…”- Decía la otra voz, mientras Megu veía en el espejo a su yo más joven que le sonreía, toda cubierta de sangre y con un gran cuchillo de cocina en la mano izquierda.
Megumi: N-No… -Con el rostro aterrado y retrocediendo unos pasos hacia atrás, aún mirándose al espejo- Aléjate… -Dejándose caer de rodillas en el suelo, mientras posicionaba sus manos a cada lado de su cabeza- Aléjate de mí… vete.-
-“Oh vamos, ¿acaso no recuerdas como asesinaste a tu hermana?”- Sonriéndole inocentemente.
Megumi: Cállate… -Inclinándose lentamente sobre sí misma-
-“¿Te acuerdas de sus suplicas, su llanto? Haha…”-
Megumi: No… cállate. –Inclinándose un poco más-
-“¿Recuerdas también… la sangre salpicando tu cuerpo?”- Colocando el cuchillo delante de su rostro, deslizando su mano por él mientras sonreía.
Megumi: No… no.
-“Preciosa y bella sangre. Salpicada por todas partes…”-
Megumi: Cállate, cállate…
-“Hahaha…”- Riéndose aún inocentemente, alejándose. -“En tus manos… recuérdala deslizándose por tus manos,… gota por gota.”-
Megumi: Cállate, cállate, ¡CÁLLATE! –Ya hecha un ovillo y sollozando-
Rin: ¡Megu-chan! –Exclamó la Kagamine, entrando corriendo al tocador acompañada de dos chicas. Una de cabello celeste y otra de negro. Los chicos la veían desde fuera-
Megumi: No… aléjate, vete. –Decía la otra, sin percatarse de nada-
Lin: ¿Qué te sucede, estás bien? –Agregó la Haine, inclinándose para poder verle el rostro-
Megumi: Sal de aquí, déjame en paz, lárgate… -Aún sollozando. Estaba alterada y aterrada-
Rin: Megumi-chan, ¿me oyes? –Preguntó la rubia, ya muy preocupada por su amiga-
Len: Hey tú… ya cálmate. –Dijo con voz autoritaria, estando detrás de los otros chicos apoyado por la pared y cruzado de brazos-
Rin: Len… -Dijo su hermana entre dientes para que se callara-
Megumi: Apártate, apártate… -Decía, ahora inclinándose hacia un lado, quedando en posición fetal sobre las rodillas de Rin sin darse cuenta-
Rin: Megumi-chan… -Colocando su mano sobre la cabeza de la chica y acariciándole el cabello, mirando a Lin-
Kaito: Debemos llevarla a la enfermería. -Sugirió desde el marco de la puerta-
Rin/Lin: Tienes razón. -Dijeron-
Rin: M-Megumi-chan… -Volviendo su mirada a ella- Ven, levántate.
Lin: Te llevaremos a la enfermería.

Entre las dos levantaron a su amiga del suelo, notando cómo se había extendido el refresco de fresa por toda su ropa.

-Parece que se calmó.- Dijo la peli-celeste llamada Miku, acompañando a sus tres amigas hasta la salida del baño.
-Debe sufrir alguna crisis nerviosa o algo así, ¿no les parece?- Opinó el pelirrojo de nombre Akaito, una vez que sus amigas salieron del tocador y escoltaban a aquella chica al lugar pre-mencionado.
Kaito: Sí. Sino, ¿por qué motivo se pondría así? –Dijo-
-Neru.- Le respondieron casi todos al mismo tiempo.

La trastornada chica sentía como si estuviera a punto de desmayarse. Estaba muy alterada y desorientada. Por más que mirara, no distinguía a nadie de su entorno. Tenía la mirada perdida y temblaba. Con lo cual, sus amigos se preocuparon más, mientras seguía murmurando las palabras de alejamiento. Cuando llegaron al lugar en cuestión y entraron, sus amigas con la ayuda de la enfermera, la sentaron en la camilla.
Enfermera: Muy bien, ¿qué es lo que le sucede señorita Tagaki?- Preguntó amablemente la mujer mientras le sonreía.
Rin: Amm…. Desde que los chicos, Miku, Lin y yo la encontramos en el suelo de tocador hecha un ovillo y sollozando, no ha dicho ni una sola palabra. Es… como si no nos reconociera. –Le explicaba la rubia, mirando a su amiga con preocupación-
Enfermera: Mmm… ¿que la encontraron en el suelo del baño, hecha un ovillo?
Rin: Sí. Sollozaba y hace unos momentos temblaba.
Enfermera: Ya veo.
Lin: ¿Habrá algo que pueda hacer señorita? –Dijo la oji-azul, mirando a la enfermera igual de preocupada-
Enfermera: Mmm…-

En eso, la peli-naranja se desvanece de repente, inclinándose hacia adelante y siendo atajada por sus dos amigas.

Rin/Lin: ¡Megumi-chan! –Exclamaron-
Enfermera: Creo que será mejor que descanse aquí hasta la hora de la salida, o hasta que se sienta mejor. –Acostándola con la ayuda de las otras muchachas en la camilla- Seguramente sólo está un poco cansada. Pero no se preocupen estará bien. –Les aseguró, sonriéndoles gentilmente-

Tanto las chicas como Kaito y Akaito, suspiraron de alivio. Así que luego del incidente, se despidieron de la enfermera y salieron de ahí, con dirección a sus salones. Con lo preocupados que estaban por su compañera, no podían ni salir.

Miku: ¿Creen que estará bien? –Preguntó-
Rin: Eso espero. –Dijo la rubia-
Kaito: Neru no pudo haber llegado tan lejos. Es imposible. –Comentó-
Akaito: Entonces ¿cómo explicas la actitud de Megumi? Es obvio que ella tuvo algo que ver. –Le respondió su hermano-
Lin: Sin mencionar que desde que se conocieron se han llevado mal. Pero sobre todo, fue ella quien empezó con la mala onda. –Agregó-
Rin: Como sea… tendré que hablar con ella. –Sentenció la Kagamine-

Una vez que se despidieron, ambos pares de gemelos ingresaron a su salón.

Rin: ¡¿Quieres explicarme qué problema tienes con Megumi?! –Abordó a Neru, dirigiéndose a su pupitre y colocando sus manos bruscamente sobre él-
Neru: No te importa. –Le contestó ésta, estando con su celular en las manos-
Rin: Oh claro que sí me importa. Porque por tu culpa está en la enfermería.
Neru: ¿En serio? –Sonriendo- ¿En la enfermería? Jaja. ¡¿Y tú crees que me importa?! –Empujándola- ¡¿Eh?! -Empujándola de nuevo-
Len: Que Megumi esté en la enfermería no quiere decir que puedas meterte con mi hermana… -Defendió el rubio a su gemela, acercándose a ellas. En ese momento llevaba puestos lentes-
Neru: Ah sí, claro. Lo siento. –Se disculpó la peli-dorada tontamente, mirándolo con corazones en los ojos-

Las clases del resto de la tarde transcurrieron normalmente, sólo que con la ausencia de Megumi. Rin giraba la cabeza repetidas veces hacia el asiento vacío de su amiga preguntándose cómo estaría, lo cual estaba preocupándola cada vez más. Len también hacía lo mismo, sólo que muy disimuladamente para que no lo notara su hermana…
Cuando sonó el timbre de fin de clases, ya estaba atardeciendo, y la luz del ocaso invadía el salón. Todos los estudiantes, guardaron sus cosas en sus portafolios y se fueron. Los únicos que quedaron en el lugar, fueron los Kagamine, los Haine –preocupados por la chica peli-naranja- y Neru. Los hermanos Shion y Miku ya estaban fuera del salón ése, con intención de ir a visitar a la muchacha todos juntos.

Rin: Len, ¿no vienes? –Mirándolo desde el marco de la puerta con su portafolio y el de su amiga en las manos-
Len: Adelántense tengo cosas que hacer. Si no estoy ahí para cuando estén por irse, nos veremos en la casa. –Le contestó, volviendo la vista a sus cosas para seguir ordenándolas-
Rin: Amm… de acuerdo. Ten cuidado por favor. –Yéndose junto con Miku, los Haine y los Shion a la enfermería-

Una vez que Rin se perdió de vista, el rubio sacó su navaja del bolsillo y observó a Neru con una mueca de disgusto y fastidio mientras se dirigía hacia ella.

Len: Escúchame bien maldita cría. –A espaldas de la rubia y susurrándole al oído, colocando el artefacto de manera que su filo pudiera cortar todo el cuello de la chica-
Neru: ¿Pero qué-?
Len: Será mejor que guardes silencio si no quieres morir aquí mismo. –Sujetándole el cuello, colocando en filo del arma en su piel, con intención de cortársela si no cerraba la boca- Si vuelves a molestar a mi hermana o a Megumi, te recomendaría que comenzarás a rezar porque no la cuentas…. ¿Has entendido?
Neru: Por ti haría cualquier cosa. –Sin miedo alguno de las amenazas del rubio-
Len: Más te vale obedecer, porque te puede ir muy mal.
Neru: ¿Sabes? –Girando completamente su cuerpo hasta quedar frente a frente con el rubio- No temo ninguna de tus amenazas. Ni siquiera portando esa navaja.
Len: ¿Quieres saber de hasta donde soy capaz de llegar estúpida? –Le retó-
Neru: Si como no. Como si tú fueras capaz de-

No la dejó terminar, ya que, harto de su altanería y un poco a gusto por no saber lo que le aguardaba en ese momento, éste sujetó con mayor precisión el artefacto, y sin pensárselo dos veces, se lo clavó en el brazo izquierdo, ocasionando que un poco de su preciado color rojo salpicara su rostro. En cambio, de los labios de Neru sólo pudo escucharse un “¡Ah!” a todo volumen. Al retirar la navaja, como acto reflejo, la chica se colocó la otra mano sobre su brazo herido, mirándolo con un poco de miedo.

Neru: ¡¿Por qué lo-?! –Aún con la mano en el brazo, del cual no paraba de exhalar ese líquido-
Len: ¡Y te esperan muchos más si vuelves a molestar a Rin o a Megumi! –Sujetándola del cuello de la camiseta bruscamente- ¡Esta… fue sólo una pequeña demostración de lo que puedo llegar a hacerte si sigues con lo tuyo! –Dijo entre dientes-

Al soltarla, el chico sólo la miró con desprecio una vez más, para luego recoger sus cosas e irse. Pero la otra no iba a dejarlo así como así… Mientras el joven caminaba solo por el corredor en dirección a la enfermería, éste aún poseía la navaja en la mano izquierda, cuando comenzó a lamerla pausadamente, probando la sangre que había en ella, aunque también para saciar sus ansias. Pero terminó escupiéndola, ocasionando que se deslizara un hilo de ese líquido por la comisura derecha, la cual se limpió mientras esbozaba una sonrisa.

Len: No… me gusta más la suya. –Dijo, aún sonriéndose y caminando-

Al alcanzar la puerta de la enfermería, no le importó tener las manchas de sangre en el rostro, por lo que igualmente entró al lugar. Allí estaban, esperándolo: los hermanos Shion y Haine, Miku y Rin. A la vez, para su sorpresa (cuya emoción no mostró), su joven “presa” estaba sentada en la cama, pero con el rostro inexpresivo y sin mirar a nadie. Ni siquiera a él.

Enfermera: Bien, amm… -Habló la mujer mirando a la chica- … creo que ya se siente mejor, ¿verdad? –Sonriéndole. Ella asintió sin decir nada- Ya es tarde. Será mejor que vayan cada uno a su casa. Es peligroso andar por las calles caída la noche. –Dijo, en lo cual la chica se bajó de la cama- ¡Que tengan una muy buena noche! –Les deseó, mientras uno de ellos cerraba la puerta-

Al cabo de varios minutos y al alcanzar la puerta de salida del edificio, ya estaban todos afuera siendo bañados por la luz del ocaso, cuando Rin recuerda que…

Rin: Ah, casi lo olvido: ten Megu-chan. Me tomé la molestia de recoger y guardar tus cosas. Hasta tu libro. –Entregándole la maleta con una sonrisa, en lo que ella respondió con un gesto afirmativo, agradeciéndole-
Lin: Bien, creo que nosotros nos vamos. Sino nuestros padres nos regañarán. –Dijo la peli-negra del lazo transparente, mirando a sus amigos- Vamos, Ren. –Dirigiéndose a su hermano, quién la siguió sin decir nada, con la maleta al hombro y la otra mano en el bolsillo-
Kaito: Nosotros también nos vamos. Nos vemos mañana chicos. –Se despidió el peli-azul comenzando a caminar, acompañado de Miku, quién iba sujeta de su brazo-
Rin: De acuerdo, vámonos Len. –Mirando a su gemelo, quién también asintió sin decir nada. Pero alguien la sujeta del uniforme- ¿Eh? ¿Me-Megumi-chan, te sucede algo? –Dándose media vuelta para ver a su amiga-
Megumi: Ma-matte Rin-chan, onegai… -Habló por primera vez en mucho tiempo, sin siquiera mirarla-
Rin: ¿Quieres que te acompañemos a tu casa? –En ese momento sujetando la mano de Len para que se detuviera. Ella negó con la cabeza- ¿Entonces? –Mirándola sonriente. La chica se aferró más a su uniforme, mientras la rubia caía en la cuenta de lo que su amiga intentaba decirle, primero mirándola sorprendida, para luego mirarla con la sonrisa de siempre- Hehe, pareces una niña pequeña. –Dijo divertidamente, en lo que la oji-naranja se sonrojó un poco- Con gusto, nos encantará tenerte en casa. A nuestros… -Pero se detuvo al recordar algo, sintiendo que su hermano presionaba con fuerza su mano para que callara- … a nuestra madre le gustará verte. –Sujetándole la mano cariñosamente, en lo que la muchacha seguía ruborizada- Vamos. –Comenzando a caminar con ella, seguidas por el oji-azul, quién sonrió malignamente-

_____________________________________________________

Bueno, espero que les haya gustado... Sólo quiero informarles que ésta historia ya la tengo un poco avanzada, pero en fin... Tomatazos, preguntas, abucheos, sugerencias (las cuales acepto después, yo les digo cuándo xDD), críticas (constructivas), entre otras cosas...

Saludos, y hasta la próxima~


Última edición por Natsume Knightley el Miér Oct 23, 2013 8:16 pm, editado 6 veces
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MensajeTema: Re: Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~]   Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] Icon_minitimeDom Jun 02, 2013 8:17 pm

waaaaaaaaa!!!! conti conti Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] 987752 me gusto, me encanto!!!! Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] 285275 Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] 496716

waaaaaa!!!! hermanita Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] 344343 te quedo le película!!!! Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] 344343 Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] 142402

waaaaa!!!! te identificas bien con megumi Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] 361537 Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] 361537 Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] 361537 ajñsafññklsfljsñklfjñ
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MensajeTema: Re: Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~]   Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] Icon_minitimeVie Jun 14, 2013 6:13 pm

Como ya digo otra vez, esta fantastico...me agrado mucho..
Yo se que mi Lady es una gran escritora..
Me agrada que me ponga con un poco de maldad...
Es un honor tener a una hermosa dama como usted de pareja mi Lady..
Me agrado, espero el siguiente capitulo. Para releer todo otra vez desde el principio...

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Pandora Michaelis
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MensajeTema: Re: Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~]   Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] Icon_minitimeLun Jul 22, 2013 1:40 pm

¡Hola! Por fin pude leerlo Very Happy

Bueno, respecto a historia y dominio de personajes, te felicito, pues está MUY interesante. Len de Yandere "protector" pero "maloso" es seeeeeexy *Q* awwwww, a Neru la ponen de mala, que pena. Ella me cae bien TwT Y lo de “prisiones educativas” LOOOOL me sacó una risita xDDD

Ahora, ya que pediste críticas constructivas… lo único que no me pareció apropiado fue que pusieras el nombre del personaje antes de los diálogos, además de que estos iban pegados y siento que eso, aparte de confundir un poco, cansa mucho la vista. Normalmente no me gusta el guión de teatro, pero lo que no me pareció lógico fueron los párrafos así:
.
.
.

Rin: ¡Me parece genial! ¿A ti no? -Le decía a su hermano, abrazándolo por detrás con una sonrisa-
-Hmph…- Dijo él, sin hacer caso a su hermana mientras seguía caminando y mirando al frente.



Opino que se vería más madura la traducción si fuese así:

-¡Me parece genial! ¿A ti no? -Le decía Rin a su hermano, abrazándolo por detrás con una sonrisa-

-Hmph…- Dijo él, sin hacer caso a su hermana mientras seguía caminando y mirando al frente.

.
.
.

Otro ejemplo sería éste:

-Tagaki Megumi.-
-Pues gusto en conocerte, Megumi-chan.-
Megumi: Por favor, llámame Megu…
-Ok, Megu-chan. Mi nombre es Kagamine Rin.


Podrías colocarlo así:

-Tagaki Megumi.-

-Pues gusto en conocerte, Megumi-chan.-

-Por favor, llámame Megu… -pidió la chica nueva.

-Ok, Megu-chan. Mi nombre es Kagamine Rin.

.
.
.

Y algo que añadir es que en partes como ésta:

Megumi: Sí, ¿y tú? ¿Quién eres? –Le preguntó la peli-naranja fríamente, mirándola-
-Akita Neru.- Dijo la chica con la coleta de lado, colocando su mano izquierda en su cintura.
Megumi: Pues mucho gusto, Neru. –Le contestó de la misma manera de antes, mientras la seguía mirando, pero esta vez, con la vista seria-


¿Para qué habría que colocar el nombre adelante, si ya señalaste características de los personajes que hablan con "le peli-naranja" y "la chica de la coleta de lado"? No hay necesidad de ello, créeme -w-U Debes quitar los nombres y dejar solo los diálogos, así:

-Sí, ¿y tú? ¿Quién eres? –Le preguntó la peli-naranja fríamente, mirándola.

-Akita Neru.- Dijo la chica con la coleta de lado, colocando su mano izquierda en su cintura.

-Pues mucho gusto, Neru. –Le contestó de la misma manera de antes, mientras la seguía mirando, pero esta vez, con la vista seria.


Pero de verás, eso fue lo único que siento le quitaba seriedad o calidad al capítulo, porque de resto está bastante bien escrito y narrado ;3

Espero que no me mates, solo lo digo pa' ayuda'te, linda~ *se esconde detrás de su neko* x'DDD (?)

Lo último que puedo decirte es que: ¡Continúeeeeeeees~!
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Natsume Knightley
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MensajeTema: Re: Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~]   Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] Icon_minitimeJue Jul 25, 2013 4:44 pm

Bien, amm... Ya sé que... los comentarios no son tan abundantes como esperaba (o me imaginaba xD), pero por lo menos ahora sé que aún hay gente maravillosa que le gusta leer (???). Les agradezco de corazón a aquellas 3 personitas que se tomaron la molestia de leer este fic, algo loco, podría llegar decir xDD

Bueno, sin más que decir, he aquí la 2 parte. ¡Qué la disfruten!


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Una noche en la casa de los Kagamine – 2 parte
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La travesía era silenciosa. Nadie hablaba ni decía nada, cosa que a Rin le preocupaba en cierta forma. Su amiga Megumi, ahora aferrada a su brazo, seguía con la cabeza gacha y su mirada inexpresiva…

-Vamos, anímate… -Bajando la cabeza a la altura de la de su amiga para verle el rostro pero la otra lo subió, quedando cara a cara con la rubia- ¿Nee? –Sonriéndole amablemente-

Rin tenía razón. Ella no podía estar todo el tiempo así, sin mostrar ninguna señal de afecto por lo que estaban haciendo por su persona, comportándose como una muchacha tímida. Tenía que comportarse como normalmente hacía y dejar de actuar como si fuera una niña pequeña. Así que para volver a ser como antes, sonrojándose un poco y sonriendo le contestó alegremente:

-¡Hai!

-Genial, así me gusta Megumi-chan. -Se alegró ella-

La joven sólo se limitó a sonreírle cálidamente, a la vez estando agradecida por lo que estaban haciendo por ella. De esa manera, ambas estaban más tranquilas y felices, con lo que el recorrido también fue alegre…
 Al cabo de varios minutos de caminar, ya se había hecho de noche cuando llegaron a la residencia Kagamine. Ambos rubios visualizaron a una mujer parada en el umbral de la puerta, esperándolos:

-¡Rin, Len! ¡Qué alegría me da verlos sanos y salvos!- Exclamó la mujer, yendo corriendo hasta ellos y abrazando a sus hijos.

-Mamá, estamos bien, no es para tanto. –Le decía la peli-rubia, tratando de separarse de ella-

-Lo siento, cariño. Es que… caminando solos por las calles, a esta hora de la noche (siendo las 9:00)… me preocupa demasiado y… vaya, ¿quién es esta linda jovencita?- Percatándose de la presencia de Megumi, quién la miraba inocentemente.

-Mamá, ella es Megumi Tagaki. Es una amiga nuestra, y me preguntaba podría quedarse a dormir aquí esta noche.

-Claro cielo, no hay problema pero…- Mirando a la amiga de su hija. -¿Le has avisado a tus padres?-

-No empieces ahora por favor, ¿quieres?

-Pero…-

-Por favor… -Pasando por su lado junto con Len- Ven Megu-chan, no tengas miedo.

-Ha-hai… -Se sentía algo incómoda y tímida estando en una casa ajena-

Cuando los tres jóvenes y la mujer entraron a la casa, Megumi notó que era un poco más amplia que la suya. Pero nadie se detuvo a darle ni siquiera un pequeño “tour” por el lugar, cosa que no le importó. Rin y Megumi, seguidas por el oji-azul, subieron las escaleras mientras que la madre de ambos rubios se encaminó a la cocina para, por fin, preparar la cena.

-¿Por qué tratan a su madre tan fríamente? –Les preguntó, mientras subían la escalera-

-No es que querramos hacerlo. –Le respondió- Es que es muy sobreprotectora y… en muchas ocasiones, eso nos molesta a Len y a mí.

-Ya veo. –Ahora caminando por el corredor- Pero no tendrían por qué tratarla así. Es su madre.

-Lo sé pero… no puede evitarlo. Desde que nuestro padre –Len la fulminaba con la mirada- … murió… hace tres años se ha comportado así con nosotros. Y la mayoría de las veces no lo toleramos…
-Pero aún así, tendrían que apreciar que su madre los proteja como lo hace, porque no todas son iguales.

-¿Por qué lo dices?

-Porque… -Ya estaban entrando en un cuarto-

-Ah, mira, este es mi dormitorio. No es muy espacioso, pero al menos podremos dormir bien las dos. ¿Qué te parece? –Mirando a su “compañera de cuarto” con una sonrisa-

La habitación de Rin, tal cual ella decía, no era muy espaciosa, pero tenía todo lo indispensable que un cuarto debía tener: un pequeño armario, cama para una sola persona, y un baño situado en un rincón del lugar en cuestión…

-Es muy linda, Rin-chan. –Sonriéndole gentilmente- Pero ¿dónde dormiré yo? –Dándose cuenta de que no había ninguna otra cama adicional, mientras depositaba su maleta en un rincón-

-Ups, claro. Lo siento. –Dirigiéndose a su cama- A-Aquí… ¿Te parece? –Dijo jadeando, mientras sacaba de debajo de su cama otro colchón-

-Perfecto. –Dijo-

-Genial, me alegro que te guste. No sabíamos que íbamos a traer una visita. Sino te hubiéramos preparado con nuestra madre una bienvenida más aceptable. –Le decía, mientras colocaba su maleta sobre la cama y se retiraba el uniforme del cuerpo, quedando visible un sostén amarillo-

-Jaja, no te preocupes. Tampoco soy una reina. –Cerrando la puerta del cuarto- Cualquier bienvenida que sea tan cálida como esta está bien para mí. –Aún sonriéndole con gentileza- Espera un segundo… ¿dónde está Len-kun? –Percatándose de la ausencia del peli-rubio, observando cada rincón del cuarto-

-Ah, su cuarto está allí, frente al mío. Jaja, siempre nos encontramos a la hora del desayuno. –Yendo al armario y optando por una camisa y pantalón corto anaranjados- Pero bueno, es lo que pasa cuando tienes las habitaciones enfrentadas.

-Jaja, sí. Por cierto: me gusta mucho la pintura de tus paredes. –Notando los toques de naranja que había en las paredes, ya que casi todo el lugar estaba pintado de amarillo-

-Jeje, gracias. –Quitándose la falda y colocándose el pantalón, para a continuación ponerse la camisa- La habitación de Len es completamente amarilla, es como estar en una banana gigante. Sin mencionar que ése es su postre favorito. –Quitándose los zapatos-

-Déjame adivinar: y el tuyo son las naranjas, ¿no?

-Es correcto. Pero aún no me has dicho el tuyo: ¿cuál es tu postre favorito?

-No quisiera molestarte pero… ¿podrías prestarme algo de ropa? Es que… -Cambiando de tema y mostrándole la camisa y la falda-

-Claro. ¿Por qué no vas a darte un baño? Así te sacas todo ese olor a comida de encima, te sentirás mejor.

-Tienes razón. Buena idea. –Dirigiéndose a la puerta del tocador-

-Ok, iré abajo un momento por algo que necesito pedirle a mi madre y luego regreso. ¿De acuerdo? –Sonriéndole amablemente-

-Hai. –También sonriéndole de la misma forma, para luego darse media vuelta e ingresar al baño-

Al entrar y cerrar la puerta tras de sí, vio todo lo común de un baño. Estaba reluciente como la plata, parecía una habitación de porcelana. Se deshizo de sus prendas, y se metió bajo la ducha, la cual accionó y de ella salió agua caliente, perfecta para ella. Sentía como si un gran peso de se esfumara de encima…
 Mientras se lavaba el cabello, pensaba en todo lo que le había ocurrido ese día: ¿por qué Neru la trataba tan bruscamente? Aún recordaba su respuesta: <<Por el simple hecho de odiarte.>> Para ella, eso carecía de sentido. <<No puedes odiar a alguien sin motivo.>> Le había dicho. Y sin embargo, seguía sin entender por qué hacía lo que hacía.

Luego lo de Len: <<Tanto mi color como el tuyo, van perfecto con el rojo…>> Le había dicho cuando la abordó fuera del salón sujetándola por la cintura. ¿Por qué luego de responder a sus preguntas, le hizo esa cortada en el cuello? Sinceramente no supo porque hizo lo que hizo después… No sabía ni le importaba.
 Pasados varios minutos de acabar su baño, escuchó el abrir de la puerta. Se envolvió rápidamente en una toalla que había colgada allí, y aún con el cabello mojado abrió apenas la puerta para decir:

-¿Rin-chan? –Preguntó con timidez-

-¿Necesitas algo?- Respondió una voz conocida a pocos centímetros de la puerta. No era Rin.

-¡¿Le-Len-kun?! –Levemente ruborizada de indignación por la impertinencia del chico- ¡¿Qué…?! –Ocultándose tras el objeto-

-Toma esto, te quedará. –Alcanzándole por el orificio de la puerta, una falda-short blanca y una camisa amarilla- Pero ni una palabra a Rin. –Le dijo con cierto tono imperativo, en lo que la chica agarraba la ropa rápidamente-

Unos minutos después de escuchar la puerta cerrarse, la chica salió del tocador ya cambiada y secándose el cabello. <<¿Por qué habrá entrado a la habitación de Rin?>> Pensaba mientras se ruborizaba a tal punto que su rostro parecía un ají muy picante…
 En ese momento, sacándole una mirada asustada a la anaranjada, la puerta de la habitación se abría lentamente, dejando ver una cabellera rubia con clips. Ésa sí era Rin. Suspiró de alivio retirándose la toalla de la cabeza. Al lograr abrir completamente la puerta, y antes de que la oji-azul la notara, la peli-naranja vio que Len estaba en su cuarto con la puerta abierta de par en par, en lo que él estaba allí, sosteniéndola y mirándola con una sonrisa maliciosa que a ella no le gustó nada. Hasta pudo notar que se colocaba el dedo índice de la mano izquierda entre los labios como ordenándole que callara, para luego cerrar la puerta lentamente, aún sonriendo…

-Megumi-chan, ¿te ocurre algo? –Dijo, entrando y cerrando la puerta del dormitorio-

-¿Eh? –Llevando rápidamente su mirada a ella, ya que había estado pendiente de lo que le decía Len-

-¿Estás bien?

