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| En esta Mansión Uno no se Aburre | |
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Autor | Mensaje |
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Hwesta Duque
Cantidad de envíos : 1263 Edad : 31 Localización : Por ahí andaré Fecha de inscripción : 14/08/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Miér Dic 04, 2013 10:58 am | |
| Siento el retraso, que he tenido un trabajo importante estos días. - Spoiler:
El alba despuntaba en las montañas de la Aldea de la Hoja… Un paraje natural en el cual se podía disfrutar de una vida tranquila y pacífica.
-Eso pa`ti. Yo me vuelvo a Londres.
Bueno, hay gente que le gusta el estrés de la ciudad.
-Señor, le recuerdo que tenemos que ir a la Academia.
-¡Nooooo! ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
-Porque se lo prometió a la condesa-viuda.
-Ains… Venga, arreando, así nos lo quitamos de encima cuanto antes…
Ciel y Sebastian dejaron la Aldea de la Hoja y a sus habitantes y partieron a la Academia de Magia de la condesa-viuda. Iban simplemente a hacer una visita, pero el paraje desolador que se encontraron allí les dejó helados.
-¿Cómo? ¿Una fiesta salvaje y no me invitan?
-¿No se pregunta más bien por qué está todo en ruinas, señor?
-Bah, eso es lo de menos.
-¡¿Quién va?!
Un estudiante de la academia se acercó varita en mano hacia Ciel y Sebastian.
-Ah, loados sean los cielos.
-No lo dirá por mí, ¿verdad? –pensó Sebastian, recordando que su naturaleza no era precisamente divina ni celestial.
-Han venido a ayudarnos, ¿verdad?
-Esto… Buscamos a la condesa-viuda.
-La profesor está por aquí –el alumno, emocionado, fue al interior del castillo. Ciel y Sebastian no tuvieron más remedio que seguirle.
En el castillo había ruinas por todas partes, heridos, muertos (me estoy pasando, *ejem*). Ciel fue a hablar con la condesa-viuda, que vestía una túnica de bruja esmeralda y no usaba bastón.
-Conde, necesitamos su ayuda.
-Vengo de visita y sus aprovecháis…
-El señor gustoso les ayudará –rectificó Sebastian tapándole la boca a su amo a tiempo.
La profesora los guió hasta la torre más alta del castillo.
-Atacaron por sorpresa, son decenas de ellos y muy peligrosos. Si podéis ayudarnos a acabar con esta pesadilla os estaríamos muy agradecidos.
-Por supuesto, pero ¿a qué nos enfrentamos?
-Gigantes enormes que vinieron y dijeron “Nos los cargamos a todos”. Yo tengo que ocuparme de los heridos y los alumnos, pero no os dejaré solos.
-Es que si lo hace la crujo viva –masculló Ciel.
-Id un poco más allá. Encontraréis a Leví. Es miembro de la Scouting Patrol. Nos están ayudando con los gigantes. Mucha suerte, conde. Y gracias.
La condesa-viuda se fue de allí dejando a Ciel y Sebastian solos. Estos hicieron lo que les mandó la condesa hasta encontrarse con un chico vestido con uniforme y una capa esmeralda.
-¿Es Leví?
-Sí, ¿por?
-Nos ha dicho la vieja que os ayudemos con los gigantes.
-Y dale, que son Titanes… Bah, olvídalo. Pues no nos vendría mal un poco de ayuda extra.
-Si me dices qué tengo que hacer, como que mejor, oye –dijo Ciel, que no sabía qué tenía que hacer exactamente ni contra qué se enfrentaba.
-Pues mira a veces viene peña muy grande, muy grande, muy grande…
*Pom*
-¡No me trates como a un crío! –gritó Ciel después de darle a Leví con el bastón.
-No lo estaba haciendo… -lloró el soldado con las manos en la cabeza-. La gente gigante son Titanes.
-¿Y?
-Hay que eliminarlos.
-¿Y?
-Si no, te comen.
-Sebastian, dales jalea real –ordenó Ciel señalando más allá de la muralla que habían construido.
-Es cierto, ¿y este enorme muro? –inquirió el mayordomo.
-Nah, una costumbre…
-¿Costumbre? Cacho muro que sus habéis marcado –Ciel se asomó a la muralla que debía medir como 60 metros.
-¿Podría hablarnos más de su patrulla? –preguntó Sebastian con cortesía.
-Sí, claro. Nosotros nos dedicamos a matar Titanes para proteger a la raza humana que casi queda extinta por su culpa.
-¿Casi extinta? Si somos ciento y la madre. Tienes que salir más de las murallas…
Leví entornó los ojos y siguió a lo suyo.
-Como decía, nos dedicamos a matar Titanes y a reparar los muros que nos protegen. En este caso, nos han llamado para detener un avance Titán en esta zona.
-Resumiendo que nos tenemos que cargar a los Titanes, ¿no?
-Sí, básicamente es eso.
-Sebastian, dales jalea real –volvió a ordenar Ciel señalando hacia el horizonte, de donde empezaban a emerger un par de figuras.
-¡Adiós! ¡Que vienen!
Leví se fue a llamar a su Patrulla de Reconocimiento mientras Ciel y Sebastian veían cómo avanzaban los Titanes.
-Deben de medir al menos 15 metros cada uno –comentó Sebastian, algo preocupado.
-Sebastian, a que no hay huevos de matarlos a todos.
-¿Es esa su nueva manera de dar órdenes?
-No hay huevos.
Aquello cabreó al demonio, que saltó el enorme muro y fue al encuentro de los gigantes. Mientras se los cargaba, Ciel disfrutaba del espectáculo comiendo palomitas y la Patrulla terminaba de prepararse.
-¡Ha! Titanes a mí –masculló Sebastian quitándose el polvo de las manos.
-Vamos, chicos, vamos. Que en nada estarán… en el… muro…
La Patrulla había salido a encararse a los Titanes, pero ya no había nada que matar.
-¡Ole, Sebastian! ¡Y ole tus huevos!
-Pe-pe-pero…
-Me parece que la Academia de Magia vuelve a disfrutar de paz y tranquilidad. Pueden volver a casa –anunció Sebastian.
La Patrulla se fue de allí, algo triste. El resto del día, Sebastian y Ciel ayudaron a reparar el colegio (más Sebastian que Ciel).
-Muchas gracias por vuestra ayuda, conde –agradeció la condesa-viuda-. Siempre que quiera, puede venir.
-Muchas gracias, vieja bruja… digo, condesa-viuda.
-Es más, le voy a matricular en la Academia para que estudie.
-¿Eh? ¡Los cojones!
-Sé que está muy atareado con la empresa, así que cuando quiera se pasa por aquí e inicia sus estudios.
-Que no es necesario.
-O podemos hacerlo por correo, ahora que hay tantas cosas nuevas.
-Y dale, pesá. ¡Que no!
Ni con un megáfono la convenció Ciel. Al final acabó matriculado en la Academia de Magia. Cuando se iban, Ciel se despidió de Potter, que pasaba por allí.
-Disfrutad de la tranquilidad… -dijo Ciel, todavía llorando por lo de la matrícula.
-Tsk. Si esa vieja no le da por sacar otro bicho. Cada año un peligro, un numerito nuevo. Yo lo flipo. Creo que lo hace adrede –añadió en un susurro.
-¡Potter! Pa`l castillo.
El mago se fue dentro mientras Ciel y Sebastian volvían a casa.
-Ay, menos mal. No volveremos a salir de casa en una temporadita…
A ver qué nuevas aventuras os deparan mañana.
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| | | MeLargodelForo:P Rey
Cantidad de envíos : 1670 Fecha de inscripción : 18/03/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Lun Dic 09, 2013 6:57 pm | |
| Titanes? ¡¿donde!? Estimada autora, me paso rapidito para guardar los capítulos nuevos, prontamente estaré comentando, si sobrevivo al ataque de risas porque la última vez ¡hasta las costillas me dolían de tanto reírme!
Bueno, no he leído el capi con el cameo, pero si aun no has hecho lo de los titanes, ¡hazlo! Que Ciel se una junto a los shinigamis para matar a un titan o algo así xD | |
| | | Hwesta Duque
Cantidad de envíos : 1263 Edad : 31 Localización : Por ahí andaré Fecha de inscripción : 14/08/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Vie Dic 13, 2013 3:57 pm | |
| Haré más de los Titanes, no problem Ahora toca parodia de los Juegos del hambre: - Capítulo 17:
Otra bonita mañana de… ¿primavera? ¿Ya? Joé, ¡qué rápido! En fin, otra mañana de primavera…
-En realidad seguimos en invierno, que todavía nos falta la Navidad –dijo Sebastian-. Lo que pasa es que el joven amo es más friolero que el culo de un pingüino.
-Te he oído, larguirucho.
Ah, vale, eso explica el calor. Bien, pues una bonita mañana de invierno fuera de la mansión, pero de primavera dentro de la mansión. Sebastian fue a llevar el desayuno como siempre a su amo, quien estaba ya despierto en la cama y con cara de pocos amigos.
-Sebastian, por chivarte a Hwesta ya sabes qué te toca.
A Sebastian se le cayó el mundo en ese momento.
-¿Es necesario?
-Sí y lo que queda de día.
Sebastian se fue de la habitación para volver a entrar con uniforme de sirvienta.
-Divina de la muerte –comentó Ciel mirando de arriba abajo a su mayordomo, ahora travestido-. ¡Che! ¡La cofia!
-¿Es necesario, señor?
-Y lo que queda de día.
Sebastian sacó de detrás de su espalda una cofia y se la puso en la cabeza a desgana. Y tenía que estar así el resto de día… Pobre…
-¡Bassy! ¡Macizorro! Has sucumbido al lado oscuro, por fin.
-¡Ni en broma, Grell! Seguiré manteniendo mi masculinidad aunque tenga que travestirme.
-¡Me estás llamando mari…!
-¡Grell, date el piro, que estoy desayunando! –exclamó Ciel tirándole una tostada.
-Ay… En realidad vengo por lo del concurso.
-¿Eh? ¿Qué? –dijeron a la vez Sebastian y Ciel.
Esto que Grell chasqueó los dedos y apareció un súper escenario de concierto con fuegos artificiales y todo.
-Apaga eso que viene Bard –ordenó Ciel.
-¡Bienvenidos a los septua…seputa… se…se…! ¡Da igual! –Grell lanzó la tarjeta que estaba leyendo-. Que son los Butler Games. Que la potra esté siempre de vuestra parte… blablablá…
-¿Potra? ¿Qué pintan los caballos en esto? –preguntó Ciel, confuso.
