EN LA MANSION

-Aaggg... Grell se esta demorando mucho, ¿donde se habra metido? - Sepregunto a si misma un tanto irritada - Espero que no les haya pasado nada malo...

mayura_chan2 escribió:

¡Señor Sebastian! gritaba mientras corría por el pasillo de arriba en dirección hacía Sebastian. ¡Señor Sebas...! Marie tropieza y cae al suelo.

Al oirla, dirigió su mirada hacia ella, olvidándose por un momento de Lau. La prisa de la nueva sirvienta lo desconcertó:

- ¿Qué sucede, marie?

- ¿Qué dices? - dijo sorprendido - ¿Estás segura?

No entendía que pasaba. No hacía mucho que estubo con él y dejarle tranquilo sobre su cama para que descansara... ¿Cómo era posible que su amo no estuviera sin que él no lo hubiera notado?

Sin esperar más, se dirigió escaleras arriba, mientras le daba una orden a la muchacha:

- Por favor, Marie... despacha a los invitados y dile al señor Tanaka que te ayude si ellos no quieren obedecer... - y mirando a Lau, por sobre el hombro, agregó: - Pero supongo que tanto usted como Madam Red se quedaran, verdad?

Su mirada era seria.

- Si es así... esperen en el despacho...

Y desapareció por el pasillo de arriba.

Miró detenidamente a la chica. Parecía nerviosa... ya antes había oído sus gritos, y casualmente venía corriendo del piso superior. ¿Habría algún problema con el Conde?, se preguntó sonriente... eso daba pie a acrecentar su curiosidad cada vez más. ¿A qué se referirían exactamente con que estaba indispuesto?

-Oh... iré por más té. -Dijo con una sonrisa, ignorando completamente a la chica frente a él, después de observar pensativamente su taza de porcelana vacía. -Al parecer el mayordomo está demasiado ocupado atendiendo a su amo.

Y de verdad lo estaría. Ya había pasado un buen rato conversando con Madam Red y aún no se presentaba por la sala.

Se dirigió rapidamente a la habitación de su amo. Todo parecía en orden. Las ventanas cerradas tal y como él las había dejado; nada fuera de lugar, las puertas laterales cerradas desde el interior... salvo la entrada a la estancia del baño. Suavemente se dirigió hacia allí, mirando cuidadosamente su alrededor.

- ¿Joven amo?

Tal vez habría querido darse una ducha y la despistada empleada no le habría visto, pero no sentir el ruido del agua correr hubiese sido extraño. Se acercó a la bañera: no había rastro de uso. Las ventanas estaban cerradas, salvo una. Una pequeña abertura próxima al techo, construida para que saliera el vapor. Las dimensiones eran estrechas, imposible para que pudiera entrar o salir una persona adulta, pero lo suficientemente exacta para que pasara un niño.

- Imposible - se musitó para sí, cuando algo en esa entrada le llamó la atención.

Se trepó en una de las bancas, para ver con claridad el borde de la ventanilla. Allí habian unas escasas cenizas oscuras, como si algo se hubiese desecho en ese lugar. Sebastián pasó los dedos por sobre ellas, para tantearlas y olorosarlas. Se inquietó:

- ¿Incienso? ¿Acaso...?

Rápidamente regresó al cuarto, para dirigirse sin tropiezos hacia la puerta que conduce al despacho adjunto... descubriendo que la puerta estaba cerrada.

Forcejeó algunos segundos, enfadado, hasta que esta cediera completamente. El despacho lucía intacto, salvo por el gran ventanal que se encontraba abierto de par en par, con una puertecilla ligeramente caida, como si la hubiesen rasgado.

Ni una nota. Ni una pista.

Se puso serio. Su mirada se había puesto más fría de lo habitual, mientras observaba detenidamente la ventana abierta. El enojo le recorría. Era primera vez que sucedía aquello y se sentía inutil.

La primera vez... que alguien hacía una entrada tan sigilosa, sin que él lo hubiese notado.

Se habían llevado al joven amo. Se habían reído en su propia cara.

-Primero y ante nada, buenas tardes Grell-Saludo Danna al mayordomo, Greel a veces olvidaba las normas de etiqueta ante una dama, no es que a Danna le molestase, pero había prometido a su amiga Madamme ayudar al joven e inexperimentado mayordomo a mejorar en su trabajo.

Y ante el ofrecimiento de Grell respondio-Muchas gracias- Y le paso un par de bolsas, claro primero se aseguro que dentro de ellas no hubiera nada que fuera "Suseptible de romperce"

-Y se delicado con ellas si...-Suspiro resignada.