-S-Sí, claro. –Sonriéndole para disimular un poco el sonrojo, aún presente en su cara-

-¿Y esa ropa? –Observándola de arriba abajo-

-Ah, eh… yo me la elegí. ¿Me queda mal? –Mostrándosela-

-Nop. Al contrario, te queda muy bien. Para ser un año mayor que yo. –Sentándose en su cama y sonriéndole-

-¿Qué? ¿Cómo supiste que soy un año mayor que tú? –Sentándose en el colchón con su vista clavada en su amiga- Yo nunca te lo dije.

-Mmm… lo adiviné.

-Oh… Oye, ¿crees que tu madre pueda lavarme el uniforme? –Levantándose del colchón y yendo al baño en busca de su falta y camisa- Claro, si no es una molestia para ella. –Saliendo y mostrándoselas a Rin-

-¿Qué? No, no tendrá ningún problema. Si lo pone a lavar ahora, de seguro estará seco para cuando tengamos que irnos al instituto mañana por la tarde.

-Uf, qué alivio. Porque sino, mañana no iba a asistir. Te lo agradezco mucho, Rin-chan. –Sonriéndole amablemente y entregándole las prendas-

-No fue nada. –Sonriéndole de la misma manera- ¿Bajamos a cenar, te parece?

-Hai. –Le respondió alegremente-

Rin le dedicó una amigable sonrisa mientras tiraba hacia abajo el picaporte para abrir la puerta. Al salir ella primero, pasó justo lo que le había contado a la peli-naranja: Rin y Len salieron al mismo tiempo de sus habitaciones, encontrándose el uno con el otro. Pero él había salido de su habitación con solo un short blanco y descalzo. Se había dejado la camisa y la corbata, aunque ésta un poco suelta y la camisa algo desabotonada. Le daba un cierto aire de rebeldía. Pero había un solo cambio: no era por su hermana que se había puesto así.

-“¿Qué intenta hacer estando así? Acaso… ¿pretende provocarme o seducirme?” –Pensaba mientras lo miraba de la cabeza a los pies- “Bah, pierde su tiempo.” –Dirigiéndose junto con Rin a las escaleras-

Pero raramente, en el fondo sentía… ¿atracción? No, no podía estar enamorada de él, no podría… Pero además de ese sentimiento raro, también sentía una extraña conexión con él. Como si hubiera tenido un pasado idéntico. Pero no sabía ni le importaba…

-Parece que la enfermera te curó y vendó la cortada que te hice hoy en el instituto. –Le habló a la muchacha, sujetándola como en aquella ocasión mientras Rin bajaba las escaleras, mirándole el cuello completamente vendado-

-S-Sí. Pero detente, ya déjame en paz. –Separándose de él y bajando apresuradamente las escaleras. Por alguna extraña razón, perdía todo signo de seriedad, dureza y frialdad cuando estaba a solas con él-

Una vez que los cuatro personajes se sentaron a la mesa a cenar, la mujer fue la primera en tomar palabra:

-Rin me dio tus prendas para que las lavase Megumi-chan, y claro que no tengo ningún problema en lavártelas.- Le dijo, sonriéndole amablemente.

-Se lo agradezco mucho, señora. Espero no causarle molestias.

-Para nada, querida.- Aún sonriéndole de forma amable.

Ella sólo se limitó a sonreírle cálidamente, concentrándose luego en la comida que tenía frente a ella. La hora de la cena fue alegre para las tres féminas de la casa:

-¿Así que de esa forma te has llevado con Neru el primer día?- Preguntó la mujer a su invitada.

-Así es. –Le contestó, bebiendo un sorbo de jugo de naranja-

-¡Fue sensacional, mamá! ¡Si la hubieras visto!... ¡Hubieras visto como reaccionaba Neru ante cada contestación de Megumi! –Exclamaba enérgicamente la peli-rubia-

-Eh… Rin. ¿No crees que exageras? –Mirándola con una sonrisa nerviosa-

-¿Estás loca? Ninguno de nuestros compañeros de clase (incluyendo a las chicas) ha podido con ella. Ni siquiera Len. ¿Acaso no recuerdas que te lo mencioné?

-S-Sí pero… eso no me convierte en la dueña de la clase.

-No, pero por lo menos puedes controlar a Neru.

-Bien, basta de conversación señoritas, suban a su habitación es hora de dormir. –Anunció la mujer, juntando los platos de la mesa-

Acto seguido, Len y las muchachas se dirigieron a sus respectivas habitaciones. Como aún faltaban dos horas para la medianoche (siendo las 10:00), las chicas preferían seguir charlando sobre cualquier otra cosa que no fuera Neru:

-Por lo menos, hoy no nos dieron deberes. –Le comentó a su amiga una vez acostada mirándola y con la lámpara de noche encendida-

-¿En serio? Qué extraño. –Le respondió la otra, pensativa-

-¿Por qué lo dices?

-Es que… es común que les den algunos deberes aunque sea para empezar.

-No seas aguafiestas, Megumi-chan. –Se quejó la oji-celeste aún con esa sonrisa alegre en el rostro-

-Jaja, no pretendo ser aguafiestas. Sólo digo lo creo que deberían haber hecho los profesores, nada más.

-Bien, como sea. –Observando el techo-

-Ajá.

-Nee… -Volviendo su mirada a ella- Aún no me has dicho cuál es tu ítem.

-¿Mi qué?

-Tu ítem. O sea tu postre favorito.

-Ah, eso…

-¿Y bien? ¿Cuál es?

-Mi ítem… es el chocolate

-¿El chocolate?

-Sip. El chocolate blanco para ser exacta. En pocas palabras: me fascina el chocolate blanco.

-Bueno, después de todo es tu ítem.

-¿Si verdad? –Soltando una pequeña risita-

Y así estuvieron varios minutos más, hablando de cosas aleatorias y de vez en cuando riéndose de alguna que otra cosa. La chica anaranjada bostezó:


-Espero que tu madre haya puesto a lavar mis prendas, sino, tendré que faltar al instituto. –Le dijo, acomodándose entre las cobijas-

-De seguro que sí. –Acomodándose también- Y si no, ya veremos cómo nos arreglamos.

-¿Qué insinúas?

-Nada, nada. –Apagando la lámpara y acomodándose bien para al fin dormir- Oyasumi, Megumi-chan. –Sonriéndole en la oscuridad-

-Oyasumi, Rin-chan.

Y con el pasar de los minutos, ambas fueron quedándose dormidas de a poco…

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-Te odio, Naoko-nee-chan… -Se decía ella con una voz infantil, estando en la cocina de su casa con un gran cuchillo en la mano izquierda y deslizando lentamente sus dedos del lado filoso con la otra-

Y al instante se veía a ella misma en la sala, arrodillada de espaldas y apuñalando repetidamente un cuerpo que estaba tendido en el suelo. El cuerpo mostraba ser femenino, de cabello largo color café y ojos rojos, a los que no se le notaban las pupilas. Llevaba una camisa manga corta roja y un short negro…
 Ella sonreía ante cada puñalada que incrustaba en el cuerpo de aquella joven, mientras cierta cantidad de sangre le salpicaba el rostro, cabello y las prendas. Tenía las manos cubiertas de ese líquido, al igual que la hoja y el mango del artefacto cortante… ¡Estaba apuñalando a su hermana!

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-¡No! –Gritó la chica oji-anaranjada, incorporándose rápidamente, con la respiración agitada y sudando frío. Rin seguía profundamente dormida, lo que le dio cierto alivio- “¿Por qué?” –Sujetándose la cabeza con ambas manos, inclinándose un poco sobre sí misma- “¿Por qué insiste en que vuelva a recordarlo?... No quiero. ¡No quiero!”

Necesitaba sacarse ese recuerdo y/o mal sueño de la mente. Así que salió lo más sigilosamente posible de la habitación, y se dirigió al tocador que estaba ubicado a la mitad del corredor. Abrió la puerta, y dejándola entreabierta, se dirigió al lavamanos mirándose al espejo por un momento.
 Accionó el grifo y metiendo las manos bajo el agua, al instante se las deslizó por todo el rostro, tratando de olvidarse del sueño. Después de haber repetido varias veces el mismo patrón, al verse en el espejo con la cara empapada, se sorprendió al ver a cierto rubio allí, recostado por la pared y cruzado de brazos:

-¿Q-Qué haces aquí? –Volteándose rápidamente para mirarlo- ¿Te... Te desperté?

-En cierta forma, sí. –Descruzándose de brazos y levantando la vista hacia ella- Por ende no puedo dormir si la luz del baño pasa por debajo de la puerta de mi cuarto. –Acercándose a la chica- “Sin mencionar tus gritos” -Dibujándosele una sonrisa-

-“Que excusa más patética” –Pensó- “Será mejor que salga de aquí cuanto antes.” –Caminando hacia la puerta sin prestarle atención a Len-

-Espera. –Sujetándola de frente por la cintura, deteniéndola y sonriendo con malicia mientras la miraba-

-Quítame las manos de encima, ahora. –Le espetó imperativamente, mirándolo-

Pero éste no obedeció la orden, sino todo lo contrario: la sujetó con más fuerza y acercó su rostro al cuello vendado de su “presa” inquisidoramente.

-¡Suéltame! -Refunfuñó la joven-

-Mmm… -Fue lo único que se le escuchó pronunciar con un dejo de necesidad en su voz, para luego soltarla sin dejar de sonreír como lo hacía-

-Oyasumi. –Le deseó con brusquedad al salir de allí-

Al salir y caminar por el corredor hacia el cuarto de Rin, aún seguía con ese semblante serio:

-Es un tonto. ¿Qué más pretende apareciendo de esa forma y con una excusa patética? –Se dijo, estando de nuevo en la habitación y acobijándose- Cretino… -Cerrando los ojos-

Ya habían pasado varios minutos en lo que la chica se había quedado dormida después del encuentro con su compañero de enfrente. Pero, en ese momento, la puerta del dormitorio de la rubia se abrió lentamente, dejando entrar a su gemelo.
 Cuando éste se acercó a donde ellas, el chico vio que su (para no decir siempre la misma palabra Xp) “obsesión” se encontraba profundamente dormida y con los brazos puestos en U. Así que lo que hizo, fue pararse entre su cuerpo (antes de la cintura) y arrodillarse en ese lugar sin importarle hacer presión en las piernas de la chica bajo su peso. Se inclinó sobre su cuerpo, levantándole la camisa hasta dejar al descubierto su vientre y estómago.
 Al inclinarse más, comenzó a pasar lentamente su lengua mientras sostenía cada extremo de la cintura con sus manos, lo que ocasionaba que Megumi soltara pequeños gemidos que al rubio le encantaban. Luego de hacer eso por unos segundos (de los cuales la chica ni se movió), y sin bajarle la prenda superior, deslizó su cuerpo rozando el de ella hasta llegar a su cuello. Una vez allí, como a la venda le habían hecho un nudo, el oji-azul sujetó un extremo del nudo con sus labios y comenzó a tirar de él. La venda se deslizó lentamente por todo el cuello de la fémina hasta salirse por completo, dejándolo a la vista.
 Len tuvo razón de lo que había pensado: la marca seguía allí, curada y cicatrizada. Él quiso hacérsela de nuevo, pero al instante recordó que había dejado su navaja encima de su mesita de noche.

-“No importa. Puedo volver a hacérsela en otro momento.” –Pensó mientras se sonreía aún con la punta de la venda entre los labios.

Y finalmente, deslizó su cuerpo hasta que su rostro quedó a pocos centímetros del de la oji-anaranjada. Arrastró sus manos por los brazos de la amiga de su hermana (provocando también que soltara gemidos), hasta entrelazar sus manos con las de ella. Y, acercando completamente su cara, también unió inevitablemente sus labios a los de la joven, aprisionándolos y saboreándolos lentamente como todos sus movimientos.
 Por alguna extraña razón, mientras la besaba, aquellos labios le sabían a sangre, cosa que lo excitaba aún más. El misterio, acompañados por la seriedad, dureza y frialdad de aquella chica ya habían hecho que se interesara en ella. Y la sensación de ese hallazgo (cosa que lo haría pensar), lo intrigó hasta un punto crítico…

-Mmm… -Dejó escapar de nuevo, separándose de aquellos “labios sangrientos”- Creo que me encantará esta chica… -Sonriéndole- “Dulces sueños… mi princesa de sangre.” -Dándole un corto y último beso, para luego alejarse de su pálido cuerpo-


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Well, hasta aquí por hoy (?). Espero que les agrade tanto como la parte anterior, y también espero que más personas, además de ésas 3 personas especiales (por sólo comentar xD), puedan pasarse y tomarse aunque sea un minuto para leerlo y comentar. ¡Onegai~!

También le agradezco a Pandora Michaelis por el pequeño consejo que me dio. Espero que haya quedado como querías (y si no, lo lamento)... Y desde ya muchas gracias a las personas que leyeron la primera parte de este escrito (que parece testamento xDD)...

Saludos y hasta la próxima~
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MensajeTema: Re: Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~]   Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] Icon_minitimeJue Jul 25, 2013 8:20 pm

KAKJSKDKSKSJKDJSDKAKSKA Amé el capítulo *-* Len de yandere dominante es taaaaaaaaaaan sexy, lo sé, ya dije algo similar, ¡pero las verdades deben repetirse! xDDD (?)

Fufufu, Megumi-chan, ¿por qué le hiciste eso a tu hermana? TT-TT LOL Ojalá que ella no vuelva a hacerse yandere, ya que si Len es eso, las parejas YanderexYandere no me atraen mucho :S Pero si ella será Tsundere... ¡AMARÉ SU PAREJA CON LEN! Nada mejor que un YanderexTsundere *-*

Sobre tus avances por mis consejos, ¡muy bien! Todo está mucho mejor :3 Te felicito jeje el equilibrio entre párrafos y diálogos estuvo exacto, igual la descripción jeje aunque SOLO falto describir un poco a la madre Kagamine, (color y largo de pelo, color de ojos, ropitas, etc). Solo eso, pero el resto estuvo muy bien n3n

¡SIGUELEEEEEEEEEEEEEE! *Q*
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MensajeTema: Re: Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~]   Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] Icon_minitimeSáb Ago 17, 2013 7:49 pm

Bien, amm... aparte de de pedirles disculpas por tardar tanto en actualizar, no tengo mucho que decir. Bueno... aquí les dejo con el 2º capi. ¡Espero lo disfruten! =D

Ah, casi lo olvido:

Pandora Michaelis: En contestación al MP de hace varios días, sólo quería decirte que... ¡ACABAS DE ARRUINARME VARIOS MESES DE PLANEACIÓN Y ESCRITURA! ¿¡CÓMO CONTINUARÉ AHORA?! (???) Nah, no hay bronca. Pero no podré modificarlo ya, porque ya está escrito, y además me agrada como queda. Lo siento mucho... Pero me alegra el alma que leas esto. ¡De verdad! n.n

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Capítulo 2 - El castigo - 1 parte
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A la mañana siguiente, las dos chicas se habían levantado temprano (eran como las 9:00) para ayudar a la mujer con las cosas de la casa, sin antes desayunar primero: lavaron los platos de la noche anterior, limpiaron un poco los pisos de cada habitación (menos la de Len), tendieron las prendas de vestir en la cuerda del jardín, etc. Hicieron variedad de cosas hasta llegadas las 11:00, donde la madre de los Kagamine se puso a preparar el almuerzo para sus hijos y su invitada. Rin, acompañada de Megumi se dispusieron a subir las escaleras nada más que para ir a despertar a Len…

-Nee, Megumi-chan. –Dijo de repente la rubia, mientras subían la escalera-

-¿Sí, dime?

-Amm… ¿por qué… tenías la camisa levantada esta mañana?

-¿Que por qué tenía la camisa levantada esta…? Ah pues… no lo sé. –Cayendo en la cuenta de lo que hablaba su amiga- De seguro me la levanté entre sueños, jeje… -Sonriéndole-

-Y también te faltaba la venda del cuello. –Yendo por el corredor-

-Pues eso sí no puedo decírtelo. Pero pudo haberse roto al engancharse con una de mis uñas y así sacármela. No estoy segura qué pudo haber pasado, aunque también debo decirte que no me importa.

-Bien pero, fuera como haya sido, es extraño.

-En cierta forma, creo que tienes razón. –En posición pensativa-

-Emm… ok. –Dijo, acercándose a la puerta de la habitación de su gemelo- Len, despierta. Dentro de poco estará el almuerzo. –Nadie contestó- ¿Len? –Abriendo la dichosa puerta, encontrándose con la luz encendida y a su hermano vistiéndose-

-¿Qué quieres, Rin? –Le espetó bruscamente, girando la cabeza para verla-

-Ehh… -Vacilaba-

-Si es por lo del tema del almuerzo ése, ya te oí. –Dejando de mirarla para concentrarse en lo que hacía-

-Muy bien, amm… apresúrate ¿quieres? –Cerrando la puerta- Dios… odio cuando se comporta así cada mañana. –Se dijo con un poco de fastidio, estando aún frente a la puerta-

-¡Rin, Len, Megumi-chan, bajen a almorzar!- Llamó la mujer desde el vestíbulo.

-¡Vamos! –Exclamaron las dos féminas mirándose entre sí con una sonrisa, mientras corrían por el corredor y bajaban la escalera-

-Las veo muy animadas, chicas.- Observó la mujer de cabello dorado, cuando estuvieron todos sentados a la mesa.

-¡Hai! –Exclamaron nuevamente con la misma sonrisa, al tiempo que comenzaban a comer-

-Megumi-chan, ¿qué te pasó en el cuello?- Preguntó de repente la señora, haciendo que la afectada se ahogara con la comida y los demás (menos Rin) miraran a la mujer.

-N-No… es nada… no se preocupe. –Dijo con dificultad luego de haber bebido un poco de jugo para bajar la comida, mientras que de a momentos se le cortaba la respiración, con lo cual también se le enrojecían un poco las mejillas-

-¿Estás bien, Megumi-chan? –Le preguntó su amiga quién le había colocado la mano en la espalda cuando la otra se hubo inclinado hacia el frente- Mamá, ayer tuvimos un día complicado, ¿podrías por favor dejarnos comer en paz? –Dirigiéndose a su superior con una amabilidad forzada-

-Está bien.- Accedió ella con cierta tristeza.

Luego de eso, sólo se oía el tintineo de los cubiertos contra los platos y de algún que otro vaso. Y así siguió hasta que la madre de ambos rubios habló:

-Por cierto Megumi-chan: mientras Rin y tú se encontraban en el piso de arriba, me tomé la molestia de descolgar tu uniforme y dejarlo encima de un aparador al lado de la escalera.- Sonrió, mirando a la muchacha.

-Muchas gracias, se lo agradezco mucho, señora. -Sonriéndole también-

-Tsugumi Kagura.- Dijo.

-¿Eh?

-Ese es mi nombre, pequeña.

-Ah, ok. Kagura-sama. Kyaa, su nombre es una monada.

Tras dedicarle una cálida sonrisa, la mujer se levantó de la mesa y juntó los platos. Había llegado la hora.

-Bien chicos, ya es hora de que suban a prepararse para ir al instituto. –Abriendo la llave del grifo del lavaplatos- Deprisa, o llegarán tarde. –Les dijo, mirándolos por un segundo para luego concentrarse en lo que estaba por hacer-

-¡Wakarimashita! –Dijeron ellas, colocándose en pose militar, para luego dirigirse a las escaleras para que Megu pudiera recoger su uniforme del aparador-

Una vez que la peli-naranja recogió su uniforme del lugar mencionado, subió las escaleras junto con Rin hasta que alcanzaron la habitación. Aún poseían esa alegría en sus caras. Se cambiaron lo más rápido que pudieron pero sin perder los estribos, para luego salir del cuarto ya cambiadas y con las maletas en las manos. Pasó lo mismo que el día anterior cuando Rin salió de su habitación y Len de la suya, pero a la chica ya no le sorprendía tanto como lo había hecho la primera vez. Sólo se había limitado a soltar una inocente risita.

-Bien, ¿los dos tienen todo listo? –Mirando alternadamente a su amiga y a su hermano-

-Hai. –Contestó ella, en lo que Len sólo asentía con la cabeza-

-Ok. Entonces, ¡vámonos! –Exclamó, comenzando a caminar hacia la escalera-

-Ah, eh… adelántense ustedes, chicos. Tengo que… arreglarme un poco el cabello y eso.

-Oh, en ese caso, no importa, te esperamos. –Dijo, con la sonrisa de siempre-

-No tienen que hacerlo, bajen y espérenme allí, sólo tardaré unos minutos. –Sonriéndole gentilmente- Rin, ¿podrías llevar mi maleta por favor?

-Amm… claro. –Respondió, un poco desconcertada-

-Bien, no me tardo. –Yéndose por el corredor e ingresando al tocador-

-Vamos, Len. –Dirigiéndose a las escaleras y bajando por ellas, confiando en que su hermano iba tras ella-

Pero éste no fue tras su hermana, sino que se quedó allí parado, pensando qué debía hacer en ese momento… Al instante, recordó que no había recogido su navaja de su mesita de noche, así que fue por ella. Cuando salió de su cuarto de nuevo, con su arma en el bolsillo de su camisa, regresó a dónde había estado antes para seguir en lo que estaba. De repente, sintió el impulso de ir adonde “su chica”, para abordarla allí y besarla antes de ir al instituto, cosa que deseaba desde que se había levantado esa mañana. Estaba por hacer lo que tenía pensado, cuando la ve salir del baño con el cabello un poco más lacio que el día anterior, y con dos clips sosteniéndole el flequillo. En cierta forma, verla de esa manera, hizo que la notara un poco más bella de lo que ya era…

-“Más bella, más bella lo es su sangre…” –Pensaba esbozando una sonrisa mientras la veía-

Mientras la peli-naranja cerraba la puerta del lugar para luego dirigirse a las escaleras, nota al chico, a quién le dedica una amigable sonrisa. Al llegar a las dichosas escaleras, estaba por sostenerse del pasamanos para bajarlas, cuando…

-¡¿Qué estás-?! –Sorprendiéndose y sonrojándose de indignación, al sentir que el rubio la sujetaba de la cintura por detrás-

-Ya serás mía en el instituto, mi princesa… -Le susurró al oído aún con esa sonrisa en su rostro, mientras le lamía lentamente la oreja, para luego soltarla sin dejar de sonreír-

Al soltarla, simplemente bajó las escaleras, dejándola allí sola.

-¿Dónde estabas? –Le espetó su gemela, una vez que estuvo en el vestíbulo-

-No es de tu incumbencia, Rin. –Le contestó fríamente-

-¿Y dónde está Megumi?

-¿Dónde crees tú?

-Aquí estoy, Rin. Disculpa la tardanza. –Dijo, bajando rápidamente las escaleras y encontrándose con ella- Oh, espero no te moleste que use tus clips. Es que me gustaron mucho, jeje… -Sonriéndole-

-No hay problema. –Sonriéndole de la misma forma- De hecho, te quedan bastante bien. Además, puedes quedártelos. Los que más uso los tengo en el tocador de mi cuarto.

-¿En serio? –Se sorprendió, en lo que su amiga asentía- Cielos, gracias Rin.

-No hay de qué, Megumi-chan.

-Bien, chicos. -Dijo la señora Kagura, acercándose a ellos- Dense prisa o llegarán tarde. -Empujándolos suavemente hasta la salida de la vivienda-

-Gracias por todo, señora Kagura. –Haciendo una reverencia- Y a ustedes también, chicos. En especial a ti, Rin. –Dijo, mirando a los gemelos con la misma sonrisa-

-Fue un placer, jovencita. –Dijo la mujer-

-Sí, no tienes nada que agradecernos. Lo hicimos con mucho gusto. –Sonriéndole gentilmente-

-Aún así, muchas gracias. –Dijo por último-

Una vez que se despidieron de la señora de cabellos rubios, emprendieron el camino al instituto. El trayecto era del todo silencioso bajo el cielo parcialmente nublado (cosa que ni ellos ni la madre se preocuparon en ver) hasta que…

-Oh, disculpen. –Dijo la chica de falda anaranjada, sacando su celular del bolsillo de su camisa para contestar la llamada- ¿Hola? –Una vez que presionó el botón y se colocó el artefacto en la oreja, mientras Rin la observaba-

-¡¿Dónde has estado, Megumi?!- Le gritó la voz de su madre desde el otro lado de la línea.

-Mamá, escucha… -Fueron las únicas palabras que salieron de sus labios-

-¡Tu padre y yo hemos estado muy preocupados por ti!- Exclamó. -¡¿Tienes idea de cuantas veces te hemos llamado?!-

-Déjame explicarte… -Balbuceó-

-¡Vienes directo para acá en cuanto salgas del instituto!- Bramó de nuevo.

-Pero mamá…

-¡Ningún “pero” jovencita! ¡Te vienes y punto final!- Cortando la llamada.

-¡Ahhh, demonios! –Estalló la chica presionando su celular con la mano izquierda y deteniéndose, en lo que sus amigos hacían lo mismo- ¡Maldita sea esa vieja! –Soltando su maleta y dejando caer su celular para sujetarse la cabeza. Tenía ganas de arrancársela del cuerpo-

-Me-Megumi-chan, ¿qué…? –Balbuceó su amiga, un poco asustada y sorprendida de escucharla usar ese vocabulario-

- <<Megumi has esto, Megumi has esto otro>>. –Decía elevando la voz y haciendo ademanes- ¡Diablos, ya no la soporto más! –Gritó de cara al cielo- ¡Y para colmo no me dejó darle ni la más mínima explicación!... Ojalá se pudra en el infierno cuando le llegue la hora. –Tratando de serenarse y recogiendo sus cosas del suelo para comenzar a caminar- Maldita vieja… -Volvió a mascullar por lo bajo con enojo, en lo que sus amigos la alcanzaban-

-Me-Megumi-chan, ¿te encuentras bien? –Le preguntó la rubia, mirándola con preocupación- ¿Hay alguna bronca en tu casa?

-No. Sólo era… mi madre. –Dijo la joven de naranja, un poco más calmada-

-Lo sé. La oímos. Y por ello, se oía muy enojada. ¿Segura que está todo bien?

-Sí, sí. No te preocupes. –Le contestó con dureza, propia a su persona-

-Bien, si tú lo dices. –Dijo en tono resignado-

-Y hablando del instituto… presiento que hoy no será un buen día. –Sentenció, con lo cual Rin se atemorizó un poco-

Siguieron caminando por las calles y aceras, pero al detenerse frente a un semáforo a esperar a que cambiase de color, escuchan a alguien gritar:

-¡Eh, Megumi-chan!-

La mencionada se dio vuelta siendo imitada por los Kagamine, y se alegró un poco al ver a sus amigos peli-negros, Lin y Ren. Ella se aproximaba corriendo a ellos, mientras que él sólo la seguía “al trote” (por así decirlo xD).

Lin: O-Ohayo minna… -Dijo la chica con la respiración agitada, deteniéndose frente a ellos mientras se encorvaba y apoyaba las manos sobre sus rodillas, tratando de recuperar el aliento. Su hermano ya había llegado junto a ella-

-Ohayo Haine-chan, ohayo Ren-kun. –Saludó la amante del chocolate, dedicándole a ambos una amable sonrisa-

-¿Por qué vienes corriendo así, Lin? –Preguntó la peli-rubia-

-P-Pues para alcanzarlos ¿para qué más?

-Ah, ten. Toma un poco de agua. –Dijo, ofreciéndole una pequeña botella de plástico llena del líquido cristalino-

-A-Arigato, Rin. –Le agradeció, sujetando y abriendo el envase, para luego beber un poco de su contenido-

-¿Có-Cómo es que llevas una…? –Se sorprendió la anaranjada, cuando Lin le devolvió la botella-

-¿Qué, esto? –Señalando la botella- Ah, es que siempre tengo un lugar reservado en mi maleta para esto. –Sonriendo- Nunca se sabe cuando puedes necesitar un poco de agua. –Poseyendo el envase en la mano izquierda, mientras que en la otra llevaba su maleta-

Y así, los cinco jóvenes esperaron a que cambiara el semáforo… Al cambiar a verde, los chicos cruzaron la calle hasta llegar a la acera de enfrente para seguir con la peregrinación al establecimiento educativo.

-Por cierto: ¿ya te sientes mejor, Megumi-chan? –Preguntó la oji-azul, mirándola mientras caminaban-

-¿Qué? Ah, sí. Sí, mucho mejor gracias por preocuparte. –Contestó ella, lo que a su amiga le parecieron evasivas pero no comentó nada-

-De nada pero… ¿dónde dormiste? ¿Dónde pasaste la noche?

-Estuve y pasé la noche en casa de Rin. –Sonriéndole- Te pareces a mi madre, jaja. –Rió, en lo que sus amigas la imitaron-

-¡¿Qué tú maldita escoria hiciste qué?!- Le espetó una voz a sus espaldas. No fue difícil adivinar de quién se trataba puesto a que ya reconocían su voz.