-En este contexto, potra es un vulgar sinónimo de suerte, señor.
-Ah, vale.
-Bueno, Sebastian ha sido seleccionado para los nuevos Butler Games…
-¿Con permiso de quién?
-Yo solo sigo órdenes. Para más información, habla con el Enterrador.
-Ya está ese payaso haciendo de las suyas para echarse unas risas… -Ciel saltó de la cama, dispuesto a cantarle las cuarenta al Enterrador.
-Ey, no puedes ir… -Grell trató de detenerlo, pero el aura que emitía Ciel lo tiró para atrás.
-Mis cojones en almíbar. Se habrá creído este…
Fuera de la mansión había un carruaje que los llevaría hasta Londres, donde tenían lugar los Butler Games. Ya que Ciel insistió tanto en ir, el Enterrador modificó las normas y permitió que los mayordomos fueran con sus señores. El objetivo, que sobreviviera solo un noble.
-¡A fregar! –saltó Ciel tras leer las normas camino a la arena-. ¡Si esto es cierto el contrato se va a tomar por culo!
-No se preocupe, señor. Tengo una s en la manga. Recientemente he leído por las noches un libro muy interesante. Al final, para evitar que los dos enamorados mueran, tratan de suicidarse y el pueblo los perdona.
-¿Pero tú que lees por las noches?
-Lo que pillo en su biblioteca…
Cuando llegaron a la arena, Sebastian y Ciel bajaron. En total había doce mayordomos y doce señores.
-Y solo puede sobrevivir uno –recordó Grell por megafonía-. Yo seré su azafata del Un, Dos, Tres favorita.
-¡¿Que esto es el Un, Dos, tres?! –saltó Ciel-. ¡Nos parecemos más a los estudiantes encerrados en el instituto aquel y que tenían que matarse entre ellos! *Danganronpa.
-Pupupu... -dijo el Enterrador desde su palco.
-Me la suda… Mataos entre vosotras –dijo Grell.
-Sebastian es una orden. Sálvanos por la gloria de lo más quieras.
-Sí, mi señor.
En ese momento sonó la vuvuzela o la alarma de incendios, llámalo Juan, y todos salieron a matarse entre ellos… Menos Sebastian y Ciel que se fueron directos al bosque.
-¿Qué coño haces, mayordomo travesti? –preguntó Ciel aporreando la espalda de Sebastian.
-Es lo que hacían en el libro, señor. Confíe en mí.
-¡Que le foquen al libro! Si te los puedes cargar a todos y acabar con esto.
El plan de Sebastian consistía en que se mataran los otros mayordomos entre ellos, pero no salió como pensaba.
-Están tomando el té todos juntos.
-¿Ves? Si te los hubieras cepillado al principio del juego ahora estaríamos en la Mansión en vez de en el bosque.
-Seguro que el Enterrador los aniquila a todos ahora…
En realidad, el Enterrador se lo estaba pasando pipa en su palco.
-¡Pa que veas! ¿Qué piensas hacer ahora, Sebastian?
-Si no hay más remedio…
Sebastian fue donde los demás mayordomos y habló con ellos. Ciel veía a lo lejos que trataba de negociar, incluso que se fue con ellos a tomar el té. Al ver que tardaba, Ciel fue para allá. Sebastian había acordado con los demás mayordomos hacer el final del libro aquel que leyó.
-Seguro que se apiadan de nosotros.
-Es el Enterrador… Yo no estoy tan convencido…
Aquella noche, aprovechando que estaban en directo, los mayordomos y señores cogieron bayas venenosas del bosque y amenazaron con comerlas.
-¡Que lo hagan, que lo hagan, que lo hagan! –gritaba el Enterrador.
Aquello sí que no entraba en los planes de Sebastian.
-Te lo dije. Debe ser el disfraz, que te amaricona.
-Señor, que le peten al Enterrador.
Sebastian fue hasta el límite de la arena y la reventó, creando una salida por la que se escaparon. Los mayordomos se fueron con sus respectivos amos a casa. El Enterrador se echó unas risas así que no pasó nada.
-Anda que… Qué ocurrencias tiene ese shinigami retirado. Cómo se aburre el jodío.
-Chicos, chicos –dijo Grell entrando en el cuarto de sopetón.
-¡Que me voy a la cama!
-Oh, ¿nos darías una habitación a Bassy y a mí?
-Eh, para torturarte, ¿verdad? –apuntó Sebastian.
-Da igual. Que vamos a hacer un gran Hermano…
Grell salió disparado por la ventana como el Team Rocket. Ciel y Sebastian “cerraron el kiosko” por el día.
-¿Desde cuándo tenemos un kiosko?
-Quiere decir que por hoy nos retiramos a descansar, que ya no hacemos más cosas.
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| | | Hwesta Duque
Cantidad de envíos : 1263 Edad : 31 Localización : Por ahí andaré Fecha de inscripción : 14/08/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Dom Dic 15, 2013 4:28 pm | |
| - Capítulo 18:
Cojona, qué rasca… Eso sí, en la Mansión Phantomhive no hacen una sauna porque no quieren.
-Agh… Qué calorcito más a gustito… Sebastian, una cervecita y estoy en la puta gloria.
-Señor, no tiene edad para beber alcohol.
-¡Porras! Da igual, se está de maravilla… ¿Por qué sudas tanto?
-Demasiado calor para mi gusto, señor…
-¡Y una polla! ¡Si eres un demonio!
-Eh… Anda, es verdad.
Vaya una manera de empezar el día de Nochebuena.
-Hoy tengo la agenda más apretada que el corsé de Pamela Anderson –comentó Sebastian cuando su amo hubo desayunado-. Tengo que hacer ahora la comida para el señor, luego la cena para… ¡¿A cuánta gente ha invitado?!
-Ah, nada, cogí mi agenda y me puse a marcar.
-Hola, buenas, pensé que le interesaría saber que hago una fiesta esta noche en mi casa.
-Si no le conozco de nada.
-Vale, a las siete en mi kelly. Chao.
-Señor, ¿lo hace para putearme o qué?
-Es posible.
-Serás… -Sebastian empezó a estrangular a Ciel, pero se detuvo al recordar todo lo que tenía que hacer-. Solo espero que a esta gente no haya que hacerle regalos.
-¡Faltaría más! Los regalos pa`mí.
-Crío egocéntrico, desgraciado, rompecontratos, avaricioso, calculador…
El clímax de Sebastian se prolonga durante hora y media entre lo que hacía la comida y preparaba las cosas para la cena. Terminadas sus tareas y con Ciel con el día libre, decidieron echar una partida al LeL.
-Mu bien. SebastianChungaxD ha iniciado sesión.
-Señor, cuando quiera puede empezar.
-Allá vamos.
-Ahora. CielFortheWin ha iniciado sesión.
-Venga, vamos ahí…
El juego online consistía en capturar la bandera enemiga. Ciel y Sebastian formaban un pequeño grupo muy conocido en el mundo por no perder ninguna batalla y eso que solo eran dos.
-Gracias a la experiencia de Sebastian y a sus truquitos de demonio no me gana nadie al LeL.
-De nada, ¿eh, señor?
-Tú haz tu trabajo que para algo te he dado mi alma.
-Maldito crío, destrozateclasR, machacajugadores…
Sebastian y Ciel estuvieron jugando hasta bien entrada la tarde.
-¿Pero qué hace el maricón ese? No sabe dónde se ha metido…
*Ding dong*
-Llaman a la puerta, Sebastian.
-¿Hm? ¿Qué hora es?
El tiempo pareció congelarse de pronto.
-¡Que ya empieza la fiesta de Navidad!
Corre que te corre a terminar los preparativos, la cena y aún le sobró tiempo para vestir a su amo apropiadamente.
-En cero coma y literalmente –Sebastian abrió la puerta para recibir a los invitados.
A lo largo de la noche, Ciel y los invitados disfrutaron de una agradable velada hasta la medianoche, cuando todos se hubieron marchado.
-Ay, estoy reventado –dijo Ciel desplomándose en el sofá mientras se quitaba la corbata.
-Si no ha hecho nada, desustanciao.
-*bostezo* Me voy a la cama, Sebastian. Déjale todo listo a Papá Noel.
-Sí, señor.
-Ay, me encanta la Navidad. Calentito al lado del fuego de la chimenea, los regalos, el Año Nuevo, Reyes…
-¿Reyes? ¿Qué reyes?
-Tú deberías conocerlos mejor que nadie. Los Reyes Magos de Oriente.
-Ah, sí, pero como ayer dijo que éramos más de Papá Noel…
-¿Eh? ¡No me fastidies!
-Lo siento, señor. Son sus órdenes. Al menos no le dio por la tradición rusa o la mexicana, porque entonces ya sí que lo petaba en Navidades.
-¿Qué pasa en esas tradiciones? –preguntó Ciel, curioso.
-En Rusia existe el denominado “Abuelo del Hielo”, que viene a hacer las veces de Papá Noel, pero solo en Año Nuevo. Y en México empiezan el 16 a celebrar la Navidad.
-Buah, si me hubieras avisado antes… ¡Ya estamos a 24!
-En realidad ya es 25, que hemos pasado la medianoche.
-¡Ya es Navidad! ¡Regalo, regalo, regalo…!
-Madre, es peor que un chihuahua. Espérese a la mañana.
-¿Por qué?
-Porque si no, no hay siguiente capítulo.
-Soso…
Ciel se fue a la cama a regañadientes y esta vez Sebastian se quedó vigilando a voluntad propia toda la noche no fuera que se la diera con queso y bajara a abrir los regalos. Y éstas eran las Navidades de los Phantomhive.
Para los sirvientes… Ellos ya intercambiaron sus regalos mientras el amo se iba a dormir.
-Oh, ¡qué bonito! Un microscopio con doble lente. Es ideal para mi investigación. Muchas gracias, Brad.
-De nada, Mey-Lin. El regalo de Finny me viene también de perlas: antimateria. Simplemente fantástico.
-Jeje, me alegra que te guste. El regalo de Mey-Lin… ¡Me muero de ganas por estrenarlo ya! Un set de laboratorio para principiantes.
-Ya que vas a iniciarte en la bioquímica, necesitarás el equipo apropiado.
-¡Con esto podré crear fármacos naturales!
Y Tanaka… Clavaba tanto a Papá Noel con el “jo, jo, jo” que estuvo vestido de rojo todo el invierno y de paso estaba calentito.
¡Feliz Navidad a todos!