Ahh...y pidele disculpas a esas personas que te estan viendo de mala manera-Dijo la señorita Danna señalando a una par de personas que habían sido practicamente atropeyadas por Grell en su camino hacia ella.

Sebastián no respondió de inmediato, sólo esbozo una suave sonrisa, antes de mirarle.

- ¿Abandonarme? El amo ha decidido dar un paseo... Esto es sólo un pequeño percance - respondió con ironía, haciéndole un gesto a Lau para que saliera de la habitación - ¿Y usted señor Lau? ¿Todavía seguirá fingiendo de que ignora lo que sucede? Usted ha venido a ver a mi joven amo por una razón, pero al no encontrarse me temo que deberá volver otro día...

Le guió hasta el pasillo, para posteriormente cerrar la puerta del despacho. Luego le miró detenidamente, para sonreir.

-... O darme la información a mí y ayudarnos mutuamente.

- A si que... el conde ha desaparecido ¿no es asi?- pudo deducir mientras se acercaba lentamente a donde se encontraba el grupo de personas – realmente no me lo puedo creer, pero ya me pareció raro cuando la criada despacho a todos los invitados de la mansion... es raro que esto suceda aun cuando tu eres el mayordomo de esta mansion Sebastian, a si que espero que tomes las consecuencias que pasen a partir de ahora en adelante

Realmente estaba muy molesta, esto ya habia pasado una vez junto con la muerte de sus padres, y no podia relajarse al pensar que habia desaparecido otra vez

-Supongo que ya es hora de que tengamos una conversación sobre "ese asunto" y sera mejor que vayamos a un lugar protegido donde no nos pueda oir nadie y entonces podremos hablar tranquilamente sobre el tema... y por supuesto tambien seria buena idea saber si alguno de los criados ha oido o visto algo

-¿Quien es esta chica? - Pregunto realmente sorprendida - Marie no habias despachado a todos los invitados?

- Suficiente - dijo Sebastian, quien hasta ese momento había sido un leve espectador de la platica - Esta chica es la Condesa de Chesire, Madam Red. Hace muy poco el joven amo fue a una fiesta que se celebró es su casa y desde entonces viene a visitarle. Desafortunadamente... - continuó, mientras se acercaba a la joven Condesa - Temo que deberé pedirle que se marche. Esto es un asunto de la familia que deberé solucionar en la brevedad posible.

Y con un gentil gesto, le daba a entender que debería seguirle para acompañarla a la puerta.

- ¿Se te perdió algo? - preguntó repentinamente, desde sus espaldas.

Al bajar había notado que la nueva sirvienta no había bajado y, con las excusas previas, le pidió al mayordomo de la condesa que por favor la escoltara hasta la salida y que en algunos segundos volvían con ellos. A Madam Red y a Lau no tuvo que decirle nada, porque ya seabía su reacción.

Y ahora se encontraba en el despacho de su joven amo, sonriente, mirandola directamente a los ojos.

Meilin caminaba por uno de los tantos pasillos retorciendose las manos con nerviosismo. Había estado en la cocina ayudando a Bard, o más bien intentando que el cocinero no incendiase algo de nuevo, pero cuando había regresado al salón principal una sola frase estaba en boca de todos. Su amo había desaparecido misteriosamente.......

La sirvienta frunció el ceño mientras miraba el interior de la sala donde se encontraban los invitados de la mañana. A decir verdad ese asunto no le gustaba en absoluto......
Esperó hasta que alguno de ellos hablase para enterarse mejor de la situación y, si se requería, entrar en acción.

Finny había divisado a su amiga Meilin y corrió donde ella.

- ¡Meilin-saaaaaaaaaaaaaaaaan! ¡Te he estado buscando! Era para que me ayudases a... ¿eh? ¿por qué hay tanto alboroto? - Preguntó con cara entre interrogativa y curiosa.

Meilin pegó un bote al escuchar como la llamaban y por poco se cae al suelo de no estar agarrada al marco de la puerta. Se giró para mirar a su amigo mientras se reajustaba sus gafas y se retorcía de nuevo las manos.

- h-he estado en la c-cocina... p-pero al parecer ha habido un p-problema... el a-a-amo ha desaparecido...- contestó entrecortadamente.

- ¿¡Que el Joven Amo ha desaparecido!? - Saltó, sorprendido - ¡¡No es posible!! ¡¡Ahhhhh, se lo han llevado!! ¡Meilin-san, ¿qué haremos ahora?! ¡Waaaa! - Dijo, mientras corría en círculos con las manos en la cabeza.