La interrogante arrogante, no se trataba nada más ni nada menos que de Akita Neru, vestida con la ropa del instituto al igual que sus amigas. Ambos pares de gemelos se dieron vuelta, al igual que la insultada.

-Ah, eres tú. –Le contestó fríamente la muchacha-

-¡Contesta! ¡¿Dónde dices que pasaste la noche?!

-No tengo por qué darte explicaciones a ti. –Posando la mano izquierda en su cintura, dándole un cierto aire de altanería- Además, eso es algo que a ti no te importa.

-¿Qué dijiste?

-Lo que oíste: no te im-por-ta. –Dijo, sílaba por sílaba- ¿Entendiste? ¿O necesitas que te lo escriba?

-Maldita seas… -Masculló por lo bajo mirándola con enojo-

-Por lo que veo lo entendiste. –Consultando su reloj de muñeca- Bien, no puedo seguir perdiendo el tiempo contigo y tus amigas. Sino, tanto los Kagamine como los Haine y yo, llegaremos tarde al instituto. –Dándose vuelta al igual que sus compañeros de salón- Goodbye, Neru. –Dijo, comenzando a caminar y sin prestarle atención a la rubia que dejaba atrás.

-¿Qué le dijiste? –Le preguntaron sus amigas, mirándola algo confundidas-

-¿Qué? Ah, sólo le dije “adiós” en inglés.

-¡Vaya! ¿Además del japonés y el castellano sabes inglés? –Se sorprendieron, mirándose mutuamente- Genial… ¡yay, tenemos una amiga políglota!

-O-Oigan, chicas no es para tanto. –Dijo, mirándolas con una sonrisa nerviosa-

-¿Cuántos más te sabes? –Le preguntó entusiasmada la peli-negra-

-¡Sí! ¿Qué más nos estás escondiendo? –Agregó la rubia-

-Por favor, chicas. No es para tanto. Apenas son unos-

-¡Maldita perra!- Exclamó la voz enfurecida de Neru, a unos centímetros de ellos.

-Apártense todos… -Les susurró a sus compañeros, con lo que sus amigas la miraron extrañadas, pero los otros dos sabían el por qué de esa orden- ¡Ahora! –Gritó, en lo que los chicos se apartaron con sus hermanas del camino, mientras que ella sólo se movía a un costado y alzaba la cabeza para esquivar la maleta que Neru había lanzado con intención de golpearla en la cabeza-

-Tsk… -Se quejó ella por su intento fallido-

-¡Pierdes tu tiempo, ¿lo sabías?! –Le gritó, una vez que sus amigos volvieron a reunirse-

-¡Cierra la boca, maldita! –Le espetó-

-¡Y ten esto de regreso! –Exclamó la chica, yendo hasta el lugar donde había caído la maleta, colocándose a ella de cara a la chica de la coleta y pateándola con tal brusquedad y fuerza, haciendo que, al estar unos centímetros de Neru, pasara de largo y la hiciera tropezar- ¡Espero te sirva de lección! –Le dijo, dándose media vuelta y comenzando a caminar de nuevo-

-¡Yatta desu! –Exclamaron las gemelas de Len y Ren, dándose los cinco mutuamente en medio de un salto, para luego seguir a su amiga-

Neru aún estaba tendida en el suelo, mientras continuaba mirando a “su rival” y a sus amigos entre los cuales estaba “su enamorado”. Y a pesar de que su mirada reflejaba un intenso odio hacia ella, no tardaría en planear algo para separarla de Len. Así que, simplemente se levantó del suelo y, sacudiéndose la tierra del uniforme, comenzó a caminar en dirección al instituto mientras ideaba un plan de separación.

-Claro, ¿cómo no se me ocurrió? –Mirándose el brazo izquierdo vendado, y tocándoselo al mismo tiempo con su otra mano- Usaré esto. –Esbozando una sonrisa-

Luego de varios minutos de camino, Megumi y sus amigos llegaron al instituto, el lugar menos deseado por los estudiantes…

-¡Lin, Ren, esperen!- Exclamó una voz femenina. Los mencionados se dieron vuelta al igual que los otros-

-¡Ah, Zatsune-san! –Gritó la peli-negra alegremente, agitando la mano-

La chica que se aproximaba a ellos, lucía exactamente igual a Miku con la indumentaria correcta, pero en cambio, poseía cabello negro al igual que los Haine y ojos carmesí.

-¿Quién? –Preguntó Megu, mirándola-

-¿Qué? –Completamente desorientada- Ah, sí. Ella es Zatsune Miku. Una amiga nuestra. –Señalándose a sí misma y a su gemelo-

-Al… fin los alcanzo, chicos. –Dijo aquella chica al llegar hasta dónde ellos, encorvándose y colocando las manos sobre sus rodillas, respirando agitadamente- Sí que… caminan rápido, ¿eh? –Levantando un poco el rostro para visualizarlos-

-Lo hicimos porque… además de no querer llegar tarde, Neru estaba molestando a Megumi.

-¿Por qué Neru estaba molestando a quién?

-A mí. –Habló Megu, para que la oji-escarlata se diera cuenta de su presencia-

-¡Traidora!- Exclamó alguien a espaldas de la peli-negra, a quién Zatsune reconoció-

-¿Qué? –Incorporándose completamente y dándose la vuelta- ¿Cómo me llamaste?

-Traidora. –Repitió. Era Neru- Te estás juntando con esos tontos. –La acusó, acercándose a ella-

-¡No te permito que-! –Comenzó diciendo Lin, tratando de defender a su amiga-

-¡Tú cierras la boca! –Bramó- Y tú: ¿cómo es posible que te juntes con esa escoria anaranjada y sus estúpidos amigos? ¿No recuerdas lo que hablamos junto con Haku?

-Lo recuerdo, si. –Admitió- Pero lo que sí no recuerdo, es que me hayas dicho que Lin y Ren estaban con ella que, como tú muy bien sabes, son mis mejores amigos. Y no te permito que los llames “estúpidos”. –Se molestó- Además, no cambiaría la amistad de mis amigos, sólo por ser un capricho tuyo. –Le replicó con dureza-

-¿Vas a abandonarme por esa… escoria y sus tontos amigos?

-Muy bien, se acabó. Si tanto detestas que esté con ellos, pues sí. Te abandonó. –Concluyó- Aunque a decir verdad, nunca me gustaron tus reglas.

-Te arrepentirás de esto. –Amenazó- Tenlo por seguro, Zatsune. –Señalándola- Y ustedes también, tontos. –Continuó diciendo, con lo que la chica negra se molestó más con ella- Sobre todo tú, maldita. –Refiriéndose a Megumi-

-Pues yo no le tengo miedo alguno a tus amenazas. –Contestó ésta- Por mí, puedes hacer lo que te dé la gana. Pero no voy a permitirte que les hagas daño a ellos. –Sentenció, en lo que sonó el timbre del ingreso a clases- Y ahora, si no vas a seguir con tus tontas amenazas, tengo que ir a clase. –Dándose vuelta y comenzando a caminar hacia el edificio- ¿Vienen, chicas?

-Como siempre, Megumi-chan. –Le contestaron, siguiéndola junto con sus hermanos-

-Zatsune… -Balbuceó-

-Sayonara, Neru. -Siguiendo a sus amigos-

Después de eso, Neru se molestó aún más con ella, odiando mucho más a la peli-naranja por haberle robado a Zatsune, pero ya se vengaría de ella a su debido tiempo…


-Ah… Así que… junto con ellos… -Refiriéndose a los peli-negros- … los Kagamine y tú van al segundo año, ¿no? –Le preguntó la chica de ojos rojos a Megumi, mientras caminaban por el corredor hacia los salones-

-Sip. –Le respondió, con una amigable sonrisa- ¿Y tú? A tercero, junto con Hatsune Miku, ¿verdad?

-Correcto. –Sonriéndole de la misma forma- Y aunque somos amigas, siempre busco cómo vencerla en todo.

-¿En… serio? –Musitó, algo sorprendida-

-Ajá. –Intervino la del lazo transparente- Ella… siempre se ha llevado así con Miku. No sé porque lo hace, pero no me interesa en lo más mínimo. –Dijo con simpleza-

-¡Hahaha! –Rieron ellas-

-Haha… Bien, como sea. –Deslizando la puerta del salón- Nos vemos después, Zatsune-san. –Dijo, mirándola con una sonrisa, para luego ingresar al lugar seguida de sus compañeros-

-Ok. Matta ne, Megumi-chan. –Se despidió ella con la misma sonrisa, mientras su nueva amiga cerraba la puerta-

Mientras los estudiantes del segundo año, aguardaban a que llegara la o el responsable que se encargaría de la clase, se hallaban haciendo cualquier cosa que los distrajera. Mientras sus gemelas estaban jugando con sus otros compañeros, los chicos sólo las observaban, apoyados en los respaldos de sus sillas y cruzados de brazos como era su costumbre. Y en cuanto a Megu, ella se encontraba sumida en sus pensamientos mientras escuchaba su música japonesa favorita…

-“¡Malditos sean esos recuerdos de hace tres años!” –Pensó con rabia, mientras que sus oídos, le daban la bienvenida a una canción que Rin cantaba con un chico, llamada “Karakuri Burst”- “Y ese Len…” –Girando su cabeza unos 90° hacia él- “… ¿qué me habrá querido decir con eso de que ya sería suya aquí hoy?” –Pensaba mientras le venía a la mente la imagen de él y ella al pie de la escalera- “Está demente si piensa que me dejaré arrastrar otra vez por sus provocaciones.” –Volviendo su cabeza a su lugar de antes. La canción ya iba por la mitad-

Y sin pensarlo, se puso a cantar en un tono grave:

-♪Guuzen nante koto wa okoranai…♪ -Elevando la voz de acuerdo al volumen de la música, cerrando los ojos y sin percatarse de su entorno-
♪… Shiro to kuro de hedaterareta subete no zen/aku
Hajime kara zenbu kimatte iru…♪

Y a los pocos segundos, se encontraba distraídamente escribiendo la letra que iba cantando en una hoja. En eso, Rin posa la mano en su hombro:

-¿Qué…? –Comenzó preguntando en lo que la miraba-

Notó que señalaba a algo o a alguien en concreto. Así que lo que hizo, fue seguir con la mirada el dedo de su amiga, para luego…

-¡Ah! –Se sorprendía, percatándose de que era una persona a la que señalaba, dándose cuenta también que todos los del curso la estaba mirando- ¡Lu-Luka-sensei! –Deteniendo su música y quitándose los auriculares de los oídos- ¡Dis-discúlpeme! Que falta de respeto. –Se culpó, sonrojándose y bajando la cabeza para evitar las miradas de sus compañeros-

-Tranquila, Megu-chan. No pasa nada. –Le respondió la docente alegremente, mientras todos los alumnos le prestaban atención- Además, esa parte que estabas cantando, me hizo recordar que le toca al joven Len Kagamine pasar al frente. –Sonriéndole al chico, en lo que todos lo miraban- Por favor, aproxímate Len-kun.

Levantándose del asiento sin antes echarle una mirada a ELLA muy bien disimulada, se aproximó adelante. Luka estaba entregándole el micrófono inalámbrico cuando le preguntó:

-¿Y bien, Len-kun?... ¿Qué canción-?

-“SPICE!” –Dijo con simpleza, acomodándose el artefacto-

-Muy bien, pero primero les entregaré los micrófonos a nuestras dos cantantes de ayer. –Sacando uno amarillo y uno anaranjado de una caja- Ojalá puedan disculparme chicas. –Entregándole a cada una su “obsequio”- Por un pequeño contratiempo no pude dárselos ayer. –Quedándose parada en medio de ambas, sonriéndoles-

-No se preocupe, Luka-sensei. –Le dijeron, portando la misma sonrisa-

-Bien. –Una vez estuvo al lado del escritorio con el equipo musical encima- ¿Estás listo, Len-kun? –Mirándolo con la misma sonrisa mientras él asentía- Ok, aquí vamos. –Presionando el botón de “play”-

Cuando la peli-rosa llevó a cabo esa acción y comenzó a sonar el sonido instrumental, el canto del rubio llegó a los oídos de todos:

-♪Gozen hyoji no kooru de me wo samasu
Kinou daare to doko ni ita nante
Ii nogare to iiwake wo koogo ni
Tsukai wake te tanoshin deru…♪

Con esa primera estrofa, las chicas (menos Rin, Lin y Megumi) quedaron entre sorprendidas y embelesadas por su voz, mientras que los chicos sólo se sorprendieron.

-♪… kimi dake dayo nante ne
Beta sugi warae chau dareka to tsunagatte itai dake
Nigakute hotto na supaisu kimi dake ni ima ageru yo
Muchuu ni saseru boku no teisuto wo
Karadajuu de kanji te…♪

“¡Tiene una voz hermosa!” fue el pensamiento de las féminas suspirando extasiadas, mientras que el de los chicos fue: “¡Su voz es genial!” mirándose entre ellos sonriendo. Rin y la oji-azul ya decían que su voz tendría mucha “fama” entre los chicos y chicas del salón. Neru, maravillada con él como siempre, mientras que Megumi no mostraba ninguna señal de sorpresa ni nada parecido, ya que para ella era un chico molesto e impertinente…

-“La gota que rebalsaría el vaso… sería que… además de todo eso… fuese un pervertido.” –Pensó con algo de asco, aunque también con un poco de deseo, ya que le encantaría ponerlo en su lugar de una bofetada-

-♪… chokusetsu datte hanashitainda mochi kaketa boku no nerai atari
Aishiaeba dou demo yoku naru yo
Kagi wo akete rabirinsu he aishiteru da nante ne
Kakehiki dayo koi no geemu wa ochita houga make desho…♪

Las chicas se resistían severamente a comenzar a gritar y abalanzarse sobre él, mientras que los chicos se resistían a aplaudir…

-♪… nigakute amai shiroppu boku dake ni name sasete yo
Kasane ta hada to kimi no teisuto de boku no koto wo mita shite…♪

Durante el breve sonido del instrumental, la chica pensó:

-“Vaya, debo admitir que tiene una linda voz. Pero de todos modos, eso no hará que cambie mi opinión de él…” –Mirándolo, apoyada en el respaldo de su silla y cruzada de brazos-

-♪… aisuru koto wo shiranai boku ni wa kore de chodo ii
Aijou nante hitsuyou to shinai koi no houga raku desho
Nee, boku no supaisu kimi dake ni ima ageru yo
Muchuu ni saseru boku no teisuto wo karadajuu de kanji te…♪

Unos segundos más tarde, de acabado el canto y el sonido, la peli-rosa apagó el aparato, aún portando esa sonrisa. El salón estalló en gritos y aplausos, que se escucharon hasta en el pasillo. A todos les hubo encantado también la voz de aquel rubio de ojos azules. Especialmente a las chicas…
Él sólo se limitó a mirarlos a sus compañeros sin mostrar ninguna emoción por ese tumulto librado por los estudiantes de segundo año.

-¡Muy bien, Len-kun! –Lo felicitó sonriente- ¿Qué? No no, es tuyo, quédatelo. –Al ver que Len trataba de devolverle el artefacto, que era amarillo- ¡Bien, silencio por favor! –Ordenó, una vez que el chico se sentó, colocando su aparato bajo el pupitre- Sigamos con la clase. –Cuando hubo reinado el silencio y tocado el timbre de cambio de hora-

Durante la siguiente hora, el siguiente en cantar fue Piko, quién cantó una canción titulada: “Remember” que duró 4:36, y que también se ganó la ovación de todos… En los minutos restantes, los alumnos copiaban en sus cuadernos lo que la docente iba escribiendo o dibujando en la pizarra.

-Disculpe, ¿Luka-sensei?- Dijo, alzando la mano.

-¿Sí, señorita? – Dándose vuelta para prestarle atención a su alumna-

-¿Podría ir al tocador un momento?-

-Claro, por supuesto. –Accedió-

Le agradeció con un gesto con la cabeza y se levantó de su asiento dispuesta a salir. Una vez fuera, se sonrió a sí misma, sintiéndose a la vez un poco desgraciada por lo que estaba por hacer, pero no tenía otra alternativa. Caminó por el corredor, pero no para ir al tocador como había dicho, sino para dirigirse a otro lugar… Se oyó un toquido, y un hombre exclamó desde el otro lado de la puerta:

-¡Adelante!-

-Disculpe, señor…- Dijo, ingresando tímidamente a la habitación.

-¿Qué se le ofrece, señorita?- Mirándola atentamente desde su silla con los dedos entrelazados sobre el escritorio.

-Bueno…- Acercándose decididamente al ser masculino.

Al toque de timbre (la chica ya había regresado), los estudiantes guardaron sus cosas bajo los pupitres y salieron a recreo. Todos excepto Len, quién se encontraba observando el exterior por la ventana, cuando un hombre hace su aparición en el salón diciendo:

-Señor Kagamine.- Habló el director del instituto, en lo que el rubio se volteaba. -Queda castigado por portar un arma blanca y herir a una estudiante.- Sentenció. –Si tiene la amabilidad de-

-Ella se lo buscó. –Replicó con simpleza, colocando las manos en los bolsillos, sin antes acomodarse los lentes-

-¿Cómo dice?

-Me sacó de mis casillas. Por eso pasó lo que le pasó.

-Sea como sea, señor Kagamine, hirió a una estudiante con un arma blanca y eso no lo toleramos.

-Veamos… ¿quién le fue con el chisme? –Le preguntó, aunque él ya sabía la respuesta-

-¿Disculpe?

-¿Acaso está sordo? –Con aire altanero- ¿Necesita que se lo grite o que se lo escriba en la pizarra?

-¡No se pase de listo conmigo, señor Kagamine! –Bramó- Sígame al salón de castigo, por favor. –Ordenó sin miramientos, comenzando a caminar con el chico siguiéndole los talones, sin percatarse de que el otro había agarrado un libro-

Antes de llegar al mencionado salón de castigo, el director había pasado por su oficina para avisarle a su suplente que ocupara su lugar, ya que él estaría a cargo de supervisar a los castigados. Una vez que estuvieron de cara a la puerta del salón, mientras el hombre deslizaba la puerta le dice al chico:

-Tiene suerte de que no lo haya expulsado, señor Kagamine. Suerte que le concedí por ser el mejor estudiante de segundo año, además de su querida hermana, la señorita Rin, entre otros que no nombraré. –Ingresando a la habitación- Pero el punto es que no fue expulsado, y espero no se repita. Sentándose detrás del escritorio, mientras que el muchacho lo hacía en una silla- Ésta sólo es una medida para aquellos que han cometido faltas, que no sólo pueden pagarse con la expulsión, como en su caso.

-Como diga. –Le contestó bruscamente, abriendo el libro y comenzando a leer-

-Por cierto: me había olvidado de comentarle que… no saldrá de aquí hasta que sea la hora de la salida, o a menos que necesite ir al tocador.

-¡Ah, eso me recuerda que necesito ir al tocador, señor director!- Exclamó una chica de cabello rojo levantando la mano apresuradamente.

-Buen intento, señorita Kasane, pero usted a mí no me engaña. Pensándolo bien, debió pensarlo dos veces antes de comenzar ese pleito con su compañera de salón.

-“Tsk… maldito viejo.”- Pensó con rabia la chica.

Mientras tanto en el recreo, nuestras amigas se hallaban conversando muy animadamente, sentadas en el césped formando un círculo bajo la copa de un árbol:

-¡Haha! ¿En serio? –Comentó Zatsune-

-Sí, claro. –Dijo Rin- Siempre nos pasa a la hora del desayuno. Aunque la verdad, en cualquier momento del día en el que salimos al mismo tiempo de nuestras habitaciones. –Sonriendo-

-Qué loco. –Agregó Lin-

-Cierto. –Dijo la oji-escarlata-

-Sip. Pero como le dije a Megu-chan que pasó ayer la noche en mi casa: eso pasa cuando tienes las habitaciones enfrentadas. –Puntualizó-

-Espera. ¿Cómo es eso de que “pasó ayer la noche en mi casa”?... ¿Sucedió algo y no estoy enterada? –Inquirió-

-Oh, es verdad, me olvidé de contártelo: ayer Megu-chan tuvo una… por así decirlo, crisis nerviosa. –Contó la peli-negra-

-¿Qué? ¿Por qué?

-Creemos que Neru tuvo algo que ver. Estaba acurrucada en el piso del baño temblando.

-¿Tan mal estaba?

-Ni te imaginas, hasta cuando llegamos nosotras con Miku y los chicos se encontraba así, Hasta murmuraba palabras de alejamiento. –Dijo la rubia-

-¿De alejamiento?

-Tú sabes, tales como: “aléjate”, “vete”, lárgate”, etc…

-Bien, ya entendí.

-Primeramente pensamos que estaba desquiciada… -Comentó Lin-

-Eh… diría que es un poco exagerado. –La corrigió Rin-

-Creo que tienes razón. –Admitió-

-Jaja, entonces trata de no exagerar tanto para la próxima.

-Jaja, ok. De acuerdo. –Dijo, en lo que sonó el timbre del reingreso a clases-

-Bien, ha llegado el momento. –Habló la chica de falda negra, levantándose del césped-

-Hai. –Dijeron ellas, levantándose al mismo tiempo-

-Oigan, ¿han visto a Megumi? –Preguntó, en lo que las otras negaron con la cabeza-

-Tenemos que encontrarla. –Dijo la azulada-

-No debe de estar muy lejos. –Agregó la Kagamine-

-Entonces vamos, deprisa. Sino llegaremos tarde a clases.

Y así, las te amigas emprendieron la búsqueda más apresurada que se les ocurrió… Mientras tanto, la chica anaranjada se encontraba sentada bajo un árbol de sakuras, escuchando una canción que tenía mucho que ver con la situación, llamada: “Sakurane”. De vez en cuando la tarareaba alegremente, aunque también cantaba algunas partes de la misma forma, mientras también, algunos pétalos se desprendían de sus ramas.
 Le encantaban esas flores, eran sus favoritas. Por eso siempre que estaba bajo uno de esos árboles cerraba sus ojos disfrutando de la sombra y de la brisa. También le gustaba sentir el suave roce de los pétalos en su rostro y extremidades…

-♪Kimi ni aitakute aitakute sakura ga chiru mae ni
Meguru kisetsu no naka kirareita kimi ga ita koto…♪

Le encantaba cantar esa canción cuando estaba debajo de esos árboles:

-♪… omoi yosereba sakura hirahira
Kimi wo sagashite sora wo miyageta
Mou ichido dake deaerunonara
Kimi no tsutaeru kobota ga aruyo hanabira ni-♪ -Se detuvo, abriendo los ojos al percatarse de que alguien le hacía más sombra de la normal-

Como no notaba bien a aquella persona, a pesar de que todo el firmamento estaba cubierto de nubes, decidió levantarse, sacándose los auriculares de los oídos:

-Ah, eres tú Ren-kun. –Le sonrió ella- ¿Se te ofrece algo? –Mirándolo atentamente-

Pero entonces, a unos metros de ellos, aparecen las tres féminas, quienes se alegraron por no ser vistas por su amiga. Se escondieron bien tras el muro del edificio para contemplar la escena con más seguridad.

-Bueno, tú dirás Ren-kun. –Aún sonriéndole, en lo que miraba su reloj- Ay dios, el recreo acabó hace unos minutos. Sea lo que sea me lo puedes decir de camino, tenemos que- -Enmudeció y ruborizó levemente, al sentir el contacto de los labios del peli-negro contra los suyos, provocando que soltara su aparato musical-

La rubia y las peli-negras no podían creer lo que estaban viendo, y con lo cual se quedaron con la boca abierta, mirándose entre ellas… El chico hizo que la chica pegara su espalda al tronco, mientras ella colocaba nuevamente sus brazos en forma de U y él entrelazaba sus manos con las de ella. Se acercó más al ser de la fémina, ocasionando el roce de sus cuerpos mientras que aprisionaba cada centímetro de sus labios.
 Presionando más su espalda contra el tronco para que no pudiera escapársele y provocando que sus cuerpos se rozaran más y más, el chico siguió con el beso hasta que tuvo la iniciativa de introducir su extremidad bucal en la boca de la chica, explorando cada rincón lentamente mientras que a la joven (quién había cerrado los ojos) se le intensifican los colores del rostro. Y aunque le desagradaban ese tipo de contactos, no tuvo otra opción más que “jugar” mutuamente con la lengua del oji-azul, logrando colar también la suya hasta su boca. Mientras lo hacía, por otra parte le resultaba… raro. Nunca había hecho algo como eso, pero al mismo tiempo lo disfrutaba por lo cálido y húmedo que se sentía…
 En eso, suena por segunda vez el timbre, y Ren se separa de Megu, logrando que un fino hilo de saliva resbalara por la comisura izquierda de ambos.

-R-Ren-kun, ¿qué…? –Musitó algo sorprendida, en lo que él colocaba la mano en su mejilla, y deslizaba su dedo pulgar por la zona mencionada, limpiándosela por completo mientras le sonreía tiernamente-

A la joven se le disminuían un poco los intensos colores, mientras intentaba hacer lo mismo por él. Pero, cuando estuvo a punto de hacerlo, éste se la apartó. ¿Cómo era posible que… después de la escena que acababan de vivir… aún no pudiese tocarlo?... Recogió su reproductor del césped y se lo guardó en el bolsillo de la camisa. Estaba por irse por cuenta propia, cuando el chico la toma de la mano y comienza a correr con ella en dirección al edificio.

-¿Vi-vieron lo que yo? –Comentó Zatsune, como si no pudiera darle crédito a sus ojos-

-Ajá… -Dijeron ellas, estando de la misma manera que la oji-escarlata-

-¿C-Creen que debamos decirle que la vimos? –Preguntó Lin-

-¡Reaccionen! Claro que no. Sino, pareceremos unas chismosas. Ahora vámonos de aquí. –Dijo Rin, echando a correr seguida de las otras-

Cuando alcanzaron la puerta del salón, observaron que estaba abierta, pero no había ningún docente dentro, lo que les dio el alivio. Se despidieron mutuamente al tiempo que las chicas entraban a la habitación. Los espiados ya estaban allí.

-Rin, ¿has visto a Len? –Inquirió de repente la oji-anaranjada, aproximándose a ella-

-Emm… no. La última vez que lo vi estaba aquí. ¿Por qué?

-Porque no está en su asiento. –Señalando hacia allí-

-Tal vez haya ido al tocador. No te preocupes. –Sonriéndole y dándole a entender a las otras su despreocupación-

-Está bien. Si tú lo dices… -Dijo en tono resignado, yéndose a sentar al igual que sus amigas-

Al cabo de unos segundos, llegó la profesora de Literatura, quién se mostró muy amable y simpática con todos. Tenía un lindo cabello verde manzana al igual que sus ojos y uñas. También llevaba en la cabeza unos bonitos lentes, que a la muchacha anaranjada le encantaron.
 La dicha clase transcurrió normalmente. Sin embargo, nadie además de Rin y Megu parecía percatarse de la ausencia del rubio en el salón, lo que estaba preocupándolas a las dos. ¿Dónde se encontraría Len en ese preciso momento? ¿Y por qué no había asistido a la asignatura actual? Realmente no lo sabían y querían averiguarlo como fuera posible…
 Al fin de la clase y tocado el timbre, todos los estudiantes guardaron sus cosas bajo los pupitres y partieron hacia la cafetería. Al llegar, se encontraron con Zatsune y juntas fueron a saludar a la chica llamada Haku mientras seleccionaban sus bocadillos favoritos.

-¡Konnichiwa, Haku-chan! –Saludaron alegremente-

-Ah, Zatsune-san, Haine-chan. –Sonriéndoles amigablemente- ¿Cómo están?

-Bien, ¿y tú? Oye… quisiera presentarte a Megumi. Es amiga nuestra. –Dijo la oji-escarlata, presentando a su amiga-

-Oh, pues… mucho gusto Megumi-chan. –Aún sonriendo-

-Igualmente, Haku-san. –También sonriéndole-

-Nee, Haku-chan. –Susurra de nuevo la oji-rojiza, acercándose más a ella- Neru por casualidad no te ha dicho nada sobre… juntarte con ella, ¿o sí? –Viendo cómo las otras colocaban los bocadillos en sus bandejas-

-Sí, pero qué más da. ¡Al diablo con sus reglas!

-Eso mismo le dije yo. Pero según ella dice: “te vas a arrepentir”. –Adoptando voz y haciendo ademanes de burla-

-Hahaha, si claro… Porque pensándolo bien, es muy simpática.