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| | | Hwesta Duque
Cantidad de envíos : 1263 Edad : 31 Localización : Por ahí andaré Fecha de inscripción : 14/08/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Lun Dic 16, 2013 10:59 am | |
| Aprovecho para poner capítulos de Navidad porque me da que estaré desaparecida del mundo durante las dos semanas de vacaciones. Volvemos con los Titanes. Enjoy! - Capítulo 19:
Ah… La mañana de Navidad. Sebastian va a despertar a su amo… Espera, ¿eres Sebastian o un agente de la S.W.A.T?
-Tú no sabes cómo se pone el amigo las mañanas de Navidad. Mira.
Sebastian solo tuvo que abrir la puerta para caer al suelo arrollado por una fuerza superior, que hasta le dejó huellas de pisadas y todo.
-Se emociona más que un empleado del Shibusen en Hogwarts –dijo Sebastian, con los ojos dándole vueltas.
Ciel había salido disparado hacia el árbol de Navidad para abrir sus regalos. Cuando Sebastian se hubo cambiado, Ciel ya había abierto todos.
-Toma ya. Pues nada, iré a por el papeo…
De repente, el suelo empezó a temblar.
-Sebastian, te dije que fueras más delicado cuando fueras al baño.
-Yo no soy, señor. ¡Y aquella vez tenía colitis!
-Si no te estás pedorreando, ¿qué cojones pasa?
Sebastian fue al jardín a mirar y vio con horror que un enorme gigante se aproximaba.
-¡¿Pero qué coño…?!
Por suerte, el gigante pasó de largo y no destruyó la mansión ni hirió a nadie.
-Llega a destruir la Mansión y alguien sí que acaba herido. ¡Y la reconstruye su puta madre!
-Sebastian, ¿qué era eso? –preguntó Ciel, saliendo a la calle en pijama.
-Me da que uno de los gigantes que me cargué en la Academia de la señora Smith.
-¡Que son Titanes! -Leví apareció tras unos arbustos.
-¿Qué hacías ahí? –preguntó Ciel, confuso.
-Cazar al Titán.
-Se te ha escapado, ¿lo sabes? –apuntó Sebastian.
-¡Por tu culpa! En fin, avisaré a la Patrulla y que vengan…
-No será necesario. Tomaremos medidas…
En cero coma one more time, Sebastian se marcó un pedazo de muro asín de grande.
-Fui yo quien construyó las murallas de Troya.
-Sí, se nota, se nota –comentó Ciel mirando a la enorme estructura.
-Y el caballo también.
-Por putear, ¿no?
-Ale, 60 metros de altura y 10 de grosor. Se van a enterar los bichos estos de quién es Sebastian Michaelis.
-Buen trabajo. Me vuelvo dentro a darle al Scalestrix.
Mientras Ciel y Finny jugaban con los cochecitos, Sebastian contemplaba el horizonte desde lo alto del muro. Ahora es cuando saldría Grell diciendo que el viento ondeaba su pelazo color carbón…
-¡Ni me lo menciones! –saltó Sebastian.
En vez de eso, Sebastian avistó algo desde el horizonte: un Titán.
-Fuah, sí vas a pasar tú, hermoso. Palizote de mi palote…
Sebastian sacó un catalejo para ver mejor al monstruo.
-Coño, qué feo. Si es todo músculo… Espera… Qué…
A medida que el Titán se acercaba, Sebastian se dio cuenta de la verdad.
-¿Pero qué cojo…?
Toma Titán de más de 60 metros.
-¡Me cago en la puta! Lo has hecho adrede ¿a que sí? ¿Qué hago? Puedo reforzar el muro, que todavía está algo de lejos, pero también me lo cargo y acabo antes…
Nada, que el Titán se llevó por delante el muro y a Sebastian.
-Mierda, mierda, mierda…
-Eh, ¿Sebastian? Dime que ha pasado por aquí un encierro y que el muro era la salida a la plaza de toros.
-Ha pasado por aquí un encierro y el muro era la salida a la plaza de toros.
-¿Me tomas por tonto?
-¡Eh! Me ha pedido que se lo diga.
-Y cortito de ideas… Si es imposible no ver al pedazo bicho ese que parece que se ha escapado del laboratorio de biología.
-Ahora voy a matarlo, señor.
-No te preocupes, Sebastian –comentó Finny mirando en dirección contraria-. Hay gente saltando por allí…
-¡La Patrulla!
Con la Patrulla ocupada con el bicho, Ciel, Finny y Sebastian volvieron dentro de la casa.
-Tú te quedas a reparar el muro –ordenó Ciel poniendo de patitas en la calle a Sebastian.
-Pero, señor…
-Como vuelva otro bicho de ese tamaño, te enteras.
-¿Y no sería mejor mudarse?
Sebastian reforzó el muro durante la tarde mientras Ciel jugaba con sus regalos. Ya por la noche, Ciel se fue tranquilo a dormir.
-Me ha puesto a vigilar el muro con el servicio y para colmo tenemos a Pluto pa`que haga de “Fuego Griego”.
Una dura noche para los sirvientes y la mejor para el amo.
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| | | Hwesta Duque
Cantidad de envíos : 1263 Edad : 31 Localización : Por ahí andaré Fecha de inscripción : 14/08/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Miér Ene 08, 2014 10:38 am | |
| Vuelta de Navidades ^^ Enjoy! - capítulo 20:
Una bonita mañana de primavera. El Sol amanece cada vez más temprano…
-¡¡Cago en la hostia!!
Y la primavera la sangre altera. Sebastian fue a despertar a su amo como cada santa mañana… Eh… ¿Por qué sujetas la puerta del dormitorio?
-¿No me has oído gritar? Ahí dentro ha pasado lo peor que podía pasar.
-¿Ciel se ha clonado?
-Peor, se ha amariconado.
-Eso es por la primavera, no será para tanto…
Sebastian me dejó ver el interior del dormitorio de Ciel.
-Sebastian, ¿tu madre era avidora? Porque cuando te tuvo soltó un bombón.
Cerramos la puerta de golpe, muertos de miedo.
-Dios bendito del cielo. ¡A mí la Guardia! ¡Llamad a un exorcista! Ay, no, que de paso me hace putadas a mí que soy un demonio.
-Sebastian no exageres. Ciel tiene gustos y…
-Si eso no es lo malo. Lo malo es que me quiere encima suyo tooodo el día.
-Sebastian, bombón, esta puerta no se interpondrá entre nuestro amor. Si es necesario me meto hasta en tu casa.
-Avisa al servicio o algo, ¿no?
-¿Qué van a saber ellos si son un panda de inútiles?
Cierto, Sebastian no sabía que tenía en su casa a los futuros nobeles.
-La puta que te trajo –dijo Ciel desde dentro-. ¡Abre, maricón!
-Vale, esto es muy extraño.
-Traeré unas cadenas –me dijo Sebastian.
-¿Seguro? A lo mejor se pone más cachondo…
-¡Mierda! Encima ayer leyó “Cincuenta sombras Grises”, así que no habrá quien lo aguante…
-¿Que leyó qué?
-“Cincuenta Sombras Grises”, ¿por?
-¿Cómo le dejas leer eso? Por eso está así de amariconado. Hay que llevarle a terapia.
Entré en la habitación y saqué a Ciel a rastras, que se agarraba a todo lo que pillaba, hasta a las piernas de Sebastian.
-¡Sebastiaaan! ¡Socorro, que me quiere violar!
Sebastian vio cómo me llevaba a Ciel e incluso se despidió con la mano y sonriendo.
-¡Pero sálvame, maricón! –fue lo último que gritó Ciel.
Tras una intensa terapia de varias horas, conseguimos traerle de vuelta a la normalidad.
-Pido disculpas por mi comportamiento de antes.
-Y nosotros nos lo perdemos –comentó Brad, triste.
-¡¿Perdona?! –saltó el amo.
-Bueno, al menos ya ha pasado –comenté antes de volver a ser la narradora.
-¿Eh? ¿Y Sebastian?
-Estoy aquí, señor. Perdone, me picó la curiosidad y leí un trozo del libro…
*Zas*
-¿Por qué tiene un látigo? –preguntó Finny, asustado.
-¿Y de dónde lo ha sacado? –añadió Ciel más asustado.
-Joven amo, es hora de irse a la cama.
-Nonononono. Hoy empalmada, que hace mucho que no hago una.
-No diga tonterías –Sebastian agarró a Ciel y se fueron de allí.
-¡Ahora sí que me quiere violar!
Vaya día nos dio Ciel y vaya noche que nos va a dar Sebastian.
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| | | Hwesta Duque
Cantidad de envíos : 1263 Edad : 31 Localización : Por ahí andaré Fecha de inscripción : 14/08/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Jue Ene 09, 2014 3:49 pm | |
| Ya prometo que paro un rato con los Titanes xD - Capítulo 21:
Después de las Navidades, el trabajo volvió a la vida del joven conde Phantomhive.
-¡Estoy hasta la polla de esto…! ¡Las ventas tienen que subir ya…! ¡No trabajas nada, así que coge tus cuchillos y vete!
-Señor, cálmese, por favor. Por otra parte, ¿para qué me voy a ir con los cuchillos?
-Es una frase de un concurso que vi en Navidad… Venga, sigamos con la empresa.
Toda la mañana del 8 de enero Ciel la dedicó a su empresa. A la hora de comer, un curioso temblor hizo que la mansión empezara a botar, hasta sus habitantes.
-Pero qué… ¡La comida está volando!
-Qué extraño. Estamos botando, así que no es un terremoto.
-¿Has llegado tú solito a esa conclusión o has necesitado ayuda?
Sebastian se asomó por la ventana para ver qué pasaba.
-¡Agh! ¡Otra vez uno de esos malditos bichos!
El mayordomo salió corriendo al jardín y empezó a pegarle al Titán en la espinilla. Ciel salió, flipando en colores.
-Sebastian, tío, cárgatelo de una vez.
Esto que el Titán agarró a Sebastian y se lo comió de un trago.
-¡Aaaaaahhhhhh! ¡Sebastian!
-No se preocupe, señor, encontraré una salida por alguna parte. Y si no, al menos le causaré un buen pedo a este bicho.
-Espera, voy para allá.
Ciel dejó que el Titán lo atrapara y se lo comiera. En la tripa del monstruo, se encontró con Sebastian y más gente… de fiesta.
-Ole, ole y ole. Al menos se lo pasan bien –comentó Sebastian.
-Disculpa, ¿sabéis que estáis en la tripa de un Titán?
-Sí, queremos joderle a más no poder por habernos comido.
Ciel y Sebastian pusieron cara de “¿en serio?”.
