Año nuevo, casa de America...

- No tanto como los chef gourmet franceses n.n - Sigue comiendo mientras mira a Francis con sorna.

Dios mío -¿Acaso no puedes estar dos minutos sin causar peleas?-
Les doy un empujón en la cabeza a Ivan y a Francis.
- Respecto de cuando Prusia invadió mis regiones vitales... Es un tema sensible para mí Francis san-

Mira asesinamente a Yao y se quita su mano de la boca - Me estaba divirtiendo ARU n.n - sonríe oscuramente. Sigue comiendo como si nada.

- Mara sueños. Eso es lo que era Yao. - Terminó de comer.
-Delicioso Kiku san n.n Ahora, si me disculpan, tengo algo que hacer con un oso - se levanta y va a buscar dl panda. Tenía que encontrarlo primero si quería jugar con el chino un ratito. *Aura muuuuuucha negra a su alrededor *

- Sabes donde está el condenado panda, *lentamente y mirándolo fijamente* Kiku san ? - Sus ojos reflejaban el " si no me dices te mato"

- Jeje, eso puede ser, pero si no está allí tendrán que buscarlo en otra parte, ¡después de todo mi casa es muy grande! -

Siguió comiendo.

Vio a yao devolviéndose de la terraza. Por lo que ahí no estaba. Subió raudo s la pieza de alfred y lo comenzó a buscar. Tampoco estaba.
- Se tiene que haber caído en la huida de yao al vera arthur en tan ridícula ropa interior. - Se dirigió a la escalera. Allí, en un soporte, había una mancha blanca... Que podía ser el objetivo.

Maldición. Se me adelantó. Pero una idea se cruza por su cabeza...
-Panda hermoso... Adónde crees que vas? Ven con el tío Ivan n.n - Lo toma por la espalda y se lo cuelga como había visto a Yao hacerlo. La espalda le dolió. Era un oso muy gordo...
Le sonríe a Yao y baja las escaleras. Había conseguido su objetivo. Tenía al condenado animalejo.

Yao podía ser aterrador cuando quería. Corría, corría pero parecía que nunca podía dejarle atrás. Cuando se dio contra el piso, se dio cuenta de que estaba en un gravísimo problema. Y a él le encantaba eso, pero no con Yao... Así que siguió corriendo. Buscó por toda la casa donde esconderse, mas no lo consiguió. Así que se fue al patio, en donde se escondió con el panda en los alrededores de la pileta, que estaban oscuros debido a la falta de luz...

Maldición. A correr se ha dicho. Y con más fuerza, ya que vio la cacerola y el cucharón. Tragó saliva y salió disparado hacia el otro extremo del patio. Yao iba persiguiéndole.
- Soy un amante de la adrenalina... Pero aquí me juego la vida. n.nU Por lo menos sé que Yao se parece a mi en otro aspecto. Puede ser igual de malvado y violento n.n - Decía mientras corría por su vida. Pero estaba un poco agotado, el panda pesaba mucho.

- Auch. Hasta que me alcanzaste n.n - Se trata de sacara el pie de Yao de encima, pero no puede, pisa MUY fuerte.
- Bueno, ya me di cuenta de lo que quería n.n Pero no quería hacerle nada al señor panda, tenía que verificar mi teoría n.n - Sus ojos brillan malévolamente y su sonrisa se torna siniestra.

Levantándose y estirándose como un gatito. - Quería ver cuan diabolico podías llegar a ser n.n Y me di cuenta que me llegas a los talones (: - LO toma por los hombros, y en son maléfico-bromista - serás mi aprendiz desde ahora n.n -