-Sí, lo es. Pero parece que Neru no entiende eso.

-¿Te parece si hablamos de esto en otro momento?

-Ah, claro, disculpa. Nos vemos después. –Escogiendo con rapidez sus bocadillos para después irse a sentar con sus amigos-

Cuando al fin se sentó, se encontró con una atmósfera muy alegre. Sus compañeros de segundo junto con los de cuarto conversaban animadamente:

-Haha, sí es cierto lo hizo. –Comentaba la peli-rubia-

-Rin, por favor. No es necesario que se enteren de esto todos aquellos que conocemos. Eso… ya es pasado.

-¡Pero si sólo ocurrió ayer!

-Por eso… -Bajando la cabeza para evitar las miradas de sus amigos, ligeramente ruborizada-

-Además, todos estaban preocupados por ti. –Sonriéndole-

-¿En… en serio? –Volviendo su cabeza a donde estaba-

-¿Acaso te mentiría?

-Bueno, tomando en cuenta que no sé mucho de ti podría decir que… no lo sé. –Sonriéndole también-

-¡Hahaha! –Rieron casi todos-

-Por lo visto, Len tampoco está aquí. –Comentó de repente la chica de cabellos negros, en lo que todos se sobre saltaron un poco al oírla-

-Por lo que he escuchado por los pasillos, muchos dicen que está castigado. -Dijo Akaito-

-¡¿Castigado?! –Exclamaron-

-¡Shhh, bajen la voz! –Acercándose al centro de la mesa para susurrar-

-¿Pero por qué? ¿Qué fue lo que hizo? -Preguntó el peli-azul-

-Según dicen, está castigado por portar un arma blanca y herir a una chica.

-¿Un arma blanca, dices? No seas ridículo. Len no es ese tipo de gente. -Dijo Rin, tratando de defender a su gemelo-

-Eh… lamento contradecirte Rin pero… -Habló la anaranjada. Todos la miraban- Sí lo es. Esta cortada que tengo en el cuello… -Señalando el área- … me la hizo él con una navaja que tenía.

-¿Qué? ¿Por qué no me lo dijiste?

-No quería incomodarte… pero yo no fui quién hizo que castigaran a Len. –Al ver la mirada de reproche de la rubia- Nunca haría eso. Y mucho menos a alguien que apenas conozco.

-Tienes razón. Pero si no fuiste tú entonces,… ¿quién fue?

______________________________
Bien, es todo por hoy. Espero les haya agradado tanto como a mí al escrbirlo.

Saludos, y hasta la próxima.~

PD: Ya sé que no le coloqué mucha descripción a la madre de los Kagamine, aparte del color de ojos y cabello, pero fue porque no se me ocurrió la vestimenta... Mil disculpas, Pandora Michaelis.
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Pandora Michaelis
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MensajeTema: Re: Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~]   Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] Icon_minitimeSáb Ago 17, 2013 11:21 pm

Whow, estuvo GENIAL el capítulo *Q*

LOL Éste Len yandere-pervert, también es rebelde con el director... el último, ahora recuerdo, que no tuvo mucha descripción tampoco... pero no sé por qué me lo imaginé como Kiyoteru x'DDDD (?) Fufufu, Neru, me da pena que siga viéndose como la mala del cuento, ya que le tengo cariño x'DDD Sobre lo de la madre de los Kagamine, bueno, una misma pueda imaginarse su atuendo/ropas, solo máximo hace falta una descripción de su cabello y ojos, si lleva el pelo suelto o no, y ya :3

¡OJO! Lo único que vi en el capítulo a corregir, es ésta partecita...
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Lin: O-Ohayo minna… -Dijo la chica con la respiración agitada, deteniéndose frente a ellos mientras se encorvaba y apoyaba las manos sobre sus rodillas, tratando de recuperar el aliento. Su hermano ya había llegado junto a ella-

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Fuera de eso, nada :3 ¡ESPERO LA CONTINUACIÓN! : D
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Natsume Knightley
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MensajeTema: Re: Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~]   Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] Icon_minitimeMiér Sep 04, 2013 5:05 pm

Bien, cómo ya saben, lamento haber tardado en actualizar pero... como sólo puedo conectarme MUY de vez en cuando, no he podido pasarme mucho por aquí. Pero en fin. Aquí les dejo la 2º parte de este capítulo. Espero lo disfruten. =D
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El castigo – 2 parte
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“¿Quién fue?” Esa pregunta estuvo en la cabeza de todos los integrantes de aquella mesa, hasta después de que finalizaron su “merienda”. Mientras aún duraba el recreo, algunos se dirigieron a la biblioteca, mientras que los otros se iban al patio. Al llegar a la biblioteca, los tres fueron a la sección de Literatura, para buscar en algunos libros, información que necesitaban para unos deberes que tenían que realizar de la materia en cuestión…

-¿Qué? ¿No tienes los apuntes? –Preguntó la anaranjada a su amiga, escurdiñando los libros del estante-

-No. Tuve que escribirle los apuntes a Len para que no le faltase nada. –Respondió Rin-

-¿Y ahora que vas a hacer? –Volteando cada página del libro que tenía en las manos, al no encontrar lo que buscaba-

-Pues… no sé. –Sentada en una silla con el codo apoyado sobre la mesa y recargando el mentón en su mano derecha-

-Yo puedo prestarte mis apuntes si quieres. –Dijo el pelirrojo-

-Awww… -Se conmovieron ellas-

-Muchas gracias Akaito, qué lindo eres. –Le agradeció la rubia, sonriéndole tiernamente mientras lo miraba, en lo que él sonreía y sonrojaba a la vez-

-Bien, todo resuelto. Busquemos en esos libros. –Depositando el libro en su sitio y sacando otro, mientras sus amigos hacían lo mismo-

Mientras tanto en el recreo, con los otros tres mientras que Miku y Kaito estaban lejos de ahí:

-¡Estás realmente loca! –Exclamaba Zatsune-

-¡Esto es lo que te ganas por ser una estúpida y juntarte con la escoria y estos tontos! –Le decía Neru-

Lin estaba tendida en el césped siendo pateada y pisoteada por algunas de las amigas de la peli-dorada, mientras que Ren estaba pasando por lo mismo que su gemela ejecutado por una sola persona, que no era nada más ni nada menos que Nero, el hermano de la chica.
 Los Haine estaban en misma situación pero por distintas razones: el caso de Lin, sólo consistió en que una de las amigas de Neru la empujó bruscamente, se empujaron entre ellas, y otra la hizo caer al césped para que las demás pudieran comenzar a patearla.
 En el caso de Ren, sólo intentó hacer lo que todo hermano sobreprotector, pero al perder una pelea con Nero (que para él fue patética y miserable), también lo tumbó en el césped para pisotearlo y patearlo. El oji-azul estaba un poco golpeado por culpa de él. La rubia estaba alejada de ambos conflictos, al igual que la oji-escarlata, mirándose mutuamente:

-¿Por qué les haces esto a ellos? No tienen nada que ver. –Le decía la peli-negra-

-Eso les pasa por meterse donde no les corresponde. –Le decía la peli-dorada, sonriéndole con malicia mientras la otra fruncía el entrecejo-

Entre tanto en la biblioteca, Megumi había sacado varios libros del estante para investigarlos y para ver si encontraba de una vez por todas, la información que ella y su amiga necesitaban. Akaito se había llevado a Rin a otra sección, pero no para buscar libros…

-¿Por qué me has traído aquí Akaito? –Preguntó la oji-celeste observando el lugar, que estaba desierto- Mira, perdóname pero no puedo quedarme aquí sin hacer nada mientras tú estás aquí quién sabe para qué. –Hablándole con frialdad- Si tienes que decirme algo, dilo ya. –Le espetó, pero él no dijo nada- Bien, si no tienes nada que hablar, volveré a donde estaba para- -Calló, al ver y sentir que el pelirrojo le sujetaba ambos brazos, pegándola bruscamente a la pared- ¿Qué es lo que pretendes con-? -Levemente sonrojada y mirándolo atentamente-

Sin darle tiempo ni siquiera para reaccionar, el chico de rojo besó los labios de la rubia con impaciencia y deseo, mientras que la otra se sorprendía y ruborizaba mucho más, a la vez que cerraba los ojos para dejarse llevar por la situación. Al tiempo que se besaban y el oji-rojizo se acercaba a ella haciendo rozar suavemente sus cuerpos, Rin sólo pudo aferrarse más al uniforme del muchacho, arrugándoselo…
 Hubo un momento en el que Akaito separó sus labios de la joven, quién lo miraba igual de roja y la mirada temblorosa, para luego descender un poco hasta el lado derecho de su cuello, lamiéndoselo suavemente mientras que la oji-celeste llevaba su cabeza hacia el lado contrario, estirando su cuello y soltando pequeños gemidos…

------

Lin y Ren seguían tendidos en el césped sin poder levantarse por los golpes, estando todos en ese momento sobre Zatsune, quién estaba siendo maltratada de la misma manera que los oji-azules. Ella simplemente se reía de forma estridente mientras decía:

-¿Lo ves? Te lo dije, Y para que no digas que no cumplo mis amenazas, ahí lo tienes tonta. –Acercándose y pateándola ella misma- Te dije que te arrepentirías, Zatsune. Pero créeme… -Dejándola de patear entre todos y alejándose de ella- … esto me duele más a mí que a ti. –Pateándola una vez más aún sonriendo, para acto seguido salir corriendo de allí con su hermano y compañeros, dejándolos lastimados a su suerte-

------

El mayor seguía lamiendo lentamente el cuello de la rubia mientras que los gemidos de la menor se oían cada vez con más frecuencia, y que para él eran irresistibles. Al haber saciado su necesidad de saborear ese delgado y blanco cuello, siendo incapaz de contenerse volvió a besar esos labios con sabor a naranja que tanto le gustaban, sacándole a la chica otro intenso sonrojo mientras que ese segundo contacto labial, ocasionaba que volviera a colocar su cabeza en una posición recta.
 Mientras ella colocaba sus manos en los hombros del masculino tratando de alejarlo, él ejecutaba lo contrario, rozando más sus cuerpos y aprisionándola más contra la pared, mientras que con sus manos trataba disimuladamente de desabotonarle la camisa…

-No. ¿Q-Qué haces? Detente… -Le susurró, separándolo un poco de sus labios-

-Sólo un poco más, por favor. –Rogó el amante del ají, volviendo a besarla con impaciencia-

-Akaito, entiende. –Separándolo otra vez- Lo que hacemos está-

-¡Rin-chan, Akaito-kun, ¿dónde están?! –Gritó Megu por accidente, oyéndose por todo el lugar y cerca de donde ellos estaban-

El muchacho maldijo dentro de sí por la interrupción tan indeseada que se les presentó, ya que hubiera querido terminar con lo que tenía pensado.

-E-Es Megumi. Tenemos-

-No, no tenemos. –Tratando de que sus labios se volvieran a encontrar-

-No, basta. –Desviando el rostro, en lo que él se alejaba varios centímetros, liberándola de la presión de la pared- Ya… ya tendremos tiempo para esto. –Abotonándose la camisa con el corazón latiéndole a mil por hora, para luego irse con su amiga-

El chico quedó un poco dolido por ese brusco rechazo, pero ya tendría oportunidad de cumplir sus deseados propósitos con la menor.

-Ah, ahí estás Rin. ¿En dónde te habías metido? –Le espetó, un poco molesta-

-Es que estaba ayudando a Akaito a buscar otra clase de libros para unos deberes que él y Kaito tienen que hacer para no sé qué día. –Explicó-

-Ajá… -Con un dejo de desconfianza- Mira, tienes mal abotonado el uniforme, déjame ayudarte… -Acercándose a ella mientras sonreía, comenzando a arreglarle la camisa, en lo que la rubia se ruborizaba ligeramente observando lo que la otra hacía- ¡Listo! –Separándose-

-Gra-gracias.

Después de dedicarle una amable sonrisa, se dispuso a mostrarle el libro en el cual había encontrado la información que buscaba:

-Éste nos servirá, estoy segura. No es el único, pero creo que éste tiende a estar más completo. –Dijo con entusiasmo-

-Genial pero… ¿cómo haremos para servirnos de él nosotros cinco?

-Mmm… ¡ya sé! El control de esto lo hará el viernes, ¿no? –Habló mientras la otra asentía- Entonces, lo que puedo hacer es: llevarlo yo hoy y hacerlo bien resumido, para mañana prestárselo a ti y a Len para que lo copien, y luego dárselo a Lin para que ella y Ren hagan lo mismo. ¿Qué te parece?

-Me parece bien. –Sonrió-

-Estupendo. –Se alegró, en lo que sonó el timbre del fin de ocio- Vamos, rápido. –La apremió, tomándole la mano y corriendo al mostrador para que la bibliotecaria le autorizara a llevar el libro-

Hecho eso, salieron apresuradamente de la biblioteca, y no les importó que Akaito estuviera con ellas o no. Al llegar a la puerta del salón, como no vieron a ningún profesor impartiendo la clase, suspiraron de alivio y entraron. La chica guardó su libro en su maleta y ambas se sentaron. Se disponían a hablar de cualquier trivialidad, cuando escuchan a alguien cercano a ellas decir:

-Sí. Y lo hizo junto con su hermano y unas amigas. Los golpearon a los tres: las amigas a ellas, y el hermano a él.-

-Es terrible.- Comentó una chica, cubriéndose la boca con las manos.

-Y según ella dice, que hizo lo que hizo porque la incitaron o algo así…- Comentó otro.

Las chicas escuchaban atentamente para tratar de averiguar a quienes se referían, sintiendo antes curiosidad ajena.

-Pero así como no encontraron aún a los culpables, los tres están en la enfermería. –Prosiguió el primero- Por lo que oí, el chico tiene golpes por casi todo el rostro, mientras que ellas sólo están un poco mareadas y eso por las patadas y pisadas que recibieron. Si Luka-sensei junto con Kiyoteru-sensei no los hubieran encontrado, aún estarían en el patio inconscientes y tendidos en el césped...-

En eso, ambas se miraron por un instante y se levantaron de un salto de sus asientos sobresaltando a los más adyacentes, con el propósito de ir a la enfermería cuanto antes. Aún no entendían a quienes se referían, pero al imaginarse quiénes serían, esperaban que fuese mentira…

-¡Chicos! –Exclamaron Megu y Rin al mismo tiempo, irrumpiendo bruscamente en la enfermería, mientras las miradas de los amigos y enfermera se posaban en ellas-

-¿Están bien? –Preguntó la anaranjada, aproximándose a ellos siendo seguida por la rubia-

-¿Qué les pasó? ¿Quién les hizo esto? –Preguntó Rin, en lo que ellos no le respondieron-

-Disculpen, pero están un poco alterados para hablar ahora. –Intervino la enfermera- Aunque será mejor que se retiren, así no pierden la clase. –Sonriéndoles amablemente-

-“¡¿Clase?, qué clase ni qué nada! ¡Quiero saber quién le hizo esto a mis amigos!” –Pensó la peli-naranja con rabia-

-Con gusto. –Respondió la rubia con la misma sonrisa, al percibir que su amiga perdería los estribos en cualquier momento-

Al salir de la habitación, ambas chicas miraban a sus tres amigos atentamente mientras caminaban, tratando de descubrir quiénes hubieron sido los agresores que hirieron sus cuerpos.

-Dijiste… que no lo permitirías. –Dijo Lin de repente-

-¿Qué? –Se extrañó Megu-

-Dijiste… que nos protegerías. –Aferrándose a su uniforme con lágrimas con los ojos-

-Lo sé, y lo lamento mucho, Haine-chan… -Abrazándola con fuerza- No pensé que… fuera a hacerlo. –Callando por un momento en lo que brotaban escasas lágrimas de sus ojos- Pero ahora sé que… es capaz de esto y mucho más. –Separándose de ella y sujetándola por los hombros, mirándola- En verdad… lo siento mucho amiga. ¿Podrás perdonarme? Te juro que no volverá a pasar. –Aún mirándola, en lo que la otra meditaba las disculpas-

-Claro que sí, Megu-chan. –Contestó al fin, dedicándole una sonrisa-

-Me alegra. ¿Y tú, Zatsune-san? –Depositando sus orbes en ella-

-No tienes nada que perdonar. –Dijo ella- De todos modos, ya sabía que lo cumpliría al pie de la letra. –Sonrió-

-¿Qué? ¿Y por qué no nos lo dijiste? Pudimos habernos salvado de esa golpiza. –La acusó la peli-negra señalándola con el dedo, portando esa sonrisa-

-Como dijo Megu-chan: “no pensé que fuera a hacerlo”…

Las tres amigas rieron al mismo tiempo, reanudando el camino hacia el salón. Una vez que alcanzaron su aula, la oji-escarlata se despidió de todos yéndose a donde le correspondía. Antes de entrar, la chica anaranjada le echó una mirada rápida a su amigo peli-negro, preocupada porque no había dicho ni una sola palabra desde que salieron de la enfermería, a pesar de saber que él siempre se comportaba de esa manera silenciosa. Entraron y lo único que hicieron fue irse para sus asientos. Los chicos y chicas observaban de reojo a los Haine y murmuraban de ellos entre sí…
 En ese instante, Neru entró al salón, pavoneándose como si fuera la reina del lugar, dirigiéndose hacia el pupitre de una compañera con el propósito de pedirle algo, cuando al pasar por el lado de su enemiga, ésta le hace una zancadilla haciéndola caer:

-¿Quieres problemas, verdad? –Levantándose del suelo mientras todos los estudiantes las observaban-

-Es lo que te ganas por hacerle eso a mis amigos. –Dijo la anaranjada, levantándose de su asiento-

-¿Adónde demonios crees que vas? –Sujetándola bruscamente del pliegue del brazo-

¿Dónde crees, tonta? –Zafándose de su agarre- Al despacho del director a contarle lo que-

-¡Tú no irás a ningún lugar, ¿me oyes?! –Volteándola violentamente quedando de frente a ella y sujetándola del cuello de la camisa y jalando de ella, aproximándola a su rostro- ¡¿Al despacho del director?! Ja, sobre mi cadáver.

-¡Por favor! –Librándose de su agarre de un manotazo- No me vengas con esas tonterías otra vez. Muy bien sabes que no le temo a tus amenazas. –Mirándola fijamente con el ceño fruncido-

-¿En serio? Pues vete sabiendo que mi padre es una persona muy poderosa y un excelente hombre de negocios. –Con aire orgulloso y a la vez altanero- Sus contactos varían desde un hombre pobre y chismoso, hasta un sujeto rico y matón.

-¿Y me importa porque…?

-… porque puedo hacer que mi padre te deje a ti y a tu familia de patitas en la calle.

-Por Dios, no me hagas reír… -Pasando por su lado, estando aún inflexible en su decisión-

-O puedo hacer que manden a matar a tu padre… -Dijo, provocando la detención seca de la otra, y suspiros asombrados de los demás-

-“¡¿Q-Qué?!” –Sorprendiéndose y poniéndose un poco pálida- No te atreverás a acercarte a mi padre… no te lo-

-¿Acaso olvidas lo que te conté, maldita? Mi padre puede y hace lo que sea sin importar qué.

-No sabes nada sobre mi padre, ni de mi familia… nada. –Poniéndose más y más pálida con cada palabra-

-Entonces creo que también olvidas lo otro: mi padre posee muchos contactos, ya te lo dije.

-Y-Ya déjate de tonterías. –Con los nervios casi al límite, y blanca como un papel-

-Ya basta, Neru. –Saltó la rubia, levantándose de su asiento y dirigiéndose a su amiga- ¿Te encuentras bien, Megu-chan? –Tratando de verle el rostro-

-Y después de él,… tal vez mande a matar a tu madre también. –Prosiguió la chica de la coleta en posición pensativa, mientras a la otra en ese momento le fallaban las piernas, siendo atajada por la Kagamine-

-¡Ya basta, Neru! ¡No digas más! –Le gritó una alarmada Rin, mirándola-

-¡Tú cállate, entrometida! –Bramó-

-Es… estoy bien, Rin-chan. –Le habló Megu, enderezándose y apoyando la mano en el hombro de su amiga- N-No te preocupes. –Mirándola con una sonrisa forzada-

-Y luego, finalmente, te mataré a ti… -Dijo por último, mientras que a la oji-anaranjada volvían a debilitársele las piernas-

-¿Qué acaba de decir, señorita Neru?- Habló una voz femenina, en lo que todos le prestaban atención, menos Megu.

Había llegado la profesora de Química. Vestía una playera negra, una falda rosa muy bonita, y unos zapatos de taco, blancos. Llevaba el cabello suelto y puestos lentes, encontrándose parada en el marco de la puerta con expresión severa…

-Le hice una pregunta, señorita Neru: ¿qué acaba de decir?- Ingresando a la habitación sin apartar la vista de ella, colocándose tras el escritorio.

-No fue nada, sensei. –Balbuceó, para zafarse del problema-

-¿Está segura?-

-En absoluto. –Mintió, aproximándose a su asiento mientras la oji-celeste la miraba con enojo-

-Dis… disculpe sensei. –Tratando de enderezarse con ayuda de Rin, sin mirar a la docente-

-¿Se siente bien, señorita Megumi?- Preguntó, acercándose a ella.

-Sí, sólo… un poco mareada, es todo. No se preocupe. ¿Me permitiría… ir a la enfermería un momento? –Separándose de su compañera y recargándose en su pupitre con las palmas de sus manos-

-Claro, por supuesto.- Accedió ella con una sonrisa, sin saber lo que le ocurría a su alumna.

-¡Iremos contigo! –Exclamaron sus amigas-

-N-No se molesten chicas, iré sola… -Enderezándose todo lo que podía, comenzando a caminar hacia la puerta-

-Pero… -Logró articular la rubia cuando su amiga ya había cruzado y cerrado la puerta-

Caminaba por el corredor, sosteniéndose por la pared y tambaleándose de vez en cuando, pensando y rememorando lo que Neru le había dicho: <<O puedo hacer que manden a matar a tu padre.>> No podía ser posible… ¿En realidad se atrevería a hacerle eso a su padre? No podía… no podía ni quería creer eso. Sacudió rápidamente la cabeza de un lado a otro para sacarse esas palabas de la mente, pero lo único que consiguió fue que la otra frase le viniera de golpe: <<Y después de él,… tal vez mande a matar a tu madre también.>>
 Esas palabras hicieron que se desequilibrara y cayera de rodillas en el suelo, dispuesta a dejarse llevar por la inconsciencia que empezaba a dominarla, y aceleraba su marcha con la ayuda de un dolor de cabeza que se intensificaba de a poco. <<Y luego, finalmente, te mataré a ti.>> Mientras trataba de pararse (cambiando de opinión sobre lo de dejarse llevar por la inconsciencia) sosteniéndose por la pared, se arrepintió de no haberle dado una bofetada a Neru…
 Sinceramente no sabía porque había sucumbido a ese malestar. Pero ya estaba hecho y nada podía hacer en ese momento para reponerse de él. Había logrado ponerse de pie y estaba por empezar a caminar (aún pegada a la pared), cuando su dolor de cabeza empeoró, debilitándola más de la cuenta. Se desprendió del muro sin importancia, sintiéndose mareada y próxima a desvanecerse, mientras que de a segundos se le nublaba la vista.
 Trató lentamente de dar unos pasos hacia el frente, pero se desequilibró inclinándose hacia la izquierda, mientras que la inconsciencia tomaba posesión de ella rápidamente. Pero no llegó a tocar el suelo, porque alguien la había atajado recostándola sobre su pecho. Lo único que alcanzó a distinguir aún con la vista borrosa, fue una cabellera rubia, mientras una voz masculina le decía:

-Serás mía muy pronto. Mi hermosa princesa…- Pronunció el muchacho sonriendo malignamente, facción que la chica también alcanzó a ver, antes de perder por completo el sentido-

Al tenerla a su merced y sin que ella pudiera hacer nada, pensó en “jugar” con ella en ese momento y lugar, pero en lo personal, le gustaba mucho más cuando la joven tenía todos los sentidos activos por su culpa, cosa que lo excitaba de sobremanera al tenerla en sus brazos o estampada contra una pared o árbol, gimiendo de placer por todas las cosas que le hacía. Pero ya tendría oportunidad de “divertirse” con ella a su debido tiempo… Simplemente la cargó en sus brazos y la llevó a la enfermería.

------

Andaba por una especie de parque, con un gran cuchillo cubierto de sangre en su mano izquierda, el cual dejaba un rastro de gotas a su paso. Se acercaba a un grupo de jóvenes por detrás, mientras empuñaba con más firmeza el objeto…
 Primero atacó por la espalda a un chico rubio, clavándole en profundidad el cuchillo en el centro de su cuerpo matándolo de una sola vez, mientras se desplomaba en el césped y las chicas cercanas a él gritaban de horror y balbuceaban el nombre del muchacho con las miradas aterrorizadas sobre él, mientras que el amarillo y verde quedaban manchados de rojo.

-M-Megu-chan, ¿qué…?- Le preguntaba una de las chicas, horrorizada mientras veía cómo el chico se desangraba.

-Lo mismo que haré contigo. –Le respondió, sonriendo ampliamente-

Arrancó bruscamente el instrumento de la espalda del masculino, salpicando su mano y el cabello del chico con ese líquido, decidida a “mostrárselo” a esa chica que se había atrevido a dirigirle la palabra. Se aproximó a ella rápidamente, rasgándole la ropa de una vez, haciéndola retroceder y tropezar con una pequeña piedra, cayéndose de espaldas en el césped, que al cabo de varios segundos estuvo teñido de rojo.
 En los oídos de la chica (quién se encontraba cubierta de sangre al igual que el cuchillo), seguía resonando el grito de horror que propinó la chica antes de incrustarle el artefacto, y de los gemidos de dolor que hacía al apuñalarla más de una vez, pero que ya no perturbaban el silencio del parque ya que la chica de naranja le había puesto fin a su vida luego de esas varias puñaladas que aún expulsaban sangre lentamente, manchando por completo el pálido cuerpo de la muchacha…
 Después se planteó matar a un chico de ojos azules, a quién ejecutó rápidamente, aproximándose a él con la misma velocidad y apuñalándolo en el pecho mientras lo aprisionaba en el troco de un árbol detrás de él, profundizando la herida todo lo que pudo, en lo que el oji-azul no profirió ninguna exclamación ni nada. Sólo se quedaba mirando a su exterminadora mientras que un hilo de sangre se le escapaba de ambas comisuras. Los ojos del muchacho se quedaron sin pupilas y sin brillo, acabando con su miserable existencia para siempre.
 Retiró el cuchillo con la misma brusquedad que antes, dejándolo al chico tendido en el suelo, desangrándose lentamente. Continuó con esa masacre matando a otros dos chicos y a dos chicas de forma X, hasta que solamente quedó una chica de ojos azules. La pobre se encontraba agazapada en un pequeño rincón temblando como niña pequeña, pero como a la otra no le importó se acercó a ella con una sonrisa psicópata y con el cuchillo chorreando de sangre desde todos los lugares posibles, al igual que su mano derecha. En eso, la del lazo se levantó, dispuesta a hacerla reaccionar, o perecer en el intento…

-M-Megu-chan, ¿por qué hiciste esto? Somos… tus amigos.-

-¿Amigos? –Dijo entre risas- No me hagas reír. No los necesito, como tampoco necesitaron sus vidas… -Acercando el instrumento a sus labios-

-Pero, te querían… yo aún te quiero.- Acercándose a ella lentamente y abrazándola, derramando lágrimas.

-Para mí, los amigos… -Colocando el cuchillo a centímetros del cuerpo de aquella chica- … ¡no significan nada! –Le susurró, clavándoselo en el pecho y alejándose-

-¿P-Pero por qué…?- Colocándose ambas manos en la zona herida e inclinándose sobre sí misma de dolor hasta caer de rodillas, agonizante.