-Bueno, pues no pintamos nada aquí –dijo Ciel dándose la vuelta-. Vámonos, Sebastian.
-¿Por dónde? A menos que el Titán abra la boca… Y hay 100% probabilidades de palmar.
Ciel le lanzó una mirada asesina.
-¡Mierda!
-Sí, podemos salir por los intestinos, con la mierda…
-¡Serás cerdo! ¡Paso de salir por el culo de este bicho!
-No tenemos otra opción.
Ciel agachó la cabeza, apesadumbrado.
-Está bien –dijo, suspirando-. ¿Avisamos a esta peña si se quiere venir con nosotros?
-Nah, parece que se lo están pasando en grande.
En ese momento venía un grupito de gente con un pulmón del Titán a modo de premio.
-Pues venga, piremonos.
-Esto… ¿Por dónde se va al duodeno?
-¿Este bicho es anatómicamente igual que un humano?
Ante tantas dudas, Sebastian y Ciel decidieron preguntarle a alguien cercano.
-¿Eh? Ah, sí, la salida está por ahí –dijo señalando a la izquierda-. Pero no creo que salgáis con vida. Más peña lo ha intentado y la ha palmado por el camino, así que…
-¡Nos ha jodío mayo! ¿Y ahora qué?
-Habrá que salir por ahí sí o sí –comentó Sebastian agarrando a Ciel.
-¡Ni loco me meto yo ahí!
-Señor, ¿quiere salir de aquí sí o no?
Ciel tenía la opción de desmembrar internamente al Titán con los demás o marcharse de allí.
-Venga, va, pero tú vas primero.
-Por supuesto.
Tras diez horas luchando en las tripas del monstruo, Ciel y Sebastian lograron salir.
-¡Luz del día! ¡Claridad!
-Si es de noche, señor…
-¡Aire fresco! ¿Eh?
Mágicamente, la gente que estaba en el estómago del Titán estaba también fuera.
-¿Eeeehhhhh?
-¡Hurra! Hemos matado al Titán lenta y dolorosamente.
-¿Qué acaba de pasar? –preguntó Ciel.
-¿Tíos, dónde estábais? En cuanto os fuisteis el Titán la palmo y pudimos salir por la boca. Llevamos diez horas de fiesta sin interrupción aquí, al aire libre.
Ciel iba a matar a Sebastian, pero como el jodío era inmortal, lo utilizaría para matar a la gente aquella, luego le ordenaría revivirla y matarla de una manera distinta y así entrando en bucle hasta el infinito.
-Uh, hemos dejado esto hecho unos zorros –comentó un preso.
-Tranqui, ahora viene Levi y lo limpia, que ya sabes cómo es…
-¡¡Aaaaah!!
Levi apareció de pronto y se desmayó.
-Sí, si es que antes no le da un soponcio.
-Pero, ¿qué habéis hecho, cuyons?
-¿Cuyons? –repitió Sebastian, incrédulo-. ¿Levi parla català?
-Levi habla todo lo que te eches en cara.
-Es Levi -añadieron todos los presentes.
-¿Qué pasa? ¿Levi es una especie de Dios o algo? -masculló Sebastian.
Mientras Levi limpiaba, la ira dentro de Ciel iba en aumento.
-¡¡Y yo me trago 10 horas de males y pesares en el culo de un Titán!!
-Oiga, tan poco lo pasamos tan mal…
-¡¡Yo sus mato a todooooos!!
Ciel acabó corriendo tras los presos del Titán lo que quedaba de noche. Ay, qué locura…
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| | | MeLargodelForo:P Rey
Cantidad de envíos : 1670 Fecha de inscripción : 18/03/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Lun Ene 13, 2014 10:49 pm | |
| Ya me puse al día. lol, pobre Levi terminó desmayándose.... Me mató de risa que se los tragara un titán y que Ciel se haya dejado comer.... lástima que el pobre conde no supiera que los titanes no van al baño xDDD y lol con lo de la fiesta, se devela un gran misterio en torno a qué sucede con las personas que son devoradas! okno... | |
| | | Hwesta Duque
Cantidad de envíos : 1263 Edad : 31 Localización : Por ahí andaré Fecha de inscripción : 14/08/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Dom Ene 26, 2014 12:32 pm | |
| - Capítulo 22:
Una nueva mañana de primavera… *Achús* Jodía alergia…
-Vamos, señor, hoy toca madrugar.
-¿Eh? ¿Qué? ¿Más movidas con la empresa?
-¿Qué coño la empresa? Hoy es domingo. Nos vamos al fútbol.
-¿Tan de mañana? –exclamó Ciel mirando el reloj-. ¡¿Tú tás tonto?!
-Hay que coger buenos asientos, señor.
-Sebastian, son las cuatro de la mañana…
-El viaje a Londres es largo, más luego llegar, más coger asientos, palomitas…
-¡Que hace media hora escasa me he metido en la cama después de perseguir Titanes!
-Me la suda. Juegan el Madrid y el Barça y no pienso perdérmelo. Ya dormirá por el camino.
-Pensé que me dirías que ya dormiría cuando muriera…
*Badum tss*
Suerte que Sebastian es sobrenatural que si no… Sin avisar al servicio ni nada pilló el carruaje, metió en él a Ciel, ropa para luego y ambos pusieron rumbo a Londres. Una vez allí, Sebastian vistió rápidamente a su señor y fueron al estadio de fútbol, donde no había nadie en la cola.
-¿Ves? Llegamos de sobra.
-Van a abrir las taquillas en breves.
-¡Dentro de cinco putas horas! Será breve para ti, condenado demonio, pero para mí es mucho.
Sebastian suspiró y accedió a que su amo durmiera en el carruaje con la mala suerte de que se quedó dormido y no pudo ir a comprar las entradas.
-Señor, despierte. Ya han abierto las taquillas.
-Cinco minutos más…
Sebastian pensó en dejarle allí un momento, ¿quién iba a querer a un niño debilucho y encima tuerto?
-¡Oye! Que te oigo.
Total, Sebastian dejó a Ciel en el carruaje y fue a la taquilla, donde la cola ya daba la vuelta al estadio 5 veces.
-Su madre… ¡Y una polla voy a esperar yo esta cola!
Sebastian se coló a la fuerza y pilló un par de entradas para él y su amo. La gente, cabreada, se lio a tortas con él, quien sacó su alma demoniaca y los acojonó a todos.
-Y no me como ningún alma porque es domingo, que si no…
Cuando llegó al carruaje, Ciel seguía sobado.
-Señor, vamos.
A hostiaza limpia es como se despertó el niño.
-¡Sebastian-chop! ¡Venga, arreando al estadio!
-Pero, Sebastian, ¿tú de qué ando eres: Madrid o Barça?
-Oh, eso es muy sencillo…
En cuanto abrieron las puertas, Sebastian fue allí cagando leches y pilló asientos de primera.
-Joé, un poco más y te vas al palco de honor.
-Bueno, hora de ver el espectáculo.
El partido comenzó enseguida y, claramente, con faltas.
-¡Pero qué hace ese gilipollas! Si se ha tirado.
-Eh, señor…
-¡Maricón! ¡No vales pa`ná!
-Señor…
-Deberías ser como el otro, que parece un pulga, moviéndose como un condenao y marca más goles que tú, gominitas.
-¡Señor!
-¡¿Qué?!
-¡Que estamos en la zona del Madrid!
Los hinchas del Madrid fulminaron a Ciel y no lo mataron porque estaba Sebastian para impedirlo.
-Así que eres del Madrid… ¿Y no me lo dices?
-Yo no he dicho que sea del Madrid, señor. Pero en esta zona están los mejores asientos…
El partido estaba muy reñido, aunque lo que más le gustaba a Sebastian eran las peleas entre jugadores.
-¡Movida, movida, movida! –gritaba emocionado el mayordomo cuando se encaraban dos jugadores de equipos contrarios.
-Tú has venido aquí a ver lucha libre.
-Es lo mejor del partido. Anda y que le den al resultado y a los bandos.
-Así que no eres de ninguno, entonces.
-No, me la suda completamente. Además, estamos en Inglaterra.
-¿Y si tuvieras que elegir?
-Pues… Me parece que el Madrid. Son los que estarían más dispuestos a hacer un trato conmigo.
-Ya… ¿Y al margen de eso?
-¡Deje de dar la lata! –Sebastian abofeteó a Ciel para que se callara.
Finalizado el partido, nadie recuerda el resultado, volvieron a casa.
-Ay, qué cansancio.
-Repetiremos el próximo domingo, ¿no, señor? –dijo Sebastian arropando a su amo.
-¡Las narices! Te doy el día libre… Todos los domingos libres, pero a mí me dejas en paz.
-Como guste, señor.
Y así, Sebastian tuvo todos los domingos libres para ir a ver el fútbol.
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| | | ayal92 Sirviente
Cantidad de envíos : 401 Edad : 31 Localización : Acosando a Sebastian Fecha de inscripción : 25/04/2012
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Dom Ene 26, 2014 12:55 pm | |
| Ni me he visto la serie de los titanes (demasiado gore y apocaliptica) pero cada vez que salen me descojono. Lo mejor: ¿Y si tuvieras que elegir? -Pues… Me parece que el Madrid. Son los que estarían más dispuestos a hacer un trato conmigo. LOOOL Reza porque no haya ningún madridista en la sala XD Y traeme a los Nanatsu para la proxima plisss | |
| | | Hwesta Duque
Cantidad de envíos : 1263 Edad : 31 Localización : Por ahí andaré Fecha de inscripción : 14/08/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Dom Ene 26, 2014 6:44 pm | |
| Yo tampoco he podido ver la serie de los Titanes (soy demasiado sensible a esas cosas; por eso no hice ciencias xD) Con suerte pude leer un cachito de un manga y salí viva xD Tomo nota para los siguientes - Spoiler:
Soy merengue
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| | | Hwesta Duque
Cantidad de envíos : 1263 Edad : 31 Localización : Por ahí andaré Fecha de inscripción : 14/08/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Lun Ene 27, 2014 11:59 am | |
| - Capítulo 23:
Otra mañana… Si es que es siempre la misma chapa. Paso.
-Señor, buenos días.
-Ey, ¿qué pasa?
-Hoy le traje una mezcla especial, espero que sea de su agrado.
-¡Coño! ¡Un carajillo!
-Eh, sí, señor. Hoy su horario de clases…
Lo de siempre, Ciel en clase y Sebastian a la tarea… Eh, ¿y las tareas?
-¿Qué pasa? ¿No puedo trabajar con la radio puesta?