-Ya te lo dije -colocándose detrás de ella, y sujetándola del cabello obligándola a levantarse, mientras su víctima crispaba el rostro y gemía de dolor-: los amigos, no significan nada… –Poniendo el filo del artefacto contra su piel mientras sonreía ampliamente-... ni siquiera tú. –Cortándole rápidamente el cuello sin vacilar y provocándole la muerte inmediata-

Al soltarla y dejarla tendida en el suelo desangrándose tranquilamente, como a ella no le bastó con lo que acababa de hacer, se arrodilló al lado del cadáver, apuñalándola en la espalda. Luego de apuñalarla hasta cansarse, soltó el cuchillo y se miró las manos sin dejar de articular esa sonrisa psicópata. Impregnadas de sangre y goteando sobre su falda, fue soltando pequeñas risitas al principio, hasta convertirlas en estridentes carcajadas, riendo de cara al cielo y estando entre todos esos cadáveres……

------

-¡NO! –Gritó la oji-naranja, incorporándose rápidamente con la respiración agitada y sudando frío. Se encontraba en la enfermería- No puede ser… no. –Observándose aterradamente sus temblorosas manos- No… ¡no! –Sujetándose la cabeza con ambas manos, soltando lágrimas-

-¿Ya se siente mejor, señorita Megumi? –Habló la enfermera, acercándose a ella con una amable sonrisa-

-Sí. Gracias. –Le contestó ella, secándose las lágrimas rápidamente-

-¿Le pasa algo? –Observándole el rostro-

-No, nada. –Mintió- Sólo… tuve un mal sueño. –Sentándose en el borde de la cama, bajando la vista al suelo-

-¿Quiere un vaso de agua? Tal vez eso la reponga un poco. –Sugirió-

-Sí. Muchas gracias, señora. -Repuso ella-

-Toma, querida. –Dijo luego de unos segundos, entregándoselo-

-¿Puede… decirme qué me sucedió? –Bebiendo un sorbo de agua- Recuerdo que intentaba venir aquí y luego… no recuerdo nada más.

-Sufriste una pequeña lipotimia. –Dijo la mujer, sonriendo- Cuando ese chico te trajo estabas blanca como un papel, así que supuse que era eso. Pero no hay nada de qué preocupar-

-¿Chico?... ¿Qué chico? –Preguntó de repente-

-Mmm… no recuerdo su nombre. –En posición pensativa- Pero era un chico rubio de ojos azules. –Sonriendo de nuevo-

-“L-Len-kun…” –Pensó-

-Ah, y también dejó algo para ti… -Yéndose hasta la mesada que estaba a su espalda-

-¿Algo… para mí? –Se sorprendió la chica-

-Sip, toma. –Dijo, entregándole una rosa roja, aún sonriendo- Si me lo preguntas, fue muy romántico de su parte. –Mirando cómo la chica agarraba la flor-

-Es cierto… -Acercándose la rosa a los labios sintiendo el suave roce de sus pétalos y sintiendo su delicioso aroma a la vez, en lo que sonaba en timbre del recreo-

-Bien, como veo que estás mejor, te recomendaría que salieras a disfrutar del día que está precioso, aunque algo nublado,… y del recreo, claro.

-Ok. –Sonriéndole también- Muchas gracias y… disculpe las molestias. –Cruzando y cerrando la puerta de la habitación-

Una vez que salió del edificio, las chicas notaron que poseía una amplia sonrisa mientras se acercaban rápidamente a ella:

-¡Megu-chan! –Exclamaron Rin y Lin abrazándola fuertemente, siendo acompañadas por el Haine masculino, Zatsune, Haku y los demás-

-Chicas, ¿qué…? –Se sorprendió la oji-naranja, al verlas hacer eso-

-¡Estábamos preocupadas por ti! –Aferrándose más a ella-

-Nos dijeron que te habías puesto muy mal. –Dijo Zatsune-

-Sí, y todo por culpa de... –Comenzó a decir Miku-

-Neru. –Contestaron los demás a coro-

-Así es. –Contestó la anaranjada-

-¿Ya te sientes mejor? –Habló la peli-blanca, acercándose a ella-

-Sip, muchas gracias por preocuparse amigos, son geniales. –Agradeció ella, esbozando una radiante sonrisa, que las otras encontraron un poco inusual-

-Mmm… ¿por qué estás tan contenta? –Preguntó misteriosamente la peli-negra-

-¿Ah? Eh… por nada en especial. –Balbuceó ella. Había olvidado ocultar por primera vez su felicidad, para que no la juzgaran, criticaran y/o burlaran- ¿Por qué?

-No, por nada. –Mintió, rotando la mirada hacia otra dirección, aún sonriendo misteriosamente-

-Bien, como sea. Tendremos que cuidarla de Neru, de su hermano y de sus “súbditos” para que no suceda de nuevo. –Opinó el pelirrojo-

-¡Perfecto! –Exclamaron algunos con alegría-

-Por favor, chicos. No hace falta que- -Intervino la amante del chocolate-

-Sí. Si hace falta, Megumi-chan. –Sonrió Rin- Además, muchos de nosotros estamos de acuerdo, así que no tienes opción.

-Ah… -Suspiró, en tono resignado- Está bien, pueden hacerlo. Pero no exageren, ¿de acuerdo?

-¡Hai! –Levantando cada uno (menos Ren y Len) su mano habilidosa (es decir, con la que escribe, etc., ya sea izquierda o derecha) al cielo, sonriendo ampliamente-

Su amiga sólo soltó una pequeña risita mientras también sonreía. Le causaba gran alivio saber que sus amigos estaban contentos.

-Oigan, miren. –Dijo de repente la oji-escarlata, señalando en un terreno, un poco alejado de los estudiantes, a dos personas bajo la copa de un árbol. Los demás la imitaron- Son…

-¡Luka-sensei! –Exclamaron las demás, sorprendidas-

-¡Gakupo! –Exclamaron los hermanos Shion, igual de sorprendidos que sus compañeras-

No podían dar crédito a sus ojos. La docente peli-rosa y el estudiante peli-morado, ¡estaban besándose bajo la copa de ese árbol! Sinceramente no podían creerlo. ¿Acaso Gakupo y Luka eran…? No… no podía ser cierto. ¿Una docente de música, teniendo una relación con muchacho de cuarto año? Era imposible. La diferencia de edades era grande. Aunque la verdad, querían dejarlos a su suerte, y que la vida les marcara el camino. En eso, suena el timbre de entrada y los dos tortolitos se separan lentamente, mientras los estudiantes entraban al instituto para reanudar con las clases…

-¿Creen que ellos realmente sean…? –Comenzó diciendo la oji-azul, mientras ella y sus amigos caminaban por el corredor hacia sus salones-

-Pues a mí me parece que sí. –Opinó Zatsune-

-A mí también. –Dijeron al unísono las otras dos-

-Ajá. –Coincidieron los hermanos y la chica peli-celeste, cruzándose de brazos y asintiendo con la cabeza-

Cuando alcanzaron el salón, las tres integrantes del mismo se despidieron de sus amigos, mientras la amiga de la Haine y la Kagamine respiraba hondo. Entraron… Para alivio de la peli-naranja, Neru aún no había llegado al salón. Se sentó cada una donde le correspondía, a esperar al siguiente responsable que se ocuparía de la clase.
 Al rato, apareció una mujer acompañada de Neru, mientras reían animadamente quién sabe de qué. La mayor, era de cabello corto color café y ojos rojos; con una camisa sin mangas y un pantalón largo, rojos también, y unos zapatos de taco mediano del mismo color que su cabello…

-Es Meiko, la profe de Matemáticas. –Le susurró la rubia al oído-

-No puede ser, ¿en serio? –Preguntó la naranja mirándola incrédula, en lo que su amiga asentía- Odio las Matemáticas… -Dijo, también en un susurro-

-¡Bien, siéntense todos ya! ¡Vamos a empezar con la clase! –Les gritó a los que aún no habían ocupado sus lugares-

-Hai… -Pronunciaron sin gana alguna, sacando sus cuadernos de debajo de sus pupitres-

Las dos siguientes horas de dicha clase, transcurrieron llenas de explicaciones, problemas, sumas y fracciones algebraicas, operaciones combinadas, etc., etc… Cuando la pesadilla matemática terminó por el bendito ruido del timbre, todos los estudiantes salieron apresurados, a gozar del tercer y último recreo que tendrían en lo que iba de la tarde (siendo las 05:00 p.m.)…

-Oigan, miren. –Dijo la peli-naranja, llevando la vista hacia arriba. Sus amigas la imitaron- Qué feo se ve el clima.

-Es cierto. Parece que puede llover en cualquier momento. –Dijo Lin, viendo también cómo unas grandes nubes grises y negras, amenazaban el cielo-

-Pues entonces no lo digas más. Sino se hará realidad. –Dijo la oji-escarlata. Aparentemente era una chica un poco supersticiosa-

Pero, a los pocos segundos de haber dicho eso, el firmamento se oscureció rápidamente por completo, comenzando primero a lloviznar, y luego a llover muy intensamente…

-Rayos… -Se quejó, mientras la lluvia torrencial empapaba todo su cuerpo y el de sus amigas-

-¡Vamos, entremos! –Las apremió la Kagamine en lo que las finales palabras de la rubia fueron acalladas por el rugido de un trueno-

Al alcanzar la seguridad de la estructura, su acto reflejo fue sacudirse las prendas y el cabello empapados. Todos los estudiantes de aquel instituto, con suma decepción, no tuvieron otra alternativa más que pasar el recreo en sus respectivos salones…

-Lo siento mucho, chicas… -Se disculpaba la Haine inclinando la cabeza arrepentida-

-Sí, bueno no importa. Está bien. –Dijo la oji-celeste-

-Rin tiene razón, no es tu culpa. Además, ¿quién sabía que pasaría? Nadie. –Dijo Megu, sonriéndole amablemente-

Y así pasaron el resto del recreo, hablando cualquier trivialidad sin que las molestaran mientras la lluvia golpeaba y los truenos hacían retumbar las ventanas. Pero a decir verdad, la chica de naranja no prestaba atención a lo que decían sus amigas, ya que tenía la cabeza en otra parte. ¿Qué estará haciendo Len? ¿Cómo la estará pasando? ¿Se encontraría bien? Ésas y muchas más preguntas le carcomían la mente.
 Se planteó que quizás podría ir a visitarlo, sólo para saber cómo estaba. Pero también supuso que los castigados no podrían recibir visitas hasta la hora de salir, igual que en la prisión (me hace acordar a la canción “Prisoner” *-*)… Así que mejor, para no pensar en nada de eso, sacó el libro que había retirado de la biblioteca de adentro de su maleta, sustrajo de debajo de su pupitre sus materiales de escritura y su cuaderno, y se puso a leer el texto, para luego resumirlo…
 Pasaron unos cuantos minutos en los cuales ni la lluvia ni los truenos y/o relámpagos dejaban en paz a las ventanas. Mientras la chica trascribía el texto del libro al cuaderno escuchando su música, los demás hacían lo que querían en aquella pequeña habitación: escribían y dibujaban tonterías en la pizarra, jugaban y se contaban chistes entre sí, se molestaban unos a otros, etc… Así fue hasta que, para sorpresa de todos (menos para Ren y Megu que estaba ocupada escribiendo con los auriculares puestos), apareció el director en el marco de la puerta…
 Era un hombre de unos 30 años, con cabello castaño y bigote, ojos del mismo color. Llevaba puestos lentes, de mirada seria y autoritaria, y vestía formalmente (en sí, como todos los directores: camisa con corbata, pantalón y zapatos, grises). Al no notar que dos alumnos no estaban prestándole atención (cosa que no le importó), dirigiéndose a los demás habitantes de ese salón, se aclaró la garganta y anunció:

-Debido a esta… inesperada lluvia torrencial, todos los alumnos deberán retirarse a sus hogares, antes de que la situación empeore… Buenas tardes a todos. –Dijo finalmente, retirándose del salón-

Luego de eso, cerraron la puerta de la habitación, y en unos pocos segundos, dicho salón estalló en gritos y exclamaciones de alegría. Se armó un gran revuelo mientras todos juntaban sus cosas como locos. Algunos en un abrir y cerrar de ojos habían juntado sus cosas y se habían salido de allí a toda prisa, mientras que otros se tomaban su debido tiempo. Nuestra amiga, estaba en mitad de la resumida cuando al levantar la mirada por un momento, cae en la cuenta de lo que ocurría a su alrededor.
 La Haine y la Kagamine estaban frenéticas. Tanto, que se habían olvidado de ella, y Rin de juntarle las cosas a Len. Así que lo primero que hizo, fue quitarse los auriculares, apagar y guardar su reproductor en el bolsillo de su camisa. Luego, se dispuso a ordenar todas sus pertenencias en su maleta. Y al hacerlo, casi todos los estudiantes se habían marchado, menos Rin y los gemelos Haine, quiénes estaban esperándola…

-Siento mucho esto, chicas… -Se disculpaba ella, mientras aún acomodaba sus cosas lo más rápido que podía- Pero también, si me hubieran avisado antes. –Mirándolas por un momento de reojo para después concentrarse en lo que hacía-

-Hehe, lo sentimos Megu-chan… -Dijeron sus amigas, frotándose la parte de atrás de la cabeza con una sonrisa nerviosa-

-Bien, listo. Ahora vamos. Salgamos de… Oh, no… -Percatándose de que las cosas de Len seguían estando desordenadas- Rin, ¿por qué no juntaste esto? –Dejando su portafolio a un costado para acercarse al pupitre del rubio y ordenarle los útiles escolares-

-Rayos, es cierto. Disculpa. –Ayudando a su compañera-

-Bien, listo. –Dijo de nuevo, luego de cortos minutos, agarrando su maleta y la de su amigo-

-Genial, ¿nos vamos? –Preguntó la hermana de Ren, algo impaciente-

-Amm… adelántense ustedes. Tengo que llevarle a Len su maleta.

-Bien… de acuerdo. –Accedió Rin-

-¿Estás segura? –Preguntó la otra algo preocupada, mientras salían del salón apagando la luz y cerrando la puerta-

-Sí, estoy segura. Vayan, las alcanzaremos en un momento. Ja ne~ -Dijo por último, echando a correr hacia donde intuía que estaba el salón de castigo, mientras sus amigas y el peli-negro caminaban tranquilamente hacia el lado contrario-

Cuando llegó allí, al cabo de unos minutos de camino, la lluvia había descendido con más fuerza y los relámpagos y/o truenos se hubieron hecho más frecuentes, según ella había mirado por las ventanas…

-¡Disculpe, señor! –Entrando apresuradamente sin golpear- ¡Sólo he venido a…!

-Al fin llegas…- Dijo con brusquedad una voz. Se trataba de Len, parado y cruzado de brazos al lado de la ventana y mirando por ella.

-¿Por qué sigues aquí? -Ingresando más a la habitación, depositando su maleta en el escritorio- ¿Por qué no acudiste al salón cuando el director-?

-Porque sabía que vendrías.

-¿Qué? ¿Qué clase de tontería estás diciendo?... ¿Y qué haces con mi libro? –Dejando el portafolio de su amigo bruscamente sobre el pupitre donde estaba el libro- ¿Resulta que ahora eres ladrón?

-Ese libro es muy interesante. No sabía que-

-No cambies el maldito tema, ¿quieres? –Le espetó con todas las características propias a su persona- Así que recoge tu estúpida maleta y salgamos de aquí de una vez por todas… -Tomando su libro entre las manos y dirigiéndose a su propia maleta para guardar el libro- Tú y tu maldita arrogancia no tienen límites…

Mientras la chica ordenaba bien sus cosas, el oji-azul simplemente la observaba ya con la maleta en su mano izquierda, hasta que…

-¡¿Q-Qué demo-?! ¡Suéltame! –Se indignó ésta, al ser pegada bruscamente contra la pizarra-

-Parece que olvidas lo que te dije esta mañana, mi princesa…

Al ver que la persona que tenía entre “la espada” y la pared no entendía de lo que estaba hablando, sonrió ampliamente con maldad, como hacía siempre. La otra parecía un tanto asustada por no saber lo que le depararían los siguientes momentos. Él la pegó más a la pizarra, ocasionando que ambos cuerpos se rozaran suavemente… <<Yamete…>> Pensaba la peli-naranja mientras él se acercaba lentamente a su rostro. <<Yametekure, onegai…>> Estando él a escasos centímetros de su rostro…

-¡Yamete! –Ruborizándose levemente y empujándolo bruscamente lejos de ella, haciendo que el cuerpo del chico chocara contra un pupitre-

-Ara… -Aún sonriendo-

-Ha-Hanase… -Mirándolo aún con ese sonrojo y respirando agitadamente, dirigiéndose al escritorio para agarrar su portafolio de una vez-

-¡Espera! –Cazándola rápidamente del brazo izquierdo-

-¡Hanase, kisama! –Dándose la vuelta con la misma velocidad, y dándole una bofetada en la mejilla izquierda, provocando que la soltase y diera un par de pasos hacia atrás-

Al sujetar su maleta de la manija y retirarla del escritorio rápidamente, se dirigió a la puerta, sin importarle si Len la seguía o no. Estaba a punto de dejar atrás la pizarra, cuando el rubio le sujeta sorpresivamente el brazo, volteándola bruscamente y pegándola duramente de nuevo contra la pizarra, haciendo que soltara su maletín…

-¡¿Pero qué demo-?! –Sin poder terminar la frase, y sentir los labios del rubio adheridos a los suyos, aprisionándolos todo lo que podían-

Al momento de sentir esos labios, se sintió débil. Como si todas las virtudes que la caracterizaban se le desaparecieran de encima. Ruborizándose ligeramente y cerrando los ojos, sintió cómo la lengua del chico penetraba en su boca, recorriéndola cada centímetro al que tuviera acceso.
 Sintió cómo el muchacho pegaba más su cuerpo al de ella, rozándose suave y mutuamente, mientras que él dejaba caer su maleta al suelo y sujetaba con ambas manos el rostro de aquella chica que lo traía loco desde la noche anterior. ¿Será cierto? ¿Habrá tenido el mismo pasado? Sus labios seguían sabiéndole a sangre, cosa que no dejaba de atormentarlo. Necesitaba saber la verdad…
 La chica también se sentía un poco inquieta: ¿por qué cuando estaba cerca de él perdía todo signo de personalidad? Le asustaba mucho no saber la razón. ¿Tendría alguna conexión con él? A decir verdad tampoco lo sabía, cosa que también la asustaba…
 Len la despegó de la pizarra y la atrajo hacia sí con la ayuda de su extremidad izquierda, sin deshacer el beso. La fémina trataba inútilmente de zafarse de su agarre. El ser masculino deslizó su otra mano hasta su cintura, logrando que pudiera meterla por debajo de la camisa de su “presa”, acariciándole intensa y deseosamente la espalda en dirección ascendente.
 La joven, al percatarse de dónde estaba por llevar aquella situación, se separa bruscamente de él, provocando también la desintegración de aquel beso y que el otro retirara la mano. Tomando distancia de su persona y dando unos pasos hacia atrás quiso agacharse para recoger su maleta del suelo, pero Len la empuja hacia la pizarra, y, acercándose a ella, éste comienza a besarle impacientemente el lado izquierdo del cuello, sacándole a la joven adolescente pequeños gemidos que lo hacían sonreír.
 Mientras el Kagamine dejaba de lado eso y comenzaba a lamer lentamente dicho cuello, con sus manos, trataba de desabotonarle por completo la camisa a su compañera. Pero desgraciadamente, esa realización no pudo llevarse a cabo, ya que el estruendoso rugido de un trueno los asustó, provocando que se separasen.
 Megumi se encontraba roja como un tomate mientras que su respiración estaba muy acelerada al igual que los latidos de su corazón, mientras que Len sólo sonreía con la respiración igual de veloz. Sólo había tenido la mísera suerte de desabrochar los dos primeros botones…

-“Si ese miserable  trueno no nos hubiera interrumpido, ya serías toda mía aquí y ahora… mi sangrienta y hermosa princesa.” –Pensó el muchacho con rabia e ilusión a la vez, mirando por la ventana-

En ese momento de distracción de Len, la oji-anaranjada aprovechó para tomar su maleta del suelo rápidamente y salir de esa maldita y sofocante habitación de una vez por todas. Corría por el pasillo lo más rápido que le daban las piernas. Hacía unos cortos minutos que se le había agotado la energía pero no le importaba. Necesitaba alejarse de ese salón lo más rápido posible…
 A la distancia y sin que ella volteara atrás, Len ya había salido del salón apagando las luces y cerrando la puerta, llevando la maleta al hombro, comenzando a caminar tranquilamente. Mientras bajaba las escaleras a toda prisa aunque a veces lentamente para no tropezar, la fémina pensaba:

-“¡Está demente! ¡¿Con qué propósito me hace esto?!... Un poco más y me quitaba la inocencia.” –Pisando el último escalón que daba al último pasillo de la estructura, donde al final se encontraba la entrada/salida del establecimiento- “¿Debería decírselo a Rin?” –Estando un poco más tranquila, caminando por el pasillo- “No, pobre. La desquiciaría (ok, tal vez exageré un poco. xDD). Y ni hablar de Tsugumi-sama… ¡Es un acosador! Tendré que alejarme de él lo más que pueda…” –Sintiendo de a poco el aire frío del clima-

Al salir del instituto, se encontró con Rin y los gemelos Haine, Miku y Zatsune, y Haku junto con los hermanos Shion. Todos, afortunadamente, bajo el techo que sobresalía del edificio…

-¿Qué hacen todos aquí? ¿Por qué no se han ido? –Acercándose a ellos con paso seguro-

-Decidimos esperarte. –Dijeron la peli-negra y la peli-dorada-

-También nosotras. –Añadieron las demás, dando un paso adelante-

-Y nosotros. –Dijeron los hermanos, dando también un paso adelante-

-Minna-san… -Dijo la peli-naranja, mirándolos y sonriéndoles a cada uno de ellos-

-Nee, Megu-chan, ¿dónde está Len? –Preguntó de repente la peli-negra-

-Miren, ahí viene. –Habló el peli-azul amante del helado, señalando la entrada-

En efecto, era Len: con su semblante serio de siempre, pero que a la joven no le convenció. Retrocedió unos pasos, atemorizada…

-¿Te ocurre algo, Megu-chan? ¿Len te ha hecho algo? –Dijo Haku, en lo que todos clavaron sus miradas en ella-

Ella no le contestó. No creía conveniente decirle la verdad a nadie por el momento. No sabía porque pensaba de esa forma. Simplemente no quería decir nada. Pero para su alivio, los otros volvieron sus ojos hacia Len, quién seguía aproximándose. Tenía que irse de allí como fuera…

-Tendrán que disculparme, chicos. Pero tengo que irme. Mi madre se pondrá furiosa si no llego a casa. –Inventó, aunque parte de eso sí era verdad-

-¿Pero cómo te irás? ¿Acaso no ves como llueve? Pescarás un resfriado. –Habló Zatsune-

-“Prefiero pescar un resfriado y faltar a clases, que estar cerca de ese abusador…” –Pensó con un poco de rabia mirando a Len- Me colocaré mi portafolio sobre la cabeza. Sé que suena raro pero no se me ocurre otra cosa, y no puedo esperar más… Mata ashita~ -Despidiéndolos a todos con la mano izquierda y una sonrisa, mientras que con la otra se colocaba el portafolio en la cabeza y comenzaba a caminar bajo la lluvia-

-Mata ashita, Megu-chan. –Dijeron algunos a coro-

Una vez que estuvo lejos de allí, se sintió aliviada, segura. Su maleta no la cubría muy bien, pero por lo menos no se le mojaba ni el cabello ni el uniforme.

-“Maldición… ¿Cómo pude ser tan necia en olvidarme un estúpido paraguas?” –Pensó, odiándose a sí misma-

Mientras caminaba por la acera con la cabeza gacha, pensado en muchas cosas, de repente se choca de frente con alguien, ocasionándole la pérdida de equilibrio mientras que su portafolio había ido a parar lejos, a varios centímetros detrás de ella…

-Itai… -Se quejó ella, una vez en el suelo mojado y empapándose por completo-

-I’m so sorry, ¿you allright?- Le preguntó una voz femenina, inclinándose un poco frente a ella, ofreciéndole su mano.

-S-Sí, estoy bien… -Levantando la mirada hacia la mujer y tomando su mano temblorosamente- Mi nombre es Megumi. Gusto en conocerte… -Le dijo la peli-naranja una vez incorporada, dedicándole una amable sonrisa-

-El gusto es mío, aunque debería decir que nos conocimos de la forma más común: tropezando.-

-Haha, es verdad. Disculpa pero… ¿no has visto mi maleta? –Observando el suelo en todas direcciones- Oh, allá está.

-Quédate aquí y cúbrete de la lluvia, yo iré.- Dijo, entregándole el paraguas, para luego irse a buscar la maleta-

-Gracias, amm… -Dijo después de unos segundos, agarrando el portafolio, el cual estaba todo mojado pero no le importaba-

-Valshe.- Dijo, dedicándole una sonrisa.

Valshe, según la joven veía, era una chica de unos 16 años de edad, con corto cabello blanco en punta y de ojos azules. En el cuerpo, llevaba una simple playera manga larga ¾ de un azul eléctrico, acompañada de una chaqueta de color negro con cremalleras en las mangas; una calza también ¾ pero de color blanco, y unos zapatos de taco mediano, también azules. Sus uñas, eran de color marrón…

-Qué lindo nombre tienes. –Dijo Megu, también sonriéndole-

-Igualmente.

-Oye, disculpa pero… me encantaría seguir hablando contigo. Pero tengo que llegar a casa porque sino mi madre me matará. –Mirándola fijamente-

-Entiendo. Yo podría acompañarte si tú quieres.

-Me parece una idea genial. Además… -Mirando la lluvia- … tú eres la que tiene paraguas, hehe.

-Muy bien. –Sonriéndole mientras soltaba pequeñas risitas- ¿Nos vamos?

-¡Hai! –Dijo alegremente, comenzando a caminar junto con ella-

En el trayecto, todo fue silencio en un principio. Pero luego de unos minutos, conversaban muy animadamente, interrumpiéndose de vez en cuando. Comentaban sobre el clima, las cosas que hacían durante la tarde, los gustos de cada una, pero en el que coincidieron fue en el gusto por la música y el canto…

-Debo confesarte que mi voz es muy versátil. –Habló la peli-blanca, mientras esperaban a que cambiara el semáforo de la acera de enfrente-

-¿En serio? –Mirándola sorprendida-

-Sip, así es.

-Pues lo dices como si fuera la cosa más común del mundo.

-Haha, porque lo es. –Pasando la calle con su amiga-

-¡Eso es genial! –Exclamó la oji-anaranjada alegremente- Debes ser muy talentosa.

-Bueno… he hecho algunos covers. ¿Has oído hablar de una canción llamada “Migikata No Chou”?

-Mmm… creo que sí.

-¿Te la sabes?

-Un poco pero… cantar en acapella no es algo que me agrade mucho hacer.

-No hay problema. Pero deberías hacerlo para familiarizarte más con la canción y todo eso, además de saber cómo le queda esa canción a tu voz.

-Ya veo. Suena muy interesante…

-Lo es…

Al cabo de varios minutos de camino (casi una hora), ambas llegaron a la residencia de la chica de falda naranja. Una mujer de piel pálida y de ojos y cabellos anaranjados estaba parada en el umbral de la puerta, esperando a su hija:

-Al fin llegas, Megumi-chan. Estaba a punto de preparar la cena. –Dijo la mujer, cuando las dos féminas se reunieron con ella-

-Amm… disculpa mamá pero no tengo hambre. Hoy tuve un día muy estresante que… me quitó el apetito.

-Oh… bueno, está bien.-

-Bueno, creo que debo… Ah, me olvidaba: ahora que está tu madre presente. –Comenzó diciendo, en lo que madre e hija la observaban- El viernes a la noche habrá en un bar de aquí un poco de karaoke, ¿quisieras venir conmigo, Megu-chan? –Sonriéndole amigablemente-

-¡Me encantaría, Valshe-san! –Respondió alegremente con una amplia sonrisa- ¿Puedo ir, mamá? –Mirándola inquisidoramente- “Es increíble que esté haciendo estas cosas…” –Pensó, sintiéndose tonta al mismo tiempo- Te prometo que no me alejaré mucho de ella…

Luego de unos segundos de considerable meditación, la mayor respondió:

-De acuerdo, puedes ir. Pero recuerda no alejarte mucho, ¿eh? –Dijo, mirándola autoritariamente de reojo con una sonrisa-

-¡Yay! ¡Arigato okasan… arigato gozaimasu! –Exclamó con suma alegría, abrazándola-

-No hay de qué, cariño. –Sonriéndole mientras le acariciaba el cabello- Ahora si me disculpan, tengo que ir a hacer la cena… -Retirándose del lugar, dejándolas solas a Megu y a Valshe-

-Sore ja… mata ashita, Valshe-san. –Aún estando bajo el paraguas, y con la intención de ingresar a su hogar-

-Entonces… nos vemos el viernes. –Dijo, haciendo que la otra se detuviera y se diera la vuelta, permaneciendo bajo el paraguas-

-Hai. –Sonriéndole cálidamente-

En eso, mientras la joven le sonreía de esa forma, la oji-azul acercó rápidamente su rostro sin que ella se diera cuenta, otorgándole un dulce e inocente beso en los labios, mientras se ruborizaba ligeramente…

-Va-Valshe-san, ¿naze… sonna koto shita no? –Sorprendida y levemente ruborizada, con el corazón latiéndole a mil por hora-

-Bien, nos vemos el viernes o quién sabe… tal vez mañana. –Dijo con una sonrisa, sin hacer caso a las murmuraciones de la otra- ¿Te parece?

-Ha-hai… -Dando unos pasos hacia atrás para resguardarse de la lluvia-

-Bien, que descanses. –Dijo finalmente la muchacha, dándose la media vuelta, retirándose del lugar-

Una vez que la peli-blanca se perdió de vista, la chica cerró la puerta de su casa lentamente, aún en estado de shock. Caminó por el vestíbulo hasta las escaleras, subiéndolas como normalmente hacía. Al llegar a su habitación, entró, cerrando la puerta tras de sí pero sin encender las luces, dejando que la luz proveniente del exterior la iluminara de forma tenue entrando por la ventana.
 Dio unos pasos hacia atrás, hasta que su espalda tocó la puerta, deslizándose lentamente por ella hacia abajo con las piernas juntas. Se abrazó las piernas colocando su mentón sobre sus rodillas. Ahora sí estaba confundida: ¿cómo pudo pasarle esto? ¿Cómo? Primero Len, luego Ren, y ahora, Valshe. Era obvio que el destino quería jugarle malas pasadas…
 Así que, luego de estar por unos minutos en aquella posición, ésta se levanta, y despojándose de sus prendas escolares y optando por ropa más cómoda, agarró su portafolio y se dirigió al pequeño escritorio que tenía. Lo abrió, y, al verificar que nada estuviese mojado, sacó su cuaderno y su elemento de escritura junto con el libro que estaba resumiendo. Se sentó frente al escritorio encendiendo una pequeña lámpara que había allí, y se dedicó a continuar con eso.
 Hecho eso, apagó la lámpara, y fue directo a su cama. Una vez acostada y arrollando las piernas, se dio vuelta y se dispuso a mirar la oscuridad de la noche acompañado por el ruido de la lluvia y las luces de afuera, a través de la ventana. Cuando pudo sumirse en el sueño, su corazón por fin había dejado de latir desenfrenadamente, dejando clara una sola cosa: ¿se estaría enamorando de aquella chica?......

_____________________________________
Bueno, esto es todo por ahora. Así que como dije al principio: espero les guste. Sé que se verá... digamos... "raro" a partir de ahora. Pero bueno, ya saben por qué lo hice... Es mi primera vez escribiendo Yuri en un fic (aunque aquí sea sólo un momento), así que no sean tan malos al criticar.... Para terminar, he aquí la imagen con la que me inspiré en la vestimenta y descripción de VALSHE. Algunas/os de ustedes deberán conocerla.....

Spoiler:


Última edición por Natsume Knightley el Lun Sep 16, 2013 11:32 am, editado 1 vez
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MensajeTema: Re: Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~]   Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] Icon_minitimeJue Sep 12, 2013 6:16 pm

Me agrado mucho..
Honestamente, ya lo he releido unas 5 o 6 veces, y disculpe el no haber comentado antes..Es que sigo siendo muy distraido..
No tengo mucho que decir. Solo que escribe muy bien, Mi Lady.
Y que por favor continue con los capitulos...
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MensajeTema: Re: Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~]   Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] Icon_minitimeMiér Sep 25, 2013 6:06 pm

Bueno, sólo diré lo de siempre: perdónenme por haber tardado tanto en actualizar. Primeramente había tardado porque había tenido algunos problemas con el cargador de mi portátil, y ahora, hube tardado porque tuve que... dividir este capítulo en dos partes. Pero de todos modos, estoy muy orgullosa de mi progreso, ¡y no saben cuánto!

En fin, aquí esta la 1parte de este cap., así que espero que lo disfruten. =D


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Capítulo 3 – La nueva vecina – 1 parte
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Al día siguiente, la chica se levantó a la hora de siempre (las 09:30 a.m.), aunque no de humor, ya que no había podido dormir bien la noche anterior. Ordenó su cama y se acercó a la ventana: aún estaba muy nublado y seguía lloviendo pero no tan fuerte ni amenazador como ayer. Se escuchaban algunos truenos, pero, como éstos se oían a la distancia, no la atemorizaban tanto. Con que esta vez llevara un paraguas, no habría problemas.
 Se alejó de la ventana y se dirigió a la puerta, saliendo del cuarto. Fue hasta el tocador e hizo todas las cosas que normalmente hacía. Al terminar, salió y se dirigió a las escaleras, bajando por ellas. Tocando el último escalón, fue directo a la cocina para darles los buenos días a sus padres…

-Ohayo gozaimasu, otosan, okasan… -Entrando a aquella sala con una sonrisa, encontrándose a su madre de espaldas lavando los platos, y a su padre sentado en una silla junto a la mesa, leyendo el periódico-

-Ohayo, musume. –Respondieron ellos, mirándola por un momento, para después concentrarse en lo que estaban haciendo-

-Cuando vuelvas del instituto esta noche, tal vez no nos encuentres, hija. –Comentó la mujer también de anaranjado cabello, mirándola de reojo mientras la otra se sentaba en otra silla-

-¿Eh? ¿Y eso por qué, mamá? –Observándola sorpresivamente-

-Porque estaremos en la casa de enfrente, ayudando a unos amigos nuestros ordenando las cosas de la mudanza.

-Está bien, mamá. Entonces, cuando salga del instituto, vendré aquí, dejaré mis cosas e iré a ayudarlos.

-Amm… tal vez para esa hora ya habramos terminado. –Dijo el hombre, separando la vista de lo que leía para mirar a Megu- De seguro nos pedirán quedarnos a cenar para celebrar la “inauguración” todos juntos…

-¡Genial! –Dijo alegremente-

-De todos modos te dejaremos una nota, avisándote cualquier cosa. –Habló nuevamente la mujer peli-naranja, dándose media vuelta y sonriéndole a su hija-

-De acuerdo. –Sonrió ella, levantándose de la silla- Sé que es temprano, pero aún así iré a prepararme para el instituto. Disculpen. –Retirándose de allí-

¿Un nuevo personaje en este vecindario? Le parecía una noticia estupenda, pero al mismo tiempo le extrañaba, con lo que tampoco le restó importancia. ¿Será que se inscribirá en el mismo instituto que ella? O… ¿acaso en el contiguo que era privado? Esa fue la primera cosa que le intrigó e interesó, pero era cuestión de esperar.
 Al alcanzar su cuarto, entró y fue directamente hasta su escritorio. Repasó con la vista lo escrito en el cuaderno, y al ver que estaba todo bien, lo acomodó en su maleta, al igual que el libro y su artefacto para escribir. La colocó sobre la silla que se encontraba a su espalda, y acto seguido fue a cambiarse las prendas de vestir.
 Cuando estuvo casi lista, faltándole solamente los zapatos, retiró un libro de la pequeña biblioteca que estaba a un costado de su cama y se puso a leer en lo que pasaba el rato hasta que la llamaran para almorzar…
 Alrededor de las 12:00, oyó a su madre gritarle desde las escaleras para que bajase a comer. Dejó el libro sobre la cama, se colocó los zapatos, agarró apresuradamente su portafolio y salió de la habitación cerrándola de un portazo. También bajó apresuradamente las dichosas escaleras hasta llegar a la cocina:

-Tranquila, Megu-chan. ¿Por qué tanta prisa? –Le preguntó, colocándole el plato en la mesa mientras la miraba-

-Di… disculpa, mamá. –Respirando agitadamente mientras se sentaba a la mesa, depositando su maleta a un costado-

-Mmm… parece que nuestra hija está enamorada. –Bromeó él-

-¡E-Eso no es cierto, papá! –Se indignó la chica, ruborizándose levemente- N-No empieces con tus bromas… -Dijo, en lo que su padre soltaba una leve carcajada-

-Amor, deja a la niña en paz. –Dijo la mujer, sonriendo y sentándose a la mesa para almorzar junto a su esposo y a su hija-

En los minutos que siguieron, no se escuchaba otra cosa que no fueran los utensilios contra los platos, o los vasos contra la mesa. Almorzaban tranquilamente, en lo que la mujer habló:

-Cariño, ¿por qué no llegaste a casa a cenar la otra noche? –Comentó de repente, mientras ella y su padre la miraban-

-Perdona mamá pero… no quisiera hablar de eso. –Le contestó con frialdad, tono que sus padres no parecieron notar, llevándose un poco de comida a la boca- Mejor hablemos de otra cosa.

-De acuerdo, amm…

-¿Cómo te ha ido en el instituto? Aún no nos has contado nada de eso. –Habló el hombre para ayudar a su esposa-

-Me ha ido bien hasta ahora. –Respondió con simpleza, bebiendo un poco de jugo- Me gusta el instituto.

-¿Has hecho algunos amigos? –Preguntó la madre-

-Sí. Aunque también algunos enemigos.

-¿Qué dices? –Se extrañó su padre-

-¿De qué hablas? –Preguntó a la vez la mujer-

-Como lo oyen: e-ne-mi-gos.

-¿Pero cómo? –Adquirió de nuevo el masculino-

-¿Por qué? –Le siguió otra vez la fémina-

-No lo sé. Esa tipa está loca de remate, al igual que su hermano y sus compañeras. –Explicó-

-¿Tipa? –Cuestionaron al unísono los adultos, mirándola con sorpresa, en lo que su hija asentía-

-Akita Neru. –Pronunció-

-¿Akita?

-¿La conoces? –Preguntó Megu-

-Sí, es la hija de mi jefe, Watanabe Akita…

-¿Qué? –Sin poder dar crédito a sus oídos- Debes estar bromeando, papá.

-Nop, es la pura verdad, hija. –Afirmó él-

-No puede ser… -Se lamentó-

Y así, luego de esa revelación tan inesperada, la familia continuó almorzando hasta apuntadas las 12:30 en el reloj de la cocina…

-¡Maldición!... ¡Si no me apresuro llegaré tarde al instituto (dado que ingresaba a las 13:00 p.m.)! –Exclamó la chica, levantándose de la silla con rapidez y saliendo de allí, dirigiéndose a las escaleras y subiendo por ellas como un rayo en dirección al tocador-

-Nuestra hija y sus necesidades estéticas, ¿no lo crees, mi amor? –Dijo la mujer, abrazando a su marido por el cuello, otorgándole un dulce beso en los labios con una sonrisa-

-Pues se parece mucho a una personita que conozco… -Le contestó, luego de que su queridísima esposa, Yuki, se separó de él- Sabes a quién me refiero, ¿verdad, amada mía? –Sonriéndole amorosamente-

-Hmph, sí… -Respondió con la misma sonrisa, mirando a su marido- Te amo, Koga-kun…

-Y yo a ti, Yuki-chan… -Habló, para luego de llamarse por sus nombres cuando niños/adolescentes, fundirse en otro tierno y dulce beso, sonriéndose entre sí-

En ese momento oyeron el sonido del timbre. ¿Quién estaría allí en ese momento? ¿Serían sus amigos que venían a pedirle ayuda para descargar las cosas del camión de mudanza y todo eso? La señora Yuki se separó de su esposo Koga y fue a abrir la puerta:

-Ah, eres tú otra vez. –Sonriéndole a la persona, quién se encontraba bajo un paraguas- ¿Qué te trae por aquí de nuevo?

-Buenos días, ¿está Megumi?- Preguntó, también sonriendo.

-Claro… ¡Megu-chan, te buscan aquí abajo! –Le gritó a su hija desde las escaleras-

-¡Voy, mamá! –Le contestó a la vez la muchacha, también gritando- ¡Sólo un momento!...

-Parece que tardará un poquito más de lo pensado. ¿Quieres pasar y sentarte a esperarla?

-Con gusto. Si no es mucha molestia.- Agradeció la persona, aún sonriéndole-

-Para nada… Adelante. –Apartándose de la entrada para darle paso- Puedes sentarte por allí, en la sala. –Una vez que la persona estuvo dentro, señalándole un pequeño sillón-

-De acuerdo, muchas gracias. –Aún sonriéndole y yéndose al lugar indicado por la señorita Yuki-

Al cabo de un minuto, la peli-anaranjada por fin estuvo en el vestíbulo, yendo apresuradamente hacia la cocina para recoger su maleta rápidamente:

-Oh, espera, mi cielo. –La llamó la madre, cuando estuvo ahí y agarró su portafolio para luego salir corriendo de esa habitación-

-Tienes una visita en la sala. –Sonrió el padre-

-¿Qué? ¿En serio? –Sorprendida de que alguien viniera a visitarla a ella- Bien, iré hacia allí entonces. –Tomando su maleta y caminando en dirección a la sala-

Una vez estuvo en el umbral de dicha sala, se paralizó y sorprendió por completo al principio, pero luego que le regresó la movilidad a las piernas, acercándose lentamente sin salir de su asombro, quedó plantada a unos centímetros de su persona…

-Ohayo, Megu-chan. ¿Cómo estás?- Dijo alegremente con una sonrisa, levantándose de aquel sillón y quedando frente a frente con la joven-

-Va-Valshe-san… ¿Naze koko ni? –Logró articular ella-

-Pues… vine a preguntarte algo. –Dijo la peli-blanca, acercándose lentamente a la oji-naranja, acercando también su rostro al de ella, haciendo que los labios de ambas quedaran extremada y peligrosamente cerca, casi rozándose-

-¿Q-Qué se te ofrece? –Ruborizándose ligeramente, en lo que su corazón volvía a palpitarle desenfrenadamente-

-Primero, esto… -Acortando el resto de la distancia que separaba sus rostros, uniendo dulcemente los labios de las dos-

Al sentir esos dulces labios femeninos contra los suyos, aún ligeramente sonrojada y viendo cómo a la peli-blanca también se le enrojecían las mejillas, ésta se lo correspondió de igual manera mientras cerraba los ojos, sintiendo también que la otra le sujetaba delicadamente el rostro, cosa que le hizo soltar su portafolio. Ella simplemente se había limitado a colocar sus manos sobre los hombros de Valshe…
 ¿Por qué se lo estaba correspondiendo? Lo que hacían estaba prohibido e iba en contra de la naturaleza. Esa relación no podía ser, ¿o sí? Por alguna extraña razón, Megumi no se arrepentía de lo que estaba haciendo con una… una desconocida, con la que raramente se sentía más segura que con los hombres que la habían besado antes.
 La oji-azul deslizó su mano izquierda hasta la delgada y (para Valshe) hermosa cintura de la muchacha, atrayéndola hacia sí lentamente sin deshacer ese dulce beso, ocasionando que los cuerpos de ambas se rozaran suavemente, lo cual hacía que a la peli-naranja se le colorearan más las mejillas.
 Al cabo de un minuto más, ambas féminas se separan lentamente, con intención de seguir sintiendo el suave roce mutuo de sus labios...

-¿Quieres que… te acompañe al instituto? –Le decía la oji-zafiro, aún sujetando a la chica y ligeramente ruborizada, sonriéndole cariñosamente-

-Ha-hai… -Habló Megu aún entre los brazos de su amiga, poseyendo las mismas características-

-¡Megu-chan, apúrate o llegaras tarde al instituto! –Le volvió a gritar su madre desde la cocina-

-¡Wakarimashita! –Le gritó ella en respuesta, una vez liberada de los brazos de la otra y sonriéndose a sí misma-

Después de ese suceso algo inesperado para nuestra joven amiga, recogió su maletín del suelo y empezó a caminar hacia la cocina para despedirse de sus padres, con Valshe siguiéndole los talones. Su corazón aún no había abandonado aquella velocidad, ni su rostro ese color carmesí. Si la vieran sus padres, ¿qué pensarían? La idea la aterraba…

-Ara… ¿Estás bien, cariño? –Le habló la fémina, una vez que las chicas estuvieron allí- Tienes muy rojas las mejillas, ¿tendrás fiebre? –Acercándose a ella y colocándole la mano en la frente-

-E-Estoy bien, mamá. –Dijo. Tenía miedo de que la descubriera, pero sintiendo la mano de Valshe rozar la suya, extrañamente se sintió segura, acompañada- Sólo estoy un poco nerviosa por llegar tarde al instituto, nada más.

-De acuerdo, si te sientes bien… -Retirando la mano de la frente de su hija-

-Amor mío, ¿quién es esta-? –Comenzó diciendo el hombre-

-¡No hay tiempo…! –Le cortó su hija, besando a su madre en la mejilla en forma de despedida- ¡… para explicaciones! –Haciendo lo mismo con su padre- Los quiero. Cuídense mucho por favor. –Yéndose corriendo junto con su amiga hasta la puerta de la vivienda y abriendo la puerta para después de salir, cerrarla de un portazo-

Al estar fuera, la chica de los ojos azules desplegó el paraguas y metiendo a la otra bajo su techo, comenzaron a caminar a grandes zancadas, en dirección al establecimiento educativo. En el trayecto, estuvieron tranquilas, sin hablar, y sin que sus rostros dejaran de estar colorados.
 La chica peli-naranja tenía la vista puesta en sus pies (ya que se sabía el camino de memoria), cuando siente que Valshe toma su mano. Limitándose a entrelazar su propia mano con la suya, levantó la mirada hacia ella, diciéndole:

-Etto… Valshe-san.

-¿Sí, dime? –Llevando también su mirada a ella, sonriéndole-

-¿Por qué… me besaste antes? –Deteniéndose en seco y ruborizándose levemente, sin atreverse a mirarla-

-Porque me gustas… mucho. –Soltó sin rodeos y deteniéndose también. Era una muchacha directa-

-¿Q-Qué? -Llevando rápidamente la mirada a su amiga, igual de roja-

-Disculpa, sé que esto está mal pero… no puedo. Me han pasado cosas contigo desde que te dejé ayer en la puerta de tu casa. –Acercándose lentamente a ella-

-B-Bueno, yo… -Retrocediendo unos pasos- … no sé qué decirte. –Bajando la mirada-

-No necesitas decirme nada… -Aproximándose a ella y levantándole el rostro con la mano izquierda- … con que me dejes besarte es más que suficiente. –Otorgándole un corto beso en los labios-

Luego de eso, ambas continuaron con la peregrinación a grandes zancadas, hasta llegar a donde un semáforo en rojo. Así que, mientras esperaba que cambiara al verde, la muchacha de cabellos blancos estaba por deslizar nuevamente su mano por la cintura de la anaranjada y atraerla lateralmente hacia su persona, cuando las dos escuchan a alguien gritar:

-¡Megu-chan!- Llamó la persona, en lo que la mencionada se daba la vuelta.

-¡Ah, Rin-chan! –Saludó ella con una sonrisa, agitando su mano-

-O-Ohayo gozaimasu… -Una vez que estuvo con ella e inclinándose un poco, recuperando el aliento-

-¿Por qué vienes corriendo así?

-Por… la misma… razón que tú. –Levantando un poco la mirada para verla- Para… no llegar… tarde al instituto. –Enderezándose por completo-

-Ya veo. Oye, ¿y Len? –Preguntó, al no verlo al rubio allí, causándole un cierto alivio-

-Ah, ni me lo menciones. No quiero saber nada.

-¿Qué? ¿Por qué?... ¿Pasó algo? –Dijo, preocupada por su amiga-

-Tú ya sabes como es. –Replicó con simpleza-

-Sí, es cierto. –Restándole importancia-

Habiendo cambiado el color del semáforo, las tres chicas cruzaron la calle hasta la acera de enfrente…

-Nee, Megu-chan, ¿quién es ella? –Percatándose de la presencia de la peli-blanca, mirándola-

-Ah, ella es Valshe. Tropecé con ella anoche, antes de llegar a mi casa.

-Bueno, pues gusto en conocerte. –Le sonrió la peli-rubia-

-Igualmente. –Respondió en un tono frívolo que Rin no llegó a captar-

Diez minutos más tarde (siendo las 12:42), llegaron al recinto escolar. La Kagamine empezaba a caminar bajo su anaranjado paraguas hacia la entrada, cuando se da media vuelta y pregunta:

-Megu-chan, ¿no vienes?

-¿Qué? Ah sí, ya voy. Sólo… déjame despedirme de Valshe y te alcanzo. –Dirigiéndole una amable sonrisa-

-De acuerdo pero… no te tardes ¿está bien?

-Ok. –Viendo cómo su amiga se alejaba, para luego volverse hacia Valshe- Bien, amm… creo que es el momento de despedirnos. ¿Nos vemos a la salida? –Sonriéndole y dándose la vuelta para alcanzar a Rin-

Estaba por alejarse de ella, cuando la otra le sujeta suavemente la mano, obligándola a darse la vuelta. Pero antes de que la chica pudiese decir algo, Valshe la silenció con un beso en los labios, mientras pasaba las manos por su cintura ocasionando que soltara el paraguas, atrayéndola hacia ella lentamente, siendo empapadas por la lluvia que caía. Ella se lo correspondió tiernamente, ruborizándose mientras sentía la fría lluvia recorrer todo su cuerpo…
 Retrocediendo hacia atrás, y acorralándola por completo, se acercó mucho más a ella, haciendo que sus cuerpos se rozaran suave y desesperadamente (??). La chica oji-azul había logrado meter su lengua en la boca de la oji-anaranjada sonrojándose ligeramente, mientras la recorría con lentitud y deseo a la vez.
 Mientras Megu se dejaba llevar por ella ruborizándose más de la cuenta, no se percató de que estaba siendo observada por alguien. La persona, que estaba oculta detrás de un árbol, lejos de donde ellas estaban, observaba la escena con deleite, o más bien, con propósito de chantaje…
 Al cabo de un par de minutos, ambas chicas se separan lenta y obligatoriamente, por el simple recuerdo de la lluvia cayendo sobre ellas, y por la noción del tiempo. Se despidieron con un último beso (otorgado primero por Megu (WTF?! O.o) de manera tímida), acordando verse al salir del instituto, estuviera lloviendo o no. Cuando la chica de la falda naranja llegó al salón, se dio cuenta de que aún faltaban unos minutos para que tocase el timbre de entrada, y según había mirado en su reloj…

-Uf, qué bien. –Ingresando a la habitación, percatándose también de que ella y Rin eran las únicas habitantes- Apenas  son las 12:44… -Sentándose en su pupitre al lado de la ventana, depositando su maleta a un costado, sin antes sacar su libro y ponerse a leer-

-Nee, Megu-chan. –Rotando su cabeza unos 90° para verla-

-¿Hm? –Apartando la vista del libro-

-¿Esa chica… es algo tuyo?

-¿Eh? –Ruborizándose un poco- ¿A qué te refieres?

-S-Sabes de qué hablo.

-Ah, eh… No, sólo es una amiga. ¿Qué te hizo pensar que yo soy… “del bando contrario”? Si entiendes a lo que me refiero.

-Lo entiendo, y… pues… por la forma en que me miraba. Parecía una mirada despreciable. Como si estuviera celosa…

-¡Tonterías!

-“Me gustaría creer eso…” –Pensó la rubia, mirando a su amiga preocupadamente-

-Ah, me olvidaba… -Agarrando su maleta y sacando su cuaderno, con Rin observándola- … toma Rin. –Yendo hasta el pupitre de ésta y colocándole el dicho cuaderno sobre él- En la parte de literatura (ya que estaba dividido en varias secciones) está lo del resumen. Cópialo si quieres. ¿Transcribiste los apuntes, verdad? –Mirándola de reojo-

-Sí, claro. Gracias. –Sonriéndole amablemente-

-De nada, Rin-chan… Y retomando el tema: ¿celosa, Valshe? Imposible. ¿De qué podría…?

-No lo sé. Pero no es imposible.

En eso, oyeron el deslice de la puerta del salón, dejando ver a un chico rubio con (puestos en ese momento) lentes y su maleta al hombro. Al llevar sus miradas a aquel objeto, se dieron cuenta de era Len quién había entrado al curso. Rin estaba contenta de que hubiera llegado sano y salvo, y seco. Pero por parte de Megu, ella no estaba nada contenta con eso. Lo vieron dirigirse y sentarse en su respectivo pupitre, dejando su maleta en el suelo a un costado, y cruzándose de brazos como siempre hacía.
 Unos pocos segundos después, llegaron ambos Haine (recién apuntadas las 12:45), seguidos por Neru quién los empujó para que la dejaran pasar…

-¡Oye, ¿qué te pasa?! –Vociferó la peli-negra, molesta- ¡¿En tu casa no te enseñaron modales?!

-Tú cállate, bastarda. –Dijo la otra con calma dirigiéndose a su lugar, mientras la otra se indignaba, lista para replicárselo-

-No te permito que le hables así. –La defendió la peli-naranja- Así que abstente de decirlas porque sino-

-¿Quién me habla? –Contestó altaneramente, ya al lado de su asiento- Ah, sí… la lesbiana. –Dijo, causando una reacción sorpresiva y aterrada en la peli-naranja-

-¿La qué? –Habló la rubia, mirando por primera vez a Neru, para luego observar a su compañera-

-¿De qué hablas? –Preguntó a la vez la oji-azul, haciendo lo mismo-

-No es nada. –Respondió Megu rápidamente, observando con un poco de nervios a sus amigas- No le hagan caso, chicas. –Sentándose en su asiento, aún tensa-

-Tienes razón. –Dijeron al unísono, sentándose también en sus lugares, al igual que sus gemelos, quienes no dejaron de mirar a la chica anaranjada-

Cuando por fin fueron apuntadas las 13:00 en el reloj de la joven, ya se encontraban otros pocos alumnos en el salón, esperando al responsable de la clase. Pasados cinco minutos, apareció en el marco de la puerta del salón la profesora de Química. Mismo cabello suelto, pero esta vez con dos finas trenzas a los costados. En sí llevaba la misma vestimenta que el día anterior, acompañada por aquellos lentes ovalados que le adornaban el rostro.

-Bien, tomen sus asientos, por favor…- Dijo elevando la voz, ingresando al salón y colocando su portafolio sobre el escritorio.

-¡Wakarimashita, IA-sensei! –Exclamaron los alumnos a coro, sentándose cada uno en su lugar-

-Bien… -Dándose la vuelta para observar a sus alumnos- Por lo que puedo notar, han faltado bastantes. –Volteándose de nuevo, extrayendo una tiza blanca de su maletín- Pero en fin… comencemos con la clase. –Dirigiéndose a la pizarra, comenzando a escribir-

-¡Hai! –Sacando sus cuadernos y elementos de escritura apresuradamente-

Como habían acudido muy pocos estudiantes a ese salón, nadie hablaba con nadie. En otras palabras, aquel salón era un cementerio. Tan sólo se oía el rasgueo de los lápices contra las hojas, mientras de vez en cuando los estudiantes observaban la pizarra para ver lo que seguía después de lo que acababan de escribir…
 En lo que avanzaba la tarde, la lluvia no paraba de golpear las ventanas. O aumentaba su intensidad al caer acompañada de algunos ensordecedores truenos y/o relámpagos, o tan sólo lloviznaba de vez en cuando. Pero en ningún momento, vieron o sintieron al sol asomarse. Pasadas dos horas y tocado el timbre de recreo, la docente se despidió de los presentes con gentileza, perdiéndose de vista por el corredor.
 En eso, luego de colocar sus pertenencias bajo sus pupitres, los jóvenes aprovecharon para salir a distraerse por los alrededores de la escuela, mientras que otros se quedaban en sus aulas, platicando de cualquier trivialidad que se les pasara por la cabeza, o trascribiendo texto en sus cuadernos, como era el caso de Rin y Len: sólo ellos se habían quedado en la habitación, escribiendo el resumen que Megu les hubo prestado.
 En cuanto a ella, salió a toda prisa del salón para dirigirse a la entrada del instituto. No sabía para que lo hacía, pero quería pensar que era porque deseaba ver la lluvia caer y a los rayos iluminando el oscuro firmamento. Al llegar al pie de la pequeña escalera (bajo el sobresaliente techo del edificio), lo único que hizo fue sentarse allí, observando la lluvia y algún que otro rayo que pasara e iluminara el cielo. Estaba por sacar su reproductor del bolsillo de su camisa y cantar un rato mientras veía la lluvia, cuando logra visualizar la silueta (al parecer femenina) de una persona que se acercaba a ella.
 Se levantó sobresaltada, asustada y retrocediendo unos pasos... La persona se acercaba a ella más rápidamente, casi corriendo:

-No temas… soy yo, Megu-chan.- Habló la persona. La chica la reconoció de inmediato.