¿Radio? ¡Si hasta 1895 no se van a inventar!
-Es que somos pros y nos adelantamos a nuestra época. Ahora a callar que empieza mi programa.
Mientras Sebastian limpiaba la biblioteca, oía un curioso programa de radio.
-El espía se ha infiltrado en la base, señor. En breves tendremos los planos en nuestras manos.
-Sí, sí, eso te crees tú, pero el espía os va a traicionar –comentaba Sebastian mientras oía el programa.
-¡Señor! El espía nos ha traicionado.
-Maldito Harry…
-Si es que yo me sé estas historias, amos. Ahora van a por él con el coche y las metralletas.
-Vamos a por él con el coche y las metralletas.
-Sí, pero tenéis a la policía esperando a la puerta…
-¡Señor! La pasma está en la puerta.
-Mierda…
-La escalera de incendios…
-¡Huyamos por la escalera de incendios!
-Pero es que resulta que la policía os ha oído por el chip…
-¡A ver! El pingüino de frac, que se calle, que nos chafa la operación.
-¿Disculpe? ¡Que me han pinchado la radio!
Sebastian apagó en ese momento la radio, flipando por lo que acababa de pasar.
-Madre… ¡Si no la tenía ni encendida! ¿Y de dónde cojones salían las voces?
Usando sus poderes demoniacos, Sebastian vio que había un micro en la biblioteca.
-Si es que… ¿Pa`qué nos espiáis, hijos de puta?
-Mierda, nos han descubierto.
-Si no le hubieras dicho nada…
-Pero es que nos estaba chafando el plan…
-¡Calla y corre!
Sebastian se cargó el micro con una mano y se fue a por los espías.
-¡Mey-Lin! ¡Mey-Lin! ¿Dónde se habrá metido la tonta`l coño esta?
-Dime, Sebastian.
-Nos han estado espiando, así que avisa a los otros maricones y proteged al señor mientras reviento a los espías.
Dicho esto, Sebastian desapareció. Mey-Lin avisó a sus compañeros, que fueron adonde estaba Ciel para protegerle.
-¿Sebastian está menopáusico o qué? –preguntó Ciel.
-Está preocupado por usted, señor.
-Agilipollao perdido. Ya no tiene remedio… ¡Jaque!
-¡Mate!
-¡Mierda! Oye, no sabía que erais superdotados. Manda huevos.
Hasta que Sebastian volvió, Ciel jugaba al ajedrez con Brad y el resto investigaba cosas raras tipo Johnny Test. Por otra parte, Sebastian había zurrado a los espías, pero ahí no acababa la cosa.
-¡Justo a la hora del té! Si es que… soy más puntual que Gandalf.
*Ratatatatatata*
-Cagüen… ¡No tengo tiempo pa` jueguecitos!
Lo típico, saca los cuchillos de plata de ley y se carga a todo bicho viviente.
-Bueno, ahora sí…
*Ratatatatata*
-Hijos de puta…
Sebastian empezaba a cabrearse. Peligro, peligro.
-Pues sí, y no quieras verme cabreado del todo.
-Ahí está el cabronazo que se ha cargado a media banda.
-¿Sólo media? ¡¿Pero cuántos sois?!
Sebastian ya explotó y no se convirtió en demonio de milagro.
-A fregar todos, joder. ¡Que llego tarde!
Sebastian llegó justo para cenar. Al entrar al salón se encontró con una familiar aunque extraña escena.
-Siento el retraso…
-¡Entra por la banda, se va de uno, de dos, regatea al portero dispar y…! ¡Al palooo!
Ciel y el servicio estaban jugando a la Xbox.
-¡Esto no mola! Ponme un basket que os reviento a todos –se quejó el amo.
-Serán… Yo partiéndome el espinazo ahí fuera y estos aquí de fiesta.
-Hombre, Sebastian, llegas a tiempo –dijo Ciel, alegre-. Nos ha sobrado calimocho, ¿quieres?
-Señor, no debería beber alcohol, no tiene edad.
-Me la suda…
Ay, madre, que explota otra vez…
-¡Panda de frikis! Dejad de hacer el indio, tonto lilis. Tú, largo de mi vista; tú, al patio; tú, a la sala de calderas; señor, a la cama. Y lávese los dientes antes. ¡Venga que os meto un palo que os arreo!
Todos se fueron corriendo de allí sin saber muy bien qué hacer.
-¿Qué le ha dao a este?
-Sí que estaba menopáusico, sí.
Y así termina otro día… Madre, qué miedo. Cómo tienen eso en casa…
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| | | MeLargodelForo:P Rey
Cantidad de envíos : 1670 Fecha de inscripción : 18/03/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Mar Ene 28, 2014 1:10 am | |
| "¿Sebastian está menopáusico o qué?" estallé de risa con eso... y resulta que al final, sí estaba menopaúsico xDDDD sigue así, tu singular estilo de comedia me mata de risa. Oye, ¿qué tal si un día escribes algo pero que los personajes hablen a lo venezolano? xD usando palabras como - Spoiler:
coño, coño e' madre, vaina, verga etc.
xDDD puedo darte una lista con sus significados y ojo que nada de lo que mencioné son palabras fuertes | |
| | | Hwesta Duque
Cantidad de envíos : 1263 Edad : 31 Localización : Por ahí andaré Fecha de inscripción : 14/08/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Mar Ene 28, 2014 10:39 am | |
| Jejej, asiaaas. Sí, quiero que hablen en todos los acentos posibles, pero me da cosa meter la pata, por eso me centro más en los que conozco. Guay, lo tendré en cuenta para los siguientes ^^ | |
| | | Hwesta Duque
Cantidad de envíos : 1263 Edad : 31 Localización : Por ahí andaré Fecha de inscripción : 14/08/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Mar Ene 28, 2014 11:25 am | |
| - Capítulo 24:
Joooe, 24 diacas aquí, petándolo. A ver qué pasa hoy…
-¡Quiero mi desayuno, quiero mi desayuno, quiero mi desayuno…!
-¡Ya va, coño! Cansino, imitando a Homer Simpson, la hostia…
-¡Quiero mi desayuno, quiero mi desayuno…!
-¡Ya calla, niño!
Sebastian no le estampó a Ciel el desayuno en los morros porque tenía un contrato, que si no…
-¿Qué contrato, contrato ni coño contrato? Lo que no tiene son huevos.
-¿Qué no? –Sebastian empezaba a sentirse retado.
-No, no hay huevos en el desayuno.
-Será hijo la grandísima…
Sebastian empezó a estrangular a Ciel, pero pararon al ponerse tenso el mayordomo.
-Is coming…
-¿El Winter?
-Ojalá… ¡A las barricadas!
Aquel día, el servicio no trabajaba, así que estaban solos el mayordomo y el señor. Como bien dijo Sebastian, montaron una barricada delante de la puerta principal.
-Bueno, agárrese que vienen curvas.
Pero no pasó nada.
-Sebastian, me da que tu instinto empieza a fallar.
-A ver…
Sebastian abrió la puerta y se asomó: allí no había nadie.
-¿Qué raro? Juraría que tuve una presencia…
-Lizzie no anda por aquí cerca, Sebastian. Relájate y vuelve dentro… Eh… ¿Has cerrado tú la puerta?
-No, ¿por?
-Porque está cerrada.
-¿Nos hemos quedado fuera?
-Eso parece. Y el servicio de día libre. Hay que joderse…
-No pasa nada, señor. En estos casos hay que hacer como el último superviviente.
-¿Beber nuestro pis y comer gusanos?
-Antes de eso. Vamos a buscar otra entrada. A lo mejor hay alguna ventana abierta, o algo. La mansión es mu grande y fijo que alguna está abierta.
Y dieron una y dos y tres vueltas a la mansión… Y sí, había una ventana abierta.
-¡En el cuarto piso! A tomar por culo.
-Habrá alguna manera de subir, señor. No desespere.
-Mi polla que no.
-Hmm, se me ocurre una idea… Voy a usar ese árbol de ahí como catapulta y le meteré dentro de la mansión.
-Ché, las pruebas las haces contigo, bonito.
-Bueno, en ese caso… habrá que hacer un “Castell”.
-No es mala idea. Ya me empezaba a cansar la mansión…
-Espere aquí que voy a por la gaita.
-¿Eh? ¿Pero no ibas a hacer un castillo?
-Y un cojón. Antes traigo la escalera de mano y me subo a la ventana.
-¿Y no sería mejor hacer eso primero? Por probar, llámame loco…
Sebastian volvió con la gaita y vestido de manera rara.
-Miedo me das…
-Yo toco y usted construye un Castell con esta gente tan simpática que me he encontrado por ahí.
Al lado de Sebastian apareció un grupo de yonkis con muy mala pinta. Ciel estaba cada vez más asustado.
-Esto… Yo voy arriba del todo, ¿no?
Sebastian empezó a dirigir la construcción.
-Vosotros agarraos de los hombros y ahora vosotros subíos encima y venga más gente subiendo. Va, va, va, va…
Una vez terminaron el Castell, faltaba Ciel por subir.
-Yo ahí no subo, Sebastian.
-Venga, si sube llegamos a la ventana.
-Llevamos cinco horas aquí construyendo el jodío castillo y está más inclinado que una picha floja.
-¡Sube ya! –Sebastian le arreó una patada en el trasero a su amo, que subió enseguida a lo alto del Castell.
-Ahora estírese y agárrese al alféizar, que el Castell se va a venir abajo.
-¿Eh? Eso no lo dijiste antes.
Ciel se estiró lo que pudo pero era tan bajito que no llegaba.
-Me cago en sus muertos…
Y el Castell se vino abajo. Los yonkis se fueron de allí, dejando a Ciel, mareado en el suelo y a Sebastian a su lado.
-Ay, la virgen.
-Oye y por qué no escalas y subes.
-Tiene razón…
Sebastian trepó por la pared a lo Ezio y llegó en nada.
-¡Voy a abrirle la puerta! Espere que encuentre las llaves.
Sebastian bajó al sótano a su armario a por las llaves, pero no estaban.
-¿Ande andarán?
Buscó por todas partes pero no las encontraba.
-¿Buscas estos, mariquín?
-Ah, sí. Gracias, joven amo. ¿Joven amo?
Ciel le miraba con una media sonrisa malvada.
-No sé si reír o llorar… ¡La puerta estaba abierta!
Hasta que llegó el servicio un rato después, Ciel estuvo persiguiendo a Sebastian por toda la mansión.