-Ah… -Suspiró, aliviada- Valshe-san, me asustaste. –Aproximándose a la peli-blanca con una sonrisa- ¿Qué haces aquí? Pensé que te habías ido.

-Lo hice… -Respondió, con la respiración algo agitada- … pero no podía esperar más. –Acercándose lentamente a ella, bajando, cerrando y dejando el paraguas que traía, en el suelo-

-¿Qué quieres decir?

-Necesitaba verte. –Tomándole de la mano- Por eso volví. Porque no soporté que tú no estuvieras a mi lado.

-Pero… si acordamos vernos cuando saliera de aquí, ¿recuerdas?

-Lo sé pero… tú sabes lo que me sucede contigo. Estas fueron las dos horas más largas de mi vida, casi una eternidad. Pensé que no volvería a ver tu bello rostro… -Sonriéndole tiernamente, mientras le acariciaba lentamente la mejilla-

-¿Q-Qué es lo que pretendes? –Ruborizándose ligeramente al oír esas últimas palabras-

-Kiss me. –Susurró, estando a pocos centímetros de su rostro, provocando que sus labios estuvieran extremada y peligrosamente cerca otra vez-

-¿Q-Qué? –Ruborizándose levemente por la cercanía y la petición de la muchacha-

-Kiss me, please… -Repitió en un tono dulce, casi sensual-

-N-No puedo. –Separándose un poco de ella- No aquí. Alguien podría vernos y…

No pudo concluir la frase, ya que la oji-azul la silenció de nuevo, aprisionando los labios de la fémina contra los suyos, deslizando su mano izquierda por el contorno de aquella cintura delgada y sexy (??), atrayéndola lentamente hacia su persona sin resistencia alguna. La peli-naranja se lo correspondió tierna y dulcemente ruborizándose, a la vez sintiéndose culpable y una cobarde por no haber podido complacer s su amiga con algo tan simple como un beso.
 Atrayéndola más hacia ella, y haciendo que su espalda tocara la pared suavemente mientras la otra rodeaba lentamente su cintura, Valshe estaba por introducir su lengua en la boca de la chica (cosa que había tenido ganas de hacer desde que se habían separado dos horas antes), cuando…

-Vaya, vaya… al fin te agarré.- Pronunció una voz femenina, haciendo que ambas jóvenes se separaran abruptamente-

-N-Neru, ¿qué estás-? –Se sorprendió la anaranjada-

-¡Cállate! –Bramó, con lo que Megu se asustó- Así que… esto era lo que ocultabas, ¿no? –Con una sonrisa dibujada en el rostro-

-¿Quién te crees que eres para hablarle de esa manera? –La defendió la oji-azul, indignándose y colocándose delante de su amiga-

-Nadie te pidió tu opinión. Así que mejor cierra la boca. –Le contestó bruscamente-

-¿Nani?... –Oyendo en ese momento, cómo el cuerpo de Megumi golpeaba lateralmente el muro- ¿Te encuentras bien, Megu-chan? –Volteándose y acercándose a ella rápidamente-

-Ha-hai. –Le contestó, respirando un poco agitada- Sólo fue… un pequeño mareo, no te preocupes… -Sosteniéndose por la pared y dirigiendo su vista a la peli-dorada-

En eso, suena el timbre de reingreso a clases, y Neru sólo sonríe malignamente, dándose la vuelta y comenzando a caminar hacia adentro:

-Espera… -La llamó, en lo que ella sólo amplió su facción- ¿Qué es lo quieres? –Separándose de la pared en lo que le fallaban las piernas, pero Valshe la sostuvo- ¿Qué precio le pones a tu silencio? –Susurró con resignación. No quería ni podía dejar que aquello se supiese-

-Mmm… muy buena pregunta. –Aún sonriendo con amplitud, mientras la peli-blanca la miraba con algo de enojo- La cual te responderé con cinco simples palabras: deja en paz a Len… ¿Lo tomas o lo dejas? –Agregó, al no escuchar insinuación alguna, acercándose a ella y rebajándose a su altura-

-N-No puedo hacer eso. –Susurró de nuevo. Se sentía un poco agotada-

-Bueno, como quieras. –Enderezándose, en lo que la oji-azul seguía viéndole con cara de pocos amigos- Estos labios se encargarán de decirles a toda la escuela… que tú eres-

-De acuerdo… -Dijo, con otro dejo de resignación en su voz, mientras la otra se rebajaba a su altura de nuevo- Tú ganas… -Levantando el rostro para verla a los ojos- … pero tienes que prometer… que no se lo dirás a nadie.

-Estos labios permanecerán sellados, siempre y cuando mantengas tu distancia con Len. –Dijo, en lo que la chica asentía lentamente- Bien, fue un placer hacer negocios contigo… -Enderezándose nuevamente, sin dejar de sonreír- ¡Tonta! –Exclamó finalmente, empujándola bruscamente hacia atrás, ocasionando que cayera de espaldas por aquella pequeña escalera de cara a la lluvia, a medio camino de tocar el suelo-

-¡You’re crazy! –Exclamó la peli-blanca, enfrentándola con el mismo enojo en el rostro- ¡¿Cómo te atreves a-?!

-¡Me atrevo porque se me da la gana! –Le replicó-

La albina estaba a punto de llevarle la contra, cuando se dio cuenta de que esa discusión no valía la pena. Lo que más le preocupaba más en ese momento era Megumi:

-Tsk… Stupid. –Masculló con enojo refiriéndose a Neru, mientras la otra se daba la vuelta, soltando una carcajada y perdiéndose de vista- Megumi-chan, ¿daijobu? –Una vez a su lado y sentándola lenta y cuidadosamente. Estaba muy mojada-

-S-Sí. Sólo… un poco adolorida, no te preocupes. –Incorporándose lentamente con la ayuda de la oji-azul-

Una vez que entraron y la oji-zafiro se ofreció para acompañarla hasta su salón, con lo cual ella no se negó (pues la necesitaba), empezaron a caminar por el corredor:

-Sorry for the question but… ¿who’s Len? –Le preguntó Valshe, a los pocos segundos de camino que llevaban, mientras también le servía de soporte de estabilidad a su amiga, mirándola-

-N-No es nadie importante. –Sin siquiera mirarla- Sólo es un… tonto compañero de clase que me ha estado acosando. Pero no es nada, no te preocupes. –Llevando su mirada a ella, sonriéndole-

-Bien, no lo haré, sólo porque tú me lo pides. –Respondió- Pero no me agrada nada eso de que ese tal Len esté acosándote todo el tiempo. Tú vales mucho para mí y lo sabes. Y por eso, me molestaría de sobremanera que llegara a hacerte daño o… algo peor.

La amante al chocolate no le contestó, porque fuera de la manera que fuese, cumpliría con el “contrato” al que accedió de forma testaruda y resignada, aunque tuviese que recurrir al director en casos futuros… Estaban a pocos centímetros del salón, cuando la joven de cabellos blancos percibe unos ligeros temblores, provenientes de la anaranjada:

-¿Tienes frío? –Mirándola por un momento, en lo que su amiga asentía-

-Sólo un poco. Pero no te preocupes, estoy bien. Una vez que esté en el salón se me pasará… -Estando al lado de la puerta del salón (la cual estaba cerrada) al cabo de unos segundos, sonriéndole. En eso, estornuda una vez-

-Take this. –Dejándola por un segundo, quitándose la chaqueta negra que llevaba-

-¿What?... ¿Why? –Mirándola sorprendida, mientras la otra le extendía aquella prenda-

-Me preocuparía mucho por ti si llegaras a resfriarte, sin mencionar que no me lo perdonaría jamás. Además, ¿quieres asistir al karaoke, no es así? –Sonriéndole, en lo que Megu asentía de nuevo- Bueno, entonces cuídate. Yo te quiero mucho, y quiero que estés bien. Por lo tanto, se me rompería el corazón si no me acompañaras ese día…

-B-Bueno, yo…

-Shh… don’t talk. –Colocando su dedo índice en medio de los labios de su amiga, sonriéndole tiernamente- And please… do it. –Aún mirándola con esa sonrisa en el rostro, sin apartar su dedo-

-O-Ok… -Ruborizándose ligeramente por la insistencia de la chica, mientras lo sujetaba y se colocaba la chaqueta- Done, ¿are you happy?

-Very… -Tomándole ambas manos- And thank you very much… -Sujetado más firmemente sus manos llevándolas hacia adelante, ocasionando que obligatoriamente tocara sus senos-

-Y-Your welcome. –Soltándose rápidamente de su agarre mientras se ruborizaba levemente, quitando sus manos y alejándose de ella-

-Hahaha… don’t worry, just a little joke. –Sonriéndole divertidamente-

-W-Well… ¡don’t do that again! –Estando aún sonrojada, bajando la mirada-

-Hahaha… ok, ok, calm down. –Aún sonriendo de la misma manera, acercándose a ella- Pero al hacerlo, sentí otros pequeños temblores provenientes de tus manos…

-Es que… tengo miedo.

-¿Miedo?... ¿de qué? –Levantándole el rostro en la mano izquierda-

-M-Miedo de que… Neru no cumpla con lo que dijo. Si le llega a contar de esto a alguien yo-

-No se lo dirá a nadie, no te preocupes. Y si lo hace, ¿qué importa?

-Es que… tú no entiendes.

-Bueno, como sea. Así que por favor, no pienses más en eso ¿quieres?

-Ha-hai. –Sonriéndole gentilmente- Arigato, Valshe-san… -Otorgándole un corto e inocente beso en sus labios, en señal de agradecimiento- Daisuki datta.

-Bien, mejor apúrate y métete al salón que de seguro tu profesor o profesora vendrá en cualquier momento. –Inclinándose y subiéndole la cremallera de la chaqueta, notando aún tensa a su amiga- Y no temas, que esa tal Neru no le dirá nada a nadie. Tranquilízate, ¿sí? –Colocando la mano sobre su cabeza, propinándole un tierno beso en medio de la frente, sacándole un ligero sonrojo a la oji-naranja- Estarás bien, créeme. –Acariciándole la mejilla- Maa… ja ne~ -Alejándose de ella y yéndose rápidamente por el pasillo, casi corriendo-

Cuando se recuperó un poco del shock que le dio al sentir ese beso en la frente, decidió entrar de una vez por todas al salón. Al abrir la puerta, pudo notar que, los pocos estudiantes que habían llegado esa tarde, estaban dispersos por el salón: las gemelas de Len y Ren hablaban animadamente, mientras ellos sólo las observaban muy de vez en cuando; Piko escribía en la pizarra la letra de la canción que había cantado el día anterior; Neru, como siempre, con su celular en las manos, sin percatarse de nada cuanto pasara a su alrededor; mientras que los demás, hacían otras cosas que a la chica no le interesaban.
 Dada esa situación, ésta aprovechó para ingresar más al salón y pasar desapercibida hasta su asiento. Una vez que Lin se levantó de allí para dejarla sentarse, ambas se le quedaron mirando:

-¿Qué les pasa, chicas? ¿Por qué me miran así?

-¿Y esa chaqueta? –Preguntó la rubia, señalando dicha prenda-

-Sí, ¿de dónde la sacaste? No te la habíamos visto puesta. –Agregó la peli-negra-

-Me la prestó Valshe. Es que al venir hacia aquí del recreo me habían dado unos pequeños escalofríos. –Dijo, sonriendo-

-¿Quién? -Preguntó una desinformada Lin-

-Haha, es cierto, perdona… Valshe es una muchacha con la que choqué el día anterior cuando regresaba a mi casa. Es muy simpática. –Aún sonriendo, pero esta vez con un poco de amplitud al haber pronunciado ese nombre-

-¿Simpática, dices? –Dijo la Kagamine con un poco de mal humor- No tiene nada de simpática. –Cruzándose de brazos, mientras volteaba la mirada hacia otro lado, inflando las mejillas-

-Oh, vamos Rin. Que te haya mirado con cara de pocos amigos al principio, no quiere decir que sea así. –Sonriéndole gentilmente para que cambiara de opinión-

-Eso lo sé. –Dijo, volviendo la mirada- Pero en cierto modo no me agrada.

-Haha, ¿pero qué? Si ni siquiera la conoces.

-Quizá no. Pero sé que no le agrado.

-Por favor, Rin. –Le rogaba- Si sólo te dieras un-

-¡DIJE QUE NO! –Estalló, en lo que todos los del salón se sobresaltaron, mirándola- ¡YA DEJA DE DECIRME LO QUE TENGO QUE HACER!

-R-Rin-chan…

-… ¡Y TOMA TU ESTÚPIDO CUADERNO! –Estampándolo contra el suelo con brusquedad, alejándose de allí mientras los demás la seguían con la mirada-

-No te preocupes, trataré de hablar con ella para que recapacite. Quédate tranquila. –Le dijo la peli-negra para consolarla mientras le entregaba su cuaderno, ya que la actitud de la oji-azul le había dolido-

Luego de ese pequeño incidente, que quedaría en la mente de la joven hasta que salieran del recinto, ella pasó los minutos observando las afueras de la ventana, apoyando su mentón sobre su palma izquierda, mientras se entristecía cada vez más por su amiga…

-¡Bien, se acabaron las charlas y las tonterías!- Exclamó una voz femenina, entrando al salón luego de unos pocos minutos-

Había ingresado la misma mujer de cabellos cafés y ojos rojos, vestida con las mismas prendas que el día anterior: era Meiko, la docente de Matemáticas.

-“Genial… las malditas Matemáticas. No estoy de humor para ellas ahora.” –Pensó con rabia la oji-naranja-

-¡Bien, comenzaremos la clase, controlando los problemas de ayer! –Volvió a exclamar la mujer-

-Hai… -Dijeron los estudiantes a coro sin entusiasmo, abriendo sus cuadernos y sacando sus elementos de escritura-

La primera hora se la pararon corrigiendo y pasando a la pizarra, mientras que la otra, la ocuparon precisamente para escribir nuevos problemas: ecuaciones, potencias, fracciones de números combinados, entre otras cosas cada vez más difíciles de realizar. Pero esas dos horas, además de estar escribiendo lo de la pizarra, Megu estuvo todo el rato observando a la Kagamine. Le dolió demasiado su actitud. Pero, ¿todo ese escándalo por una simple mirada? ¡Era absurdo!
 Al terminar la clase y sonado el segundo timbre, la chica de falda amarilla fue la que se levantó primero de su asiento con intención de dirigirse al tocador, seguida de Lin. En cambio, Megumi se dirigió con algunos de sus compañeros a recorrer los alrededores, cada uno por su lado y dispersándose por todas partes. Len, Neru, Piko, Ren y otros pocos estudiantes fueron los que se quedaron en el salón…

-Creo que fuiste muy dura con Megumi. –Le dijo de repente la peli-negra a Rin, mientras caminaban por el corredor-

-No me molestes.

-Por favor Rin, recapacita. Estás exagerando las cosas. –Le decía, mientras ambas ingresaban al baño-

-¿Y ahora resulta que eres mi madre?

-No lo soy ni pretendo serlo.

-Entonces cállate, vete y déjame en paz.

-No. No lo haré hasta que estés dispuesta a disculparte con-

-¡¿NO ENTIENDES QUE NO LO HARÉ!? –Vociferó de nuevo con rabia sobresaltando a la del lazo transparente, puesto que resonaba por todo el lugar- ¡ASÍ QUE LÁRGATE DE AQUÍ Y VETE AL DIABLO! –Gritó de nuevo, en lo que a continuación recibió una bofetada en su mejilla izquierda-

-¡¿ACASO TE ESTÁS ESCUCHANDO!? ¡NO SABES LO QUE DICES!... ¡MÍRATE! –Sujetándola de los hombros y volteándola bruscamente para que quedara frente a un espejo- Ésta no eres tú. No eres la Rin dulce y amable que conozco. –Hablaba la Haine tranquilamente- Además, ¿te estabas escuchando? Toda aquella escena que le estabas haciendo a Megumi era absurda… ¿Qué es lo que te sucede?

Ella no le contestó, en lo que sólo se limitó a bajar la mirada al suelo…

-Rin… ¿acaso estás-?

-¡Sí, estoy celosa de la amiga de Megumi: esa tal Valshe! ¡¿Contenta?! –Levantando la cabeza rápidamente, viéndose en su rostro algunas lágrimas que rozaban sus mejillas, mientras veía a su amiga a través del espejo-

-¿Qué?... ¿Por qué?

-No tiene importancia. –Desviando la mirada a un costado-

-Sí, sí la tiene… Dímelo, por favor. ¿Por qué actuaste-?

-¡Porque tengo miedo de que…! Por estar con esa tipa… se olvide de mí. Que me haga a un lado. –Volviendo su cabeza hacia ella, mirándola con tristeza-

-Ella nunca haría eso. –Colocándole la mano en el hombro-

-¿Tú qué sabes?

-Tal vez no la conozca demasiado, pero sé por cómo nos ha tratado estos días, que ella no es una mala persona. Muy por el contrario…

-¿Pero qué quieres que haga? –Preguntó sollozando, mientras que de sus ojos brotaban más lágrimas- No puedo evitar sentir celos.

-Sí, sí puedes. Y ya hemos hablado de eso. –Extrayendo un pequeño pañuelo del bolsillo de su camisa y entregándoselo, sonriente- Así que ahora sécate esas lágrimas, y ve a disculparte.

-Pero-

-Ningún “pero”. Ve a hacerlo. –Dijo en tono autoritario, mientras la otra caminaba hacia la salida- Y quién sabe… tal vez también puedas hacerte amiga de Valshe. –Fue su última palabra, en lo que la peli-rubia salía de allí-

-Ojalá tengas razón… -Susurró, antes de irse por el corredor-

_____________________________________
Bien, esto es todo por ahora. Espero les guste... Antes de irme, les diré que... luego de publicar la 2 parte de esto, tendré que darles una noticia no muy grata a mis lectores/as...

Sin nada más que decir.
Saludos, y hasta la próxima~
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MensajeTema: Re: Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~]   Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] Icon_minitimeMar Oct 15, 2013 2:34 pm

KAKJSKSKSAKJ Lamento la demora en comentar!! DDD: Pero ya me puse al día ewé

LOOOOOOL ¡VALSHE-SAN! ¡Adoro a Valshe-san! *Q* ¡Da igual que aquí promueva el shoujo-ai, la sigo adorando! (?) x'D Jojojo, por eso odio que hagan quedar a las lesbianas como "fenómenos", ¿qué más da que Valshe y (posiblemente xD) Megu lo sean? ¡TAMBIÉN SON HUMANAS Y MERECEN RESPETO! T-T Aunque Megu tiene pinta de bisexual, la siguen: Len, Ren, Valshe, etc. ¡POR FAVOR! ¡Hay otras chicas en la historia! Incluso chicos, pero si agregaras shoujo, shoujo-ai o incluso shonen-ai no me molestaré, siempre que no sea puro Megu x Everybody (?) x'DDD

Pero bueno, Neru sigue jodi*ndo (?) con lo de Len, Rin está bipolar y Lin es su psicologa-consejera (?) pero casi todos quieren a Megu x'D Si Megu quedará con Valshe, ok, pero que Len y los otros chicos vayan con otras parejas, incluso el LenxRin, el RenxLin, etc. Espero ver si agregarás nuevamente el AkaitoxRin o el GakupoxLuka, incluso ver si habrá KaitoxMeiko y otras parejas secundarias x'D

Espero ansiosa la continuación :3

PD: ¡KYAAAAAAAAA! ¡IA-sensei! x33

PD2: LOL Pobre Meiko, a nadie le gusta su clase, pero aunque adore a Meiko, yo igual odiaría su clase x'DDD
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MensajeTema: Re: Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~]   Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] Icon_minitimeMiér Oct 23, 2013 7:37 pm

Esta vez no diré nada... Esa es mi nueva política. (?) ¡Disfruten del capítulo! =D

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La nueva vecina – 2 parte
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La peli-naranja había ido hasta la entrada/salida del instituto, otra vez sin un propósito concreto. Pero Valshe la estaba esperando, sentada de espaldas en el primer escalón de la pequeña escalera, con el paraguas a un costado y observando la lluvia. Ella se sentó a su lado:

-Has estado un poco brusca conmigo últimamente, Megu-chan. Ni siquiera dejas que me acerque. ¿Te ocurre algo? –Le preguntó la peli-blanca luego de unos intentos de besarla y/o acercarse a ella, mirándola con preocupación, colocándole la mano derecha sobre la suya, apretándosela suavemente-

-L-Lo siento mucho. –Zafando su mano rápidamente, colocándosela sobre sus piernas, ligeramente ruborizada- Y respecto a la situación… no eres tú.

-Bueno, si no soy yo,… entonces, ¿qué es?

-Es… mi amiga Rin. –Susurró con tristeza-

-¿Qué ocurre con ella? –Preguntó, con un dejo de desprecio y antipatía-

-Es que… asegura que la miraste con desprecio esta mañana. Piensa que no le agradas… Traté de hablar con ella para que se retractara pero… fue en vano. En otras palabras, quedé muy dolida por eso.

-Lo entiendo pero… ¿eso que tiene que ver conmigo?

-Bueno…

-¡Megu-chan!- Oyeron gritar a alguien que reconocieron al instante. Ambas se voltearon y levantaron estando de cara a ella, esperándola-

Era Rin quien había gritado, acercándose corriendo a ellas. Así que deteniéndose frente a las féminas con la respiración agitada, levantó su rostro (ya que se hubo inclinado un poco para recuperar el aliento) para visualizar el de su amiga, diciéndole:

-Go-gomenasai, Megu-chan… -Abrazándola por el cuello con algunas lágrimas en los ojos. Valshe dio unos pasos hacia atrás, mirándola con el ceño fruncido. Como si se sintiera amenazada-

-¿Nani? –Sorprendiéndose por aquel abrazo, pudiéndole ver solamente la cabellera rubia- Demo ¿doshite, Rin-chan?

-Fui una tonta. –Separándose de ella, enjugándose las lágrimas con el pañuelo que Lin le había prestado- No debí tratarte de esa forma…

-¿Por qué lo hiciste?... ¿Te habías vuelto loca? –Mirándola con algo de reproche-

-Sí, estaba loca. –Admitió- Pero loca de los celos.

-¿Celos? ¿De qué hablas? –Preguntó, extrañada. La oji-zafiro trató de tomarle la mano, pero la apartó de un suave empuje-

-Estaba celosa… de ella. –Señalando a la peli-blanca-

-¿De Valshe? ¿Por qué?

-Porque tenía miedo… de que por estar con ella te olvidaras de mí. Que me hicieras a un lado. –Bajando la mirada-

-Yo nunca haría eso, Rin-chan. –Acercándose lentamente a ella- Además, ¿por qué clase de persona me has tomado? Eres mi mejor amiga, y lo sabes ¿verdad?

-Hai…

-Y por eso, es que te quiero mucho. –Tomándole la mano derecha. Ella levantó rápidamente la vista ruborizándose ligeramente, encontrándose con una sonrisa dibujada en los labios de su amiga- Nunca me atrevería a lastimarte así. Yo no soy ese tipo de gente…

-Por favor… perdona-

No logró terminar la frase, dado que recibió un abrazo de la peli-naranja, el cual correspondió lentamente, también sonriendo… Por un momento, Valshe se puso celosísima con esa escena. Tanto, que pensó en irse de allí para jamás volver. Pero al mismo tiempo, el inmenso amor (no puede ser ¡lo dije! (?) xDD) que sentía por Megu la obligaba a detenerse…

-No hay nada qué perdonar, Rin-chan.

-¿Estás segura? Fue horrible la forma en que te traté. –Separándose de ella-

-Sí, y aunque también me dolió mucho, aún así no tienes por qué pedirme perdón. –Sonriéndole amablemente-

-Pero-

-Además estabas fuera de tus casillas. A cualquiera le pasa.

-¡Pero de todas maneras! –Exclamó aún con esa sonrisa en el rostro, al notar que no la dejaba terminar- Lamento mucho no haberte hecho caso. Pero ahora que sé que eres una maravillosa persona, lo haré.

-¿Lo harás? ¿Harás qué? –Viendo cómo su amiga se dirigía hacia Valshe-

Cuando la rubia estuvo frente a ella, en un principio no sabía cómo comenzar la frase. Pero después de meditarlo un poco, decidió empezarla con propiedad:

-Valshe-san, watashi wa… honto gomenasai. –Se disculpaba, inclinando un poco la cabeza-

La albina seguía sin querer dirigirle la palabra, y fue por eso que ella había volteado la cabeza a un costado, al notar que la oji-azul se le aproximaba. Pero, al cabo de unos segundos de estar mirando la lluvia, respiró hondo cerrando los ojos, para luego volver su cabeza a la posición anterior sosteniendo la mirada de la otra, diciéndole:

-Yo también.

-¿Eh?

-Yo también… he estado celosa de ti. Era… por la misma razón de perder a Megu-chan por estar contigo. Pensaba que también me haría a un lado. Pero… ahora que sé la persona misericordiosa que puede llegar a ser,… -Llevando un segundo su mirada a ella con una sonrisa- No tengo razón para seguir molesta contigo, Rin-chan. Así que te ruego… que me perdones. ¿Podrás? –Mirándola con ternura, tomando sus manos-

-P-Por supuesto que sí, Valshe-san. –Sonriéndole de la misma forma-

-Gracias. Apuesto a que llegaremos a ser muy buenas amigas.

-Yo también. Y me alegro mucho que nos hayamos arreglado.

La oji-zafiro sólo se limitó a sonreírle cálidamente, para a continuación insinuarle:

-Y también lamento… haberte mirado con desprecio esta mañana. No es que esa haya sido mi intención, pero fue sólo porque…

-Ya lo sé, no hace falta que me lo digas. Lo entiendo. Y no importa. Eso ya es cosa pasada…

Pasados varios minutos, sonó el timbre de reingreso a las clases, y las tres amigas se levantan del escalón, ya que se habían sentado en él para conversar más cómodamente. Antes de despedirse, la oji-anaranjada quiso devolverle a Valshe su chaqueta, alegándole que ya se sentía mucho mejor. Pero como la joven no le creyó, le ordenó que se lo dejara puesto hasta que saliera de allí o, en caso de que el clima se tornara más brusco o no cambiara, hasta que llegaran a su casa…
 Rin se despidió de ella con un amistoso abrazo, acordando verse junto con Megumi para acompañar a ésta última hasta su hogar, a lo que ella accedió de buena gana; mientras que a Megu… luego de que Rin se perdiera por el corredor sin antes decirle que se apresurara, la despidió con un dulce y tierno beso en los labios, sujetándola de la cintura y atrayéndola lentamente sin desintegrar aquel contacto, y con lo cual ambas se ruborizaron ligeramente…
 Pero a decir verdad, ese hermoso momento no les duró mucho, por el simple y estruendoso sonido del timbre que sonaba por segunda vez para advertir a otros alumnos lejanos del término del recreo. Aquel sonido las había hecho separarse abruptamente, con los corazones latiéndoles a toda la velocidad que podían:

-¿Estarás por aquí, cierto? Porque si no lo consideraría una falta tuya si no cumplieras con lo que acordamos. –Sonriéndole tierna y divertidamente a la vez-

-Haha, por supuesto que sí, Megu-chan. Nunca cometería alguna falta que te molestara. –Le aseguraba, sonriéndole amigablemente- Además, recuerda que quedé con Rin-chan el acompañarte a tu casa.

-Haha, sí, es cierto… -Sonriéndole de la misma manera- Bueno, mejor me voy. Sino llegaré tarde a clase.

-Cuídate mucho… -Tomándole la mano derecha, acercándose a ella y besándole la mejilla. Megu se sonrojó- ¿De acuerdo? –Mirándola y sonriéndole tiernamente sin soltar su mano-

-Ha-hai… -Aún con ese sonrojo y dando uso pasos hacia atrás, deslizando su mano para sacarla de entre la de Valshe- S-Sore ja… Matta ne~ -Dijo sonriéndole, antes de comenzar a correr por el pasillo y perderse de vista al subir las escaleras a toda prisa-

Una vez que llegó al salón y deslizó la puerta, afortunadamente no había ningún docente dentro. Entró en la habitación lanzando un suspiro, para luego dirigirse a su asiento, y para esperar junto con los demás al responsable de la clase…
 Unos minutos más tarde, un hombre entró al salón. Todos se le quedaban mirando muy sorprendidos, mientras hablaban de él entre sí:

-¡Bueno, guarden silencio!- Habló el hombre elevando la voz, con lo que todos se callaron de inmediato-

-¡No inventes! ¿El director es nuestro profe de Geografía? –Le susurró a Rin, sin poder darle crédito a sus ojos-

-Lo sé. Yo tampoco puedo creerlo. –Le susurró ella-

Los estudiantes que allí habitaban no podían creerlo… ¿el director, su profesor de Geografía? ¡No podía ser! ¡Era como vivir el infierno en vida! Pero, aunque era visita y revelación demasiado bruscas para todos, también era el alivio para algunos…
 Las siguientes dos horas, fueron extenuantes para todos. La primera, se la pasaron transcribiendo cosas de la pizarra, y la otra, para trascribir cosas de los libros. Cuando tocó el timbre, dos alumnos juntaron los libros para devolverlos a la biblioteca, mientras que Lin, Megu y Rin, junto con otros estudiantes salían de la habitación para distraerse y disfrutar de ese último descanso que tendrían…
 Cada una tenía puesta su chaqueta cuando salieron y se sentaron en la escalera, dispuestas a hablar de cosas triviales. Al menos, eso era lo que querían hacer la peli-negra y la peli-rubia, porque Megu… estaba concentrada en buscar con la mirada a su amiga de ojos azules. El clima se había amansado un poco dejando que lloviese finamente y siguiera frío, pero a ninguna le convencía demasiado…

-Megu-chan, ¿te encuentras bien? –Le preguntó, al notar que no decía ni una palabra, mientras ella y Lin la miraban-

-¿Eh? –Llevando su mirada a ella-

-Has estado mirando constantemente al frente. ¿Te pasa algo?

-No es nada, no se preocupes. Y disculpen pero… no me siento muy bien. –Levantándose de la escalera y dándose la vuelta, comenzando a caminar hacia adentro-

-¿Necesitas… que te acompañemos? –Le preguntó de nuevo, mientras ella y Lin también se levantaban-

-No, no es necesario. Nos vemos en el salón. –Perdiéndose por el corredor. Sus amigas se miraron entre extrañadas y preocupadas-

Al cabo de minutos de camino (el cual estuvo desierto y durante el cual también aprovechó para despojarse de la chaqueta), la joven se encontró en el marco de la puerta del tocador de las chicas. Pero, desequilibrándose por haberse mareado y recargándose en el objeto con un poco de esfuerzo, se dijo:

-¿Por cuánto tiempo… tendré que seguir así? –Inclinándose lentamente sobre sí misma cerrando los ojos forzadamente, mientras respiraba de forma muy agitada y se le enrojecían levemente las mejillas- No puedo… más. –Respirando aún más agitada-

Lo que había empezado como un pequeño dolor de cabeza, se hubo transformado en una fiebre que cada vez se estaba haciendo más difícil de disimular. Así que dirigiéndose a la fila de lavamanos y apoyándose por el borde, quiso dejarse caer de rodillas, pero su fuerza de voluntad no la dejaba.

-¡Maldición…! ¿Por qué tenía que pasarme… esto ahora? ¿Y por qué… justamente hoy? –Levantando la mirada hacia el espejo- No puedo decirles nada. Aún no. –Bajando nuevamente la mirada al suelo, aún con la respiración acelerada-

-¿Quién es ella?- Le preguntó una voz masculina a sus espaldas. Ella levantó sorpresivamente la mirada al espejo, encontrándose con un chico de ojos azules.

-¿Q-Qué haces aquí? –Se sentía tan débil que ni siquiera tenía fuerza para gritarle- Vete antes de que te vean.

-No me has respondido la pregunta: ¿quién es esa chica?- Acercándose lentamente a ella.

-N-No sé… de qué me-

-¡No te hagas la necia!- Sujetándola del brazo y volteándola bruscamente para que sus rostros se encontraran. –Sabes perfectamente a lo que me refiero.- Acercando sus labios peligrosamente a los suyos, sonriendo.

-Es… una amiga. Una simple… muchacha con la que me tropecé ayer. –Respirando agitadamente- ¿Estás conten-?

No pudo terminar la oración, ya que el chico la silenció con un beso en los labios. La sujetó por la cintura y la atrajo lentamente hacia él, aprisionando aún más los labios de la fémina. Deslizó sus manos hasta la parte de atrás de su cintura, logrando penetrar por debajo de su camisa, acariciándole la espalda con intensidad y deseo a la vez.
 El no haber podido tocarla en toda la maldita tarde, en su mente se había vuelto frenético. Pero su instinto le decía que debía avanzar despacio, así podría disfrutarlo más. Comenzó a llevar sus manos en dirección ascendente, mientras la chica trataba inútilmente de soltarse de él. Débil como estaba no le daban las fuerzas.
 Estaba en la boca del lobo, y no tenía escapatoria posible. Y por lo que pudo sentir a continuación, intuyó que lo caliente de su espalda lo hubo excitado, ya que en ese momento, la lengua del chico se encontraba recorriendo lenta y deseosamente cada rincón de la boca de la muchacha.

-Por favor, detente… ¿qué es lo que pretendes, Len? –Se limitó a decir, una vez que el rubio se separó de ella, observándolo con la mirada temblorosa-

-Ara… qué vulnerable te has vuelto, mi sangrienta princesa. –Sonriéndole malignamente, viendo las mejillas levemente encendidas y la mirada temblorosa de la muchacha, cosas que lo hacían sonreír un poco más de lo normal-

-¿”Sa-sangrienta… princesa”, dices? –Preguntaba, mientras que de a momentos se le nublaba la vista- ¿A qué te refieres con-? –Callándose de inmediato, al sentir por segunda vez los labios del masculino-

Dejando de lado su acción anterior y retirando sus manos de donde estaban, el Kagamine estaba dispuesto a terminar lo que había dejado inconcluso la vez anterior: deslizando sus manos lentamente por sobre su camisa, con lo cual se excitaba más a cada roce, llegó hasta el cuello de dicha prenda:

-Ya-yamete… onegai. –Susurró entre el beso, con un dejo de súplica en su voz, mientras sentía cómo el chico desabotonaba lentamente su camisa-

Pero el rubio no estaba dispuesto a dejar de hacer lo que hacía, ni siquiera por las súplicas de su amada princesa… En eso, suena el timbre de fin de recreo:

-¡YA-YAMETE! –Separándolo de su persona de un brusco empuje, para luego dejarse caer de rodillas, exhausta-

El muchacho había avanzado un poco más de lo que hubiera esperado, dejando ver el sostén de la joven, el cual era anaranjado. Tal vez eso no es lo que hubiera querido, pero el solo hecho de visualizar un poco de su geografía perfecta era más que suficiente por un día.
 Sonrió con amplitud, retirándose del tocador de las mujeres, dejando a Megumi a merced de cualquier chica que la hallara en ese estado y… a medio desnudar. A la chica empezaron a brotarle lágrimas de los ojos cuando Len se perdió de vista. No podía creer hasta donde fue capaz de llegar aquel chico teniéndola en ese estado febril.
 Ni siquiera quería imaginarse si se lo hacía en otras circunstancias: ¿acaso se atrevería a (disculpen severamente la palabra)… violarla? ¿Acostarse con ella? Le desagradaban y asustaban de sobremanera ese tipo de ideas, aunque tampoco dudaba de ellas…

-¡Megu-chan!- Oyó a dos voces que le gritaban. Las reconoció de inmediato. -¡¿Doko ichatta no?!-

Eran Rin y Lin las que habían gritado su nombre, que al parecer estaban buscándola. Ésta se apresuró a levantarse del suelo y abotonarse la camisa, mientras ocultaba su estado y se secaba las lágrimas. En eso, aparecen sus amigas en el marco de la puerta, encontrándola mirándose al espejo. Ella sólo les sonrió como disculpándose, mientras se inclinaba para recoger la chaqueta del suelo:

-¿Estás bien? –Le preguntó la peli-negra acercándose a ella apresuradamente, al verla desequilibrarse cuando se enderezó-

-S-Sí. Sólo me mareé un poco, no se preocupen. –Aún con esa sonrisa gentil pero forzada, sosteniéndose por la puerta-

-Bien, amm… Vayamos al salón, ¿te parece? –Sugirió la rubia-

-Ha-hai.

“¿Cómo pudo Len ser capaz de llegar a tanto?” Fue el pensamiento de la chica mientras iban por el corredor hacia el salón. Sinceramente no podía creer que ese maldito hubiera sido capaz de llegar a tanto. Y para colmo, no podía decírselo a Rin. ¿Qué haría? ¿Qué pensaría?... Esa idea la desconcertaba un poco.
 Llegaron al curso, y lo que hicieron fue ingresar en él y dirigirse a sus asientos, a esperar al docente. La joven estaba tan ajena a lo que ocurría a su alrededor (algunos escribiendo en la pizarra, jugando y/o conversando entre ellos, etc.), que sacó su reproductor de música del bolsillo de su camisa (el cual sinceramente a Len no le importó pues ni lo hubo tocado), se colocó los auriculares, lo encendió, y se puso a buscar una canción.
 Necesitaba una que la distrajera completamente, que la hiciera olvidar lo ocurrido hace unos momentos. Estaba por darse por vencida y escuchar la primera de todas, cuando encuentra una que recordó no haber escuchado demasiado, y con lo cual una tierna sonrisa se dibujó en su rostro: era una de Valshe. No recordaba haber escuchado la versión suya de “Migikata no Chou”, pero… ¿qué perdía con escucharla?
 Se disponía a presionar el botón para que empezara a sonar la música, cuando alguien posa la mano en su hombro, diciéndole:

-Etto… Tagaki-san.- Dijo una voz masculina, que ella reconoció.

-Ah, Utatane-kun… -Quitándose los auriculares y mirándolo con una sonrisa- ¿Se te ofrece algo?

-Bueno, a mi no pero… te buscan allí afuera.

¿La buscaban? ¿De quién estaba hablando?... Miró directamente hacia la entrada del salón, logrando ver a Valshe, quién le dedicó una sonrisa y un gesto en forma de V, ejecutado con la mano izquierda. Ésta se alegró mucho al verla también a ella, y no se había dado cuenta de lo mucho que la necesitaba en ese entonces.
 Le agradeció a Piko por el aviso, y se levantó de su silla para dirigirse a su encuentro. Mientras caminaba hacia ese lugar, sintió algunas miradas sobre ella, y con lo cual se sonrojó ligeramente. Al llegar a donde Valshe, deslizó la puerta para cerrarla, quedando ambas frente a frente:

-Me alegro encontrarte, Megu-chan. –Aún sonriéndole- Mira, te traje un pequeño obsequio. –Enseñándole un paquete-

-¿Para mí? ¿En serio? –Sorprendiéndose un poco-

-Yes. Take it, and open. –Tendiéndole el regalo-

Al tomarlo entre sus manos, la peli-naranja la miró algo extrañada mientras que la otra aún la miraba con aquella sonrisa, como inspirándole confianza. Sacándolo de ese paquete, se encontró con una caja de tamaño mediano y de forma cuadrada, extrañándose todavía más.
 La abrió lentamente hasta retirar la tapa por completo, y para su sorpresa, vio que había un collarín de anaranjado color, con un pequeño dije de clave de sol colgante en el centro:

-Valshe-san, kono… -Susurró, mirándola a la vez-

-¿You like it?

-Hai. Motto kawai. –Sonriendo felizmente- Arigato, Valshe-san…

-Permíteme. –Retirando el objeto de su lugar de descanso, y rodeando el cuello de su amiga con él, cuyo objeto se sujetaba allí como si fuera un reloj de muñeca- Pensé que no estaba por encontrar uno que fuera de tu color, pero por lo visto me equivoqué. –Sonrió, luego de unos segundos de terminar de colocarle el collar a su amada-

-Es muy hermoso. Te lo agradezco mucho. –Dándose la vuelta, quedando frente a ella y sonriéndole-

-Por nada, Megumi-chan. Es especialmente para ti, y para que lo uses en nuestra noche.

-Hehe, pues muchas gracias de-

Acallándola con un beso en los labios y cerrando los ojos, la peli-blanca la rodeó por la cintura con sus manos, atrayéndola lentamente hacia su persona, mientras que Megu retrocedía unos pasos ocasionando que su espalda tocara suavemente la pared, justo al lado de la puerta.
 Acorralándola más contra dicha pared, y provocando que sus cuerpos se rozaran con suavidad, la oji-azul introdujo su lengua en la boca de la muchacha ruborizándose ligeramente, y recorriéndola como siempre hacía, aunque también con un poco de deseo de por medio…
 Teniendo unos pequeños trastornos por lo ocurrido con Len, Megu sentía que Valshe era la única persona con la que podía contar. Y a pesar de que la necesitaba muchísimo, en otras palabras le agradaba mucho su compañía. En términos sentimentales, le gustaba y necesitaba mucho sentir aquellos labios sobre los suyos, el roce de sus manos por su piel, la calidez de su cuerpo contra el suyo, su esencia (en cuanto a la introducción de lengua). Resumiendo, necesitaba todo de ella.
 Tanto, que se animó a intentar “jugar” con la extremidad de su amiga ruborizándose ligeramente y cerrando los ojos, para poder llegar también hasta su boca. A las dos chicas les gustaba lo que estaban sintiendo con respecto al interior de sus bocas, dejándole claro a Megu otra cosa: las mujeres eran más delicadas, cuidadosas, pacientes, etc. que los hombres, cuando de una relación se trataba. Siguieron con esa acción unos segundos más, para luego separarse con lentitud, dejando que quedara colgando un fino hilo de saliva entre ellas:

-Sabía que te animarías algún día, Megu-chan. –Sonriéndole tiernamente, notándose otro fino hilo de saliva en su comisura derecha-

-¿Q-Qué? ¿Tú… estabas esperando que yo…? –Notándose el mismo hilo pero del lado contrario-

-Por supuesto… -Colocándole el dedo pulgar sobre el mentón, deslizándolo suavemente hacia el lado izquierdo, limpiándole la comisura- … nunca te obligaría a hacer algo que no estuvieses segura de intentar. –Retirando el dedo de sus labios, aún sonriéndole- Ya decía yo que no te agradaban ese tipo de contactos. Me alegro mucho que te hayas animado, pero me alegra más que… me lo hayas hecho… a mí. –Apoyando las manos a cada lado del muro (a la altura de los hombros) para que no se le escapara, acercándose abruptamente a ella, con aire y un dejo de sensualidad en su voz-

-B-Bueno, yo…

-Shhh… -Superponiéndole nuevamente el dedo índice de la mano izquierda sobre los labios, mirándola tiernamente- … you know: don’t talk. –Otorgándole, sin antes cerrar los ojos, otro suave y dulce beso en medio de la frente-

-Disculpen, señoritas.- Dijo un ser masculino a la distancia elevando la voz, mientras se acercaba a ellas caminando tranquilamente por el corredor-

-E-Es el director. D-Debes irte… -Le susurró ella, mientras veía cómo su amiga se separaba de su persona, mirándola-

-Como desees, Megu-chan. –Dando unos pasos hacia atrás, haciendo una reverencia-

-N-Nos vemos después. –Separándose de la pared y estando a punto de deslizar la puerta del salón para abrirla-

Pero, estando a muy escasos centímetros de rozar dicho objeto, la peli-blanca la caza de la cintura por detrás, rodeándola suavemente con sus brazos, y pegando la espalda de la oji-anaranjada contra su cuerpo, acercó el rostro a su oído:

-Aishiteru… -Le susurró con un leve dejo de deseo e impaciencia, aunque también con otro dejo de sensualidad-

-¿Na-nani? –Ruborizándose y sorprendiéndose levemente al escuchar esas palabras, sintiendo a la vez cómo la oji-azul la soltaba y se iba rápidamente por el corredor-

-Disculpe, señorita Megumi. –La llamó, una vez que estuvo cerca de ella-

-¿Sucede algo, señor director? –Girando su cabeza para verlo con una sonrisa, ocultando su sonrojo-

-Pues… sólo venía a comunicarle a usted y a sus compañeros lo de su retirada.

-¿Retirada? ¿A qué se refiere?... ¿Acaso faltó de nuevo otra profesora o profesor?

-Precisamente jovencita. Por eso estoy aquí. –Acercando la mano a la manija de la puerta, deslizándola e ingresando a la habitación-

-Amm… muy bien. –Siguiéndole los talones y entrando junto con él-

Después de que se dirigió a su asiento, el director se posicionó frente a todos y les anunció que se retirarían por segunda vez en la semana. Una vez dicho eso, los estudiantes comenzaron a guardar sus cosas rápidamente, a excepción de algunos. Luego de que el director se hubo ido, el salón se vaciaba de a poco.

-Es extraño, ¿no te parece? –Preguntó mirando a Rin por un segundo, mientras guardaba sus pertenencias en su maleta-

-¿Y, qué importa? Al menos saldremos de aquí. –Le contestó ella sin siquiera prestarle atención, haciendo lo mismo-

Al cabo de unos minutos, el salón estuvo completamente vacío, con los cinco jóvenes caminando tranquilamente por el corredor:

-Oye, por cierto: qué collarín tan bonito traes puesto. –Sonrió la peli-negra, percatándose por fin de él, mirándole el cuello-

-Hehe, pues muchas gracias, Haine-chan. –Rozándolo con sus dedos- Me lo regaló Valshe hace unos momentos. –Rozando el dije, sonriendo-

-No lo sé pero, si me preguntas, esta vez sí se lució. –Dijo de repente Rin-

-¿Por qué lo dices?

-Es obvio que ella te quiere de alguna forma. Una forma muy especial debería decir. –Sonriendo con picardía- Nadie después de conocerte puede comprarte regalos de un día para otro.

-¿Por qué no? Para celebrar su amistad… tal vez. –Opinó la oji-azul-

-Mmm… no sé. –En pose pensativa- Pero bueno, no debe ser nada malo. –Sonrió-

Siguieron caminando por el corredor y bajando las escaleras, pero esas últimas palabras de la rubia la dejaron algo tensa: <<Es obvio que ella te quiere de alguna forma.>> ¿Se estará dando cuenta de algo sobre la relación que mantenía en secreto con Valshe? <<Una forma muy especial, debería decir.>> Ese pensamiento la inquietaba de sobremanera.
 Si ella y Lin, junto con Zatsune, Haku, Miku y los chicos se enteraran de aquello ¿qué ocurriría?… ¿La despreciarían? ¿La odiarían? ¿Se burlarían de ella como lo hacía Neru? Esas preguntas la atemorizaban mucho, y hacían que se deprimiera un poco…
 Al poco rato, estuvieron fuera del edificio y bajo el techo que sobresalía de allí. Y para su sorpresa, se encontraron con Miku, Haku, Zatsune y los hermanos Shion ahí reunidos, hablando trivialidades. Al verlos, se volvieron hacia ellos, sonriendo:

-Hola, chicos. Tiempo sin vernos, sin mencionar que eso fue durante todo el día. ¿Cómo han estado? –Dijo la peli-anaranjada, una vez que ella y los demás se acercaron más-

-Bien. –Respondieron las demás chicas al unísono con una sonrisa-

-Regular. –Dijeron ellos, no tan sonrientes, y con lo que Megu soltó una pequeña risita-

-¿Y tú, cómo has estado? –Habló Haku, acercándose a ella-

-Sí. ¿Neru ha vuelto a molestarte? –Habló el pelirrojo con un poco de seriedad-

-Pues… nop. –Mintió- Por suerte no ha vuelto a molestarme más. Gracias por su preocupación. –Sonriéndoles a todos-

-Bien, creo que ha llegado la hora de irme. –Dijo la oji-rojiza, desplegando su paraguas rojo- La lluvia está empeorando y temo que se convierta en una tormenta… Matta ashita, minna-san. –Bajando los escalones y yéndose del lugar-

-¡Matta ashita, Haku-chan! –Le despidieron todos-

-Bueno, entonces nosotros también nos vamos. –También desplegando su paraguas al igual que Kaito y Miku- No vaya a ser que lo que dijo Haku se haga realidad. Ja na, minna-san. –Volteándose y yéndose de allí acompañado de sus dos “escoltas”-

Cuando los despidieron a los hermanos Shion y a la peli-celeste, los Haine también estaban por irse, cuando la peli-naranja los detiene:

-Oh, espera Haine-chan. Tengo algo que darte. –Arrodillándose en el suelo frío y abriendo su maleta-

-¿Eh? ¿Qué es? –Acercándose a ella, intrigada-

-Esto. –Tendiéndole su cuaderno- Tómalo.

-¿Qué? ¿Para qué? –Teniéndolo entre sus manos, aún mirando a su amiga-
-¿Cómo que para qué? Pues para que transcribas lo de Literatura, ¿para qué más? –Incorporándose con la maleta en la mano-

-Ah, claro. Tienes razón. Lo siento. –Sonriéndole en forma de disculpa, guardando el cuaderno en su maleta-

Y para su distracción, no se habían dado cuenta de que, mientras hablaban, la lluvia había aumentado su intensidad, haciendo reaparecer en el firmamento oscuro a los relámpagos y/o truenos que habían rasgado anteriormente el cielo. En otras palabras, debían marcharse cuanto antes…

-Bueno, será mejor que nos vayamos, antes de que se ponga más terrible. –Dijo, teniendo a Valshe en el principio de la escalera, esperándola bajo el paraguas-

-Bien, entonces nos vamos. Matta ashita. –Retirándose de allí con Len, sin antes sonreírles a Megu y a la peli-blanca en forma de despedida-

A los pocos segundos de idos los Kagamine y los Haine, las otras dos féminas salieron de allí rápidamente, con dirección a la casa de los amigos de los padres de Megu. Pero ya no caminaban a grandes zancadas, sino que corrían todo lo que le daban las piernas, deteniéndose de vez en cuando en los semáforos.
 Apuntadas las 17:30 en el reloj de la joven anaranjada, ambas dos llegaron a dicha casa, y abrieron la puerta bruscamente, sobresaltando a los mayores que allí residían:

-¿Pero qué les pasa a ustedes dos?, ¿por qué entran así? –Preguntó la mujer peli-naranja, acercándose rápidamente a ellas junto con su esposo y dos adultos más-

-Y… ¿qué les pasó? Están muy mojadas. –Dijo el padre de Megu, aún sin salir de su sobresalto-

-Lo sentimos. Es que… quisimos venir rápido para… que no nos atrapara la tormenta… -Dijo ella, respirando agitadamente por haber corrido tanto, estado parada y recostada por la puerta (obviamente cerrada), mientras que de sus prendas y cabello goteaba agua-

-Hija, ¿qué…?- Habló otro hombre, refiriéndose a Valshe.

-Ahora no… papá. –Le respondió la oji-azul, respirando igual que su amiga, y estando en las mismas circunstancias en cuando a la ropa y el cabello-

¿Papá?... ¿Acaso… Valshe llamó a ese señor… “papá”? No podía ser. Tenía que ser una broma de mal gusto que le estaban jugando. En otras palabras, no quería creerle a sus oídos. ¿Habría escuchado bien? Si lo hizo, eso quería decir que… no… imposible.

-Ya no… resisto más… -Pronunció la peli-naranja, soltando su portafolio y dejándose caer de rodillas, de nuevo exhausta y respirando aún más agitado, mientras se le enrojecían levemente las mejillas- No puedo…

El estado febril había vuelto, pero ya no tenía razón para disimularlo. En otras palabras, la fuerza de voluntad había sobrepasado su límite. Tanto, que su consciencia se alejó de ella, dejando que colapsara completamente en el suelo de aquella vivienda, sumiéndola en la inconsciencia temporal…

------

Había sangre en el suelo. Mucha,… al igual que en su cabello, rostro y prendas. Se encontraba en el cuarto de baño, arrodillada de espaldas y apuñalando repetidamente un cuerpo de contextura femenina, justo frente a la entrada. Traía puesta una playera de color marrón de manga larga, y una calza ¾ de color negro. Sus ojos estaban tapados por el cabello, habiendo también un hilo de sangre en la comisura izquierda de sus labios.
 Cansándose de haberla apuñalado de más, manchada de sangre al igual que todo el cuchillo y sin dejar de lado sus facciones psicópatas, retiró el artefacto suavemente, dejando que aquel líquido rojo brotara incontrolable de la herida hecha recientemente.
 Dejándolo a un costado, se levantó del suelo y, dirigiéndose al espejo que había allí sobre el lavamanos, comenzó a deslizar sus dedos ensangrentados por el cristal sin dejar de lado su sonrisa psicópata. Mientras trazaba aquellas líneas en el espejo, visualizaba a través de él el cabello albino de su víctima salpicado del hermoso rojo rubí que tanto le encantaba, y que contrastaba perfectamente con el blanco.
 Terminando de escribir con la sangre en medio del espejo, se separó de él aún sonriendo y admirando su arte. El cristal rezaba, en lo que se escurrían las palabras hacia abajo (como cual película de terror xDD):


バルシェ
IS DEAD


------

-¡YAMETE! –Gritó, incorporándose rápidamente con la respiración agitada y sudando frío-

Se encontraba en una habitación, con todas las luces apagadas. Miró a su alrededor, olvidándose por un momento de su condición, percatándose primero de la luz que entraba por la ventana, producto de los faroles de la calle.
 Sentándose en aquella cama donde estaba, pudo notar y oír que la lluvia había empeorado y se hubo convertido en una tormenta implacable. Dejando de lado eso y al no sentir frío, bajó la mirada, encontrándose con otras prendas cubriendo su cuerpo…
 ¿En dónde estaba, y dónde estaban sus padres? Esa cuestión estaba asustándola un poco, pero pregunta que fue contestada por un gemido, proveniente del lado izquierdo donde se encontraba la mesita de noche. Encendió la lámpara y, arrodillada al lado de la cama y con la cabeza apoyada lateralmente sobre la superficie de ésta, vio a Valshe.
 Sorprendiéndose por verla allí, sólo se limitó a sonreírle tiernamente, percatándose de que la mano izquierda de la oji-azul se encontraba sobre su mano derecha. Al echarle un vistazo a su reloj, se dio cuenta de que eran las 02:00 a.m… ¿En serio la inconsciencia tuvo un tiempo de duración tan largo? Le costaba creer que así fuera, pero con el hecho de que su reloj nunca le hubo mentido, decidió dejarlo así por el momento.
 Antes de volver a dormirse, dirigió su mirada hacia Valshe, dedicándole otra tierna sonrisa y susurrándole:

-Honto gomene, Valshe-san… -Otorgándole un beso en la frente y rozando su cabello-

Separándose de ella y cubriéndole el cuerpo con otra cobija que había allí para que no sufriera frío (además del frío del suelo), se dispuso a volver a dormir…

-Oyasumi… -Sujetando su mano y apretándosela suavemente, cerrando los ojos con una sonrisa-

Sinceramente, en ningún momento se le ocurrió que aquella chica llegaría a ser su nueva vecina y el nuevo personaje del vecindario, dejando de incógnitas las preguntas del principio: ¿se iría al mismo instituto que ella? ¿Se iría al instituto privado contiguo? Realmente no lo sabía con seguridad, aunque tampoco sabía si se iría a alguna escuela.
 Pero lo que sí sabía, era que de alguna u otra forma necesitaba de ella. Necesitaba tenerla cerca para… alejarse lo más posible de Len. Olvidarse de él y de todas las cosas que le hubo hecho con anterioridad, pero mayor razón tenía para olvidar lo de aquel día. Aunque a decir verdad, no creía que esa felicidad le durara para siempre……


_______________________________________
Ahora, haré dos aclaraciones:

*Megu sólo FINJE ser bisexual.
*Ella DEFINITIVAMENTE se quedará con Len. Esa fue mi idea desde el principio.

Bueno... creo que eso es todo. -Piensa- ¡Ah! También quería informarles que lo que leyeron en el post anterior por lo de mi cel., lo ignoren por completo. Ya se ha solucionado, pero no sé cuándo tenga listo el próximo capítulo... Lo único que les diré (otra política reciente mía xD), es que el pròximo cap. se titula: Insinuación confusa.

Bueno, eso es todo por ahora.
Saludos y hasta la próxima actualización~
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MensajeTema: Re: Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~]   Otra versión Vocaloid: Cap. 3 (2/2) [Actualizado~] Icon_minitimeMar Nov 26, 2013 3:42 pm

LOL La verdad ni idea de por qué Megumi se hace pasar por bisexual, quizás sea para conocer mejor los dos mundos, lesbianas y heteros o qué sé yo (?) pero no me gusta, siento que juega con los sentimientos de Valshe u.u ojalá ese embrollo termine bien ;w; pero si dices que estará al final Megumi con Len... ¡YAAAAAAAAAAAAY!

Ahora, a esperar la actualización x'DDD
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