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| | | MeLargodelForo:P Rey
Cantidad de envíos : 1670 Fecha de inscripción : 18/03/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Mar Ene 28, 2014 4:06 pm | |
| loooooooooooooooooool ay que ver lo despistados que son! siempre tuvieron las llaves consigo... yo que Ciel estrangulo a Sebastian... okno. ¿Ezio Auditore? ¿Donde!? *q* amo a ese hombre... sería chistoso una competencia entre él y sebas a ver quien salta más rápido. Gracioso, como siempre! y descuida, si alguna vez te decides a hacerlo, puedo ayudarte~ ewe | |
| | | ayal92 Sirviente
Cantidad de envíos : 401 Edad : 31 Localización : Acosando a Sebastian Fecha de inscripción : 25/04/2012
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Mar Ene 28, 2014 4:09 pm | |
| Sebastian menopausico y olvidandose las llaves XDXDXDXDXDXDXDXD Ciel deberia verlo por el lado positivo, si no fuera así se moririan de aburrimiento LOL | |
| | | Hwesta Duque
Cantidad de envíos : 1263 Edad : 31 Localización : Por ahí andaré Fecha de inscripción : 14/08/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Mar Ene 28, 2014 7:36 pm | |
| Muchas gracias a todos, de corazón Aka, ya empecé a hacerlo y por ahora va bien, pero si me puedes aportar alguna idea te lo agradecería ^^ | |
| | | MeLargodelForo:P Rey
Cantidad de envíos : 1670 Fecha de inscripción : 18/03/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Miér Ene 29, 2014 1:10 am | |
| Yayyyyyyyy! Pues que tal si Ciel y Sebas se van a Italia por x negocio y en eso un ladrón viene y le roba a Ciel algo, entonces Ezzio lo ve y sale a perseguirlo y más atrás va Sebastian~ entonces el ladrón salta por un techo y Ezzio y Sebas empiezan como a competir a ver quien lo cacha primero... o algo asi~ | |
| | | Hwesta Duque
Cantidad de envíos : 1263 Edad : 31 Localización : Por ahí andaré Fecha de inscripción : 14/08/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Miér Ene 29, 2014 10:45 am | |
| Oido cocina ^^ Si alguien quiere más peticiones, adelante. Ayal, en poco está lo que me pediste | |
| | | Hwesta Duque
Cantidad de envíos : 1263 Edad : 31 Localización : Por ahí andaré Fecha de inscripción : 14/08/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Miér Ene 29, 2014 11:27 am | |
| - Capítulo 25:
*Bostezo* Tres, Dos, Uno…
-Hora de levantarse, joven amo. ¿Joven amo?
Sebastian entró en el cuarto para despertar a su amo con toda la alegría que podía tener, pero al no encontrarlo allí, se resignó.
-Ay, ¿dónde se habrá metido?
El mayordomo buscó por toda la casa y nada.
-La puta que lo parió… ¡Mey-Lin! –la llamó al verla pasar-. ¿Se puede saber dónde coño se ha metido el señor?
-Pues pasando la resaca en el salón.
-¿Resaca? Este ya se ha vuelto a ir con el chino a fumar…
Sebastian fue para el salón, mosqueado. Una vez dentro, empezó a dar voces y a descorrer las cortinas.
-Señor, señor. Levante ahora mismo si no quiere que le meta una patá en los huevos.
-¿Qué pasa? ¡Ah! ¡Joder, la luz!
-Vamos que le meto un palo que le avío. La agenda hoy está más apretada que el corsé de la Lizzie.
-Me la suda completamente… -Ciel volvió a taparse con la manta.
Sebastian fue al sofá donde dormitaba su amo y le quitó la manta de un tirón.
-Me cago en… Suerte que sigue vestido, ahora baja a desayunar, luego tiene música, luego tiene la empresa, luego tiene Historia…
-Sí, sí, no me cuentes tu vida… Ya voy.
Entre bostezos y broncas de Sebastian, Ciel bajó a desayunar. Después de desayunar, lavarse los dientes y demás, Ciel fue a clase de música.
-Cuando zarpa el amoooor. Navegaa a cieeegas es quien lleva el timóón.
-No desafine tanto, señor.
-¿Cómo se te ocurre ponerme esto para cantar?
-En venganza, por tenerme dos horas mansión pa`rriba mansión p`abajo buscándole. Venga, espabile que luego hay que cantar “Paquito el Chocolatero”.
-Bueno, al menos no es Camela.
Sebastian, vestido como maestro, estaba al piano mientras Ciel tocaba el violín o cantaba.
-Sebastian, no pienso cantar esto –Ciel le enseñó la partitura que tenía que cantar ahora.
-Ya tiene práctica cantando a la Pantoja, no sé qué le ve de malo –dijo Sebastian mirando la partitura.
-Precisamente eso, que es la Pantoja. No pienso cantar eso.
-¿Sigue con el espíritu vasco casi dos meses después de la visita de Patxi?
-Es de sentido común, Sebastian.
-Vale, vale… Entonces vuelva a cantar Camela…
-¡Y un coño con dos moños!
-¡Oiga! ¿Dónde va? ¡Vuelva!
-¡Los cujons!
-Y ahora le da por hablar catalán… Cómo se nota que se ha ido de pingo con Leví.
Finalizada la clase de música, pasaron a ver cosas de la empresa.
-De verdad, voy a acabar con una úlcera de estómago. La puta empresa esta…
-Fuiste tú el que quiso seguir el negocio familiar.
-Yo quería dirigir un puticlub.
-Puff… Eso tendría menos futuro que el Portugal entrenado por Mourinho. Veamos… Aquí hay mierdas de tablas de esas que no las entiende ni su madre, blablá… ¿Lo firma?
Esto… Pasemos a la clase de Historia, a ver si con un poco de suerte…
-¡Me cago en sus muertos, señor!
No, va a ser que no.
-¡¿Quién descubrió América?!
-Que te digo que tú, hijo de la gran…
-¡No! No me diga la verdad, dígame lo que pone en los putos libros estos.
-Pero es que sé que fuiste tú. También tú escribiste el Lazarillo de Tormes y los Tres Mosqueteros por mucho que digan que uno es anónimo y el otro lo escribió un negro.
-En aquella época estaba más moreno, la verdad… Pero volviendo al caso: Colón, fue colón.
-Anda, como el detergente.
Sebastian empezaba a frustrarse.
-Tú quieres acabar conmigo, ¿verdad?
-Pero reconoce que fuiste tú, lo leí en tu diario. Y algo de una tal Juana.
-¿Ha leído mi diario? ¿Cómo se atreve?
-Me aburría y dije, voy a leer la Biblia, peor me equivoqué de libraco.
-Será…
-Ay, qué malo fuiste con Juana. ¡Por tu culpa se volvió loca! Un poco más y acaba como Anna Karenina.
-Se llama estrategia, señor. Y si no llega a ser por mí, Castilla y Aragón no se juntan. Por cierto, lo mío con Juana inspiró Anna Karenina… Como que lo escribí yo y luego el otro rusito vino y…
Ciel se había ido aprovechando que Sebastian hablaba solo.
-Será hijo la grandísima…
¿Pero es que no va a pasar nada interesante hoy?
-¿Qué pase algo? ¿No hemos tenido suficiente con los ataques de los jodidos Titanes? La puta que los parió…
Vale, hoy será día relajado, pues.
-No, si lo que quieres es acción, yo te la doy.
Sebastian fue a por el teléfono e hizo una llamada breve. ¿A quién habrá llamado?
-No tardará en venir… por la chimenea.
¿Qué? ¿Quién va a venir¿ ¿Mary Poppins?
-Esa mujer es del siglo XX así que me da que no.
Sebastian fue a la chimenea más cercana y esperó paciente, silbando. De pronto, aparecieron unas llamas de color verde esmeralda y una figura salió de la chimenea tosiendo.
-No es aconsejable fumar mientras se viaja por chimenea.
-¿Ya le has vuelto a dar a los porros? Así luego os quejáis de locura, Medusa.
No me jodas… Medusa, la bruja de Soul Eater apareció en el salón de la mansión. Como te ve Ciel…
-Bueno, llamé a la señora Smith pidiendo algún mago o bruja para entretener al señor y animar el fic, pero ya veo que has venido tú.
-¿Algún problema, cangrejo de la Sirenita?
-Tú sí que sabes hurgar en la llaga, hija de puta –masculló Sebastian entre dolorido por el comentario y rabioso.
-Es mi especialidad.
-¿Hurgar en la llaga?
-No, ser una hija de puta.
Sebastian guió a Medusa por la mansión cuando de pronto…
*Cras* *Cris*
-¡Aaaahhh!
Dime que ha chillado Medusa.
-No, ha sido Sebastian –Medusa señaló al mayordomo.
Hijo, vaya voz de nena te ha salido. En cualquier caso, Maka y Soul irrumpieron en la mansión cargándose una ventana.
-Medusa, venimos a llevarnos tu alma.
-Sois más molestos que un grano en el culo, chavales.
-Anda que tú, que no paras de tocarnos los cojones –saltó Soul-. Me vas a provocar una úlcera.
-Tú calla y conviértete en guadaña que si no nos da pa`l pelo antes de empezar –ordenó Maka.
Enseguida empezaron a pelearse y a cargarse el mobiliario de la mansión.
-¡Se acabó! –saltó Sebastian al ver que lo estaban dejando todo hecho un cristo-. ¡Todo el mundo a pelearse a la puta calle!
Medusa, Maka y Soul salieron afuera por otra ventana, irritando aún más a Sebastian, que se quedó limpiando un rato. Haber avisado a Levì, hombre.
-Tiene la agenda muy ocupada limpiando más mierdas de por ahí.
Cuando Sebastian terminó, salió fuera para ver el panorama. Ahora también se habían sumado Black Star y Kid.
-Éramos pocos y parió la abuela. Avisaré al joven amo de que tenemos pressing catch en el jardín.
Como de costumbre, los siete amigos peleaban contra Medusa hasta que esta se dio el piro.
-Vete a quejarte a Dumbledore un rato –gritó Black Star.
-Ha sido más rápido que un polvo con Flash –comentó Ciel desde el balcón.
-Bueno, al menos así hemos pasado la tarde, ¿no, señor?
-Sí… Me voy de cañas con Levì y la patrulla, ¿te vienes?
-¡Joven amo! Como vuelva a las tantas y acabe tumbado en el sofá…
-Es lo más probable que haga… ¡Chao, Sebastian!
-¡Ey, nosotros también vamos! –gritó Soul desde abajo.
-Pero si habíamos quedado en hacer botellón en casa de Kid –dijo Maka.
-Pues cuando acabemos el botellón te damos un toque, Ciel.
-Diles que se vengan –propuso Patty.
-¿Para que estén un cuarto de hora jugando al “Yo nunca”?
-No solo hacemos eso.
-Uy, qué no. En casa de Black Star fue lo que hicimos. De once a once y cuarto.
………………
-¡Ciel, nos vamos contigo!
Vaya una panda de cierrabares. Sebastian por qué no vas con ellos.
-Ya fui una vez con la patrulla y créeme, no quieres verlos ebrios. Algunos de la patrulla…
-¡¡Spoileeeer!!
-Vale, ya me callo.
Y así, Sebastian se quedó solo en casa, con los gatetes mientras Ciel, la patrulla y los de Soul Eater se iban de cañas por ahí.
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| | | MeLargodelForo:P Rey
Cantidad de envíos : 1670 Fecha de inscripción : 18/03/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Miér Ene 29, 2014 3:03 pm | |
| looooooooool reí a carcajadas con este capítulo! ¿entonces Sebastian descubrió America? Oh Dios mío, ¡todo lo que sé está mal!! (?)
menos mal que ya vi Soul Eater,sino no hubiera entendido nada.... Medusa troleando a Sebastian, eso si que fue inesperado xDDD y después todos yéndose de farra, algo me dice que mañana será un largo día para Sebastian... | |
| | | Hwesta Duque
Cantidad de envíos : 1263 Edad : 31 Localización : Por ahí andaré Fecha de inscripción : 14/08/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Jue Ene 30, 2014 11:30 am | |
| - Capítulo 26:
Una nueva mañana en la mansión Phantomhive.
-¡Joven amo! ¡Joven amo! Levántese ahora si no quiere que le levante yo de los pelos.
Es verdad, que Ciel se fue de pingo y acabó durmiendo en el sofá.
-Pero, ¿qué pasa?
-Venga, espabile que le tengo una sorpresa.
-¿Sorpresa? ¿Es mi cumple?
-No exactamente.
-Espera, qué tengo… -Ciel descubrió que tenía una serie de cables pegados a la cabeza-. Pero… ¿esto qué cojones es? ¡Ah! ¿Y por qué me da descargas eléctricas?
-Es una máquina que desprende descargas eléctricas cada vez que dice una palabrota, señor. Hay que ponerle remedio a su vocabulario.
-Anda que el tuyo es fino filipino. Pero si me quito los cables…
-Ah, eso fue por hacer la gracia del polígrafo. La verdadera máquina la tiene a modo de muñequera y no se puede quitar a menos que tenga la llave.
Ciel trató de quitarse la muñequera hasta con los dientes, en vano.
-Serás hijo de… ¡Ah!
-La máquina se adelanta a las palabrotas, como puede ver.
Ciel entornó los ojos.
-Pero seguro que no reconoce las palabrotas en otros idiomas, ¿verdad?
-Inténtelo –lo desafió el mayordomo, disfrutando de la situación.
-Los cujons… ¡Ah!
Sebastian empezó a descojonarse vivo.
-En todos los idiomas en todos los tonos, formas y colores. Las va a pasar putas, joven amo.
-¡De esta te acuerdas!
Mientras Ciel estaba a sus tareas, de vez en cuando se le escapaba algún grito a consecuencia de que se le escapaba una palabrota. El jodío de Sebastian disfrutaba como un enano.
-¿Cómo no se me ha ocurrido esto antes? ¡Es la mejor idea que he tenido!
Espérate, no sea que se le dé la vuelta a la tortilla…
-Imposible. El joven amo no tiene nada que hacer.
-Juró venganza, solo digo eso.
A la hora de comer, Sebastian esperaba de pie, al lado de Ciel mientras éste comía.
-Sebastian, ya que no puedo decir palabrotas, dilas tú por mí.
-¿Por qué habría de hacer eso?
-Tío, me resulta muy raro no oír blasfemias y cosas soeces. Hazlo por mí, es como mi droga.
-Si eso fuera la única droga que se me pa`l cuerpo… Bien, ¿qué cojones quiere que diga? ¡Ahh!
Sebastian recibió en ese momento un calambrazo. Al principio pensó que era porque Ciel le había agarrado, pero estaba bastante lejos, así que descartó la idea. En un acto reflejo miró hacia su muñeca y…
-¿Cómo lo ha…? –Sebastian estaba flipando en colores.
-Sebastian… ¡Lo que yo digo va a misa y vuelve bendecido! ¿Te crees que te vas a salir con la tuya e irte de rositas? ¡Y un coño con dos moños…! ¡Ahh!
-Pues estamos jodidos… ¡Ahh!
-Ya estás quitándome esta mierda… ¡Ah!
-Si eso es lo peor, que no sé cómo se hace.
-¿Qué? ¿Y la llave del demonio? ¡Ahh! ¿Cuenta eso como insulto?
-Lo de la llave me lo inventé.
-¿Cómo se te ocurre hacer algo y no saber quitarlo? ¿Eres gilipollas o qué…? ¡Ahh!
-Porque no pensé que me lo llegaría a poner a mí, pollas… ¡Ahh!
Sebastian y Ciel, ambos con un cabreo del quince, empezaron a insultar el uno al otro y el otro al uno durante el resto del día, por lo que lo que más se oía eran insultos, seguidos de un zumbido y de un grito.
-Tal vez si saturamos la máquina, explote.
-Sí, pero puede acabar matándonos con tantas descargas.
-¡Mierda! ¡Ahh!
-Quizá el servicio sepa cómo quitárnoslo, señor.
Ciel y Sebastian intercambiaron una mirada. Ambos pudieron leer en el rostro del otro una palabra: lanzallamas.
-Nada, tendremos que estar así el resto del contrato. Muchas gracias, hijo de la gran puta… ¡Ahhh!
-Lo hice por usted y para que dejara de decir palabrotas, que parece un puto camionero… ¡Ahh! de la M-30.
-¡Puto tú y tu madre! ¡Aahh!
-¡Me cago en sus muertos, señor! ¡Aah!
-¡Y quita tu puto culo de mi jodido asiento, gilipollas! ¡Aaahhh!
-¡Este es mi puto asiento, señor! ¡Aahh!
-¡Maricón!
-¡Putón verbenero!
-¡Polla floja!
-¡Mamonazo!
A lo tonto, acabaron reventando la máquina de descargas y liberándose de las muñequeras.
-¡Libre, libreeee! ¡Soy libreeee!
-Ay, menos mal –dijo Sebastian frotándose la muñeca dolorida.
Al caer la noche, Ciel disfrutaba de un buen libro y una taza de té en la biblioteca.
-Su té, señor.
-Gracias. Ah… Qué gusto no tener que sufrir descargas cada vez que se dice una *pii* palabrota.
Ciel se sobresaltó al oír el pitido y probó a decir otro taco, obteniendo el mismo resultado.
-¡Sebastian! ¿Qué *pii* has hecho?
-Cambiar la descarga por un pitido de estos de la tele.
-Es peor que antes, *pii* *pii*.
-Sí, pero ahora puede decir todos los tacos que quiera.
-*pii* *pii* *pii* *pii* *pii*
-Lo único que no dejará dormir al servicio, ya que también maldice en sueños…
-*pii* *pii* *pii* *pii* *pii* *pii* *pii* *pii* *pii* *pii*
Sebastian empezó a descojonarse al ver que su amo solo hablaba con pitidos. Al final del día, Ciel le pidió que por favor se lo quitara y el muy tonto de Sebastian lo hizo. Como consecuencia, se tragó el aparatito y durante el resto de la noche tuvo hipo con pitidos. Ay, señor, lo que hay que aguantar…
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| | | MeLargodelForo:P Rey
Cantidad de envíos : 1670 Fecha de inscripción : 18/03/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Jue Ene 30, 2014 7:32 pm | |
| Pobre Ciel, no lo dejan maldecir en paz. (?) | |
| | | Hwesta Duque
Cantidad de envíos : 1263 Edad : 31 Localización : Por ahí andaré Fecha de inscripción : 14/08/2013
| Tema: Re: En esta Mansión Uno no se Aburre Vie Ene 31, 2014 11:52 am | |
| Esta vez me ha salido un super capi, espero que os guste Enjoy! - Capítulo 27:
-¡Venga, arriba! ¡Que el barco sale en dos horas y tenemos que llegar todavía a puerto.
Ciel no había dormido ni dos horas y ya tenía que levantarse.
-La madre que te… -a Ciel le dolía la cabeza de la resaca-. No grites, maricón…
-¡A que jode! ¡Vamos, Italia nos espera!
Ciel estuvo todo el rato medio dormido, así que Sebastian le vistió, le obligó a desayunar (un poco más y le mete las tostadas por una vía) y se fueron a puerto. En serio, no sé para qué tenéis caballos, si corres más que un Ferrari, Sebastian.
-Apariencias, hay que mantener las apariencias.
Una vez en puerto, subieron al barco y zarparon. ¿Espera, cuánto tarda un barco de Inglaterra a Italia?
-Días, semanas…
¡¿Y no teníais que estar allí mañana, o sea en unas horas?!
-¿Qué clase de mayordomo sería si no pudiera darle un empujoncito al barco?
Uno mayordomo corriente y moliente.
-¡Soy una puta máquina!
Sebastian se tiró al agua y empujó el barco mientras nadaba. Chacho, para la próxima no sé, abre un portal, saca el gorrocóptero…
-El gorrocóptero me despeina.
-Maricón… -se quejó Ciel que seguía mareado en cubierta.
Cuando llegaron a puerto, Sebastian cargó con las maletas, birlaron un carro y se fueron a un hotel. Oye, ¿dónde está eso que aparece en los mangas de que sobornáis a los cocheros y os dan el carro?
-Eso pasa en el manga y esto es otra cosa –dijo Ciel.
Ya veo…
-Reservé habitación en un hotel de por aquí cerca… Será ese.
-Rápido que me esperan en la empresa esa para firmar más mierdas de la empresa nuestra.
No me he enterado de nada… Sebastian subió las maletas al hotel y volvió a bajar al carro.
-Qué bonita, Italia… -suspiró el mayordomo-. Tan relajante y tan…
-¡Stronzo di merda!
De pronto pasaron un montón de guardias al lado del carro.
-Qué prisas, joder –masculló Ciel volviéndose hacia atrás-. Parece que perseguían algo.
-No será el loco ese del tejado.
-Qué hace ahí arriba –Ciel sacó unos binoculares del bolsillo-. ¡Se va a tirar!
-¿Lo salvo?
-Nah, así tenemos emoción.
El loco al que se refería Sebastian era un Assassins, y se cagó la perra al ver cómo saltaba del edificio sobre un montón de paja y no le pasaba nada.
-Pero qué pollas…
-¡Zasca, joven amo!
-Repite eso y te meto esto –levantó los binoculares- por el culo.
Sebastian se calló y siguieron su camino hasta la empresa italiana. Una vez allí, Ciel estuvo reunido un buen rato. Sebastian se aburría de esperar. Salió al balcón para contemplar la belleza italiana…
-Perdona –se disculpó el Assassins cuando cayó sobre Sebastian.
-¿De qué vas? –Sebastian lo agarró y lo empujó contra la pared.
-Uh, así que era tu amante secreto –se burló uno de los guardias.
-Por hoy te dejamos en paz, blanquito.
Sebastian se mosqueó, sacó la cubertería y de plata y de un plumazo se cargó a todos los guardias.
-¡Vaya puntería! Únete a la Hermandad.
-¿No nos conocemos y ya me pides tratos? Tengo uno con mi joven amo, pero a ti se te puede acabar el carrete antes… las condiciones son…
-¡Calla, coño! Si quieres entrar en la Hermandad Assassin.
-¿Qué pollas es eso?
-Una Hermandad que busca la justicia y yo el fruto del Edén.
-¿El fruto del Edén? No me digas que lo has perdido. Tú debes de ser el descendiente del cateto al que le di el fruto… Ahora me llamo Sebastian…
-Encantado, Ezio Auditore…
Espera, si eres del s. XVI. ¿Qué pintas en el s. XIX?
-Soy Ezio Auditore V.
Ah, vale, perdona…
-Bien, si quieres entrar tendrás que pasar unas pruebas. Soy el que más corre de toda Italia, intenta ganarme en una carrera.
-Vale.
Ezio corrió por los tejados, hizo piruetas y de paso acabó ligando con veinte chavalinas. En dos minutos hizo el recorrido marcado.
-Bien, veo que he gana…
Allí estaba Sebastian, esperando.
-He llegado un segundo antes que tú –se limitó a decir el demonio.
-Muy bien… Pues ale, hagamos una misión together.
-Tengo solo media hora, que mi amo va a acabar su reunión –dijo Sebastian mirando su reloj de bolsillo.
-Va en eso yo me hago tres misiones. Mira, ¿ves esa torre de allí?
-Síp…
-Tenemos que incendiarla. Es una torre enemiga.
-Vale.
-Ahora te doy un uniforme, espera.
Sebastian se cambió y ahora parecía un Assassin.
-Te queda muy bien.
-Parece que el maricón era Ezio y no Da Vinci.
*Badum tss*
-Esto… Sígueme.
Ezio trepó a los tejados mientras que Sebastian con correr ya llegaba. Después, Sebastian le seguía el ritmo a su maestro por los tejados, un ritmo muy lento para lo que era él.
-Vale, ahora, entretienes a los guardias y yo incendio la torre.
-¿Ya está?
-Bueno, si puedes cargarte al comandante de la zona, me haces un favor.
-Hecho.
Sebastian usó su “vista de demonio” para localizar al comandante.
-Está bien custodiado.
Nada que unos cuchillos no puedan hacer. Sebastian se cargó a toda la patrulla borgia y cuando el comandante huía, Sebastian fue tras él. Se fue de un guardia, de otro, saltó, inmovilizó al comandante… ¡Lo ha matado con una cuchilla oculta! Qué jugada de Sebastian… *ejem* Después, toda la guardia se lanzó sobre Sebastian, quien se los cargó a todos en un decir Jesús.
-Y ahora vendrá Levì y limpiará todo esto. Si es que soy el puto amo…
En esto legaba Ezio V que al ver los cadáveres, los saqueó como un poseso y felicitó al mayordomo.
-Contigo, liberaremos Roma.
-Lo siento, se me ha acabado el tiempo. Otra vez será.
Sebastian se fue de allí, corriendo por los tejados hasta el balcón donde esperaba a su amo.
-¿Todo bien, Sebastian? –le preguntó el amo cuando salió de la reunión.
-Sí, he hecho un poco de turismo.
-¿Y esas pintas?
Sebastian seguía teniendo el uniforme Assassin.
-Un traje típico de Italia.
Sebastian se marcó una vuelta a lo Michael Jackson y ya volvía a vestir como de costumbre.
-Un truquito que aprendí de los Sims…
Zasca…
-¡Coño! ¡Si es el Sebastian! ¡¡Sebastian!!
Esto sí que es un loco. ¿Cómo se le ocurre ponerse delante de un carro en marcha?
-¿Qué tal todo, Sebastian?
-Ahí va la hostia…
-¿Le conoces, Sebastian?
-Sí, señor. Este es Meliodas, un antiguo compañero de armas.
-¡Cuánto tiempo, maricón! –Meliodas se apeó en el carruaje entre Sebastian y Ciel-. ¿Cómo tú por aquí?
-Eso tendría que preguntarlo yo, ¿no crees?
-Estamos aquí de vacaciones. Ey, vente de fiesta esta noche con nosotros. Será divertido.
-Esto, tengo un amo nuevo y…
-Ya ya, el crío también se puede venir.
-¿Disculpa?
Sebastian vio una oportunidad de oro para vengarse de su amo.
-Me voy con Meliodas un rato, ¿vale, señor?
-Pero, ¿ande vas?
-En venganza por irse el otro día con los de Soul Eater y la patrulla.
¿Y ahora?
-Pues me voy yo también de fiesta. Y a casinos y furcias.
Madre, la que se va a liar… Espera, ¿todavía no ha terminado el día y ya se van de fiesta? A ver qué hace Sebastian…
-¿Qué tal os va como 7 Pecados capitales?
-Muy bien, aunque te echamos de menos, Lujuria.
Ya decía yo…
-Esto, ehm, ¿y qué hacéis en Italia?
-Bueno, hay un casting para un programa, así que pensamos en participar, pero tenemos un problemilla: nos han echado a todos por mantas.
El típico goterón de los animes apareció en la cabeza de Sebastian mientras mostraba una sonrisa nerviosa.
-¿De qué es el concurso?
-Oh, un reality show de estos…
¡¡Sebastian, si es Jersey Shore, no vayas!!
-Tranqui, narradora –me dijo Meliodas-, es un programa de cocina.
-Curioso que el joven amo no he haya mandado pa`llá.
-En realidad tenía pensado hacerlo, so puta.
Ciel apareció de pronto al lado de Sebastian con cara de pocos amigos.
-Hola, joven amo –collejazo del niño-. Ya vuelve a estar de mala hostia…
-Pensé que sería divertido que participaras en el programa –rió el conde.
-¿Y qué programa es ese?
-¡ButlerChef! –saltó Meliodas.
-¿Y qué pintáis vosotros, guerreros, en ese programa? –preguntó Sebastian, incrédulo.
-A Hork le gusta cocinar –respondió Meliodas, cabizbajo-. Así pensó en participar.
-Si es que no se come luego la comida antes de presentarla, claro…
-Por eso le echaron. Luego probamos los demás, pero o no somos tan buenos o lo somos demasiado, como Ban y King.
-¿Y por qué no les aceptaron?
-Porque no salían bien en la cámara.
Es un reality show, lo último que quieren es que gane alguien.
-Yo creo que Ban y King darían mucho juego…
-Sebastian, ¿quiénes son esa peña de la que hablas?
-¿Eh? Ah, cierto. Hace ya algún tiempo.
-¡Casi mil años! –saltó Meliodas.
-Serví a la princesa Elizabeth como uno de los guerreros de los Siete Pecados capitales.
-¡Yo soy la Ira!
Pues no se te nota, majo…
-Calla, coño. Nuestra misión era dar un golpe de Estado para derrocar al por entonces rey de Britannia. Problema: nos ganaron los caballeros sagrados. Diez años después, los maricones de ellos dieron un golpe de Estado y capturaron al rey.
-¡Hijos de…!
-La princesa Elizabeth nos buscó para poder derrocar a esa panda de mamonazos.
-Ya veo… -musitó Ciel-. Si fue hace casi mil años… ¿No debería estar muerto el artista ese? –señaló a Meliodas.
-Eso es verdad… Meliodas.
-Esto… ¿Has oído hablar de la fuente de la eterna juventud?
Vale, ya está todo aclarado. Sigamos con la historia que se está poniendo el sol. Sebastian, Ciel y Meliodas fueron al centro de la ciudad, donde se realizaba el casting.
-Ale, Sebastian, ve ahí y gáname el concurso.
-¿De qué vas, chaval…?
-Es una orden.
-Me cago en… *ejem* Sí, mi señor –Sebastian se reverenció ante Ciel y fue a concursar.
Tardaron un buen rato en registrar a Sebastian en el concurso y solo tenía diez minutos para hacer algo para el jurado.
-No le da tiempo ni de coña –comentó Ciel apretando los dientes.
-No te preocupes, es un demonio –lo animó Meliodas.
Finalizado el tiempo, Sebastian logró hacer un suculento plato italiano para el jurado.
-Ole sus huevos –comentó Ciel al ver que sí le había dado tiempo.
El jurado probó todos los platos y entregó a algunas personas un delantal con el emblema del concurso, símbolo de que pasaban a la siguiente ronda. Entre ellos estaba Sebastian.
-¿Qué? ¿Lo conseguí o no lo conseguí? –Sebastian fue al lado de su amo y su compañero con el delantal ya puesto-. Aquí quiero ver yo, los doscientos pavazos de la apuesta –Sebastian hizo la pose del egipcio de exigir dinero, pero tanto Ciel como Meliodas pasaron de él.
-Si no hemos apostado…
-Ya lo haremos cuando sea el concurso –dijo Meliodas.
-Bueno, pues hasta dentro de un mes y pico, Sebastian.
-¿Disculpe?
-Sí, ahora tienes que irte a vivir con los concursantes en plan Gran Hermano pero sin cámaras ocultas –comentó Meliodas.
-Y nada de triquitriqui ahora que sé que eras el caballero de la Lujuria –Ciel fulminó a Sebastian con la mirada en plan “I`m watching you”.
-Eh, eh… ¿Me tengo que ir a vivir con gente que no conozco durante un mes?
-Mira el lado bueno, como no necesitas dormir, puedes irte de cañas por ahí.
-Sí y me lo encuentro con la patrulla fijo.
Y así empezaba una nueva etapa en la vida de Sebastian y Ciel. Y sí, se fueron de fiesta esa noche.
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